lunes, 13 de agosto de 2012

Water. Capítulo 22


                                                                                                   Aurora.
Está nublado, mamá dice que va a nevar, yo no le creo ya que estamos a 20 de Marzo y estamos en California. Hoy no fué un buen dia. Hoy salí del Hospital, cosa que debería de alegrarme, si me alegro pero hoy Bruno me dijo cosas que... Me dijo que no quería nada conmigo, que cuando me besó estaba confundido, no se iba a ir de la ciudad, pero quería que nos separaramos. Cada quien su camino. Yo lo acepté con madurez, dije está bien dí la vuelta y me subí al carro.
Cuando llegamos a casa corrí a mi cuarto, ahora en el segundo piso,y me encerré. Y aquí llevo todo el día. Henry me dice que salga, otras veces que trae M&M'S, pero no abro por que se que es una trampa, conosco muy bien a ese niño diábolico. 

Primavera y nevando. Estamos a 22 de Marzo y está nevando, toda la calle está blanca, los árboles están congelados pero todabía sigue nevando. Casi todas las personas están afuera, principalmente los niños, que están tirandose bolas de nieve, otros haciendo angelitos de nieve y monos de nieve.
Yo estoy en mi cuarto desde hace 2 días encerrada, sentada en la mecedora viendo por la ventana. Traigo chocolate caliente en una taza, que me trajo mi mamá hace un momento. 
Se abrió la puerta de mi cuarto y entró mamá abrigada.
-Auri, vamos a ir a pasear un rato, Henry no deja de enfadar. ¿Quieres acompañarnos? 
Bien, no podía quedarme todo el día aquí encerrdada deprimida por el ''tipo'', que he lo he llamado así, ya que me lastima el nombre Bruno, ¡No! He pensado en su nombre. Demonios. 
-Bien, yo los alcanzo. Solo diganme en donde estarán. - Digo levantandome de la silla y dirigiendome al closet. 
-Estaba pensando en ir a el parque del centro. Ahí podemos patinar, así que llevate tus patines. 
-Ok, ahora los alcanzo.
Mamá cerró la puerta.
Me puse mi sueter azul marino, mi bufanda verde, mi gorro azul, mis orejeras grises, mis Jeans mezqulilla y mis botas grises. Aparte agarré los patines. 
Bajé las escaleras y salí al frío Primaveral, digo primaveral por que estamos en primavera, no sería lógico que dijera frío invernal. 
Camíne por la banqueta congelada. Doblé a la derecha en la primer calle y ahí estaba. Sentado en un escalón, el de su casa. Con algo en la mano que idetifiqué como un iPod. Estaba menos abrigado que yo, solo traía una chaqueta gris y oviamente la demás ropa. 
Yo seguí como si no lo hubiera visto. Desafortunadamente tenía que pasar por ahí, así que cogí toda el orgullo que me quedaba y pasé por ahí, como si fuera una chica que no lo conocía y que no le importaba que ése estubiera ahí. Viendola. 
-Aurora. - Dijo encuento lo pasé. Lo dijo bajo, pero sabía que lo escuchaba. Sentí su mirada clavada en mi espalda, y unos segundos despues se oían unos pasos atrás de mí, cada vez mas cerca. 
-Aurora, no hagas que no me escuchas. Necesitamos hablar. 
Seguí caminando.
-Aurora, solo dejame decirte algo, solo dame 1 minuto.
Bien, un minuto estaba bien, pero tenía que tener orgullo. Tenía que hacerme la díficil. Díficil... ¡Ja!
Me voltié hacia el. 
-Vale, tienes un minuto exacto. ¿Que quieres? 
Me miró incréulo. 
-Bien, ahora que lo dices, ya se me olvidó, pero dejame decirte que extrañaba tu voz. 
-Medio minuto. 
-Mira Aurora, perdón por lo que te dije el viernes, pero es que no sabría como explicartelo. 
Me quedé callada. 
-Tampoco podemos ser amigos, yo no puedo estar cerca de tí aunque eso es lo que yo mas quiero en el mundo. No importa que me odies, se que me lo meresco. Ya es todo lo que me alcanzó en un minuto. 
-En realidad fueron 2 minutos, me diste lástima, creéme que si hubieras visto tu cara, te hubieras reído  de tí mismo.- Dí la vuelta con orgullo y seguí caminando. Sentí su mirada. 
Me arrepentí de lo que le dije, podía ver en su cara que todo lo que me dijo era cierto, pero ya no podía soportar esto. Vale, yo tambien me pasé un poco por lo de me diste lástima, pero que mas dá. Ya lo dije y no puedo regresarme corriendo a decirle que no me dá látima y que le creo. 
No puedo, y no debo. El orgullo me gana. 
¡Diablos! ¡Maldito orgullo!
                                                                                                       -LizzieG.

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