martes, 7 de agosto de 2012

Mine, capítulo 35.

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Mine, capítulo 35. "Amor".

--Hey.
Avanzo detrás de Noel por la habitación del hospital, sosteniendo el globo rosa con la mano derecha, que dice "Recuperate pronto" y con un millón de corazoncitos rosas por todas partes. Le sonrío amablemente a Ellie y le devuelvo el saludo, casi al mismo tiempo que Noel.
--¿Cómo está la enferma?--Dice Noel, dándole algunos golpecitos burlones en la pierna y sentándose en la silla a su lado.
Ellie le sonríe y gira la cara para verlo. Me siento en la camilla, a sus pies y amarro el globo a las varadillas de la cama.
Observo la cara de Ellie; Los labios sin color, las mejillas ligeramente rosadas por rubor. Nada de maquillaje.
 Y debo decir que no se ve mal, como algunas personas.
No pienso admitir que soy una de esas. No, señor.
Ahora que observo bien a Ellie, tengo que admitir que se ve un poco... demacrada; Las arrugitas alrededor de sus ojos, los ojos apagados, el color pálido de su rostro. Y nada: Con sólo verla me dan ganas de dormirme. Se ve muy cansada.
 Ellie se encoge de hombros ante la pregunta de Noel.
--Pues bien. Los vidrios me respetaron la cara. Pero tendré cicatrices eternas por la espalda y algunas cuantas en los brazos--Suspira y luego me mira--Ahora tendré que ser más exigente cuando busque vestidos. ¡Ni que decir de los trajes de baño!
 Le sonrío amablemente, a pesar que sé que es verdad.
--Ya. Pero pudo haberte ido peor. Lo sabes.
Suspira.
--Lo sé--Dice, jalándo la sábana blanca--Sólo desearía que todos esos vidrios no fueran directo a mi espalda.
Noel suspira.
--Pues supongo que tendrás que acostumbrarte a cubrirte bien.
Ellie saca un suspiro y yo miro a Noel con una mirada de "Te voy a matar".
A veces los chicos en verdad lo echan a perder. Joder, vaya forma de echarlo a perder.
Noel parece saber que ha hecho algo mal, porque pone mala cara y retrocede.
--¿Dónde está Luce, eh?
Miro hacia la puerta.
--Tiene una vejiga pequeña, se fue a parar al baño. Probablemente se perdió por los pasillos. Ya volverá--Contesto.
--Allá viene--Dice Noel, mirando por la ventana.
Miro hacia allá y la veo tropezándose por todos lados, hasta que llega a la puerta y sonríe, sosteniendo el peluche contra su pecho.
--¡Ey!
Se acerca y le da un beso en la mejilla.
--¡Adivina lo que te traje!
Luce toma el peluche con las dos manos y lo pone frente a la cara de Ellie. Ella sonríe y lo toma. Puedo ver la aguja en su mano que transmite el sedante.
--Gracias--Murmura.
--¿Cómo te sientes?--Pregunta.
Se encoge de hombros.
--Cansada.
Luce nos mira a mi y a Noel acusadoramente.
--Sí, con estos dos amargados aquí, no lo dudo.
Yo sonrío y levanto la pierna para darle una patada en el trasero. Inocente, claro.
Ellie ríe, en cambio.
--Oye, ¿Dónde está tu familia? Me pasé por abajo para saludarlos, pero no los encontré.
--Fueron a casa a descansar un poco. Practicamente dejaron a Lena a cargo de mí, ¿No es así?
Sonrío y asiento.
Busco el celular en mi bolsillo del sweater y lo levanto.
--Por supuesto. Me dijeron que llamara si pasaba algo. Pero no creo que lo vayamos a necesitar--Miro hacia Luce y Noel--Aunque pensándolo bien, con estos dos, quién sabe.
 Y es la manera en que comenzamos a discutir entre risas. Ellie se nota más animada.
Miro mi celular. Espero que alguien venga pronto, porque tengo cosas que hacer.
 Pronto, dentro de la conversación, Noel cierra su boca y señala las manos de Ellie.
--¿Es que a ti no te duelen nada los tatuajes o qué?
¿Tatuajes?
Miro a dónde a punta.
La cara de Ellie se ruboriza un poco mirando su muñeca.
 Es tatuaje de corazón que forma la palabra amor.
Tengo que admitir que es muy original. Y muy bonito.
Le tomo la muñeca y miro su tatuaje.
--¿Cuando te lo hiciste?
--Hace como... Dos días antes de caerme.
Sonrío.
--¿Ha parecido una eternidad, no?
Asiente.
--Dios, sí.
--¿Y por quién te hiciste este tatuaje?--Dice Luce, con una gran sonrisa en su rostro.
--Por mi familia--Responde.--Por mis amigos.
Y luego nos sonríe.
--Me siento honrada--Digo, burlona.
Ellie me da una patada en la pierna y la conversación sigue sin problemas. Una hora después la madre de Ellie nos corre (pero amablemente) y nos dice que podemos visitarla mañana a la misma hora.
 Y me marcho sin decir ni una sóla palabra.
Sé que ellos quieren pasar más tiempo con Ellie ahora que saben que está bien.
Y además yo tengo cosas que resolver.


