viernes, 31 de agosto de 2012

No sé si lo notaron, pero... PANICO


   
        Es enserio; No tengo idea si lo notaron, pero el Blog desapareció por un día. "El blog que está buscando ha sido eliminado". Primero entré en pánico, luego me puse nerviosa, luego me frustré. Y luego anduve lamentandome por todo Twitter y Facebook.
  Así que si lo notaron, quería pedir disculpas, pero no sabía que hacer para recuperarlo por eso arrastré a mi hermano a que me ayudara  y si no lo notaste muere  entonces... pues nada. Que desapareció y entré en mi etapa de pánico y la única razón por la cuál no me puse a hackear , ejem, ejem, es porque no sé cómo hacerlo...
  Así que quería pedir disculpas, y de pasada por no subir la reseña ayer. Pero no pude.


Saludos.
 Sthep S (Y LizzieG, o no, pero es lo que ella diría más o menos si estuviera conectada para avisarle)

martes, 28 de agosto de 2012

Pregunta: Portada Obsidian




Hola, chicos.
 Generalmente no hago publicaciones como estas, y LizzieG y yo no hablamos sobre las entradas que no salen de las de Water y Mine, pero desde que vi ayer la portada de Obsidian ejem, ejem, el libro que está pinchando corazones en toda la blogosfera, ejem, ejem  no he parado de pensar si me gusta o no...
 Porque no sé, la imagen está rarita, pero no puedo decir que no me gusta, porque sería una mentira. Pero tampoco puedo decir que  sí me gusta... Ninguna de las portadas me gustaban, pero esta no me gusta más que las otras... Y al  final no puedo decidirme acerca de esta portada.
  Así que les quería preguntar qué piensan ustedes sobre la portada, ya que yo no puedo decidirme.

Besos,
Sthep S.

Mine, capítulo 39.


Mine, capítulo 39. "Es difícil verte cuando hay tanto dolor".

Justamente como yo pensaba, las cosas no fueron siempre fáciles para nosotros dos; Tuvimos la primera pelea dos semanas después.  Claro que ya las habíamos tenido antes, pero no contaba como "Pelea", era una de nuestras discusiones infantiles que amaba, que siempre terminaban con un beso. Pero esta vez no era así, era real. Era fuerte. No sobre Clea, ni sobre Oliver, ni siquiera sobre nosotros dos.
 Esta vez, era algo diferente.
Muy diferente.
 Estabamos en el sillón; Yo estaba sentada y Lucas acostado, con una almohada sobre mis piernas mientras yo jugueteaba con su  cabello. Estabamos viendo una película, o eso su suponía, pero lo único que hacíamos era pláticar y reírnos irremediablemente. Él me hacía cumplidos lindos por el que todas las chicas matarían y yo me avergonzaba y le decía que era mentira, ocultando mi rostro con mi cabello y dandole golpes pequeños en el brazo, con él fingiendo que le dolían.
--Es enserio--Dice.
Bajo la cabeza para verlo.
--Mentira.
--¡Que sí!
--Cállate o te correré--Le amenazo con una sonrisa.
Se levanta lo suficiente como para besarme ligeramente y luego volver a acosarse sobre mis piernas.
--No, no lo harás.
--¿Quieres hacer una apuesta?
Antes de que conteste mamá entra por la puerta con el correo en sus manos. Lucas la saluda aún con la cabeza recostada sobre mis piernas, y mamá lo saluda distraídamente. Antes de poder decir cualquier cosa, ella dice:
--Lena, creo que aquí hay algo para ti.
Y como nunca hay correo para de nadie más que no sea mi papá, cierro los ojos cuando mamá se acerca  y me entrega la carta. Suspiro, deseando que fuera sólo un sueño. Y sueño, muy, muy feo.
 No es sorpresa cuando veo su nombre ahí escrito, pero en vez de empezar a hiperventilar, la pongo enseguida de mí en el sillón. Mamá ha visto también el nombre, así que se queda ahí parada esperando a que diga algo.
 ¿Es que nunca leía quién me las ha estado mandando?
--Gracias, mamá.
Ella suspira y se aleja diciendo que estará en su cuarto, por si la necesitamos. Y entre sus palabras está escondido un : "Estoy escaleras arriba, no hagan nada inadecuado".
 Tomo el control de la tele y cambio el canal.
Noto la mirada de Lucas desde abajo.
--¿Porqué te afecta tanto?--Pregunta.
Sonrío, como si estuviera confundida.
--¿Qué cosa?
--Deja de fingir. Me refiero a tu papá y a todos los mensajes. Creo que sólo quiere hablar contigo, ¿No crees?
 Lo miro de reojo, mientras mi sonrisa se desvanece.
--Tú no sabes nada--Murmuro--¿Te gusta este programa?--Señalo la pantalla con el control.
--Entonces explícamelo--Dice.
Sin mirarlo, aplasto los botones del control.
--Entonces hay que cambiarlo.
El me quita el control de la mano y se levanta a mi lado, tomando la carta para no sentarse sobre ella.
Se la arrebato y la guardo en uno de los cajones enseguida del sillón.
--Lena...
--No quiero escuchar ni una palabra. Cámbiale al canal.
--Sólo quiero ayudarle.
Me niego a mirarlo.
--Cambia el canal.
--¿No confías en mí?
Lo miro y me cruzo de brazos.
--Lucas.
--¿Qué?
--Esta es una de esas cosas que no tienes derecho a tocar.
Y como ya he utilizado esas palabras antes por lo de Ellie, el mira al techo y luego me mira a mí, incrédulo.
--Espera. ¿No me lo quieres decir porque yo no te digo qué pasa con mi hermana?
--No es eso.
--Es lo que parece.
Intento quitarle el control, pero lo aleja de mí, mirándome a los ojos.
--¿Porqué haces esto?--Le recrimino.
Levanta las cejas.
--¿Crees que me gusta verte como si alguien se hubiera muerto?
--Yo no...
Antes de terminar la oración, él me interrumpe.
--Sí, sí lo haces.
Me quedo de brazos cruzados mirándole, completamente callada.
--Creo que es un asunto muy personal.
--¡Es difícil verte cuando hay mucho dolor!
Se queda mirándome, esperando  a que yo diga algo. Me tallo mis ojos.
--¿Y entonces qué se supone que tengo que hacer?--Digo, a punto de entrar en lágrimas.
--Creo que tienes que enfrentarlo, Lena.
--¿A qué te refieres?
--Tú me dijiste que quería verte, ¿No? Por eso los mensajes. Todas las cartas. Entonces ve a verlo, habla con él.
Me levanto del asiento y me voy directa a la cocina hecha una furia.
--Haces que suene muy fácil.
El también se levanta y me sigue, lo que es peor, porque a diferencia de muchas veces, sólo lo quiero lejos.
Tomo agua del refrigerador la empiezo a verter en un vaso.
--Es que lo es.
El agua cae en el suelo, un poco. La dejo con manos temblorosas en el lava trastes y lo miro.
--No. No lo es. Tú no sabes nada.
--¿No crees que deberías entonces explícarmelo?
--No.
Me doy la vuelta, dándole la espalda y me obligo a tragar el agua que se queda atascada en mi garganta. Mi nariz empieza a arder, lo que significa que voy a llorar en cualquier momento. Lucas se queda en silencio unos momentos y luego se pone detrás de mí. Recarga sus manos en la encimera, de tal forma que me rodea. Y pone la barbilla en mi hombro.
 Primero pienso que se va a quedar callado hasta que yo diga algo, pero luego dice:
--¿Sabes? Siempre quise hacer esto.
--¿Qué cosa?
--Esto.
Quita las manos de la encimera y me abraza, aún con la barbilla en mi hombro.
Pensé que seguiríamos peleando.
Me hecho a reír, pero después de unos segundos tengo que detenerme, porque las lágrimas silenciosas empiezan a desbordarse.
 Pero él no empieza a decirme esas cosas que los psicólogos dicen "Estás a salvo", "Todo va a estar bien". Sólo empieza a darme besos en el pelo.
--Es doloroso verte tan asustada--Murmura.
--No estoy...
Ni siquiera me molesto en terminar. Ambos sabemos que no es así.
--Si alguna vez quieres contármelo... Ya sabes--Sonríe--Mi hombro está disponible.
Levanto una ceja y sonrío levemente.
--Las personas tienen secretos--Le digo, voltéando hacia él, liberándome de su abrazo--Tu también me tienes secretos, ¿No?
--Sólo porque no es mío, si no te lo contara. Y tú lo sabes, porque ya hemos hablado de esto antes.
--Pues...--Comienzo, pero me quedo corta. Levanta una ceja, esperando a que diga mi excusa--Tú... No puedo.
Se cruza de brazos.
--¿No crees que si sólo lo ves una vez...?
--No, Lucas, las cosas no son tan fáciles. No me dejará en paz nunca.
--No lo hará hasta que te vea.
Respiro fuerte.
--He dicho que no.
--¿No lo harías ni siquiera por mí?
--No lo hago ni siquiera por mí.
Entrecierra los ojos.
--Está bien. No lo veas. No me hagas caso. ¿Pero porqué no lees las cartas? Puedes simplemente leerlas y luego abandonarlas y él no se dará cuenta.
--¿Qué parte no entiendes de No Puedo?
Me agarra de los brazos y se inclina hacia a mí.
--No quiero discutir contigo, ¿Bueno? Cálmate.
Respiro fuerte.
--Pero no dejaremos de discutir acerca de esto, ¿No?
Se inclina de hombros.
--Yo sólo quiero ayudarte.
--Y lo aprecio, pero no.
--De hecho quiero ayudarnos a los dos.
Me cruzo de brazos como él y sonrío ligeramente.
--Ah, ¿Sí? A ver.
--Ya te lo dije: Es difícil verte cuando hay mucho dolor.
Es un poco diferente esta vez: Intento decirle que estoy bien, que estoy feliz con mi vida. Aún más para su sorpresa, ya que nunca pero nunca le digo nada parecido, le dije que era feliz estando con él y que lo quería. Le dije que mi vida estaba bien hasta que perdí el control y terminé gritándole. Él sólo quería ayudarme, yo lo sabía. Dios, lo sabía. Pero soy muy terca y me estaba saliendo de mis cabales. Al final no estoy muy segura de qué terminamos discutiendo, porque ambos comenzamos a gritar perdiendo abosultamente todo el control, aún cuando él intentó calmarme y calmarse a sí mismo. Le dije que no lo entendía, que no era su padre, que era el mío. Que eramos diferentes. Que no creía que en mi lugar lo pudiera hacer mejor.Y me respondió. Me respondió que sólo quería ayudar y que era muy egoísta de mi parte mandarlo al carajo. Me dijo que era muy terca y me preguntó si me parecía justo que él me viera tan asustada y atrapada cuando él me amaba tanto. Lo cuál, por cierto, me dejó tanstornada. Estaba acostumbrada que fuera él el romantico entre nosotros, pero me dejó sin aliento.
Me preguntó si me parecía justo que utilizara a Ellie en su contra. Y seguímos gritándonos hasta que mamá bajó las escaleras y nos preguntó que estaba pasando.
 Lucas le dirige una mirada y luego me mira a mí.
Y al final tengo que murmurar:
--Creo que tienes que marcharte.
Y después de saludar a mi mamá educadamente, sale por la puerta.
Limpio mis lágrimas furiosas mientras mi madre me reclama con la mirada.
Y no tengo más que girarme y encogerme de hombros.


