martes, 14 de agosto de 2012

Mine, capítulo 37.

Mine, capítulo 37.
"Juntos"

--Pensé que dijiste que tu hermano iba a venir--Le dije, mirando por el parabrisas del auto, como si no me importara.
Parece que Ellie no se da cuenta, pero Luce sí; Lo compruebo por la risita que suelta desde el asiento trasero y luego golpea ligeramente con el pie mi asiento.
Casi le suelto algo así como que no me interrumpa cuando estoy conduciendo, pero al final la ignoro porque no quiero que suelte cosas de mí y Lucas con Ellie aquí.
 A no ser que Ellie sea una de esas personas que sabe... Eso.
Pero Ellie se encoge de hombros y peina con sus dedos sus cabellos largos y castaños.
--Estaba ocupado; Fue a recoger a Clea al aeropuerto.
Piso el freno de fondo y me voy hacia adelante. Probablemente me hubiera dado un buen golpe si no tuviera mi cinturón de seguridad. Sin embargo era Luce quién no lo tenía puesto así que se vino hacia en frente estrellándose contra mi asiento. Ellie y Luce sueltan un grito.
--¿Que pasa contigo?--Grita Luce, por detrás, con la mano en lo alto de su frente.
No le contesto.
 Suspiro fuerte mientras intento asmiliarlo y suelto el aire atrapado en mis pulmones lentamente. Me dan ganas de gritar porqué carajos está Clea acá, sin embargo no tengo el derecho de preguntar ni exigir ni hacer nada, así que simplemente aprieto fuerte el volante hasta que los nudillos se ponen blancos.
 Me siento un poquito demasiado reemplazada.
Mis ojos se humedecen, pero prefiero quemarme el pelo antes de que salgan, en público.
 Ellie está muy ocupada revisando su maquillaje en el espejo, así que es Luce la única que mira mi expresión. Clea es uno de los temas que le conté a Luce. Sólo que me evité la parte en la que estaba secretamente celosa. Aunque probablemente ella ya lo sabía.
Y como es mi mejor amigo desde años, ella hace las preguntas por mí.
 Hay veces que Luce me desespera, pero la quiero mucho, por momentos como estos.
--¿Y que no Clea estaba por allá en Asia?
Ellie la mira por el espejo divertida mientras yo doblo la esquina.
--Europa.
--¿Y? ¿Regresó corriendo a los brazos de Lucas? ¡Qué patetica!
Ellie la mira.
--¿Y tú como sabes que tenían algo esos dos?
Luce se encoge de hombros.
--Lo dijo una vez.
Ellie revisa sus pulseras y de pasada gira el brazo para ver las finas lineas rojas en sus la parte detrás de sus brazos.
 La espalda le quedó peor.
--Pues no. No sé si esos dos tiene algo, pero lo que dijo Lucas es que ella tenía una beca para venirse a estudiar aquí, y si familia de acá no podía recogerla así que Clea llamó a Lucas.
  Que coincidencia.
Tengo un nudo en la garganta.
Sigo conduciendo como si nada de eso me hubiera afectado un poco. Y odio que en verdad esto me haya afectado.
 Agito la cabeza con negación.
Que tonta, ¿Cómo no se me pudo ocurrir que Clea iba a volver? ¿Cómo no?
Al parecer Luce se queda sin preguntas, así que me lanza una mirada que veo por el espejo retrovisor. Conducimos hasta un café-bar que a Ellie le gusta que se llama Amore. Es grande, muy bonito. El estilo es muy rarito, tengo que decir. Tan rarito como Ellie. Pero de ese raro del que no tienes ningún problema. De ese estilo bohemio.
--He visitado este lugar como dos veces--Dice Ellie--Pero me encanta.
--No más falta que unas gitanas salgan bailando. Eso sería una pasada.--Dice Luce sentándose en una  de las sillas, observando la decoración.
 Yo personalmente no pienso que sea como para que haya gitanas. Pero sí es muy de ese estilo. Más o menos.
--¿Pasada?--Dice Ellie, interrógandola por la nueva palabra.
--Tiene esta... obsesión, por los españoles.
--¡Es que molan!--Dice Luce, contenta.
Sonrío mientras acomodo mi bolso en la otra silla. Y probablemente esté lleno de basura, mi cartera, celular, llaves y tres barras de labiales de diferentes colores. Y probablemente algo comestible pasado de fecha de caducidad.