Cuando salgo del hospital está lloviendo. Quiero decir, a cántaros. Y como no tengo sombrilla y tampoco tengo la más remota intención de irme caminando cuando un rayo puede matarme, decido que es una buena escusa para tomar un taxi.
 Cuando llego al Café , busco entre la multitud.
¿Dónde está?
Sin embargo lo encuentro. Como dijo, está sentado en una mesa escribiendo en su laptop negra y probablemente más cara que la mía, puesto que Sara fue quién se la regaló por su aniversario quinientos.
De acuerdo, estoy exagerando.
Tal vez.
Me acerco  a su mesa con las manos en mis bolsillos y me dejo caer en la silla frente a Alan, sin siquiera saludar. Pero como ya me conoce, tampoco es como si se lo esperara.
 Se asusta un poco pero cuando sabe que soy yo, sonríe amablemente.
--Viniste--Dice.
Cierra la computadora y le hace una seña al camarero para que venga.
--Pues sí--Digo dejando mi bolso en la silla siguiente.
--Creí que no vendrías después de todo. Empezó a llover muy fuerte.
Alan mira por la ventana y pasa las manos por su cabello negro.
Bufo y me quito el saco para dejarlo también en la silla. Paso los dedos por mi pelo mojado e irremediablemente enredado.
--¿Quieres algo?
--Claro.
 Después de que pidiera mi chocolate caliente (por más infantil que eso pueda ser) y a él su café negro, el se inclina hacia a mí y me interroga con la mirada.
Debe de preguntarse porqué lo he llamado esta mañana para ver si podía reunirme con él para hablar. El me había dicho que estaría en este café porque tenía que encontrarse con alguien del trabajo, y me dio una hora en la que podía venir y platicar con el.
--De acuerdo--Murmuro--Te llamé, porque tenía que preguntarte algunas cosas... Estoy haciendo una investigación. Y si le preguntaba a Sara, iba a decir muchas cosas--Lo miro con un deje de amenaza en mi mirada--Y confío en que no dirás nada ni te comportarás como un idiota cuando te lo diga. De otra manera, me marcharé.
 Sonríe y alza las manos, como diciendo que es inocente.
Suspiro.
--Bien. Las preguntas pueden ser un poco personales--Advierto, mirándolo de reojo.
--Está bien, Lena. Si puedo ayudarte, entonces lo haré. Anda, dime lo que sea que tengas que decirme.
--Muy bien--Murmuro, muy, muy bajito.
Saco mi libretita y mi pluma en plan reportera, incluso cuando sé que no voy a escribir nada en absoluto.
--¿Cuando te diste cuenta de que estabas enamorado de Sara?
Parpadea.
Se sienta recto.
No esperaba por nada del mundo entero que yo le preguntara algo así.
Nunca.
 Y si hace un mes me hubieras dicho que yo iría por ahí preguntando eso (y deja eso, que en verdad me interesara...) yo tampoco te hubiera creído.
Pero nada.
Alan sonríe.
--Lena, ¿porqué me preguntas esto?
Me muevo inquieta.
--Estoy recopilando información.
--¿Y de qué, exactamente?
Me cruzo de brazos.
--¿Me vas a contestar o no?
Sonríe de nuevo.
--De acuerdo--Dice--La conocí por un amigo. La traté cerca de dos meses. Y me di cuenta de que estaba enamorado de ella cuando...
Piensa un poco antes de contestar.
Espero paciente.
--Me sentía diferente--Admite, serio--Al principio fue difícil, porque yo no me daba cuenta. Creo que es algo muy común. Sólo sabía que me gustaba estar con ella y que me hacía sonreír--Bufa--Y no me di cuenta que me gustaba hasta que un impulso extraño me invadió y la besé. Y desde ahí hemos estado juntos desde hace cuatro años. Final feliz.
 Con mi pluma hago pequeños circulitos en mi libreta, sin mirar a Alan a los ojos.
Me quedo callada por unos segundo.
Yo también me siento diferente.
¿Será posible que no me de cuenta?
Y si es así, ¿Cómo le haces para que te des cuenta?
¿O sólo estoy confundiendo lo que siento?
¿Es posible que la frase  que acabo de decir anteriormente parezca sacada de alguna película? ¿Será?
¿Será?
Cruzo los brazos sobre la mesa y meto mi cabeza.
"Ay, Dios".
Resoplo.
Casi me olvido de Alan, casi. Si no fuera porque me pone una mano en el hombro y dice mi nombre en voz alta:
--¿Lena? ¿Estás bien?
Alzo la cabeza y paso las manos por mi cara.
"No"
--Sí. Otra pregunta, ¿Quieres?
Asiente.
--Muy bien... Espera... Ahora, estoy preparado. Dispara.
Pongo los ojos en blanco por su exageración.
--Bien. Tú... No sé...--Miro por la ventana.
--¿Yo qué?
--Tú... ¿Nunca...? ¿Nunca te has sentido... celoso? ¿Cómo de algún ex-novio que haya tenido, o algo? ¿O un chico que a lo mejor está en alguna parte de Europa?