-Sthep Stronger.

lunes, 27 de agosto de 2012

Sorteo en Spread My Wings




 Y que nada, pasándome por acá para publicarles que en Spread My Wings está este concurso de una autora cuyo nombre no recuerdo pero que se ha hablado maravillas de ella por su anterior libro, Easy.
  Y, claro, no más faltan las palabras mágicas: Internacional.
Pero aclaro, los libros están en inglés ( lo cual para mí sería una gran excusa para leer en inglés de una vez por todas)

 Así que ya saben, entren aquí :) no aquí; aquí: 
                                      AQUI           



¡Los veo! 
 Sthep S.

jueves, 23 de agosto de 2012

Reseña: Eternidad, Alyson Noel.

Reseña: Eternidad, Alyson Noel.
El primero de una saga
 
Ever guarda un secreto: Puede oír los pensamientos de todos los que están a su alrededor, ver su aura y descubrir su pasado con sólo tocarles la piel.
 Abrumada por la fuerza de su gran don, vive encerrada en sí misma, y sólo tiene dos amigos, los excéntricos Heaven y Miles.

Todo cambia, sin embargo, cuando Damen se incorpora en su clase; Atractivo y enigmático, despierta rápidamente el interés de todas las chicas del instituto. Ever, como siempre, intenta mantenerse al margen, pero muy pronto descubre con una mezcla de temor y fascinación que Damen no tiene aura y altera de una forma misteriosa todos sus poderes.




Ever solía tener una vida hace muuuuuuuuuuchoooooo tiempo  dónde era alguien popular, tenía novio, un grupo de porristas, dos padres y una hermanita pequeña. Y su vida era tan malditamente perfecta... Hasta que el accidente que mató a su familia, excepto a ella, sucedió. Ahora Ever es rarita, pequeña, muy rara, tiene una cicatriz en la frente, puede ver el aura de las personas, es demasiado rarita, lee los pensamientos de las personas, es muy extraña, es una cabezotas y es increíblemente rara. Y sí, sé que lo he dicho varias veces, pero es muy rara.


  Érace una vez, hace mucho, mucho tiempo-dos años-, yo era una novata que saltaba por ahí y por allá, cantando por un lado y el otro y leyendo los libros de Ghost Girl. Y había un libro que apareció por ahí y no pude resistirme porque la sinopsis lucía taaaaaaaaaaaaaann pero taaaaaan bien y la portada era taaaaaaaaann pero taaaaaaan bonita. Así que me lo compraron, y... Nada. Me dejó más fría y más vacía que yo en mis clases de matemáticas. Y eso ya es decir mucho. Enserio.
  Cosa que si lo piensas, a lo último no es tan sorprendente, si te das una vuelta por todos los Blogs de malas reseñas, entenderás porqué la mía también lo es.

Empecemos por Ever. Creo que puedo entender el dolor que se supone perder a alguien. Lo sé, doloroso, sufres mucho, es cierto, pero ella es tan... Cabezotas. Es muy dramática, te cae mal. Así de simple.
 Y luego está este chico de nombre que hasta hace poco no he sabido como pronunciar así que le llamaba Damián . Su nombre es Damen Damían , que es el chico muy clavadito de muchos libros que está Super Bueno y es nuevo y todas pero todas las chicas quieren con él. Ever sabe que hay algo mal con él, algo diferente. Se siente diferente.
 No puede ver su aura.
No puede ver su pasado.
No puede nada.
 Y como ella en la primera parte del libro ella lo evita. Está en su etapa del NO DEFINITIVO. Y es difícil evitarlo cuando su mejor amiga La Niña Gótica está detrás de él como un perrito faldero. Y es un poquito difícil para Ever mantenerse alejado de Damían  porque en verdad le gusta. O algo. Quiero decir, en los pocos días que se conocen, así que no me tiene muy contenta  
  El libro entero, Creéme, ENTERO   es acerca de lo que siente Ever por Damían  Damen. Y es simplemente molesto. Es como que la niña está enamorada de Damián  Damen, pero lo único que él hace es echarlo a perder, y luego lo perdona y lo ama y luego él la quiere manosear y luego aparece Drina (Y como mi personaje de ensueño tiene que ser pelirroja y malvada, amo a Drina) y que sólo está puramente para empeorar las cosas.
 Pensé que el libro era más cosas de su poder y de su familia, pero en su mayoría es acerca de su romance con el niño, que por cierto, es bastante pobre... Y ella te cae mal.
 Quiero decir, no puedes ni considerar ponerle una buena calificación al libro porque ni uno de los personajes te caen bien ni siquiera Drina, que es pelirroja y malvada, todo lo que yo quisiera ser  . Ninguno. Tal vez Sabine, quién no apareció en la gran mayoría del libro. Así que ya sabes.

 A mí me Spoilearon horrible acerca de los libros siguientes y sabía, sabía que la Niña Gótica me iba a traer problemas. Lo supe desde el primer instante en que la conocí. Me pregunté porqué Ever no puede tener más amigos.
 Pero luego recordé que a nadie le gusta Ever.
Y con eso digo todo.

  
 


No he odiado este libro, pero tampoco me ha encantado. Ni siquiera me ha gustado. Probablemente el único punto que me gustó fue el hecho de que su hermanita fantasma ande por allí la mayoría del tiempo. 
  Pero la historia no termina de gustarme. El ritmo es rápido, lo que lo hace peor porque siento que ella se enamora muy rápido. Los personajes no son buenos. Ni nuevos; ya he visto a todos los desgraciados personajes antes. El final es lo único que tiene acción, cuando ella entiende algunos Porqués, unos cómos, unos cuántos, unos quienes. (Ejem, ejem, quién, perdón) 
 Y luego... Nada.
No, enserio: Nada. Terminas muy indiferente. Bien helada.
Este libro ni me va ni me viene, pero bueno para gustos hay colores. 



Y ahora los dejo porque tengo que meterme algo de matemáticas a la cabeza, llenar mi sistema de cafeína y hacer mis planes malvados para dominar al mundo. ;)

Saludos, 
Sthep S.

martes, 21 de agosto de 2012

Mine, capítulo 38.

Foto: La vida es muy corta como para andar peinandose.
D.G
Mine, capítulo 38. "Primeros amores".