 Es casi surreal, después de que tuviéramos nuestros pedidos, la manera en la cuál Luce y Ellie hablan de cualquier cosa sin importancia y parecen metidas de lleno en la conversación, y yo sólo puedo pensar en Clea y Lucas.
 Cierro los ojos y siento esa cosa dentro de mi pecho. La cosa que me muestra que me he equivocado.
Suspiro hondo.
"Dejé que esto fuera demaciado lejos"
Lamo mis labios y busco consuelo llenando mi estómago.
--Dios, niña. ¡Tienes hambre!--Me reprende Luce, con ligero tono español.
 La ignoro y sigo metiéndo las alitas de pollo dentro de mi boca.
Ellie sólo ríe.
 Dos minutos después ni siquiera me doy cuenta de que ahora sí están hablando de un tema serio: De las heridas de Ellie. Ellie intenta ser optimista mientras picotea el pastel que pidió pero su voz decae al finalizar cada palabra.
 Debe ser horrible para ella no poder utilizar las blusas sin espaldas que tanto le gustan.
Supongo que la vida no es justa.
Sigo metiendo cosas a mi boca cuando Ellie pone una mano en mi brazo y dice:
--¿Qué tienes?
Luce también me mira con esa mirada de "Me preocupo por ti", pero antes de que yo pueda incluso contestar alguien grita:
--¡Ellie!
Ellie voltea hacia la voz, y cuando lo voy a hacer yo, Luce toma mi rostro y niega con la cabeza. Toma una servilleta y me limpia la cara, cosa de dos segundos. Luego Luce sonríe a la nueva visitante.
--¡Oye...!
Ellie parece sorprendida con la nueva persona.
 Miro hacia atrás.
Es una chica. Tiene el cabello castaño y largo y cara pecosa. Sin embargo las pecas no la hacen ver nada mal. Es muy curioso. De hecho, es muy bonita. Y tiene una sonrisa amable.
Luce se levanta a abrazarle, un poco confusa.
--Pensé que estabas...--Comienza Luce.
Pero la chica interrumpe con una sonrisa y un gesto de mano.
--Sí, sí. Ya lo sé. Pero bueno. --Nos mira a Luce y a mí--Hola, soy...
Pero Ellie no la deja terminar.
--¿Cómo es que estás aquí?
--Convencí a tu hermano para que nos detuviéramos a tomar un café por el camino. Está esperando afuera.¡No sabía que estabas aquí! Hace años que no te veo. Eras más bajita, ¿No?
¿Su hermano? ¿Lucas?
Miro a Luce y ella me mira con la misma interrogante.
Luce decide hacer el trabajo sucio por mí:
--Hola--Dice--Soy Luce.
Ellie parece despertar.
--Eh. Ella es Luce. La rubia es Lena.
Una chispa de reconocimiento aparece en su rostro cuando le dicen mi nombre. Pero luego sonríe. Y con honestidad.
 Sin embargo ya sé lo que va a decir incluso antes de que las palabras se escapen de entre su sonrisa.
--Soy Clea. Encantada de conocerlas, chicas.


Poco después de dos minutos, Clea charla con nosotras con amabilidad, con el café en las manos, ya que se lo acaban de traer. Habla con nosotras tres, pero yo estoy un poco ida. Sin embargo sonrío ligeramente.
 Genial. Genial. Maravilloso.
Acabo de conocer a Clea, quién por cierto, no como la morena que imaginé, pero se acerca. Es muy bonita y es amable.
 Y yo... Soy muy normalita. Y reservada. Y gruñona. Y un tanto irónica.
Miro mi bolso, dónde está metida mi libreta; Sé que nada de esto tiene que ver con Lucas, pero abajo de todos los puntos podría poner una lista de Razones por las cuales estoy fuera del juego.
 Las anotaré cuando llegue a casa.
 Pero soy mucho mejor que todas las marginadas sociales de todos los libros.
Lo peor acerca de ella es que no puedo odiarla. Intento buscar un indicio de superficialidad o superioridad o cualquier cosa que me haga odiarla. Pero no.
 Oculto disimuladamente mi cara entre mis manos.
Y entonces escucho dos cosas:
--Hola, extraña.
--Oye... ¿Porqué tardas tanto?
No sé a qué voz voltear primero.