Casi me atraganto al decirlo en voz alta.
"Dios, dios, dios..."
Me mira fijamente algunos segundos y luego sonríe. Como si supiera algo que yo no.
--Respóndeme tú algo, ¿de acuerdo?
Asiento.
--¿Es por Lucas?
"Ay, Dios. Ay, dios. Ay Dios"
Lo miro algunos momentos.
Quiero negarlo.
Quiero negarlo e irme de ahí.
Porque si soy honesta y al final me equivoco, que lo que siento es sólo algo confuso de la adolescencia... Entonces no podré fingir que nunca pasó. Él lo sabrá. Y de alguna manera se lo dirá a Sara, aunque prometa no hacerlo , porque la ama y soy su prima.... Y Sara me lo recordará por el resto de la eternidad.
 Y eso no podría soportarlo.
Así que quiero negarlo.
Sin embargo sé que de cualquier manera, él ya lo sabe. Sara lo sabía.
¡Todo mundo lo sabía, excepto yo!
Asiento, lentamente.
Que mi familia sepa que esté sintiéndote algo respecto a Lucas... Ay, dios.
Y mamá me lo dijo.
Sin embargo me siento obligada a agregar:
--No se lo digas a nadie, por favor.
El pone los ojos en blanco.
--Lena, ya todos lo saben.
Ya lo sabía, pero tenía esa ligera esperanza de que me contestara otra cosa.
Cualquiera.
--Excepto yo--Murmuro por lo bajo, pasando los dedos por mis cejas.
Sonríe.
--Pues sí.
Entonces me siento derecha cuando un pensamiento atraviesa mi mente.
--¿Y Lucas?
Se encoje de hombros.
--Nosotros hemos hablado acerca de eso, ya sabes entre familia. Incluyendo a José ahí, pero Lucas no estaba. Aunque José opina que está bien clavadito contigo. Todos lo pensamos.
 Inmediatamente escondo mi cara en el hueco entre mis brazos pegados a la mesa, porque sonrío.
Porque eso me hace feliz.
¡Dios Mío!
 Algo en mi pecho revolotea.  Una felicidad que explota dentro de mí.
"No puedo creer esto", pienso, "Ay, Dios, Ay, Dios, ay dios.... Dios, dios, dios, dios, dios, dios..."
"Lena, no entres en pánico".
Trago saliva.
--¿Porqué piensan eso?
--¡Lena!--Dice, sonríendo, como si fuera lo más divertido del mundo--¡Todo el mundo lo puede ver! ¿Que no prestas atención?
"No entres en pánico".
--¿Prestar atención a qué?--Digo, completamente en pánico.
"Bien hecho, Lena, bien hecho".
El agita la cabeza, demostrando su desacuerdo conmigo.
--La manera en la que te mira--Dice, muy suave. Muy dulce.--¿No lo ves? Parece que tú eres la única que no puede verlo. Es la manera en que te mira. La manera en que te sonríe. La manera en que actúa cuando está contigo.
 Lo miro, seria, durante unos segundos.
--¿Estás enserio o me estás jugando una broma?
Agita la cabeza.
--No creo que yo pudiera jugar con tus sentimientos así, Lena. Creéme, cosas como esas te destrozan. Lección aprendida.
 Levanto una ceja y luego me masajeo la cien.
--¿Qué voy a hacer ahora?--Pienso en voz alta.
Alan se encoge de hombros.
--¿Te gusta él, no? Tú le gustas. ¿Cuál es el problema?
--Que no puedo. No sé cómo. Yo no puedo ir allí y...
Alan me mira, como si estuviera confundido.
Sin embargo lo repito, antes de darle las gracias, darle un beso en la mejilla y dar la vuelta para marcharme.
 Sin embargo hay algo más.
Me doy la vuelta y lo miro a los ojos.
--Alan.
--¿Sí?
--Dime una cosa.
--Dime.
--Sara me dijo... lo de su enfermedad.
El suspira, como si estuviera muy cansado.
--¿Noticia impactante, no?
Asiento.
--¿Qué opinas al respecto?--Pregunto.
--¿A qué te refieres?
Doy unos pasos hacia la mesa para estar más cerca.
--Quiero decir... Cuando la conociste, ¿No pensaste en formar una familia con ella? ¿Acerca de todas esas cosas?
--Por supuesto que si.
--Y ahora que ella está enferma...
No sé como continuar, pero parece que él me capta perfectamente.
--Lena... No estoy seguro si entiendes bien el concepto del amor. Y puedo entenderlo. Eres muy jóven. Pero cuando amas a alguien... creo que hay cosas que al final no puedes hacer. Cosas que no son posibles. Sin embargo no significa que dejes de amarla. Creo que cuando en verdad amas a alguien, tú... Sólo... Tú sólo aceptas los cambios. Porque al final, aquella persona hace todo posible--Hace una pausa--Ahora, no le digas a nadie que dije eso. Me salió muy cursi.
 Sonrío con burla.
----Admito--Pero creo que ha sido extremadamente lindo.
Después sonrío y me doy la vuelta para marcharme.


--Sthep Stronger.

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