--¿Entonces no tienes nada que decirnos?--Me interroga Sara, sentada en la silla del comedor mientras comparte unas galletas con mamá.
Extiendo mi libro de historia sobre la mesita de la sala y anoto la respuesta que tanto me ha dado la lata en el cuaderno.
--¿De qué?--Pregunto, distraída.
--Tu bien sabes de qué, niña--Suspira mamá.
Volteo hacia ellas para mirarlas, y las encuentro con una sonrisa en sus rostros.
--¿De qué?--Repito.
--¿Cuando ibas a decirme que tenías novio?--Me recrimina mamá, un poco irritada.
--¿Y que es Lucas?--Sara se ocupa de ponerle sal a las heridas.
Golpeteo la pluma sobre el cuaderno y sonrío para mis adentros.
Lucas.
--Eh... No lo sé.
Sara chasquea la lengua.
--¿No sabes?
Me rasco la barbilla, incómoda.
--No planeaba decírselos.
--¡Lena!--Me recrimina mamá de nuevo--¿Cómo es que no planeabas decírnoslos? ¡Soy tu madre!
Me rasco la nuca.
"No te lo he dicho porque no estoy segura si lo que estoy haciendo está bien"
--Humm...--Murmuro, mientras doy vuelta de página.
--¡Nada de "Hum"! Hay que invitarlo a cenar.
Rompo accidentalmente la página de mi libro.
Genial.
--¿Para que quieres invitarlo a cenar?
--Para conocerlo.
--¡Pero si tu ya lo conoces!
--¡Sólo invítalo!
Niego con la cabeza.
--Olvídalo, mamá.
Recojo mis cosas para terminar de hacer la tarea allá arriba. Pongo los libros y cuadernos sobre mi cama y me acuesto sobre la colcha helada y recargo el libro sobre mis piernas.
 Tres respuestas después y dos cabeceadas, Sara toca la puerta de mi cuarto.
Justo a la persona que quería evitar en todo el santo mundo.
Y exactamente esa persona está en mi habitación, recargada en el marco de la puerta, con un vestido verde pistache sencillo y su pelo ondulado colgando hasta sus hombros.
Pongo el libro de historia sobre mi cabeza y me quejo.
--No quiero escuchar ni una sola palabra--Le digo.
Entra a mi habitación cerrando las puertas detrás de ella y se sienta en la silla de mi escritorio. Me quito el libro de la cabeza y la observo desde mi cama. Está sonriendo. De esa manera de "Yo sabía",  pero como le he pedido, no ha dicho ni una sola palabra.
--De acuerdo, dilo ya.
Ella empieza a girar en la silla giratoria.
--¿Decir qué, Lena?
Me siento de golpe en la cama.
--Ya sabes. El "Te lo dije". Dime que estaba equivocada. Que me dijiste que caería de cualquier manera. Búrlate de mí. Dime que ahora me harás carrilla a mí como yo a ti. Dilo.
 Ella se levanta y se sienta a mi lado. Pone una mano en mi hombro.
--De hecho estoy muy feliz por ti.
La miro, esperando a que se aclare. Lo hace después de unos segundos.
--Me sentía un poco preocupada. No dudaba en que eres capaz de estar sola, y no lo dudo.  Era sólo que me preocupaba que encontraras a esa persona especial y simplemente lo rechazaras por miedo.
 Ruedo los ojos.
--¿Miedo a qué?
--A lo que todos y cada uno de nosotros tenemos: Al rechazo.
Es verdad.
Es absolutamente verdad.
Sin embargo me avergüenza decirlo, así que aparto la vista.
 Me pregunto si nos vamos a poner sentimentales de nuevo.
Recarga su barbilla en mi hombro, apoyando las manos en la cama y me mira.
--¿Qué piensas?
Estoy a punto de mentir, pero luego agrega:
--Sé honesta.
Me tomo un poco de tiempo antes de contestar.
--Quería decirle que no--Murmuro--Pero tampoco quería dejarlo ir.
Sara ladea la cabeza.
--Creo que no te entiendo, guapa.
--Yo prefiero estar sola, ¿entiendes? Así no le doy la oportunidad a nadie de romper mi corazón, pero él sólo vino y sonrío y... Y ayer me dijo que me amaba. Y simplemente no pude resistirme--Me rasco el cuello--Pienso que tal vez debí dejarlo ir. Quiero decir, tengo 16. La cosa no durará mucho.
 Agita la cabeza.
--Lena, ¿porqué te preocupas por eso?
Me encojo de hombros. Ella se levanta y me toma de los brazos, mirando mi rostro fijamente.
--Escucha, ¿El te hace feliz? La verdad.
 Recuerdo la última noche, la manera en que me miró... y en la que me besó.
Y prácticamente me derrito ahí mismo con el sólo recuerdo.
--Tú mirada ya lo ha dicho por ti--Sonríe Sara--Esto es lo que tienes que hacer: Abrázalo, bésalo, llévalo a casa y no lo sueltes. Todo estará bien.
 Sonrío.
--Vaya, mi prima me está dando consejos de amor.
--Tu prima favorita--Corrige.
Suelto una risita.
--Gracias--Susurro.
Sara se sienta de nuevo en la silla y me sonríe.
 Y entonces recuerdo otra cosa:
--¿Y tú cómo supiste que estaba saliendo con Lucas si no se lo he dicho ni siquiera a Luce ni a Noel?
Ella sonrío.
--Tampoco es como si tu hubieras hecho algo para evitarlo. Anoche estaba aquí ayudando a tu mamá, ¿recuerdas? Y tú sólo subiste las escaleras con esa mirada y esa sonrisa.
--Eso no explica porqué sabías que se trataba de Lucas.
--Ah, eso. Lucas le contó a José sobre ti, que le dijo a Laura, que me dijo a mi y a mamá.
 Me sobresalto.
--¿Qué dijo de mí?
Ella se encoje de hombros.
--Pues me dijo José que llegó con la misma pinta que tu llegaste, que le preguntó que había pasado y le respondió que había estado contigo.
 Hojeo el libro de historia como si no tuviera importancia, pero alzo los ojos hacia Sara, que me mira fijamente.
--¿Y cómo sabes que llegó con la misma pinta que yo? --Hago una pausa--Tal vez soy sólo yo quién está de esta manera.
Eso me deprime.
Ella rueda los ojos.
--Porque José me lo contó después de Laura y lo dijo detalle por detalle: El brillo en sus ojos, la sonrisa, el bueno humor. Dijo que era la cosa más extraña que había presenciado.
 Sonrío, mientras sigo hojeando el libro.
--A lo mejor estaba sólo exagerando.
--¡Oh, vamos, Lena! Todos veníamos viendo la mirada que ponía cuando te cruzabas en su camino. Y no sé cómo no lo viste antes. Que esté bien clavadito contigo es cosa que ya todos sabíamos. De hecho, desde hace tiempo que para nosotros ustedes dos ya tienen una relación. Sólo que fue oficial hasta la noche pasada.
 Sonríe y la miro.
--¿Enserio?¿Todos lo vieron venir, pero yo no?
--Así es.
Me acuesto boca arriba y resoplo.
--No puedo creerlo. Debí haberlo visto antes.
Sara se acuesta enseguida de mí y vemos el techo juntas.
--Creo que no lo viste porque no estabas preparada para hacerlo.
--¿Y cómo es que de repente estoy preparada?
Se encoje de hombros.
--¡Uf! Son cosas que... de pronto sabes. Y ya. No es la gran cosa.
La miro de perfil.
--Claro que lo es.
--De cualquier manera no sirve. Si hubieras sabido antes de tiempo probablemente hubieras huido de la cuidad y ahora mismo estarías en los límites de Canadá.
Sonrío.
--Sí, es cierto.
Sara me mira y sonríe.
--Tengo que irme--Dice, levantandose--Te veo mañana y me cuentas como estuvo esta noche.
La miro entornando los ojos.
--¿Y tú como sabes que voy a salir con él esta noche?
--¡Dahh! Porque apenas ayer lo hicieron oficial. Estarán saliendo muy seguido el primer mes. Créeme.
 Dos minutos después ella se va y yo llamo a Luce para decirle.
--¡Con razón!--Dice después--Te veías diferente cuando entraste de nuevo. ¿Cómo es que no me lo has dicho en cuanto se besaron? ¡Yo te cuento todo! Cariño, él es tu primer amor. ¡Tienes unos gustos muy buenos! ¡Que envidia! Mi primer amor tenía frenillos dorados y era un cortón. ¿Pero qué se puede decir? Tenía sólo catorce años. ¡Uf! ¿Qué harán esta noche? Seguro y...
  Sonrío mientras escucho a Luce parlotear en la otra línea. Recuerdo la conversación con Sara y luego la corto para preguntarle:
--¿Crees que hice bien en aceptarlo?
Hace una pausa.
--Cariño, ¿Tienes dudas?
Agito la cabeza.
--Es sólo que... No sé. Siempre me dije que terminaría sola y con dos gatos. Me gustaba la idea, me sentía cómoda. Pero él sólo apareció y... prácticamente me tiré a sus brazos. Me hace sentir como si mis promesas valieran nada.
 Ella resopla al otro lado de la línea.
--Cariño, Lena, créeme, tú no te tiraste a sus brazos así como así. Te tardaste mucho tiempo en aceptarlo. Más del que yo recomendaría hacer esperar a un chico... Pero él simplemente... Te esperó. Todos los días que te miraba, tenía esa cosa en sus ojos. Y tú estabas como en Marte, porque nunca te diste cuenta. Te esperó más que cualquier chico esperaría. Significa que realmente te quiere. ¿Sabes que...?
  Y vuelve a parlotear como si estuviera leyendo un texto a una velocidad luz.
--... Está bien--Dice después--Tienes inseguridades. Es normal. Aunque tu tienes más que las que deberías. Chica, ¿Sabes que yo mataría porque un chico me mirara de esa manera? Es un fastidio. Con eso de que Noel está saliendo con Ridley... ¡Y yo sola!
--¡Pero si sales con Keller! ¿Que no?
Me volteo boca abajo y recargo mis codos en la cama, con mis pies balanceándose arriba.
--¿Ese idiota? No.
--¿Qué pasó?
Suspira.
--Nada. Es un cerdo.
--Pensé que te gustaba. No tiene pinta de ser un cerdo.
Escucho a mamá subir las escaleras, probablemente para buscar algo en su cuarto, y cómo no me molesta que pueda oír mi conversación infantil con Luce, no me levanto a cerrar la puerta.
 A veces simplemente somos muy infantiles.
--Eso es lo que todos los chicos te hacen creer. Excepto el tuyo, claro.
 --¿Lucas?--Digo.
--Claro--Me responde al otro lado de la línea--Conozco a ese tío desde que se cambiaron a nuestra escuela. Te puedo decir que tu chico es legal.
 Ignoro que Luce empieza a hablar de manera española de nuevo, pero decido ignorarlo.
--¿Entonces tienes una especie de radar de si los chicos son legales o no?
--¡Totalmente!
Ladeo la cabeza.
--¿O sea que si Lucas hubiera dado negativo, tú...?
--Te lo diría y le dijera que se aleje de ti, porque tengo dos puños.
--Si Keller resultó ser un cerdo y te dio positivo, y Lucas también... ¿Tengo que preocuparme?--Le digo, de broma.
 Nos reímos juntas.
--Bueno, a veces mi intuición falla--Contesta.
Mamá toca mi puerta.
--Por supuesto, Luce. Estás loca, ¿Sabes? Eres la amiga más extraña que he...--Digo, mientras volteo hacia mi puerta.
Pero no es mamá.
  Ahí parado en mi puerta está el chico más estupendo en todo el mundo, recargado a el marco de mi puerta. Con una sonrisa de oreja a oreja y con una ceja arqueada.
 Sonrío, pero inmediatamente me pregunto cuánto de la conversación oyó.
--Oye, Luce. ¿Te marco después, bueno? Tengo que hacer algo. Bye.
Me reclama algo pero cuelgo y no escucho muy bien que quiso decir.
--¿Tengo que preocuparme de que estén hablando de mí?--Me pregunta.
  Ahora soy yo quién levanta una ceja. Me siento en la cama, y dejo que mis pies cuelguen por el borde.
--Por supuesto que no. Considérate afortunado, no todos los chicos tienen ese privilegio.
Sonríe aún más de esa manera burlona que tanto me gusta y se acerca a mí. Se inclina hacia mi rostro y me besa dulcemente.
--Me considero afortunado--Afirma, y me da otro beso rápido en los labios.
Mi estómago está invadido de mariposas, y no puedo hacer otra cosa que morderme los labios para no sonreír como una babosa.
 De acuerdo, tal vez el término "mariposas no sea el correcto". Es más bien como si tuviera avispas asesinas.
--¿Vamos?--Susurra.
Me levanto y pongo mi celular en mi bolsillo.
--Ya está. Oye, ¿Cómo has entrado?
--Tú mamá me dejó entrar.
Sonrío.
--¿No te hizo ningún interrogatorio?
Toma mi mano y bajamos las escaleras, ambos con buen humor. Siento extraño que tomara mi mano, ya que es nuevo para mí. Pero no me gustaría cambiarlo.
--Más o menos.
--¿Qué te dijo?
--Cosas que las madres quieren saber de las citas de sus hijas.
Resoplo y en la sala nos encontramos con mi mamá, que sonríe de oreja a oreja.
--Cuídense, niños.
Después de que Lucas prometa que me cuidará, mamá nos deja ir.
--No dejes que ella te intimide. A veces puede ser muy sobre protectora--Le digo, mientras me pongo el cinturón de seguridad.
--Ella no me intimida. Para nada. Además sólo quería que supiera una de las cosas que siempre haré. Te cuidaré.
--¡Uf! Bien parece sacado de una película.
Sonríe y se inclina hacia mi, desabrochando su cinturón de seguridad.
--Ven aquí, cabezotas.
Me inclino también hacia él.
Y me besa antes de encender el motor.
Y una vez más tengo que preguntarme si es lo correcto.