¿Me hablan a mí? ¿A Luce?
Alguien aprieta mi hombro. Así que respondo a la primera voz.
 Es Oliver. El chico que conocí cuando Luce me metió en esa cita doble y ella tenía la lengua metida en la boca de Keller.
Está ahí, con su cabello oscuro y una gran sonrisa.
--Sólo pensé que debía saludarte--Dice.
Le sonrío. No lo hago por amabilidad, ni porque es la única persona que me salve de Clea. Es sólo que él me agrada.
--¡Oye! ¿Qué haces por acá?
Bueno, tal vez también estoy muy entusiasmada porque me ha salvado de Clea. Algo que Luce puede notar porque me me suelta unos "Uhhhh". La miro para callarla, y entonces veo detrás de ella.
 Lucas está al lado de Clea. Él nos mira a nosotros dos. Y me doy cuenta de que he tomado la mano que Oliver tenía en mi hombro.
 Pero ni siquiera me di cuenta. Fue un reflejo.
Sin embargo no intento repararlo; Si él puede traer a su novia que dice que no es su novia, entonces yo puedo jugar un rato también.
 Mi sonrisa se ensancha.
--Chicos, este es Oliver. Un amigo.
Todos lo saludan con un "Hola" o un "¿Qué tal?" muy amable, sin embargo Lucas es el único que no dice nada. Sólo mete las manos en sus bolsillos y sonríe rígidamente.
 Espero que le duela. No más por eso, no suelto la mano de Oliver.
--¿Un amigo, no?--Canturrea Luce, siguiendo el hilo de mi juego.
 Amo a esa chica.
----Dice Oliver, soltando mi mano.
Sin embargo sigo con la sonrisa del tamaño del mundo en mi cara.
Clea sonríe una vez más y mira hacia Lucas:
--Está bien. Ya tengo el café. Podemos irnos ahora.
Él le lanza una mirada y sonríe dificilmente.
--Claro. ¿Pero sabes qué? Quiero un café también--Nos mira--¿Les importa si nos unimos, chicos?
Después de algunas afirmaciones, él y Clea consiguen unas sillas mientras le ruego a Oliver con la mirada que no se vaya.
 El se mueve, un poco incómodo.
Alguien lo llama a la distancia. Es una chica de cabello negro y muy pero que muy delgada. Labios rojos y pestañas largas.
--Me llaman--Dice Oliver, y me sonríe-- Nos vemos luego, Lena.
La chica lo mira venir y luego me mira a mí. Y cómo sigo fingiendo que él me gusta y lo veo marcharse con una gran sonrisa, aquella chica me mira feo.
 Se sientan en una mesa un poco alejada de la nuestra.
Paso los dedos sobre mi cabello.
--¿Y? ¿Quién era ese?--Pregunta Ellie.
--El tipo que estaba ligando con Lena--Dice Luce.
La miro, porque la cosa no fue así. Cuando me arregló esa cita doble con Oliver, sólo charlamos amablemente. Pero nada de ligar, ya que me habló de su novia Scarlet... Que seguramente era la chica de pelo negro.
Resoplo.
Creo que lo he metido en problemas. Sin embargo cuando miro a Lucas, no me arrepiento. Pero nada. Se ve tan tranquilo... Pero sus ojos están en llamas.
 Y eso me hace sentir satisfecha.
Ahora se lo pensará dos veces antes de mentirme acerca de su novia.
¿Qué pensaba? ¿Que podía jugar con las dos? ¡No!
Y aunque se quedara sin Clea... No sé si podría estar conmigo. Yo no podría.
--Es un amigo--Digo.
--¡Debiste ver la sonrisa en tu rostro, nena!--Canturrea Luce, y me guiña un ojo, sin que nadie viera, diciéndome que ella también estaba en mi juego.
Y como decido seguir jugando, le guiño un ojo pero coquetamente.
Lucas respira hondo y toma del café de Clea. Ella le pone una mano en el brazo... Como si estuviera consolándolo.
--¿Y hace mucho que lo conoces?--Pregunta Lucas.
Quiero levantarme y dar brinquitos, pero me mantengo en mi lugar.
--No realmente.
--Es muy guapo--Dice, Ellie, un poco distraída, tomando su café.
--Pues sí--Concuerdo.
Levanto el café que hasta ahora no he tomado y me doy cuenta de que está goteando. Hago mala cara.