-Sthep Stronger.

Pd: Y una vez más Diana, te lo debo, porque aguantaste que Lena fuera tan cabezotas. :)

viernes, 17 de agosto de 2012

Presumiendo, Presumiendo #4

Hola, chicos. Como ya se me hizo costumbre vengo otra vez  a enseñarles presumirles  el nuevo libro que me acabo de conseguir :)


Siento la mala foto, soy un desastre de fotógrafa XD
Se trata de Secretos, de Sara Shepard, cuyo primer libro ya tengo reseña lista pero no sé cuando la estaré mostrando ;)


¡Y...! También quería darles las gracias porque me he dado cuenta de que ya somos 20 seguidores.
Quería agradecerles, y les agradezco de parte de LizzieG, con quién no he hablado recientemente así que no creo que sepa que alcanzamos los 20 es muy emocionante para mi 

Besos!
Sthep S.

jueves, 16 de agosto de 2012

Reseña: Eternos, Kirsten Miller.

Reseña: Eternos, Kirsten Miller.
#1.


Haven Moore ha vivido siempre en la pequeña cuidad de Snope City, Tennessee. Pero desde que tiene uso de razón ha experimentado razones de una vida pasada en la persona de una joven llamada Constance, cuyo amor por un joven llamado Ethan termina en una tragedia espantosa.
  Un día, Haven ve en la televisión al famoso Playboy Iain Marrow, y eso la transtorna. Huye a Nueva York a buscar a Iain y ahí se ve envuelta en una épica aventura amorosa, tanto como peligrosa, que parece obra del destino. ¿Es Iain su amado Ethan? ¿O su asesino en una vida pasada? Haven pide a los miembros de la poderosa e enigmática sociedad Ouroboros que le ayuden a descifrar los misterios de la reencarnación que la ayuden a descifrar los misterios de la reencarnación y a descubrir los secretos ocultos en sus vidas y amores previos antes de que todo se pierda y el ciclo vuelva a comenzar. Pero, ¿Qué es la sociedad Ouroboro? ¿Y cómo sabe Haven en quién confiar?


Haven ha vivido toda su vida con Ataques de Visiones Demoníacos.
O eso piensa su abuela cuyo nombre no recuerdo cómo escribir ni pronunciar. Haven tiene visiones donde es alguien más, está desesperada y está con su amor de toda su vida...Y luego está muriendo. Pero cuando Constance grita, Haven también lo hace. Lo que hace que su abuela que es más religiosa que las mamás de las Telenovelas que terminan siendo unas brujas piense que ha sido poseída por un demonio y cada ratito quiere hacerle un exorcismo Te lo juro, cada vez que la ve casi se pone a rezar el Padre Nuestro y a limpiarla con plantas curativas que acá entre nos bien pudieran ser del jardín del vecino  . Haven sabe que Ethan está por ahí afuera, en algún lado. Haven quiere saber quién es. Y luego, su mejor amigo Beau Que adivina qué, nombre que tampoco puedo pronunciar  le muestra una revista donde está el super guapote Iain Marrow ¡Ta dá!¡Bienvenido al libro dónde no puedes pronunciar ningún nombre!  ¡Justo a la derecha de Frustración pasando por Traductor de Voz Google!  quién curiosamente pero muy curiosamente  parece ser el Ethan que Haven está buscando. Y ahora Haven tiene que ir hasta Nueva York para encontrar a Ethan Iain  pero antes tiene que pasar por su abuela exorcista.


En sí el libro es bueno; Es ligero de leer, es Original (Con eso de  Los Vampiros y los hombre lobos rondando por ahí en todo los libros del universo...) y es como un misterio. Quiero decir que estás leyéndolo y en todo el libro es como "¿Y quién es esta?", y "¿Y ahora que va a pasar?" o  "¿Que se supone que piensa que está haciendo?" y luego pasa esto, pasa lo otro y al final nunca pensaste que pasaría la otra cosa. Así es el libro. Sin embargo, aún tengo pegas que ponerle. Y creo que soy muy buena viendo los fallos en todos los libros que leo, sólo en muy pocos Cómo Rubí  las cosas están como para gustarme. No me malinterpretes, el libro me gustó mucho, pero tengo que poner las fallas. 
Otras portadas.

Uno, son los personajes. Cómo... Mae, la mamá de Haven. El problema es que es una guanga.  ¨*Posible Spoiler * Entiendo el concepto en que hubo un tiempo en que ella estuvo  "Enferma", pero ¡Es su madre! Nunca se molestó por obtener la custodia de Haven *Fin de Posible Spoiler* 
Y es como si la Abuela Exorcista fuera su madre y Mae la Empleada Doméstica muy características en las malditas telenovela Nunca volveré a ver una  que quiere dar su opinión pero no es válida, ya que la abuela está en su etapa del NO TE METAS. Tal vez no puede mandar sobre Haven, ¡pero que haga algo! ¡Que se ponga a discutir sobre la educación de su hija con su Madre Exorcista!  ¡Lo que sea! ¡Que deje de ser tan guanga, por Dios, que espabile! (Nota: Aún no estoy del todo segura que significa Espabilar, pero suena bien )    . Otro personaje No-Creíble en cierto momento es Adam, dónde ve a Haven por última vez y habla con ella. Y yo, "¿Y qué? ¿Tan fácil? ", porque... ¡Se supone que es el malo! ¡El malo no hace eso!
Pero al final decidí que no me importaba (Cuando supe que había una segunda parte)
   
        Y al final lo última falla que tengo por señalar es que Iain está enamorado de Haven, y Haven de Iain; Se supone que es lo cosa está clara desde el primer instante en que se ven, más o menos. Pues la falla que le pongo es que Haven se la lleva el libro entero de Bipolar. Que es un mentiroso, que es peligroso, y luego dos minutos después que es un guapo, y que lo ama... No está muy segura de lo que piensa. Es como "¡ Decídete, desgraciada ! " Haven no tiene muy claro en quién confiar.
  Sin embargo es un libro gordo, de unas 400 páginas (En verdad no sé cuántas, pero el libro sí que es gordo) y es muy fácil ignorar las fallitas que le pongo (Exepto el caso de bipolaridad de Haven, ¡Que alguien llame a los doctores!) porque es libro en verdad es bueno. Entiendo porqué lo recomiendan en todas partes.  Por la misma razón por la cuál lo estoy haciendo.
Y, al final, quiero el segundo libro. Porque, insisto: Es un libro bueno (Dejando de lado la guanguez de Mae)

Y ahora los dejo para irme a cantar a todo pulmón We Are Never Ever Getting Back Together <3
Los quiero :)
-Sthep S.


martes, 14 de agosto de 2012

Mine, capítulo 37.

Mine, capítulo 37.
"Juntos"

--Pensé que dijiste que tu hermano iba a venir--Le dije, mirando por el parabrisas del auto, como si no me importara.
Parece que Ellie no se da cuenta, pero Luce sí; Lo compruebo por la risita que suelta desde el asiento trasero y luego golpea ligeramente con el pie mi asiento.
Casi le suelto algo así como que no me interrumpa cuando estoy conduciendo, pero al final la ignoro porque no quiero que suelte cosas de mí y Lucas con Ellie aquí.
 A no ser que Ellie sea una de esas personas que sabe... Eso.
Pero Ellie se encoge de hombros y peina con sus dedos sus cabellos largos y castaños.
--Estaba ocupado; Fue a recoger a Clea al aeropuerto.
Piso el freno de fondo y me voy hacia adelante. Probablemente me hubiera dado un buen golpe si no tuviera mi cinturón de seguridad. Sin embargo era Luce quién no lo tenía puesto así que se vino hacia en frente estrellándose contra mi asiento. Ellie y Luce sueltan un grito.
--¿Que pasa contigo?--Grita Luce, por detrás, con la mano en lo alto de su frente.
No le contesto.
 Suspiro fuerte mientras intento asmiliarlo y suelto el aire atrapado en mis pulmones lentamente. Me dan ganas de gritar porqué carajos está Clea acá, sin embargo no tengo el derecho de preguntar ni exigir ni hacer nada, así que simplemente aprieto fuerte el volante hasta que los nudillos se ponen blancos.
 Me siento un poquito demasiado reemplazada.
Mis ojos se humedecen, pero prefiero quemarme el pelo antes de que salgan, en público.
 Ellie está muy ocupada revisando su maquillaje en el espejo, así que es Luce la única que mira mi expresión. Clea es uno de los temas que le conté a Luce. Sólo que me evité la parte en la que estaba secretamente celosa. Aunque probablemente ella ya lo sabía.
Y como es mi mejor amigo desde años, ella hace las preguntas por mí.
 Hay veces que Luce me desespera, pero la quiero mucho, por momentos como estos.
--¿Y que no Clea estaba por allá en Asia?
Ellie la mira por el espejo divertida mientras yo doblo la esquina.
--Europa.
--¿Y? ¿Regresó corriendo a los brazos de Lucas? ¡Qué patetica!
Ellie la mira.
--¿Y tú como sabes que tenían algo esos dos?
Luce se encoge de hombros.
--Lo dijo una vez.
Ellie revisa sus pulseras y de pasada gira el brazo para ver las finas lineas rojas en sus la parte detrás de sus brazos.
 La espalda le quedó peor.
--Pues no. No sé si esos dos tiene algo, pero lo que dijo Lucas es que ella tenía una beca para venirse a estudiar aquí, y si familia de acá no podía recogerla así que Clea llamó a Lucas.
  Que coincidencia.
Tengo un nudo en la garganta.
Sigo conduciendo como si nada de eso me hubiera afectado un poco. Y odio que en verdad esto me haya afectado.
 Agito la cabeza con negación.
Que tonta, ¿Cómo no se me pudo ocurrir que Clea iba a volver? ¿Cómo no?
Al parecer Luce se queda sin preguntas, así que me lanza una mirada que veo por el espejo retrovisor. Conducimos hasta un café-bar que a Ellie le gusta que se llama Amore. Es grande, muy bonito. El estilo es muy rarito, tengo que decir. Tan rarito como Ellie. Pero de ese raro del que no tienes ningún problema. De ese estilo bohemio.
--He visitado este lugar como dos veces--Dice Ellie--Pero me encanta.
--No más falta que unas gitanas salgan bailando. Eso sería una pasada.--Dice Luce sentándose en una  de las sillas, observando la decoración.
 Yo personalmente no pienso que sea como para que haya gitanas. Pero sí es muy de ese estilo. Más o menos.
--¿Pasada?--Dice Ellie, interrógandola por la nueva palabra.
--Tiene esta... obsesión, por los españoles.
--¡Es que molan!--Dice Luce, contenta.
Sonrío mientras acomodo mi bolso en la otra silla. Y probablemente esté lleno de basura, mi cartera, celular, llaves y tres barras de labiales de diferentes colores. Y probablemente algo comestible pasado de fecha de caducidad.
 Es casi surreal, después de que tuviéramos nuestros pedidos, la manera en la cuál Luce y Ellie hablan de cualquier cosa sin importancia y parecen metidas de lleno en la conversación, y yo sólo puedo pensar en Clea y Lucas.
 Cierro los ojos y siento esa cosa dentro de mi pecho. La cosa que me muestra que me he equivocado.
Suspiro hondo.
"Dejé que esto fuera demaciado lejos"
Lamo mis labios y busco consuelo llenando mi estómago.
--Dios, niña. ¡Tienes hambre!--Me reprende Luce, con ligero tono español.
 La ignoro y sigo metiéndo las alitas de pollo dentro de mi boca.
Ellie sólo ríe.
 Dos minutos después ni siquiera me doy cuenta de que ahora sí están hablando de un tema serio: De las heridas de Ellie. Ellie intenta ser optimista mientras picotea el pastel que pidió pero su voz decae al finalizar cada palabra.
 Debe ser horrible para ella no poder utilizar las blusas sin espaldas que tanto le gustan.
Supongo que la vida no es justa.
Sigo metiendo cosas a mi boca cuando Ellie pone una mano en mi brazo y dice:
--¿Qué tienes?
Luce también me mira con esa mirada de "Me preocupo por ti", pero antes de que yo pueda incluso contestar alguien grita:
--¡Ellie!
Ellie voltea hacia la voz, y cuando lo voy a hacer yo, Luce toma mi rostro y niega con la cabeza. Toma una servilleta y me limpia la cara, cosa de dos segundos. Luego Luce sonríe a la nueva visitante.
--¡Oye...!
Ellie parece sorprendida con la nueva persona.
 Miro hacia atrás.
Es una chica. Tiene el cabello castaño y largo y cara pecosa. Sin embargo las pecas no la hacen ver nada mal. Es muy curioso. De hecho, es muy bonita. Y tiene una sonrisa amable.
Luce se levanta a abrazarle, un poco confusa.
--Pensé que estabas...--Comienza Luce.
Pero la chica interrumpe con una sonrisa y un gesto de mano.
--Sí, sí. Ya lo sé. Pero bueno. --Nos mira a Luce y a mí--Hola, soy...
Pero Ellie no la deja terminar.
--¿Cómo es que estás aquí?
--Convencí a tu hermano para que nos detuviéramos a tomar un café por el camino. Está esperando afuera.¡No sabía que estabas aquí! Hace años que no te veo. Eras más bajita, ¿No?
¿Su hermano? ¿Lucas?
Miro a Luce y ella me mira con la misma interrogante.
Luce decide hacer el trabajo sucio por mí:
--Hola--Dice--Soy Luce.
Ellie parece despertar.
--Eh. Ella es Luce. La rubia es Lena.
Una chispa de reconocimiento aparece en su rostro cuando le dicen mi nombre. Pero luego sonríe. Y con honestidad.
 Sin embargo ya sé lo que va a decir incluso antes de que las palabras se escapen de entre su sonrisa.
--Soy Clea. Encantada de conocerlas, chicas.