--Oigan chicos, iré a que me cambien esto.
Me levanto y marcho hasta el mostrador. Cuando estoy en media conversación con la muchacha de pelo rubio ceniza y labial rosa pálido, alguien toma mi brazo.
 Me doy la vuelta para encontrarme con Lucas.
--Hola--Murmura, frío.
--¿Qué pasa?
Me aleja de la muchacha del mostrador y luego pregunta:
--¿Porqué?
Tardo unos segundos en responder.
--¿Porqué qué?
--¿Porqué...?--Mira hacia todos lados antes de continuar, ciego por la furia--¿Porqué estás saliendo con todos estos chicos?
Parpadeo. Y vuelvo a repetirlo:
--¿Porqué?--Hago una pausa--¿De qué hablas?
Como no contesta, sólo me mira fijamente, agrego:
--Yo puedo salir con quién se me da la gana.
Respira fuerte.
--De acuerdo. Vamos por partes. Lena, ¿Porqué, porqué, porqué, porqué eres tan ciega?
Me cruzo de brazos.
--Aquí vamos de nuevo. ¿A qué te refieres con eso?
--¿Sabes? Iba a dejar que te dieras cuenta por ti misma. ¿Recuerdas lo que dije hace un tiempo? ¿Qué no te lo decía porque pensé que tenías que averiguarlo por ti misma y que no estabas preparada para oírlo?
--¿Darme cuenta de qué?--Agito las manos frenéticamente--¿Porqué estás tan molesto?
--¡Porque estás saliendo con todos esos chicos como si yo fuera de piedra!
 Pero la que se queda de piedra, soy yo.
--¿Qué? No entiendo...
Entonces sí que entiendo: Lo que tenía que averiguar por mi misma,que no estaba lista para decírselo... ¡Era que me gustaba! ¡Y el lo sabía! ¡Todos sabían que me gustaba, incluso él, pero yo no!
Abro la boca e intento absorber el aire que no pasa por mi pulmones.
 Entonces me da vergüenza mirarlo a los ojos.
Ahora simplemente no podré hacer como si esto nunca me hubiera pasado.
 En uno de mis intentos por hacer o decir algo para defenderme, pierdo el control y suelto:
--¡...Pero fuiste tú quién comenzó! ¡Tú dijiste que habías cortado con esa Clea y mira! ¡Esta chica está ahí parada!--Señalo el pasillo detrás de él, dónde con sólo girar un par de veces, me encontraría con ella--¡Tú mentiste! ¡Así que no me vengas con esas cosas de que estoy saliendo con...!
 Antes de que pueda terminar me jala del brazo cuidadosamente hacia afuera del Bar Café. Siento la brisa invernal en mis hombros desnudos.
Sus cejas se levantas hacia arriba y luego me suelta:
--¿Entonces es por eso que sales con todos estos chicos?--Su voz parece asombrada ahora, y un poco de divertido-- ¿Es porque te sientes celosa?
 Estoy a punto de gritarle "¡No es divertido!", pero de ninguna manera le voy a dejar saber que está en lo correcto.
--¡Yo. No. Estoy. Celosa!
--No, sólo está el hecho de que estás saliendo con todos esos chicos porque te sientes...
--¡No es verdad!--Me suelto para marcharme pero luego me volteo sin poder contenerlo, y agrego: --¿Y sabes qué? Eres tú el que está celoso, porque estoy saliendo con todos esos chicos, y no contigo. Admítelo.
 Mete las manos en sus bolsillos y me mira a los ojos.
Y me hace querer apartar la vista.
--Es cierto.
Mi estómago da un vuelco. Me quedo con la boca abierta. No puedo creer lo que acaba de decir.
--¿Qué?
--Que tienes razón... Estaba celoso porque tú estabas saliendo con todos esos chicos y no conmigo. Estoy celoso.
 Mi interior grita y sale corriendo de ahí sin si quiera voltear atrás, en pánico. Mi yo exterior se queda ahí parada mirando al chico más estupendo del mundo.
  Esas palabras me hacen sentir... Dios, ni sé cómo explicarlo.
--¿Qué tú...?
Se acerca hacia a mí, hasta quedar a dos pasos.
--No es tan difícil. Celoso. Celosa. ¿Has buscado su significado? En el diccionario dice que es el temor de perder a alguien que amas...