Poco después de dos minutos, Clea charla con nosotras con amabilidad, con el café en las manos, ya que se lo acaban de traer. Habla con nosotras tres, pero yo estoy un poco ida. Sin embargo sonrío ligeramente.
 Genial. Genial. Maravilloso.
Acabo de conocer a Clea, quién por cierto, no como la morena que imaginé, pero se acerca. Es muy bonita y es amable.
 Y yo... Soy muy normalita. Y reservada. Y gruñona. Y un tanto irónica.
Miro mi bolso, dónde está metida mi libreta; Sé que nada de esto tiene que ver con Lucas, pero abajo de todos los puntos podría poner una lista de Razones por las cuales estoy fuera del juego.
 Las anotaré cuando llegue a casa.
 Pero soy mucho mejor que todas las marginadas sociales de todos los libros.
Lo peor acerca de ella es que no puedo odiarla. Intento buscar un indicio de superficialidad o superioridad o cualquier cosa que me haga odiarla. Pero no.
 Oculto disimuladamente mi cara entre mis manos.
Y entonces escucho dos cosas:
--Hola, extraña.
--Oye... ¿Porqué tardas tanto?
No sé a qué voz voltear primero.
¿Me hablan a mí? ¿A Luce?
Alguien aprieta mi hombro. Así que respondo a la primera voz.
 Es Oliver. El chico que conocí cuando Luce me metió en esa cita doble y ella tenía la lengua metida en la boca de Keller.
Está ahí, con su cabello oscuro y una gran sonrisa.
--Sólo pensé que debía saludarte--Dice.
Le sonrío. No lo hago por amabilidad, ni porque es la única persona que me salve de Clea. Es sólo que él me agrada.
--¡Oye! ¿Qué haces por acá?
Bueno, tal vez también estoy muy entusiasmada porque me ha salvado de Clea. Algo que Luce puede notar porque me me suelta unos "Uhhhh". La miro para callarla, y entonces veo detrás de ella.
 Lucas está al lado de Clea. Él nos mira a nosotros dos. Y me doy cuenta de que he tomado la mano que Oliver tenía en mi hombro.
 Pero ni siquiera me di cuenta. Fue un reflejo.
Sin embargo no intento repararlo; Si él puede traer a su novia que dice que no es su novia, entonces yo puedo jugar un rato también.
 Mi sonrisa se ensancha.
--Chicos, este es Oliver. Un amigo.
Todos lo saludan con un "Hola" o un "¿Qué tal?" muy amable, sin embargo Lucas es el único que no dice nada. Sólo mete las manos en sus bolsillos y sonríe rígidamente.
 Espero que le duela. No más por eso, no suelto la mano de Oliver.
--¿Un amigo, no?--Canturrea Luce, siguiendo el hilo de mi juego.
 Amo a esa chica.
----Dice Oliver, soltando mi mano.
Sin embargo sigo con la sonrisa del tamaño del mundo en mi cara.
Clea sonríe una vez más y mira hacia Lucas:
--Está bien. Ya tengo el café. Podemos irnos ahora.
Él le lanza una mirada y sonríe dificilmente.
--Claro. ¿Pero sabes qué? Quiero un café también--Nos mira--¿Les importa si nos unimos, chicos?
Después de algunas afirmaciones, él y Clea consiguen unas sillas mientras le ruego a Oliver con la mirada que no se vaya.
 El se mueve, un poco incómodo.
Alguien lo llama a la distancia. Es una chica de cabello negro y muy pero que muy delgada. Labios rojos y pestañas largas.
--Me llaman--Dice Oliver, y me sonríe-- Nos vemos luego, Lena.
La chica lo mira venir y luego me mira a mí. Y cómo sigo fingiendo que él me gusta y lo veo marcharse con una gran sonrisa, aquella chica me mira feo.
 Se sientan en una mesa un poco alejada de la nuestra.
Paso los dedos sobre mi cabello.
--¿Y? ¿Quién era ese?--Pregunta Ellie.
--El tipo que estaba ligando con Lena--Dice Luce.
La miro, porque la cosa no fue así. Cuando me arregló esa cita doble con Oliver, sólo charlamos amablemente. Pero nada de ligar, ya que me habló de su novia Scarlet... Que seguramente era la chica de pelo negro.
Resoplo.
Creo que lo he metido en problemas. Sin embargo cuando miro a Lucas, no me arrepiento. Pero nada. Se ve tan tranquilo... Pero sus ojos están en llamas.
 Y eso me hace sentir satisfecha.
Ahora se lo pensará dos veces antes de mentirme acerca de su novia.
¿Qué pensaba? ¿Que podía jugar con las dos? ¡No!
Y aunque se quedara sin Clea... No sé si podría estar conmigo. Yo no podría.
--Es un amigo--Digo.
--¡Debiste ver la sonrisa en tu rostro, nena!--Canturrea Luce, y me guiña un ojo, sin que nadie viera, diciéndome que ella también estaba en mi juego.
Y como decido seguir jugando, le guiño un ojo pero coquetamente.
Lucas respira hondo y toma del café de Clea. Ella le pone una mano en el brazo... Como si estuviera consolándolo.
--¿Y hace mucho que lo conoces?--Pregunta Lucas.
Quiero levantarme y dar brinquitos, pero me mantengo en mi lugar.
--No realmente.
--Es muy guapo--Dice, Ellie, un poco distraída, tomando su café.
--Pues sí--Concuerdo.
Levanto el café que hasta ahora no he tomado y me doy cuenta de que está goteando. Hago mala cara.
--Oigan chicos, iré a que me cambien esto.
Me levanto y marcho hasta el mostrador. Cuando estoy en media conversación con la muchacha de pelo rubio ceniza y labial rosa pálido, alguien toma mi brazo.
 Me doy la vuelta para encontrarme con Lucas.
--Hola--Murmura, frío.
--¿Qué pasa?
Me aleja de la muchacha del mostrador y luego pregunta:
--¿Porqué?
Tardo unos segundos en responder.
--¿Porqué qué?
--¿Porqué...?--Mira hacia todos lados antes de continuar, ciego por la furia--¿Porqué estás saliendo con todos estos chicos?
Parpadeo. Y vuelvo a repetirlo:
--¿Porqué?--Hago una pausa--¿De qué hablas?
Como no contesta, sólo me mira fijamente, agrego:
--Yo puedo salir con quién se me da la gana.
Respira fuerte.
--De acuerdo. Vamos por partes. Lena, ¿Porqué, porqué, porqué, porqué eres tan ciega?
Me cruzo de brazos.
--Aquí vamos de nuevo. ¿A qué te refieres con eso?
--¿Sabes? Iba a dejar que te dieras cuenta por ti misma. ¿Recuerdas lo que dije hace un tiempo? ¿Qué no te lo decía porque pensé que tenías que averiguarlo por ti misma y que no estabas preparada para oírlo?
--¿Darme cuenta de qué?--Agito las manos frenéticamente--¿Porqué estás tan molesto?
--¡Porque estás saliendo con todos esos chicos como si yo fuera de piedra!
 Pero la que se queda de piedra, soy yo.
--¿Qué? No entiendo...
Entonces sí que entiendo: Lo que tenía que averiguar por mi misma,que no estaba lista para decírselo... ¡Era que me gustaba! ¡Y el lo sabía! ¡Todos sabían que me gustaba, incluso él, pero yo no!
Abro la boca e intento absorber el aire que no pasa por mi pulmones.
 Entonces me da vergüenza mirarlo a los ojos.
Ahora simplemente no podré hacer como si esto nunca me hubiera pasado.
 En uno de mis intentos por hacer o decir algo para defenderme, pierdo el control y suelto:
--¡...Pero fuiste tú quién comenzó! ¡Tú dijiste que habías cortado con esa Clea y mira! ¡Esta chica está ahí parada!--Señalo el pasillo detrás de él, dónde con sólo girar un par de veces, me encontraría con ella--¡Tú mentiste! ¡Así que no me vengas con esas cosas de que estoy saliendo con...!
 Antes de que pueda terminar me jala del brazo cuidadosamente hacia afuera del Bar Café. Siento la brisa invernal en mis hombros desnudos.
Sus cejas se levantas hacia arriba y luego me suelta:
--¿Entonces es por eso que sales con todos estos chicos?--Su voz parece asombrada ahora, y un poco de divertido-- ¿Es porque te sientes celosa?
 Estoy a punto de gritarle "¡No es divertido!", pero de ninguna manera le voy a dejar saber que está en lo correcto.
--¡Yo. No. Estoy. Celosa!
--No, sólo está el hecho de que estás saliendo con todos esos chicos porque te sientes...
--¡No es verdad!--Me suelto para marcharme pero luego me volteo sin poder contenerlo, y agrego: --¿Y sabes qué? Eres tú el que está celoso, porque estoy saliendo con todos esos chicos, y no contigo. Admítelo.
 Mete las manos en sus bolsillos y me mira a los ojos.
Y me hace querer apartar la vista.
--Es cierto.
Mi estómago da un vuelco. Me quedo con la boca abierta. No puedo creer lo que acaba de decir.
--¿Qué?
--Que tienes razón... Estaba celoso porque tú estabas saliendo con todos esos chicos y no conmigo. Estoy celoso.
 Mi interior grita y sale corriendo de ahí sin si quiera voltear atrás, en pánico. Mi yo exterior se queda ahí parada mirando al chico más estupendo del mundo.
  Esas palabras me hacen sentir... Dios, ni sé cómo explicarlo.
--¿Qué tú...?
Se acerca hacia a mí, hasta quedar a dos pasos.
--No es tan difícil. Celoso. Celosa. ¿Has buscado su significado? En el diccionario dice que es el temor de perder a alguien que amas...
"A alguien que amas".
Lucas inclina la cabeza hacia mí con esa sonrisa divertida.
Doy un paso hacia atrás.
--Pero tú... No entiendo. Tú... ¡Estás saliendo con Clea!
Frunce el ceño.
--No, no lo estoy.
--¿Qué? ¿Cómo? ¡Si ella está aquí! ¡Incluso consiguió una estúpida beca para estar contigo!
El me sonríe, radiante.
--Te ves muy guapa cuando estás celosa.
Le doy un empujón al mismo tiempo en que mis mejillas se encienden.
--¡Tómatelo enserio!
Me toma de mi mano derecha antes de que pueda quitar la mano de su pecho.
--¡Lo hago!
--No, no lo haces. No es justo, ¿entiendes? Tú simplemente no puedes jugar estos juegos con mi mente. Tú estás con Clea. ¡Y me hiciste pensar lo contrario...!
--No, esos fueron tú y tus celos--Interrumpe.
Me quedo ahí, plantada enfrente de él, mientras sus ojos me miran con esa chispa. Y esa chispa hace que algo en mi interior... Pongo mis manos en mi frente.
--No lo entiendo.
--¿Qué es lo que no entiendes?
--Estar celosa... Celoso, significa... que tienes que... amar a esa persona. Y tú no...
Ni siquiera he terminado mi oración, pero me quedo callada.
"Tu no me amas".
Lucas me entiende sin siquiera terminar, porque él hace eso. Él tiene ese super poder. Y en cuanto entiende niega con la cabeza, como si fuera el error más grande que yo pudiera cometer. Como si estuviera muy, muy equivocada.
 Abre la boca, pero yo sé lo que va a decir.
--No lo digas--Interrumpo.
--¿Pero porqué no?--Dice, un poco desesperado.
--Porque no. Sí lo haces...
 Me cruzo de brazos y dejo que mi pelo oculte mi rostro, que oculte mis ojos amenazando con lágrimas.
Si lo hace, entonces me pegaré a él como una lapa. Y es exactamente lo que he intentado evitar todo el tiempo.
 Mi corazón se descongelará.
Y parece que puede leer mi mente, porque mira al cielo y luego se ríe, pero es cómo una risa desesperada. Se acerca hacia a mí, me toma del rostro y me obliga a mirarlo.
--Lena, eres la persona más complicada que he visto en toda mi vida. ¿Porqué te es tan difícil saber que estoy enamorado de ti?
"¡A la ma...!"
 Lo dijo.
Respiro fuerte.
Lo dijo.
Ay, Dios mío. ¡Lo ha dicho!
--Lo has arruinado todo--Murmuro.
Parece sorprendido. Su seguridad afloja y se aleja un poco de mí.
--¿Qué?
--No tenías que decir esas palabras. No es así cómo se supone que sería.
--¿Y cómo se supone que sería?
Las lágrimas calientes corren por mi rostro, pero no estoy jadeando ni nada. Son más bien por furia. Frustración.
--Yo nunca sentiría nada por tí. Tú te mantendrías alejado. Así es como se supone que tenía que pasar.
Se acerca a mí de nuevo, recuperando su seguridad y me toma de la cintura hasta que no hay ni siquiera un centímetro que nos separe.
--Sí, bueno, eso no va a pasar.
No intento despegarme de él, porque me gusta estar así de cerca. Pero no puedo.
--Se supone que tu no dirías las palabras que dijiste hace rato...
--¿Qué estoy enamorado de ti?--Me interrumpe, acercándose demasiado a mi rostro.
--Sí. Eso--Murmuro, alejando mi rostro un poco, aunque eso me mata--No lo vuelvas a repetir.
Sonríe.
--¿No quieres que mencione que estoy enamorado de ti?--Dice, remarcando la palabra, divertido.
--No.
Intento ignorar el tacto de sus brazos alrededor de mí e intento mirarlo con furia.
--Entonces... No quieres darte cuenta de que estoy enamorado de ti.
Le doy una palmada en la espalda.
--Lo estás haciendo a propósito--Le digo.
--Sí. Estoy disfrutando esto, la verdad.
Cierro los ojos e intento que esas palabras no me afecte, pero es demaciado tarde.
--¿Sabes lo que esas palabras conllevan?
Niega.
--Conlleva a que si dices eso, entonces yo no me apartaré de tu lado. ¿Entiendes? Conlleva a mirarte de esa manera especial y soñar contigo y preocuparme por esas estúpidas cosas cómo si luzco bien y hacer todas esas cosas que no sé cómo hacer, como intentar planchar mi cabello. ¿Sabes que me da terror hacerlo por mí misma? Siento que lo quemaré y terminaré calva. Si dices esas palabras entonces yo simplemente... Créeme, tu no me quieres tan cerca de ti, Cariño. Puedes retirarlo. Ya sabes. Y si lo haces, entraremos ahí y haremos como si nada nunca hubiera pasado. ¿De acuerdo?
  Lucas aprieta sus labios para no reír, así que empiezan a salir lágrimas de sus ojos. Luego se rinde y empieza a reír mientras acerca el rostro a mi cuello y me da un ligero beso que me hace temblar.
--Nunca había escuchado a una persona tan...
--¿Qué?
Niega con la cabeza mientras me mira a los ojos.
--Nada. No pienso retirar ni una palabra de lo que he dicho. Y me agrada todo lo que has dicho, creo que puedo vivir con eso.
Sigue sonriendo de esa manera divertida y pícara, como si me estuviera tomando el pelo.
Parpadeo.
--¿Seguro?
--Lena, hablas mucho.
--¿Y eso que tiene?
--Que entonces no puedo besarte.
Me  quedo en blanco, intentando ocultarme detrás de una de mis respuestas super inteligentes.
Pues sí, creo que está seguro.
--Nada de eso--Murmuro--No aún. Todavía quiero una explicación.
Suspira, aún con ese aire divertido.
--Dispara.
--¿Porqué está Clea aquí y no en Europa?
Me da un beso en la frente mientras sonríe.
--Tiene una beca... Detente. Sé lo que estás pensando, y las cosas no son así.
--¿Ah, sí? ¿Qué estoy pensando?
--Que está aquí por mí.
Bueno, sí acertó. Lo comprueba con mi silencio.
--Ella es de aquí, Lena. Sólo extraña a su familia. Como nadie podía ir por ella, me lo pidió...¿Entonces ya te puedo besar?
Sonrío.
--No. Tengo que poner reglas. Si vamos a estar...
Me corto a mi misma.
--Si vamos a estar juntos--Termina por mí, levantando una mano para juguetear con mi cabello rizado--Sí, me imaginé que ibas a decir algo así. A ver.
--No me vas a decir cosas como "Cielo"  o cosas así porque si no te voy a golpear. Ni siquiera estando solos, ¿De acuerdo?
 Asiente muy dramáticamente.
--¿Entonces no te puedo decir que eres la luz de mis ojos?
--Te golpearé. Ni se te ocurra. Porque lo haré.
--De acuerdo, jefa--Se queda quieto unos momentos--Ahora dime algo tú a mí.
Me encojo de hombros.
--¿Quién es ese Oliver de allá adentro?
Y ahora soy yo quién sonríe.
--No te preocupes. Es un amigo que conocí hace un poco.
--Y lo conociste en una cita.
Su cara me dice que la idea no termina de agradarle.
--Una cita doble--Corrijo.
--¿Y no hay nadie más con quién has salido?
--No.
Suspira, haciendo circulitos con el dedo indice en mi espalda.
--¿Sabes? Siempre pensé que salías con todos ellos porque querías ponerme celoso.
Asiento, divertida.
--Porque estabas segura de que estaba perdida por tí--Digo, con sarcásmo.
Sonríe.
--Pues sí. Es la razón por la cuál me enfurecí contigo... Como tú no podías ver por ti misma lo que sentías, lo que sentíamos,  te ibas con ellos. Sabía que en cuanto lo supieras dejarías de hacerlo y estaba enojado porque tú eres muy ciega.
Aprieta las labios, pero no me dice nada más.
Parpadeo.
--Y quién diría que algún día te escucharía decir esto--Susurro, como si fuera el remate de un chiste.
--Cállate--Dice, mientras sonríe y me besa.
Y en cuanto mis labios tocan los suyos, me doy cuenta:
Esto en verdad va a dolerme, pero si simplemente me aparto, entonces me dolerá más.
Y yo soy muy sensible al dolor.


-Sthep Stronger.
Ps: Te lo debía, Diana :)

lunes, 13 de agosto de 2012

Water, Capítulo 23


                                                                                                     Bruno. 
Una semana sin que me dirija una mirada, nisiquiera me habla en clase de matemáticas. Ella siempre lleva sus audiculares puestos o si no está con sus nuevas amigas incluyendo a Akemi, que ninguna de ellas me habla. Lo que he visto que Aurora y Akemi siempre están separadas, están en su mismo grupo de amigas, pero no se ven a los ojos. Aurora tiene una nueva amiga llamada Phaoula [NdT: Se pronuncia Faula] que siempre están juntas, a expeción de las horas de clase. Sé todo esto ya que me la paso encontrandome con ellas ''casualmente'' cuando recorro ''normalmente'' los pasillos de la escuela. Bien, tal vez sea un acosador y trate de averiguar todo de Aurora, pero soy un chico con un amor imposible que antes era muy posible. Cesar, mi ahora mejor amigo, me dice que tengo que luchar por ella no acosarla. Yo le contesto que no puedo soportar un día sin estar cerca de ella.
Desde que Susan hizo su aparición misteriosa para decirme que me alejara de la chica con la que me estaba besando en el hospital por que le podía costar la vida a la chica esa por el hecho de que yo no hiciera caso a las estupidas órdenes de mi Padre que solo servían para jod.. molestarme la vida. 
-Oye Bruno, ¿Estás? - Preguntó Cesar alejandome de mis pensamientos. 
-¿Uh?, ¿Qué decías? 
-Que si ya sabes que vas a hacer con el plan de la chica de los CCVB.
-¿CCvB?
-Chica de los Converse Verde Bandera.
-Ah, pues no. No lo sé, ya sabes con lo de mi papá, aunque no estoy seguro de por que quiere mantenerme alejado de ella. Pero no me puedo arriesgar. 
-En la Guerra y en el amor todo se vale. 
-A que quieres llegar? 
-Bueno, pues tienes que arriesgarte por lo que quieres, por que si sigues haciendole caso a tu papá de sus caprichos seguirá haciendolo y cada vez será peor, tu ya estás grande y sabes lo que haces el no puede seguir manipulandote. Además estos son tus sentimientos- Se paró de la banca y se puso frente amí- ¡LO QUE TU SIENTES ES UN MALDITO AMOR!- Gritó.
-Shtt, Sientate Cesar. - Obedeció- Lo que tu dices siento que es lo correcto, pero si le llegara a pasar algo a Aurora... 
-No se que haría sin ella - Me imitó.
-Exacto. Y yo tendría la culpa.  
-Pues, intentalo. Si quieres. 
-Está bien, intentaré contarle toda la historia con toda la sinceridad que tenga. Nos vemos. - Me paré, cogí mi mochila y me encaminé hacia la clase de matemáticas. 
-Buena Suerte Amigo!- Gritó Cesar. 
Cesar es una persona consejera, tiene buenos sentimientos y pensamientos, es sano. Mide 1.65, sus ojos son de color gris, su cabello es de color Negro azabeche, su piel tiene un cierto color verde, cosa que al pincipio de dió un poco de miedo. Él conoce a Aurora y a todo los de este pueblito, ya que él siempre ha vivido aquí, las mujeres siempre estan detrás de él, no podría decir que está atractivo por que sonaría muy Gay, pero dicen por ahí las niñas que es todo un simbolo sexual. Debo aclarar que cuando escuché eso me ataqué de la risa y casi me ahogo. Cesar dice que algunas niñas tambien me encuentran atractivo, cosa que siempre me han dicho pero nunca jamás me ha importado. ¿Quien quiere un montón de niñas revoloteando a tu alrrededor, supirando por cada movimiento ''sexy'' que hagas? Yo no, Gracias. Pero Cesar por supuesto que sí. 
Cuando llegué a la Aula ví a Aurora hablando con Phaoula. Me acerqué a ellas con nerviosismo hasta que estube enfrente de ellas. Aurora siguió hablando de un tal Peeta guapisimo como si yo no estubiera presente. Si supiera quien es ese Peeta, ya. Sí, lo sé, son celos. 
-Aurora, ¿Podemos hablar un segundo? 
-Casi lloro en la parte en la que.. - Volteó hacia mí - Claro, dime. 
La primera mirada en una maldita semana. 
-En privado. 
-Pues, eso no creo que sea posib...- Trató de decir Phaoula
-Bien. Phaoula, esperame unos segunditos.
Fuimos a unas bancas que estaban a 4 Aulas de la de Matemáticas y nos sentamos. 
-Bien, dime. 
-Es que te acuerdas de lo que te dije en el hospital hace como 2 semanas.? 
Hizo una mueca de dolor y asintió. 
-Pues si te amo, pero lo de nuestro amor es imposible, Susan el día anterior a que yo te dijiera todo eso me visitó y me dijo que me alejara de la chica con la que me estaba besando en el hospital o sino ella pagaría las concecuencias. Osea tú. Espero que me creas aunque no me lo merezco, pero no sé por que no puedo hacer nada con mis sentimientos, por que todo lo que me dice Susan es de parte de mi papá. No entiendo por que si no me quiere por que se preocupa tanto por lo que siento, solo hace que yo sufra al no estar junto atí. 
Hubo un largo silencio. Ninguno de los 2 habló. 
Solo nos miramos a los ojos. 
Sonó el timbre y fuimos al Aula de Matemáticas, tambien en silencio. Tomamos asiento y pusimos atención en la clase. 
-Y luego se divide por el de arriba. ¡Por dios! Esto se los enseñaron en la Primaria- Decía el profesor. 
Aurora me tocó el brazo y luego me pasó un pedazo de papel rasgado. 
Lo abrí.
Su caligrafía era hermosa e impactante, su letra era cursiva y redondeada. Tardé en comprender si era verdad lo que estaba leyendo.
Lo que decía la nota era: 
                           Te creo espero que no me vuelvas a herir. :)
La miré y ella tenía la mirada al frente pero estaba sonriendo. 

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¿Desde cuando Peeta sale en esta historia? Bueno, eso lo escribí hace meses y bueno yo estaba leyendo The Hunger Games y como verán quise ponerlo aquí, ahora ya no puedo cambiarlo por que forma parte de el otro capítulo. Eliminarlo de la historia sería algo así como cambiar toda la historia y solo se menciona una vez.  . Sí, me da flojera. 
Bueno ya. ¡Feliz Lunes! Solo falta una semana para entrar a clases.   
Los quiero. 
Besos de miel :) 
                                                                                                                                            -LizzieG
                                                                            

Water. Capítulo 22


                                                                                                   Aurora.
Está nublado, mamá dice que va a nevar, yo no le creo ya que estamos a 20 de Marzo y estamos en California. Hoy no fué un buen dia. Hoy salí del Hospital, cosa que debería de alegrarme, si me alegro pero hoy Bruno me dijo cosas que... Me dijo que no quería nada conmigo, que cuando me besó estaba confundido, no se iba a ir de la ciudad, pero quería que nos separaramos. Cada quien su camino. Yo lo acepté con madurez, dije está bien dí la vuelta y me subí al carro.
Cuando llegamos a casa corrí a mi cuarto, ahora en el segundo piso,y me encerré. Y aquí llevo todo el día. Henry me dice que salga, otras veces que trae M&M'S, pero no abro por que se que es una trampa, conosco muy bien a ese niño diábolico. 

Primavera y nevando. Estamos a 22 de Marzo y está nevando, toda la calle está blanca, los árboles están congelados pero todabía sigue nevando. Casi todas las personas están afuera, principalmente los niños, que están tirandose bolas de nieve, otros haciendo angelitos de nieve y monos de nieve.
Yo estoy en mi cuarto desde hace 2 días encerrada, sentada en la mecedora viendo por la ventana. Traigo chocolate caliente en una taza, que me trajo mi mamá hace un momento. 
Se abrió la puerta de mi cuarto y entró mamá abrigada.
-Auri, vamos a ir a pasear un rato, Henry no deja de enfadar. ¿Quieres acompañarnos? 
Bien, no podía quedarme todo el día aquí encerrdada deprimida por el ''tipo'', que he lo he llamado así, ya que me lastima el nombre Bruno, ¡No! He pensado en su nombre. Demonios. 
-Bien, yo los alcanzo. Solo diganme en donde estarán. - Digo levantandome de la silla y dirigiendome al closet. 
-Estaba pensando en ir a el parque del centro. Ahí podemos patinar, así que llevate tus patines. 
-Ok, ahora los alcanzo.
Mamá cerró la puerta.
Me puse mi sueter azul marino, mi bufanda verde, mi gorro azul, mis orejeras grises, mis Jeans mezqulilla y mis botas grises. Aparte agarré los patines. 
Bajé las escaleras y salí al frío Primaveral, digo primaveral por que estamos en primavera, no sería lógico que dijera frío invernal. 
Camíne por la banqueta congelada. Doblé a la derecha en la primer calle y ahí estaba. Sentado en un escalón, el de su casa. Con algo en la mano que idetifiqué como un iPod. Estaba menos abrigado que yo, solo traía una chaqueta gris y oviamente la demás ropa. 
Yo seguí como si no lo hubiera visto. Desafortunadamente tenía que pasar por ahí, así que cogí toda el orgullo que me quedaba y pasé por ahí, como si fuera una chica que no lo conocía y que no le importaba que ése estubiera ahí. Viendola. 
-Aurora. - Dijo encuento lo pasé. Lo dijo bajo, pero sabía que lo escuchaba. Sentí su mirada clavada en mi espalda, y unos segundos despues se oían unos pasos atrás de mí, cada vez mas cerca. 
-Aurora, no hagas que no me escuchas. Necesitamos hablar. 
Seguí caminando.
-Aurora, solo dejame decirte algo, solo dame 1 minuto.
Bien, un minuto estaba bien, pero tenía que tener orgullo. Tenía que hacerme la díficil. Díficil... ¡Ja!
Me voltié hacia el. 
-Vale, tienes un minuto exacto. ¿Que quieres? 
Me miró incréulo. 
-Bien, ahora que lo dices, ya se me olvidó, pero dejame decirte que extrañaba tu voz. 
-Medio minuto. 
-Mira Aurora, perdón por lo que te dije el viernes, pero es que no sabría como explicartelo. 
Me quedé callada. 
-Tampoco podemos ser amigos, yo no puedo estar cerca de tí aunque eso es lo que yo mas quiero en el mundo. No importa que me odies, se que me lo meresco. Ya es todo lo que me alcanzó en un minuto. 
-En realidad fueron 2 minutos, me diste lástima, creéme que si hubieras visto tu cara, te hubieras reído  de tí mismo.- Dí la vuelta con orgullo y seguí caminando. Sentí su mirada. 
Me arrepentí de lo que le dije, podía ver en su cara que todo lo que me dijo era cierto, pero ya no podía soportar esto. Vale, yo tambien me pasé un poco por lo de me diste lástima, pero que mas dá. Ya lo dije y no puedo regresarme corriendo a decirle que no me dá látima y que le creo. 
No puedo, y no debo. El orgullo me gana. 
¡Diablos! ¡Maldito orgullo!
                                                                                                       -LizzieG.