"A alguien que amas".
Lucas inclina la cabeza hacia mí con esa sonrisa divertida.
Doy un paso hacia atrás.
--Pero tú... No entiendo. Tú... ¡Estás saliendo con Clea!
Frunce el ceño.
--No, no lo estoy.
--¿Qué? ¿Cómo? ¡Si ella está aquí! ¡Incluso consiguió una estúpida beca para estar contigo!
El me sonríe, radiante.
--Te ves muy guapa cuando estás celosa.
Le doy un empujón al mismo tiempo en que mis mejillas se encienden.
--¡Tómatelo enserio!
Me toma de mi mano derecha antes de que pueda quitar la mano de su pecho.
--¡Lo hago!
--No, no lo haces. No es justo, ¿entiendes? Tú simplemente no puedes jugar estos juegos con mi mente. Tú estás con Clea. ¡Y me hiciste pensar lo contrario...!
--No, esos fueron tú y tus celos--Interrumpe.
Me quedo ahí, plantada enfrente de él, mientras sus ojos me miran con esa chispa. Y esa chispa hace que algo en mi interior... Pongo mis manos en mi frente.
--No lo entiendo.
--¿Qué es lo que no entiendes?
--Estar celosa... Celoso, significa... que tienes que... amar a esa persona. Y tú no...
Ni siquiera he terminado mi oración, pero me quedo callada.
"Tu no me amas".
Lucas me entiende sin siquiera terminar, porque él hace eso. Él tiene ese super poder. Y en cuanto entiende niega con la cabeza, como si fuera el error más grande que yo pudiera cometer. Como si estuviera muy, muy equivocada.
 Abre la boca, pero yo sé lo que va a decir.
--No lo digas--Interrumpo.
--¿Pero porqué no?--Dice, un poco desesperado.
--Porque no. Sí lo haces...
 Me cruzo de brazos y dejo que mi pelo oculte mi rostro, que oculte mis ojos amenazando con lágrimas.
Si lo hace, entonces me pegaré a él como una lapa. Y es exactamente lo que he intentado evitar todo el tiempo.
 Mi corazón se descongelará.
Y parece que puede leer mi mente, porque mira al cielo y luego se ríe, pero es cómo una risa desesperada. Se acerca hacia a mí, me toma del rostro y me obliga a mirarlo.
--Lena, eres la persona más complicada que he visto en toda mi vida. ¿Porqué te es tan difícil saber que estoy enamorado de ti?
"¡A la ma...!"
 Lo dijo.
Respiro fuerte.
Lo dijo.
Ay, Dios mío. ¡Lo ha dicho!
--Lo has arruinado todo--Murmuro.
Parece sorprendido. Su seguridad afloja y se aleja un poco de mí.
--¿Qué?
--No tenías que decir esas palabras. No es así cómo se supone que sería.
--¿Y cómo se supone que sería?
Las lágrimas calientes corren por mi rostro, pero no estoy jadeando ni nada. Son más bien por furia. Frustración.
--Yo nunca sentiría nada por tí. Tú te mantendrías alejado. Así es como se supone que tenía que pasar.
Se acerca a mí de nuevo, recuperando su seguridad y me toma de la cintura hasta que no hay ni siquiera un centímetro que nos separe.
--Sí, bueno, eso no va a pasar.
No intento despegarme de él, porque me gusta estar así de cerca. Pero no puedo.
--Se supone que tu no dirías las palabras que dijiste hace rato...
--¿Qué estoy enamorado de ti?--Me interrumpe, acercándose demasiado a mi rostro.
--Sí. Eso--Murmuro, alejando mi rostro un poco, aunque eso me mata--No lo vuelvas a repetir.
Sonríe.
--¿No quieres que mencione que estoy enamorado de ti?--Dice, remarcando la palabra, divertido.
--No.
Intento ignorar el tacto de sus brazos alrededor de mí e intento mirarlo con furia.
--Entonces... No quieres darte cuenta de que estoy enamorado de ti.
Le doy una palmada en la espalda.
--Lo estás haciendo a propósito--Le digo.
--Sí. Estoy disfrutando esto, la verdad.
Cierro los ojos e intento que esas palabras no me afecte, pero es demaciado tarde.
--¿Sabes lo que esas palabras conllevan?
Niega.
--Conlleva a que si dices eso, entonces yo no me apartaré de tu lado. ¿Entiendes? Conlleva a mirarte de esa manera especial y soñar contigo y preocuparme por esas estúpidas cosas cómo si luzco bien y hacer todas esas cosas que no sé cómo hacer, como intentar planchar mi cabello. ¿Sabes que me da terror hacerlo por mí misma? Siento que lo quemaré y terminaré calva. Si dices esas palabras entonces yo simplemente... Créeme, tu no me quieres tan cerca de ti, Cariño. Puedes retirarlo. Ya sabes. Y si lo haces, entraremos ahí y haremos como si nada nunca hubiera pasado. ¿De acuerdo?
  Lucas aprieta sus labios para no reír, así que empiezan a salir lágrimas de sus ojos. Luego se rinde y empieza a reír mientras acerca el rostro a mi cuello y me da un ligero beso que me hace temblar.
--Nunca había escuchado a una persona tan...
--¿Qué?
Niega con la cabeza mientras me mira a los ojos.
--Nada. No pienso retirar ni una palabra de lo que he dicho. Y me agrada todo lo que has dicho, creo que puedo vivir con eso.
Sigue sonriendo de esa manera divertida y pícara, como si me estuviera tomando el pelo.
Parpadeo.
--¿Seguro?
--Lena, hablas mucho.
--¿Y eso que tiene?
--Que entonces no puedo besarte.
Me  quedo en blanco, intentando ocultarme detrás de una de mis respuestas super inteligentes.
Pues sí, creo que está seguro.
--Nada de eso--Murmuro--No aún. Todavía quiero una explicación.
Suspira, aún con ese aire divertido.
--Dispara.
--¿Porqué está Clea aquí y no en Europa?
Me da un beso en la frente mientras sonríe.
--Tiene una beca... Detente. Sé lo que estás pensando, y las cosas no son así.
--¿Ah, sí? ¿Qué estoy pensando?
--Que está aquí por mí.
Bueno, sí acertó. Lo comprueba con mi silencio.
--Ella es de aquí, Lena. Sólo extraña a su familia. Como nadie podía ir por ella, me lo pidió...¿Entonces ya te puedo besar?
Sonrío.
--No. Tengo que poner reglas. Si vamos a estar...
Me corto a mi misma.
--Si vamos a estar juntos--Termina por mí, levantando una mano para juguetear con mi cabello rizado--Sí, me imaginé que ibas a decir algo así. A ver.
--No me vas a decir cosas como "Cielo"  o cosas así porque si no te voy a golpear. Ni siquiera estando solos, ¿De acuerdo?
 Asiente muy dramáticamente.
--¿Entonces no te puedo decir que eres la luz de mis ojos?
--Te golpearé. Ni se te ocurra. Porque lo haré.
--De acuerdo, jefa--Se queda quieto unos momentos--Ahora dime algo tú a mí.
Me encojo de hombros.
--¿Quién es ese Oliver de allá adentro?
Y ahora soy yo quién sonríe.
--No te preocupes. Es un amigo que conocí hace un poco.
--Y lo conociste en una cita.
Su cara me dice que la idea no termina de agradarle.
--Una cita doble--Corrijo.
--¿Y no hay nadie más con quién has salido?
--No.
Suspira, haciendo circulitos con el dedo indice en mi espalda.
--¿Sabes? Siempre pensé que salías con todos ellos porque querías ponerme celoso.
Asiento, divertida.
--Porque estabas segura de que estaba perdida por tí--Digo, con sarcásmo.
Sonríe.
--Pues sí. Es la razón por la cuál me enfurecí contigo... Como tú no podías ver por ti misma lo que sentías, lo que sentíamos,  te ibas con ellos. Sabía que en cuanto lo supieras dejarías de hacerlo y estaba enojado porque tú eres muy ciega.
Aprieta las labios, pero no me dice nada más.
Parpadeo.
--Y quién diría que algún día te escucharía decir esto--Susurro, como si fuera el remate de un chiste.
--Cállate--Dice, mientras sonríe y me besa.
Y en cuanto mis labios tocan los suyos, me doy cuenta:
Esto en verdad va a dolerme, pero si simplemente me aparto, entonces me dolerá más.
Y yo soy muy sensible al dolor.


-Sthep Stronger.
Ps: Te lo debía, Diana :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario