martes, 30 de abril de 2013

Unspoken. Capítulo 2.

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Unspoken. C
apítulo 2. "Un principio para un fin"

Estoy demasiado cansada y demasiado lejos de ninguna parte como para aguantar más. Mis ojos se cierran lentamente, y sé que tengo que estacionarme y dormir.
  Así que giro en la carretera solitaria y me estaciono en un espacio neutral. Me bajo y subo al asiento trasero, sacando mi saco tirado en el suelo para usarlo como almohada. Y cierro los ojos.

  En mi sueño, estoy sentada sobre el cofre del viejo auto de Tyler, y él está sentado junto conmigo. Él tiene una guitarra en sus manos, arriba de sus piernas. Y me sonríe. Luego mi hermana pequeña de trece años, Gracie, con su cabello largo y castaño corre hacia mí. Ella me dice algo, pero no puedo escucharla. Le hago repetírmelo, y ella lo hace, pero no entiendo. Cuando volteo hacia Tyler, él ya no está. No hay rastro de su cabello oscuro y sus ojos azules. Ahora hay un chico con cabello rubio y ojos de un azul diferente al de Tyler. Los de Tyler son de ése azul oscuro que tiene el mar en una tormenta, los de este chico son de un azul cristalino. Él me sonríe, y toma mi mano. Cuando volteo hacia Gracie, ella ya no está. Pero en su dirección veo caminando con la cabeza gacha a Tyler, con su guitarra en mano.
   Entonces estoy en otro lugar. Estoy dentro de una casa blanca decorado al estilo del siglo XVII, más o menos. Mi casa, en Nashville. Mi madre me sonríe. Una mujer con el pelo unos tonos más claros que los míos de cabello y sonrisa perfecta. Me está hablando mientras me da una taza de algo caliente.
   Y despierto.

Muevo mis ojos hacia arriba y veo a través de la ventana. El cielo es oscuro. Estiro mi mano para alcanzar mi celular y ver la hora. Son casi las ocho de la noche. Y me dormí… ¿Pasado la una? Ya venía sabiendo yo que no debí salir de Dallas a las cuatro de la mañana.
 No es sólo la hora lo que veo. Hay dos llamadas perdidas en mi celular. Ambas son de mi madre. Le devuelvo la llamada, y después de asegurarle que estoy bien y de que ya he comido –Cosa que no es cierta, pero voy a resolver eso dentro de poco-, cierro mi celular y suspiro profundo. 
Es una noche de julio, pero siento frío. Tal vez no es por el clima. Recorro las manos por mis brazos, haciendo fricción para calentarme. Mis uñas largas se detienen sobre mi piel y me provoca un leve cosquilleo. Por un segundo cierro los ojos y me permito imaginar que es una caricia. De mamá, de Emma, mi padre, Gracie. Tyler.
  Tyler.
Cierro mis ojos.

… Tyler besó mi cabeza dulcemente y devolvió la vista a la televisión. Estábamos viendo una película que juramos que veríamos algún día porque estaba ambientada en Nashville. Tenía que admitir que la película era bastante mala, pero yo estaba cómoda acomodada en el pecho de Tyler con sus manos en mi cintura, escuchando su risa causada por esa mala película.
--EllaSeñaló la pantallaSe parece a ti.
Presté atención y lo que vi fue a una chica flacucha y despeinada, con unas botas vaqueras parecidas a las mías y con un vestido holgado que no le venía en gracia. Se veía como una loca.
 Fruncí el ceño y le di una palmada al pecho de Tyler.
--¡Mentira!
La sonrisa de Tyler se ensanchó.
--¡Por supuesto que sí! ¡Tiene tus botas! Además está despeinada.
Me solté de sus brazos y le lancé un cojín del sillón de su casa.
--¡Yo no estoy despeinada! ¡Y ella es rubia! Yo no soy rubia. ¡Que tenga el cabello suelto siempre no significa que esté despeinada!
 Tyler atrapó la almohada hábilmente, y siguió sonriendo.
--Tú siempre estás despeinada. Te ves un poco desequilibrada mentalmente.
Abrí la boca, hasta el suelo. Observé como los ojos de Tyler brillaban y cómo observaba la escena con diversión. Yo tomé otro cojín y lo empecé a golpear en el torso.
--¿Ah, sí?Le desafiaba, sonriendo.
Tyler dejó salir una carcajada.
--Ahora en verdad pareces una desequilibrada.
--¡Ah!Grité, teatralmente, y le seguí golpeando inocentemente con la almohada.
Al final él me quitó la almohada y me jaló de la cintura hacia él para parar todo con un beso, aún cuando seguía sonriendo. Un beso dulce y lento. Yo inmediatamente me fui contra él y eché mis brazos sobre su cuello.
--Tú siempre estás guapaSusurró contra mi boca…

   Me da un no sé qué.
Estoy un poco molesta conmigo misma, porque esto no está ayudándome, definitivamente. No está. Ha pasado un año y siete meses, exactamente. ¿Por qué estoy reviviendo esto?
 Cierro los ojos, intentando recuperar algo de sueño antes de volver al volante, pero no llega a mí. El sueño no me toma y me hunde como suele hacerlo. Estoy muy despierta. Estoy pensando en el chico de ojos cristalinos.
  Su nombre es Jake.
Un chico apuesto, agradable. Uno, que no pensé que me iba a traer tanto problema. Recuerdo el primer día que lo conocí, en la escuela, cuando yo tenía diecisiete. Yo era… tan estúpida.

… Corrí por el pasillo casi vacío de la escuela construida de ladrillos rojizos. Cuando llegué a la puerta de mi clase, mi cabello liso y castaño ya se había salido de mi trenza de lado y revoloteaba por toda mi cara. Me los acomodé de un manotazo y luego miré por la ventana de la puerta. Él maestro no estaba, pero todos estaban estudiando, así que supe que ya había llegado.
 Maldije por lo bajo.
Abrí la puerta rápido y miré por el salón. Vi a una de mis amigas, Meg, con quién solía sentarme en esta clase, pero mi lugar había sido ocupado. El único que quedaba desocupado era en el que estaba este chico. Jake Gray. Él era, como, el rey de la escuela. Era amable, era guapo, era inteligente, atlético. Todas las chicas estaban detrás de él, los chicos querían ser él. Las chicas querían que él se enamorara de ellas, y tenía que admitir que yo era una de ellas en el interior. Pero yo conocía a los de su tipo. Ellos nunca son buena señal, así que yo nunca le dirigía una mirada de más de dos segundos o coqueteaba con él, ni nada. Él y yo, nada. Nunca. Y nunca me sentaría a su lado, pero en ese entonces, no me quedó otra opción.
   Me dirigí a su lado y dejé caer mi mochila en el suelo. Aparté mi pelo de un manotazo de nuevo.
--¿Dónde está?Le pregunté.
Jake me miró con sus ojos cristalinos. Quise mirarlos un poco más.
--Está sacando copias… Examen sorpresa.
Suspiré profundo y me hundí en el asiento. Maldita sea.
 Jake me sonrío amablemente y me indicó las páginas en el libro que probablemente tendrán que ver con el exámen.
--GraciasLe dije secamente, intentando terminar con eso, sino me pondría toda tonta.
Jake, el perfectísimo Jake, se encogió de hombros y me sonrió de nuevo.
--Tu eres Teresa, ¿Verdad?
Hice una mueca.
--Si. Pero sólo Terra. Así está bien.
--Soy Jake.
“Lo sé”, pensé. Sólo le sonreí de vuelta y volví a mis asuntos…

  Y ese, fue simplemente el principio del fin.



                                                                   
 



Me detengo para echarle gasolina al viejo cacharro que tanto quiero pero que tanta lata me da- ya que se descompone cada dos por tres- y me bajo a comprar algún sándwich y una leche con chocolate para desayunar en la tienda de autoservicio de a lado.
 Mi celular suena.
--¡Vuelves a Nashville!Escuché la voz de Meg al otro lado de la línea.
Sonrío y le doy un sorbito a mi leche con chocolate. Tal vez no soy así de madura.
--Bueno, sí. Hola.
--Tu mamá me lo comentó anoche, cuando la encontré en el supermercado. ¿Dónde estás?
--No estoy segura, en algún punto de Arkansas. Oye, ¿Sabes que en Texas hay una ciudad llamada Tyler? Lo vi en el mapa.
--¿Y qué pasa con eso?
Me quedo callada un instante.
--Nada.
--Terra… ¿Qué tienes planeado con Tyler, ahora que regresas a casa?
--NadaRepitoSólo estaba comentando.
Se queda callada un instante del otro lado de la línea.
--Muy bien, como tú quieras.
Resoplo.
--Tuve más o menos la misma conversación con Emma.
--¿Enserio? ¿Y qué te dijo?
--Algo así que me conviene mejor mantenerme alejada de él.
--Preocupaciones de hermanas mayoresDice Meg, restándole importancia al asunto.
Al final pongo el altavoz porque no puedo abrir completamente mi leche con una mano.
--¿Cómo estás?
--BienDice MegPero creo que no estaré en Nashville para cuando tú llegues, lo siento.
--¿Qué, porqué?
--No te preocupes, estaré visitando a mi tía en Franklin, eso es todo. Pero mientras no esté… cuídate.
Frunzo el ceño.
--¿Cuidarme de qué?Replico.
--Tú hazlo. Ahora, me tengo que ir porque mi viaje a Franklin empieza ya. ¿Te llamo después?
--Adiós, Meg. Ten un buen viaje.
--Gracias. No hagas nada divertido sin mí.
Y cuelga.
Meto un CD de Lady Antebellum en el estéreo y me meto un pedazo de sándwich en la boca, con la vista perdida en la nada.
  Meg es una parte importante de mi vida, y siempre lo ha sido. Por ella, haría lo que fuera, y lo hice, en su momento.

… Meg sonrió y me señaló con el tenedor de plástico negro.
--A él le gustas, Terra.
Luego desvió su mirada hacia algún punto detrás de mí. Extendí mis piernas contra el césped y bajé mi almuerzo. Volteé hacia atrás de mí, y vi a Jake, en todo su esplendor, hablando con sus amigos sentado en una mesa. Los chicos le prestaban atención y lo miraban con respeto y las chicas prácticamente lo desnudaban con la mirada.
--Discrepo.
Meg bajó el tenedor y ladeó su cabeza, haciendo que su cabello castaño muy parecido al mío cayera de lado sobre sus hombros.
--¿Cómo? Quiero decir, te está viendo ahora. ¡Pero no voltees!AdvirtióPorque si no se volteará y no lo verás haciéndolo de cualquier manera.
Levanté una ceja.
--Yo no le gusto, Meg. Y él no me gusta.
--DiscrepoRepitió Meg, con el mismo tono que yoTú no me engañas, Terra Anderson. Yo sé que te gusta prácticamente desde siempre.
 Rodeé los ojos para quitarle hierro al asunto.
--Sólo porque tiene un buen trasero.
Lo dije sólo para molestarla; Meg tenía esta cosa de que no debemos fijarnos en alguien por su aspecto, sino por su personalidad. Y, con Jake… Bueno, él tenía tanto como una buena personalidad como un buen trasero.
--¡Tú no me engañas! Sabes que ese chico es como, el príncipe encantador.
--¡Ay, cálmate!
--¡Enserio! Me encantaría una cita romántica con él.
Meg era así. Ella vivía en un cuento de hadas y un mundo de flores y corazones.
Y yo la amaba tal cuál era, a pesar de que yo nunca me tragaría ésos cuentos.
--Entonces creo que tú deberías salir con él.
--… Creo que no es por mí que él viene caminando justo ahora hacia acá… ¡No voltees, te digo!
  Le hice caso y me quedé quieta. Después escuché que alguien se sentaba a mi lado, en el césped. Volteé y lo miré. Jake me sonrío.
--Hola, chicas.
Le sonreí amablemente.
--¡Hola, Jake! Le dijo Meg efusivamente.
Él le sonrío. No creí en verdad que él supiera su nombre.
--Hola, Meg.
O tal vez yo estaba equivocada. Tal vez  este chico si tenía los pies bien plantados en la tierra.
--Quería invitarlas a una fiesta.
Él sacó un papelito de su chaqueta de cuero con una dirección anotada y me la dio.
--Si quieren ir.
Los ojos de Meg brillaban. Yo todavía tenía mis dudas.
--Gracias, Jake. Lo pensaremos.
Él hizo una mueca. ¿Qué, era yo la primera que lo rechazaba? Pues que se fuera acostumbrando.
--Está bien. Espero verlas ahí esta noche. ¡Adiós!
Se levantó y se fue.
Meg se abalanzó sobre mí de inmediato.
--¿Qué tenemos qué pensar? ¡Iremos!
--No lo sé, Meg…
--¡Haz esto por mí!
--Es sólo una fiesta, Meg.
--No es sólo una fiesta. Es una oportunidad para ti con Jake. Por favor, prométeme que le vas a dar una oportunidad, esta noche. Hay que ir a esa fiesta.
 Negué.
--No sé…
Ella puso sus ojos se cachorrito.
--Está bienMe rendíEs sólo una fiesta. No significa nada.
  Ella sonrió…
    
  A lo mejor ése en realidad fue el principio del fin, y no el momento en que hablé por primera vez con Jake. Tal vez fue ésa vez, que Meg me convenció para ir a ésa estúpida fiesta por primera vez. Una de muchas fiestas con Jake. O tal vez fue exactamente el momento en que conocí a Meg, ya que sin ella, yo nunca habría salido con él… Pero, tal vez, fue el momento en que conocí a Tyler dónde todo cambió.
 
¿Cuántos principios puede haber para un fin?


-Sthep Stronger.

lunes, 29 de abril de 2013

Un Premio (5)

                                           


Entonces estaba viendo los comentarios y me di cuenta de que nos habían dado otro premio. Sara ( Entre Mundos Y Libros ), gracias.

Reglas:
1-Nombrar y agradecer al blog que te lo concedió (hecho)
2-Responder a las once preguntas que se formulan.
3-Enumerar once cosas de ti.
4-Conceder el premio a 11 blogs con menos de 200 seguidores.
5-Formular once preguntas para que respondan los blogs a los que se les otorgará el premio.
6-visitar los blogs que han sido nombrados junto al tuyo.
7-Informar del premio.


Preguntas que debemos contestar:

1-¿Tu mayor tentación?
Sthep: Desviarme a la sección de libros cundo estoy en un almacén con mi mamá.
Lizzie: Ver a alguien con un libro y correr a preguntarle que libro es, no importa si no conozco a ésa persona.
2-¿Cuál fue el primer libro que leíste?
Sthep: Crepúsculo.
Lizzie: Crepúsculo.
3-¿Qué opinas de las redes sociales? ¿Cuál es tu favorita?
Sthep_: Son geniales, pero a veces me dan miedo. Me gusta mucho blogger, y Goodreads es genial.
Lizzie: Son buenas, pero adictivas... Soy fan de Twitter, Blogger y Wattpad... ¡Y que decir de Weheartit!
4-¿Qué dices de la modas?
Sthep: En verdad no estoy pendiente.
Lizzie: ¿qué es éso? ¿se come?
5-¿Qué estás leyendo?
Sthep: Wanted, de Kelly Elliot... Fuck a Duck.
Lizzie: Prueba de Fuego de James Dashner, oh sí.
6-¿Te gusta tu vida?
Sthep: Pues, sí.
Lizzie: No me quejo...
7-Si escribieras un libro, ¿De qué trataría?
Sthep: Jaja, de muchas cosas xD
Lizzie: De asesinatos, misterio y ésas cosas.
8-¿Qué es lo que más te gusta hacer?
Sthep: Leer y escribir. Me gusta mucho jugar con las emociones de mis personajes. Tal vez por eso es tan dramático todo
Lizzie:
Escribir :D
9-¿De qué crees que trata esta pregunta?
Sthep: Ni idea.
Lizzie: Mmmh, no lo sé.
10-¿Te has sentido solo, desesperado, mal, triste deprimido, sin ganas de hacer nada, torpe, etc?
Sthep: La verdad es que no me gusta halar abiertamente de mis sentimientos.
Lizzie: Como toda persona...
11-¿Cómo sería tu chico ideal?
Sthep: Creo que tendría que entender que no me gustan las muestras de cariño en público. Ni los sobre nombres cursis... Está  bien, olvídenlo: No me gustan los sentimientos.
Lizzie: Uno literario, el típico chico malo que en realidad tiene un buen corazón y ésas cosas. Como ven, me quedaré solterona, ja!.

Cosas sobre mí; LizzieG
1. No me gusta el chocolate.
2. Me obsesionan las series de asesinatos.
3. Tengo como meta, leer los libros de Stephen King.
4. Estoy escribiendo una historia sobre asesinatos.
5.He avanzado (según creo) en la escritura.. Antes mis historias eran un asco, ahora lo son todavía, pero ya no tanto.
6. Casi no tengo libros en físico.
7. Soy muy cursi. Demaciado.
8. Mi banda favorita en éste momento es Florence & The Machine.
9. No me gusta escribir cosas sobre mí.
10. En éste momento estoy escuchando Ho Hey de The Lumineers, por si les interesa xD.
11. Me he leído la trilogía 50 Shades e.e.



Cosas sobre mí; Sthep.
1-No me gusta que finalicen mi nombre con F. Es StheP, no Sthef.
2-Actualmente estoy escribiendo dos historias al mismo tiempo.
3-Una de ellas la hice cuando me pregunté cómo sería una combinación de Revenge y Pretty Little Liars. Así que sí, cualquier coincidencia, de ahí viene. (Pero tienen mis personajes y mi propia historia, claro)
4-En verdad no veo Revenge, pero sé de qué va.  Más o menos.
5-Soy como, muy floja para escribir, pero me gusta mucho hacerlo.
6-Sueño con tener toda la colección de Susan Elizabeth Philips, pero tengo sólo uno.
7-Lizzie y yo acabamos de cambiar el fondo, ¿Les gusta?
8-Cuando voy al supermercado quiero traerme todos los paquetes de Té (Pero naturalmente mi mamá sólo me deja comprar uno)
9-Intenté dejar de escribir por un tiempo después de Mine... No funcionó. Ridley bombardeó mi mente y tuve que ponerme a trabajar.
10-Mi letra es como cursiva-script. Es muy raro. Nadie le entiende.
11-Nunca he entendido el futbol. Oh, bueno, nunca he entendido ningún deporte.


11 Preguntas (de nosotras, a ustedes)

1-Una serie que nunca te pierdes.
2-Una canción con la que te traumaste por días.
3-Un libro que esperaste mucho con ansias y cuando lo leíste no fue lo que esperabas.
4-Un libro que te gustó cuando pensaste que no iba a hacerlo.
5-Un libro que te haga feliz.
6-Un libro que odiaste pero te lo terminaste completo.
7-¿Gato o perro?
8-¿Escribes?
9-¿Se nota que ya se me terminaron las preguntas? xD
10- Un libro que nunca terminaste.
11-¿Té o café?


Blogs nominados:

Broken Mirrors
Mi querida Lectora
Lunnaris :)
Candy Jonnes
Sparkles

#22 Off Topic: Razones en el mundo literario porqué el mundo es un lugar mejor


¿Recuerdas ese tiempo dónde viste un libro por el cual matarías y pensaste "Nunca se va a traducir en español"? Y pensaste "El mundo literario debería ser mejor". O algo por el estilo.
  Señoras y señores, tengo algo qué decir.
El mundo está reformándose.
            
Libros que pensé que nunca se publicarían están en camino.

                                

Como The Unbecoming of Mara Dyer. Que en español el título vendría siendo La Oscura Verdad de Mara Dyer. De la mano de Maeva.


                              

Otro ejemplo es The Vincent Boys. O ahora conocido como El Chico Malo, gracias a Editorial Destino.

                                 

Que bueno, éste no es novedad; ya tiene un tiempesito, pero tenía que incluirlo. Las portadas son iguales. (Como pueden ver xD) Editorial Neo. Este ya lo pueden conseguir en tiendas.

                                

Y su compañera, Lola And The Boy Next Door. Que bueno que Neo conserva las portadas tan bonitas :) Este ya lo pueden conseguir en tiendas.

                                     

Onyx. De Editorial Neo (Me gustan más éstas portadas), que es la segunda parte de:

                                    
                                                          Este ya lo pueden conseguir en tiendas.

   Muy bien, Neo. Vas muy bien.

                                    

Ya era hora Salamandra ¬¬'   Este ya lo pueden conseguir en tiendas.                             
             
Splintered, de A.G Howard.  La verdad es que éste lo acabo de conocer pero se ve interesante.


                            

The Goddest Tests. "Aprenidz de Dios". Bien, Darkiss, bien. (Lo único malo es que en Darkiss se compra por internet)

                         

Sé que recuerdas este libro. Lo reseñé hace poco. Es Pushing The Limits . Ahora en español, Rompiendo las normas. ¿No creen que eso de la portada y el título fue una mala jugada? No sé... No se. Por Darkiss ( A ver si lo compro. Cosa que dudo, porque no compro por internet ¬¬')


                            
Y The Darkest Minds. Por Molino. Oh, sí.


Estoy bastante segura de que hay más, pero por ahora son los únicos que puedo recordar. Así que sí, señores, el mundo literario ya se está reformando. Las Editoriales están empezando a escucharnos. Muy bien, van muy bien. ... Ahora hay que esperar que los saquen de España y los metan a México. Eso ya es otra cosa.

Besos!
Sthep S.

jueves, 25 de abril de 2013

Entrada rápida: EMOCIONENSE MUNDO

       

Porque la portada oficial del segundo libro de obsidianOnyx ya ha sido revelada. 


                                               

Espero poder conseguir la primera parte en físico  algún día :)

Saludos.
Ps: Chequen a mi novio Pepe <3

Mini reseñas: Being Jamie Baker y Shadows

Reseña: Being Jamie Baker.
Kelly Oram.
#1
Un accidente debería terminar en tragedia, en su lugar le da a Jamie Baker una adolescente de diecisiete años de edad un montón de incontrolables superpoderes.
Para mantener su secreto seguro, Jamie socialmente se exilia, ganándose el título de Reina de Hielo en Rockling High. Pero durante de un sobrealimentado encuentro con el mariscal de campo estrella Ryan Miller, ella literalmente besa un anónimato adiós. Ahora el exasperante e irresistible Ryan no se detendrá por nada hasta derretir el corazón de la reina del hielo y descubrir lo que la hace tan especial.
Por desgracia, Ryan no es la única persona que sabe su secreto. ¿Aprenderá Jamie a controlar sus poderes inestables antes de ser descubierta o convertirse en una rata de laboratorio?
Más importante aún, ¿Podrá sacar a Ryan del camino antes de enamorarse de él?





   No es el gran libro, pero me ha gustado mucho.
Primero, no es original: Chica que es muy guapa y luego tiene accidente y alguien quién quería mucho se muere y ella queda cambiada para siempre. Me sonaba mucho, pero mucho, a Eternidad. Y en cierto sentido, es igual a Eternidad. Pero éste libro sí me gustó.
 Ok: A lo que me refiero es la historia vendría siendo casi la misma, pero son los personajes lo que lo hicieron un libro divertido y bueno. Me gustó Jamie, y totalmente me enamoré de Ryan. Es muy lindo.

  Son los personajes en mi opinión lo que lo hicieron divertido y fresco, y mejor que  los libros con ésta trama que he leído antes. También creo que tiene mucho que ver con la escritura de Kelly Oram. Fue despreocupada todo el tiempo y rápida.

  La conclusión en que me ha gustado mucho, y lo recomiendo.






                                                                                                            


Reseña: Shadows, Jennifer L Armentrout.
Precuela: 0.5
Lo último que Dawson Black esperaba era a Bethany Williams.
Como un Luxen, una forma de vida alienígena en la tierra, las chicas humanas era, bueno... divertidas. Pero dado que los Luxen deberían mantener sus verdaderas identidades en secreto, enamorarse sería una locura, peligroso. Tentador. Ineglable.
Bethany o puede mantener la atracción que tiene con Dawson. Y a psear de que los chicos son una complicación que no quiere, no puede evitar estar alejada de él. Sin embargo, cada vez que cierra los ojos piensa en él. Cautivador. Atractivo. Encantador.
 Dawson guarda un secreto que podría cambiar su existencia, y poner su vida en peligro.Pero ni siquiera él puede dejar de arriesgar todo por una humana. O su inevitable destino al amor.




     Me gustó.
Es un libro cortito pero es entretenido e interesante, porque te cuenta la historia de Dawson, el hermano gemelo de Daemon. Cómo él conoció a Bethany y de pronto supo que ya no había un camino de regreso.
Su historia de amor es sencilla, bonita, interesante. Pero lo que más me ha llamado la atención son los personajes; Yo comencé el libro algo recelosa porque no sabía si Jennifer había hecho a sus protagonistas similares. No quería que los gemelos fueran iguales, a pesar de lo mucho que en los libros se había mencionado que Dawson era muy diferente a Daemon. Pero los personajes que se me hicieron similares fueron Katy y Bethany. No mucho. Cada una tiene sus matices, pero... No sé. No eran muy diferentes la una de la otra. Ambas calmadas, relajadas, niñas buenas, ambas interesadas en los aspectos artísticos (Katy literatura, Bethany arte).
  Por otra parte... Daemon. Uff. En este libro él se me hizo un poco insoportable. Tenía todo ese royo de hermano mayor sobreprotector, y que sí; Tenía sus motivos, pero... no sé. No me gustó. Lo cuál me hace mirar atrás, hacia los libros anteriores -¿O hacia adelante, en cualquier caso?  y admirar el desarrollo de Daemon.
  Jennifer Armentrout, muy bien.


Saludos.
Sthep.

miércoles, 24 de abril de 2013

The Bet. Capítulo 23.


#86.                                                                                    #BPOV.
No sabía como me había logrado convencer Joe para venir al juego.
El clima estaba algo frío, pero soportable, así que sería un buen juego... Oh eso supuse.
Todo iba bien, Andrew había pateado la pelota y apuntó como 3 puntos, así que íbamos en la delantera.
Sonó el pitido que marcaba el medio tiempo y tomé de mi soda.
-¿Te imaginas si patearas la pelota y de repente se te saliera el zapato y cayeras de espalda?- comentó Joe con seriedad.
Me lo imaginé y comencé a carcajearme.
No sé de donde sacaba ésos pensamientos, Joe, pero me divertían.
Joe sonrió mientras seguía riéndome.
-Eres un ton..- empecé a decir, cuando de repente empujó mi cara hacia la de él y estampó sus labios en los míos.
Me sorprendió su rudeza, por lo que traté de alejarme de él, no funcionó, así que le regresé el beso con mucha incomodidad.
Al instante, Joe me soltó, abrí los ojos y Andrew lo estaba golpeando.
Me acerqué a ellos rapídamente.
-¿Que mierda haces? - gritó Andrew.- Si haciendo éso pensabas que me ibas a poner celoso... ¡PUES LO LOGRASTE! Pero a Brenda no la usas para tus jueguitos.
-¡Para, Andrew! - grité
No me hizo caso y siguió golpeandolo, cuando de repente, Joe lo golpeó en la quijada y Andrew comenzó a sangrarle la boca.
Grité.
Les pegué un puñetazo en el pecho a los dos, pero ninguno se inmutó, siguieron dándose golpes.
Ya había muchos observando, pero nadie los detenía, hasta que llegó Doyle, que agarró a Andrew.
Joe y Andrew se miraron con rabia.
-Vuelves a tocarme y te mato.- dijo Joe.
Parecía que iba a venir hacia mí, pero en vez de éso, se acercó a Andrew y le escupió en la cara.
Me cabreé al instante y gruñí.
Me acerqué a Joe y le dí una cachetada con todas mis fuerzas que incluso me dolió también a mí.
-¿Que carajos estás pensando, Joe? - le grité con rabia.
Joe solamente me miró.
Miré a Andrew con pena, ya que estaba todo ensangrentado, al igual que Joe.
Tomé la mano de Joe y nos alejamos de ahí.
Cuando llegamos a el estacionamiento lo miré con furia.
-No debiste hacer éso.
-Lo siento.
-No, no lo sientas. Lo pensé de todos, menos de ti. Tanta madurez que destilabas, para terminar siento como los otros.
-¡Pero es que no soy como los otros! - explotó Joe, haciendo que me asustara.
-Claro que sí! Me besaste a la fuerza, Joe. ¿Y para qué? Para darle celos a Andrew.
-¿Lo sigues amando, verdad?- dijo mirándome a los ojos.
-Si. - dije con sinceridad.
-Ah... Bueno, pues, perdón por no llenar las cualidades que tiene tu lista del hombre perfecto. Perdón por no ser un patán como los que te gustan, de verdad, perdón. - suspiró.- No entiendo por que quisiste que fuéramos novios. Tarde o temprano iba a terminar así.
-Quise por que te quiero, pero me he dado cuenta que no te quiero como novio, eres un amigo maravilloso, y yo creo que confundí mi cariño por ti, por amor.
-No puedo creer que me estés pidiendo, indirectamente, que cortemos. - se rió secamente Joe. - Y que además, quieres que seamos amigos.
-¿Estoy mal, acaso?
El negó con la cabeza.
-Lo siento, estoy siendo un patán.
Sonreí a medias.
Hubo un silencio incomodo.
-Entonces... ¿Ya no somos novios? - dijo Joe.
-No. - dije mientras veía mis dedos.
Joe puso una mano en mi hombro. Levanté la mirada hacia él.
-No importa si ya no somos novios... Siempre estaré a tu lado, ¿sí?
Asentí y me acerqué a él, para abrazarlo.
-Te quiero Joe...
-Yo te quiero más... - me dejó de abrazar.
Sonreí.

Joe me dejó en casa, no sin antes pedirme disculpas una y otra vez.
Hacía unos días había regresado a mi casa original junto a mi papá, todo por "castigarme", por ser irresponsable.
Subí las escaleras a mi cuarto y me puse mis jeans junto a una blusa de tirantes blanca, complementándola con una camisola a cuadros, arremangada y desabotonada.
Tomé 20 dolares de mi bolso y me lo puse en mi bolsillo trasero de mis jeans.
Salí de casa y decidí ir a dar un paseo.
Me encontré con un Starbucks en mi camino, o mas bien yo fui inconscientemente a él, y entré.
Hacía bastante que no venía, desde aquella vez que el cajero flirteó conmigo.
Ordené un chocolate caliente y me senté en un sillón pegado a la ventana trasera.
Tenía una fuerte presión en el estomago, como de angustia, o mas bien culpa.
No sabía realmente por qué, pero por puro acto de inconsciencia, ya tenía mi teléfono en mi oreja, llamando a Andrew.
Me contestó rápidamente.
-¿Hola? - contestó ronco.
Suspiré aliviada y un tanto preocupada.
-Andrew, que bueno que contestas.
-Si, ¿qué pasa?
-Te busqué por todo el campo, pero me dijeron que te habías ido-no era del todo cierto.-... ¿pasó algo?
-Bueno si... Pero no tiene importancia. - dijo, casi pude ver como se encogía de hombros.
Suspiré.
-Bueno, al grano.. ¿Podemos vernos en una parte?
Di que sí, di que sí, di que sí...
-Claro, ¿dónde?
Casi di un brinco de alegría.
-En Starbucks.. Ése que está cerca de la escuela.
-Ok, nos vemos en quince ¿ok?
Miré mi chocolate y dí vueltas a la taza con mi dedo, incómoda.
-Es que... Ya estoy aquí. - suspiré
Éso sonó estúpido.
-Oh, claro, claro. Voy para alla, entonces.
Sonreí, y colgué.
Exactamente 7 minutos después, Andrew traspasó la puerta vistiendo una camisa blanca junto a otra camisa a cuadros abierta y unos Jeans.
Me reí, parecía como si nos hubiéramos coordinado. Pero al instante mi sonrisa se cayó de mi cara, haciendo un nudo en mi estomago de nervios.
Andrew sondeó toda la cafetería con la mirada, hasta que me encontró.
Hicimos contacto visual y sentí un aleteo en mi estomago.
Cuando llegó a el pequeño sofá en donde yo me encontraba, me sonrió.
Yo me levanté y sonreí, pero se desvaneció, otra vez, al ver sus heridas.
-Santo cielo.-toqué su cara con mucho cuidado.- Eres un idiota.
Se sentía tan bien tocar su cara, era suave y a la vez rasposa... Andrew había cerrado los ojos.
Lo miré una vez más y suspiré.
Dejé caer mi mano a mi lado, Andrew abrió los ojos lentamente.
-Bien.. ¿Quieres algo de tomar? - preguntó
Yo negué con la cabeza.
-Ya ordené.
Me senté en la orilla de el sillón, recargándome en la ventana. Andrew hizo lo mismo, quedando enfrente de mí.
-Terminé con Joe.- dije sin rodeos.
Andrew me miró sorprendido.
-¿Por qué lo hiciste?
Tragué gordo.
-Me dí cuenta que lo que estaba haciendo estaba mal.
-Mira, si es por mi culpa, lo siento de verdad. No quería qu...
-Para, no es tu culpa. Yo necesitaba abrir los ojos y darme cuenta que no quería a Joe en mi vida como mi pareja. Se ahora lo que quiero y lo que no. - él abrió mucho los ojos. - No, no me malinterpretes. Quiero a Joe, pero no de ésa manera. Además lo que hizo estuvo mal...
-Brenda, sé que me dijiste que no me querías más, y lo entiendo, pero solo quiero que sepas que realmente te quiero, te amo con todo mi ser y lo digo con sinceridad. Hace unas semanas quise realmente arreglar las cosas contigo, por que todo lo que sucedió con Vicky fue un malentendido, pero tu no me lo permitiste.
Oírlo decir éso, me dieron ganas de correr hacia él y besarle como si no hubiera un mañana y violarlo ahí, en medio de la cafetería.
-Sé lo de Vicky, ella misma me dijo.
El se sorprendió.
-¿Cómo así?
-Bueno, resulta que tengo un papá muy mujeriego y el caso es que Vicky terminó siendo mi hermana... Es una  historia bastante larga, que apenas comprendo, pero ya nos llevamos una milésima mejor... Ella me confesó que lo había hecho para darme celos a mí, y para que termináramos, ya que en ése tiempo tu le gustabas.
Andrew hizo una mueca de dolor.
-¿Por que no me dijiste que ya lo sabías? Aún así me dijiste que no me querías más.
Mi corazón se partió en dos.
-Es que.. yo.. bueno.. mentí. - dije con sinceridad.
-¿Cómo?
-Sí. Te sigo queriendo con cada parte de mi cuerpo, con toda mi alma y mi corazón. Pero lo hice por que no supe que hacer, Joe estaba conmigo y si te lo decía sabía que caería a tus pies de nuevo, y le rompería el corazón a él... No quería hacer éso. - dije, ya con las lágrimas cayendo sobre mi rostro. El atrapó una de ellas con su dedo y la limpió. - Lo siento, de verdad.
-Soy yo el que debería pedir disculpas, por ser un patán, por ser un estúpido, por el simple hecho de ser yo. Además te pido disculpas por ser tan celoso, pero el simple hecho de verte con McPhee, me daban ganas de estrujarlo hasta dejarlo inconsciente. Quería ser yo el que te estuviera besando.
 Mi estomago fue presa de algo extraño... Era como si se hubiera encogido, para después regresar a su tamaño normal, era extraño. Sentía que todo se me movía, cada partícula, cada cosita dentro de mí.
-No se por que me he enamorado de tí... Eres un idiota. - dije en tono de burla.
Andrew sonrió burlón.
-Mi Brenda está de regreso!
Se acercó a mi y me abrazó.
Envolví mis brazos en su cuerpo y me sentí como si de nuevo estuviera completa, como si una parte de mí hubiera estado por ahí perdida, y ahora se hubiera reconectado en mí.. No sabría explicar con exactitud lo que sentía en éste momento.
Solo me sentía feliz. Tan feliz que tenía la sensación de que iba a explotar e irradiar luz y colores y todas esas cursilerías en cualquier momento.
Era momento de sacar a mi Panda de la caja que estaba debajo de mi cama. Ya lo extrañaba.

-Lizz.

martes, 23 de abril de 2013

Unspoken. Capítulo 1.

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Unspoken. C
apítulo 1. 

Es ya de noche cuando subo a mi viejo Chevy Truck y me arrastro a casa. A mi verdadero hogar. A muchos kilómetros de distancia, lejos de Dallas, Texas. Vuelvo a Nashville; Una hermosa ciudad llena de luces y música Country, situada en Tennessee. 
   El pensamiento me hace sonreír y mirar hacia abajo, hacia mis botas vaqueras color café claro. Sonrío un poco más, pero mi sonrisa rápidamente se desvanece, porque esta noche en carretera es solitaria y poco transitada, porque la boca de mi estómago tiene un nudo y porque casi no respiro. Es que estoy volviendo a Nashville.
  Mientras giro en cada curva no puedo evitar pensar en mis padres, en mis amigos, mis hermanos… En Tyler… Oh, Dios, Tyler. Un  chico de cabello negro, ojos azules y una sonrisa deslumbrante. Alguien que tiempo atrás me quería. Alguien, con quien lo eché a perder.
  Pronto siento que mi nariz pica y que tengo un nudo en mi garganta, pero me contengo, porque ya he llorado suficiente en el último año y medio. Y ahora es tiempo de dejar de preguntarme por qué. Tengo que moverme. Pero aún pensando en esto no puedo evitar retroceder en el tiempo un poco, hacia un Tyler que me quería, hacia el tiempo donde yo no había roto su corazón…

… Tyler jaló de mi mano hacia la casa amarilla delante de nosotros.
--No, enserioLe dije, resistiéndome, plantándome en mi lugar.
Tyler se giró y me tomó de la cintura mientras sonreía.
--No te preocupes, mi familia te va a amar.
Levanté una ceja, desafiándolo, pero en verdad estaba contemplando sus preciosos ojos azules.
--¿Cómo lo sabes?
Sonríe más y acerca mi cara a la suya. Justo cuando pienso que va a besar mis labios, besa la punta de mi nariz. No puedo evitar sentirme un poco decepcionada.
--Porque yo te amo.
Mi boca cayó hacia abajo y sentí algo presionando contra mi pecho. No ese tipo de presión que dolía, es más bien ese que te llena de dicha.
 Esas palabras, eran como… El mundo entero para mí…

   Pero yo sólo tenía dieciocho años. A veces me pregunto, si habría habido alguna diferencia, porque… ambos nos iríamos a la universidad el año siguiente. Él se quedaría en Nashville, en Vanderblit. Yo iría a West Coast, porque quería ser doctora. Yo tenía planeado ir a Dallas antes de conocer a Tyler, pero si yo lo hubiera conocido antes… No creo que yo haya decidido quedarme aquí por él. Porque simplemente no soy ese tipo de chica. Así que, incluso cuando yo no lo hubiera echado a perder… no iba a funcionar. ¿Verdad? ¿Habría?
 Cierro los ojos y me recuerdo de nuevo que ya no me sirve preguntarme los “Porqués”, y los “Qué habría pasado si”. Yo sólo voy a volver a casa, y si puedo, voy a arreglar las cosas. No sé cómo, si soy honesta. No sé, si Tyler querrá hablar conmigo, o si él se encuentra hundido en la universidad, o si él se ha conseguido a alguien más. No sé… No sé que voy a decir, si voy a tener una segunda oportunidad. O qué va a pasar. Pero al menos tengo un par de días en carretera para averiguarlo. Hasta llegar a Nashville.
   Estoy regresando a Nashville.


                                                                      




Esa vieja canción de Tim McGraw empieza a sonar después de horas en silencio, y estiro la mano para alcanzar mi celular. No reviso el contestador de llamadas, es una manía que a veces me molesta, cuando estoy demasiado enojada y lo suficientemente inmadura como para ignorar a alguien.
--¿Bueno?
--¡Terra!
Es mi hermana mayor, Emma.
--Hola, Em.
--Hola. Te llamaba para asegurarme de te detengas a dormir en alguna ciudad. Todavía no entiendo porqué no te viniste en avión. ¿Ya comiste?
  Giro los ojos.
Amo a mi hermana, pero tiene ella siempre está cuidándome como si yo aún fuera una adolescente, pero en unas semanas cumpliré veinte.
--Relájate, Em. Sé cuidar de mi misma, ¿Vale? Además, necesitaba un viaje en carretera.
--¿Para qué?Resopla ella al otro lado de la línea.
--Para pensar.
--Pudiste pensar en el aviónMe echa en cara.
Hago una pausa antes de contestarle.
--Necesitaba mucho tiempo para pensar.
Y luego es ella quien hace una pausa.
--¿Es esto sobre Tyler?
--No…En parte. Es… sobre todas las cosas que hice mal aquí, y que no reparé antes de irme.
Otra pausa.
--Creo que deberías dejarlo ir. Fue hace casi dos años.
--Fui una zorra con él.
--TerraEmma pronuncia mi nombre lentamenteCreo que en verdad tienes que dejarlo ir.
 Algo en su voz no me gusta. Es… como una advertencia.
--¿Qué sabes tú que no sé yo?
--Nada. ¿Pero en verdad él es tu única razón para volver?
Sacudo la cabeza.
--No. Vuelvo para pasar tiempo contigo, con mamá y papá, con Gracie. Sé que Tyler sólo es una mala ruptura. Pero… si puedo… quiero… quisiera disculparme.
Oigo a mi hermana mayor suspirar del otro lado del teléfono.
--¿No lo intentaste cuando llegó el momento?
--Lo intenté, pero él en verdad estaba enojado conmigo y no quería verme. Yo tenía que viajar a Dallas, así que… No terminamos precisamente bien.
 --A veces quiero que dejes de ser una cabeza dura y hables de tus sentimientos cuando pasan, y no dos años después.
--Un año y siete mesesCorrijo, sintiéndome incómoda porque la mano se me está entumiendo. Cambio de mano y sostengo rápido el volante.
 En verdad no debería estar conduciendo mientras hablo por el teléfono.
--Es lo mismo. Hubieras hablado conmigo.
Me quedo callada.
--Mira, ya no puedo volver atrás. Lo único que puedo hacer ahora es intentar hacerlo diferenteSuelto finalmente.
Una pausa.
--Está bien. Pero, Terra… Si Tyler no te corresponde después de todo este tiempo… Creo que sólo…
--Tengo que dejarlo irTermino por ella.
Suspira del otro lado de la línea de nuevo y luego hace una pausa. Oigo como mueve el teléfono y oigo unas voces de fondo.
--Mamá me pregunta en donde te vas a detener  esta noche, y si todavía estás en Texas.
--No estoy segura de dónde. Ni en unas cuantas horas llegaré a Arkansas.
Oigo el teléfono moverse de nuevo.
--Dice mamá que te llamará después de salir  de su baño de burbujas.
--Está bien.
--Adiós, vaqueraSe despide Emma--¡Y que no se te olvide comer!
 ¿A quién se le olvida comer? Bueno, a mí no. Lo tengo presente en mi mente la mayoría del tiempo. No creo que sea siquiera sano.
Y por otro lado… ¿Qué sabe Emma que yo no?



-Sthep Stronger.
Feli
z  a del libro :)

jueves, 18 de abril de 2013

Reseña: Juntos, Ally Condie.

Reseña: Juntos, Ally  Condie.




                      Nunca desafíes el juego del amor...       


En el mundo de Cassia, las autoridades lo deciden todo. a quién debes amar, de qué debes trabajar, incluso cuándo debes morir. Cassia nunca ha cuestionado las decisiones que han tomado por ella, ni siquiera cuando le comunican que su "Pareja Perfecta" -la persona con la que pasará el resto de su vida- es Xander. Su mejor amigo. Los problemas llegan más tarde, cuando un extraño error informático hace que en la microficha que las autoridades le han entregado aparezca la cara de otro chico, el enigmático Ky. Con una mezcla de estupefacción y curiosidad  Cassia empieza a investigar. ¿Y si este error no fuera fortuito? ¿Y si la persona de su vida no es quién lee han asegurado que es?
  Al intentar buscar respuestas a todas estas preguntas, Cassia deberá afrontar una elección imposible: entre la perfección y la pasión, entre Xander y Ky, la única vida que conoce y el camino que nadie hasta entonces se ha atrevido a seguir....



        Sería justo empezar diciendo que este libro me ha sorprendido.
Realmente no esperaba que fuera a gustarme tanto, sólo pensé que sería entretenido, pero en verdad en verdad en verdad me gustó mucho el libro.
     


   Tengo que decir que de distopías, hay mucho. Y que sí; el libro guarda cierto parecido con el resto de las distopías: Mundo aparentemente perfecto controlado por el gobierno dónde no se permite hacer nada de nada. Y la protagonista no está de acuerdo. Pero es una de las cosas que me han sorprendido: La evolución de Cassia en el libro. Porque al principio ella está bien con todas las cosas que pasan a su alrededor, pero a lo largo del libro ella se va dando cuenta de que probablemente esté mal. De que realmente no es necesario. Ni tampoco justo para nadie.
  Entonces que yo te diga que me haya gustado cómo ella ha evolucionado quizá no te sorprenda, porque en sí no fue sólo eso. Lo que me gustó de la evolución de Cassia es que piensa sobre ello, se toma su tiempo, reflexiona... Y como Ally Condie tiene esta manera de escribir, hurgar en los pensamientos profundos de Cassia me ha gustado mucho.
   Es probablemente eso lo que más me ha gustado del libro: La manera de hablar de Condie. Su manera de escribir.

¿Y qué tiene que ver esta
portada con el libro pues?
Sólo las letras con el chico,
pero lo demás... No.


He leído  muchos libros a lo largo de mi vida. Muy bien, que es cierto: Leo desde hace tres años, pero he leído muchos libros. Es el punto. Entonces me he encontrado con muchos tipos de escritura y todos son interesantes. Es cierto; Todos son (o la mayoría) diferentes entre sí. Pero no recuerdo haberme topado antes con un libro narrado como lo narra Condie. Es casi... poético. Es muy profunda para hablar sin llegar a ser pesada. Ella puede hablar y hablar y yo me doy cuenta de ésos pequeños detalles en su escritura que lo hace ver tan bonito.
No sé. Ella sabe cómo usar palabras, y te hacen pensar.


"Quería saber más del chico con el que me emparejaron por error. Pero ahora me parece que saber más cosas de él es una forma de de saber más cosas sobre mí. No esperaba amar sus palabras. No esperaba encontrarme en ellas".
¡Ella no esperaba encontrarse en sus palabras!
Condie puede sólo hablar y hablar y hablar yo yo puedo sólo leer y leer y leer.

" Entonces, la pregunta que me hice fue: ¿Estoy guapa?                     Ahora, la pregunta que me hago es: ¿Soy fuerte? "
  En verdad puse muchas notas al libro, pero sólo les mencionaré esas dos.
Uh. Ally Condie. Genial.

                                                                     
Pero incluso aunque me haya gustado mucho la historia en sí, hay cosas que todavía no terminan de convencerme. Como que, por ejemplo, su interés amoroso es Ky. Hasta ahí vamos bien. Y ella nos explica que siempre han sido amigos, no muy cercanos, pero son amigos. Entonces entiendes en cierto punto que ella se preocupe por él y que sienta curiosidad por la vida de éste que ella desconoce... Pero entonces ella saca de la nada que está enamorada de él."¿Enserio? ¿Desde cuando?". Juro que Cassia lo saca de la nada.
  En ese punto fue algo precipitado y realmente no me gustó.

     Pero el libro me ha gustado bastante y espero leer pronto la segunda parte, llamada Crossed , que hasta donde tengo entendido aún no está disponible en México... Humm...

  Lo recomiendo, porque ha sido muy muy bueno al mi parecer; ojo, que puede haber personas que no les guste.

-Sthep.






miércoles, 17 de abril de 2013

The Bet. Capítulo 22.


#86                                                                              #APOV.
Y ahora, el Nerd y Brenda habían comenzado o mas bien formalizado su relación hacía unos días.
Maldita sea.
Miré a la pequeña tortuguita que me miraba desde su pecera.
-¿Qué pasa Trevor?
Siguió caminando por su pecera, hasta que encontró comida. Me ignoró completamente.
Vi el reloj digital que estaba a lado de mi cama y vi que era hora de ir al juego.
No habíamos entrenado mucho que digamos, y tampoco era muy importante, pero teníamos que ganar.

Llegué a los vestidores, en donde había un hervidero de porristas a lado de los jugadores.
Puse los ojos en blanco y comencé a cambiarme sin importarme que estuvieran ellas ahí.
-Oh, Andy... Hace mucho que no te miraba así.
Miré hacia donde estaba ésa voz tan melosa.
-¿Qué quieres Kayla? - dije mientras me ponía los pantalones del uniforme.
Se acercó a mi, moviendo exageradamente sus caderas. Eso ya no me impresionaba, sinceramente. Ahora quería a Brenda. Era extraño, sí, pero la quería y mucho. Y ahora me mataban éstos celos, al saber que estaba con Joe.
-Ow, que rudo. Ahora que estás solito, sin la rara ésa, supongo que quieres consuelo... - dijo mientras tocaba mi pecho desnudo.
Agarré su muñeca y la alejé de mi cuerpo.
-No. No quiero ningún tipo de consuelo de tu parte y ni de nadie, ¿está bien?- ella me miró impresionada, haciendo con su boca una perfecta "O",- Ahora, vete a ser zorra a otra parte.- le dí la espalda y continué cambiándome.
-Eres un estúpido, un gran estúpido. - gritó Kayla
Hubo un coro de "Hu's" en el vestidor.
Volteé hacia donde estaban ellos, ahora completamente cambiado y los miré con rabia.
-En vez de hacer ésas estupideces, salgan al campo, que ya es hora. - miré a las porristas.- Vayan con su fiel seguidora, tienen que ir a animar.
Las porristas salieron enojadas al campo.
Doyle me miró.
-De que andes enojado por que Brenda ya te olvidó, no significa que te tienes que desquitar con nosotros. - bufó.
-Cállate..- dije poniendo los ojos en blanco.
El se rió y me dio unos leves golpecitos en la espalda antes de salir al campo.
El estadio de la escuela estaba lleno.
Los jugadores de la preparatoria Charles P Steinmetz ya estaban es posición, cuando nosotros salimos se oyeron muchos vítores.
Sonreí.
Nos pusimos en nuestra respectiva posición.
Miré al mariscal de campo contrario con rabia, éste chico era rudo.
El entrenador vino con la moneda, que según el, era de la suerte.
-Cara, es de el equipo visitante. Sello, el que recibe. - asentimos. El la tiró y no apartamos la vista de ella hasta que estuvo de nuevo en la mano del entrenador. Sello.
Yo asentí y tomé la pelota.
Al sonó el silbato y comenzó el juego.
Pasé la pelota a Seth y el corrió, Doyle corrió hacia el campo contrario y estiró los brazos.
Le quitaron la pelota a Seth, yo corrí por ella y cuando la tuve se la tiré a Doyle, pero no la atrapó y un chico del equipo contrario la tomó.
Maldije por lo bajo.
Así transcurrió la mitad del juego, mi equipo tomaba la pelota y luego la perdía para después recuperarla y volverla a perder, hasta que por fin estuvo en mis manos.
La pateé y pasó por la end zone.
-¡Field goal! - grité
Eran 3 puntos, algo, era algo.
Era momento del medio tiempo y llevábamos la delantera.
Mientras el equipo se sentaba en la banca, yo tomé mi gatorade y me quedé parado viendo hacia las gradas.
Una chica se reía bastante fuerte, pero era una risa que yo conocía.
Cuando la ubiqué la miré. Era ella.
La miré, y sonreí.
Ella traía un vestido azul, pero no era el mismo que yo le había visto, era uno bonito, corto pero bonito.
Todo hubiera estado bien, si no fuera Joe el que estuviera abrazándola por la cintura, tomándola posesivamente.
Mis entrañas se revolvieron.
Joe me miró y sonrió burlón.
Tomó la cara de Brenda y la besó prácticamente a fuerzas.
Todo mi ser ardía de rabia.
Tiré con coraje la botella de gatorade y subí a las gradas,abriendo la puerta con fuerza.
Tomé a Joe por la espalda y lo golpeé cuando estuvo enfrente de mí.
-¿Que mierda haces?- le grité a Joe. -Si haciendo éso pensabas que me ibas a poner celoso... ¡PUES LO LOGRASTE! Pero a Brenda, no la usas para tus jueguitos. - lo golpeé de nuevo.
El me regresó el golpe, directamente en la quijada, haciendo que me mordiera la lengua y me sangrara.
Brenda se acercó a nosotros, con nerviosismo e intentó separarnos. Nos gritó e inclusó nos golpeó, pero nosotros seguíamos en nuestra pelea.
Varios ya estaban ahí, mirando la pelea, nadie se metía en ella.
Alguien me tomó por atrás y me separó de Joe.
-Oye, hermano, calmado. - dijo Doyle, mientras me sostenía con fuerza.
Joe me miró con rabia.
-Vuelves a tocarme y te mato.- dijo Joe. Luego se acercó a mí lentamente,pareciendo que se iba, cuando de repente me escupió en la cara.
Brenda gruñó y se acercó a Joe. Le dio una cachetada.
-¿Que carajos estás pensando, Joe? - le gritó ella.
Brenda me miró con pena y luego tomó la mano de Joe, para irse de el estadio.
Doyle me soltó y se puso enfrente de mí.
-Te ves como la fregada. - dijo con sinceridad.
-Espero que el entrenador no se haya dado cuenta de esto...- dije.
Doyle se aclaró la garganta y me indicó con la mirada que volteara hacia atrás.
Mierda.
Volteé y el entrenador me miró con frialdad.
-Sígueme. - dijo simplemente.
Hizo lo que me pidió, bajando al campo, traspasándolo y yendo a los vestidores, hasta llegar a su pequeña oficina.
Cuando entré, cerró la puerta y se sentó.
-Me has decepcionado, Andrew.
Bajé la mirada.
-Pudiste haberlo hecho en otra parte, pero no aquí, en medio de un juego. Lo siento Andrew, pero quedas suspendido de mariscal de campo por un mes... Y no podrás venir a los entrenamientos, y no asistirás a los juegos en los próximos 3 juegos.
¿Qué?
-¿QUÉ? ¡Pero si los próximos 3 juegos son muy importantes, no puede hacerme eso!
-No quisiera hacerlo, Andrew. Pero no me dejas otra opción, tu te lo buscaste.
Pasé mis manos por mi cara, en señal de frustración.
-Ahora, por favor, quiero que vayas a tu casa o a otro lugar, pero vete de aquí. - suspiró el entrenador
Asentí y salí.
Fui a los vestidores, me quité la ropa rápidamente y me vestí con mis Jeans, mi camisa blanca y mi camisa a cuadros desabrochada.
Este día era una total y completa mierda.
Llegué a casa y me tiré en el sofá.
A los 5 minutos entró una llamada a mi celular.
Lo miré y estaba la foto de una Brenda muy sonriente.
Valía la pena poner pausa a mi agonía para hablar con ella. Probablemente me gritaría por haber golpeado a su querido Romeo.
Contesté de inmediato.
-¿Hola?
-Andrew, que bueno que contestas.- dijo con tono preocupado
-Sí, ¿qué pasa?
-Te busqué por todo el campo, pero me dijeron que te habías ido... ¿pasó algo?
-Bueno sí... Pero no tiene importancia.
Ella suspiró.
-Bueno, al grano... ¿Podemos vernos en una parte?
Sonreí.
-Claro, ¿dónde?
-En Starbucks, que está cerca de la escuela.
-Ok, nos vemos ahí en quince, ¿sí?
-Es que.. ya estoy aquí. - suspiró.
-Oh, claro, claro. Voy para allá, entonces.
Tomé mi chaqueta y salí de casa, intentando imaginar lo que hablaríamos...

-Lizz.

lunes, 15 de abril de 2013

Reckless. Capítulo 24. Final.

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  Larga vida a los imprudentes y a los valientes.

Reckless. Capítulo 24. Final. "Estos caminos".
 

--
¡Harry, no!
Él sigue riendo a carcajada limpia y no me suelta. Me toma de la mano y sigue empujándome hacia fuera.
--¡Basta, voy a mojarme!
--¡Es el punto, amargada!
Al final él se sale con la suya; Me saca afuera de la casa, en medio de la lluvia, y cuando estamos parados en medio camino, él se inclina y besa mis labios.
--Eres un cursi.
--Y tú una amargada corta royosDice entre beso y beso.
Suelto una risita y dejo que llene mi rostro con sus labios.


                                                                
 


Seco mi cabello con una toalla y miro de reojo a Harry, que se ha quitado la camiseta para que se seque.
  Intento no alucinar mucho.
En eso mi celular suena.
--HolaContesto sin checar el identificador.
Harry se mete la camisa de Charlie que le he prestado y me sonríe.
Intento no alucinar más.
--Hola.
Es Josselyn.
--Quería preguntarte si querías hacer algo en un par de horasContinúaTengo ésta cena familiar de la cual me encantaría escapar.
--Oh, lo siento. Pero Kimera se instala con su hermana mayor hoy, y voy a estar con ella. ¿Quedamos para otro día?
   Quince minutos después, cuelgo el teléfono y miro por la ventana.
Ahora que su hermana ha cumplido la mayoría de edad hace unos días, las autoridades han dejado que su hermana se haga cargo de ella, y su hermana tiene todo listo para comenzar de nuevo en un pequeño departamento al otro lado de la cuidad, muy lejos de su antigua casa. Victoria ha conseguido un trabajo, y ya ha heredado el dinero de la cuenta bancaria de sus padres,  y espera realmente que las cosas funcionen, igual que todos.  Kimera, por otro lado, no está del todo lista. Porque le llevará tiempo realmente volver a hablar con su hermana, le tomará tiempo perdonarla, como también le tomará tiempo reír y aplacar las imágenes de aquella noche. Porque no dudo que tenga pesadillas, ya que yo también las tengo, a veces. La mayoría del tiempo, sueño con Kimera. Yo, entrando por esa puerta, y Kimera retorciéndose en el suelo llorando desconsoladamente, marcada de por vida, cambiada, dañada. Irremediablemente herida. A veces sueño con Kimera en una versión más joven, de catorce años, la sueño caminando por las calles solitarias de noche, asustada porque alguien está persiguiéndola. Un hombre malo. Alguien que quiere herirla.
  La última versión de mis pesadillas son unos dedos presionando contra mi cuello, obstruyendo mi respiración.
Ésas son mis pesadillas. Jordan dice que tengo que hablar de ellas, que no tengo que guardármelas. Dice que hablar de ello ayuda. Yo realmente no estoy muy convencida de cómo, pero le hago caso. Porque finalmente lo he admitido: Necesito ayuda, y no voy a fingir que estoy bien.
Ya no puedo hacer eso.
   Por otro lado, está mi relación con Josselyn. Es otra de las cosas que han cambiado en éstas últimas semanas. La primera vez que nos reunimos juntas aquí en mi casa, nosotras realmente no actuamos como antes. No es porque ninguna de las dos no lo intentara en absoluto o no lo suficiente. Es sólo que las cosas habían cambiado, ¿Sabes? Había pasado simplemente tanto tiempo, y nosotras estábamos gastadas. Esa vez haciendo desayuno en mi casa, me di cuenta de que no conocía a Josselyn Anne Harrison en absoluto. Y Josselyn no sabía nada sobre mí. Éramos solamente dos perfectas extrañas. Est
ar juntas fue incómodo, y varias veces la miraba a los ojos y me daban ganas de zarandearla de los hombros un poco, sin embargo, seguimos intentando. Tal vez en verdad no tenga un caso, porque no siento en verdad que haya nada aquí qué salvar, puesto que hemos partido por caminos diferentes. Pero en verdad quiero intentar y esperar a ver si mi camino y el de Josselyn se juntan de nuevo en las mismas vías. Quiero ver si con el tiempo ella vuelve hacia mí. Y si vuelvo hacia ella. Si nuestros caminos se vuelven a juntar.
   Pero si no pasa… Entonces estoy bien con ello. Porque al menos lo intenté.
Porque el amor, en cualquier de sus formas, así es;
  Es un camino. Con baches, grietas, cuestas arriba y bajadas. Así es la relación que se tiene con todas las personas que están en nuestras vidas; A veces nos desviamos, a veces perdemos el camino. A veces nos rendimos y otras veces sólo nos cansamos  y nos rendimos cuando estábamos a la mitad.
  No podemos evitarlo. Al final las cosas pasan porque así deben de pasar.
  No sé si algún día pueda recuperar mi camino con Josselyn.
  No sé si mamá se desviará de nuevo.
  No sé si Kimera se levantará del suelo y seguirá con el suyo.
  Y ciertamente, no sé sobre Harry y yo.
No sé acerca de los caminos de todas aquellas personas que amo y que alguna vez amé.
Pero por hoy todo lo que sé, es que hoy tengo todo lo que alguna vez podría necesitar.
 Hoy soy feliz.

     Sonrío cuando siento el cálido aliento de Harry en mi cuello, y luego me volteo para tomar sus besos mientras me rodea con sus brazos.
--Mi pequeñ
a imprudente--Susurra en mi oído.Unos deliciosos escalofríos surcan por mi espalda cuando se acerca de nuevo a besarme.


                                                                                Fin

--Sthep Stronger.

Reckless. Capítulo 23.

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Reckless. Capítulo 23. "Todo lo que necesito".

Aspiro y a continuación toso. Doy un manotazo a la persona que sostiene esa cosa
olorosa en mi nariz.
--Quita esa cosa de mí. ¿Qué quieren matarme? Porque fui a karate, y aunque fueron dos clases, ya sé cómo noquear a un hombre.
  Aunque no a un hombre. Sólo a mi compañero de aquél entonces, y él era un niño flacucho de catorce años que dejaba que yo hiciera todo lo que quería.
  Aunque he abierto los ojos un poco, tengo la visión nublada, como si me acabara de despertar. Por eso no veo a las personas alrededor que suspiran de alivio cuando éstas palabras salen de mi boca. No puedo ver a la persona que me tiene acurrucada en sus brazos, rodeándome como si yo fuera una pequeña muñeca.
--Está empezando a divagarDice una voz masculinaLe daré algo de calmante para que duerma un poco.
Alguien ríe suavemente. Harry.
--No está divagando, sólo está siendo Ridley. Está bien.
  No estoy segura de si estoy bien. Escucho muchos sonidos alrededor, no sabría decir de qué. Me duele todo el cuerpo y ésa cosa que olí sigue atormentándome.
  No, espera… ¿Harry?
Abro bien mis ojos, pero aún sigo viendo nubloso. Intento levantarme, apartar estos brazos que me rodean, porque sé que no son los de Harry.
--Ridley, noDice mi hermano, volviéndome a empujar hacia sus brazos.
--¿Charlie?
Me libro de los brazos de mi hermano y me siento en algo frío y duro. Me ubico cuando la niebla en mis ojos se esfuma, cuando me adapto a la luz. Mi hermano mayor se acerca hacia a mí. Él está ahí, sentado a mi lado, con una mano rodeando mi brazo.
--Mi niña, ¿Estás bien?
Miro a Harry, ahí parado enfrente de mí. Tiene las mejillas rojas, el pelo desordenado y la preocupación grabada en sus ojos con una mezcla de alivio. Está muy ocupado respirando y aspirando, mirándome fijamente.
  Miro alrededor. Ahora lo entiendo; Todo el sonido. Las personas van y vienen, haciendo su trabajo. Es que aún estoy en la casa de Kimera. No en el interior, claro, en el exterior. Estoy sentada en la parte trasera de una ambulancia, junto con mi hermano, Harry, y un paramédico mirándome, esperando mi respuesta.
--Estoy bien.
--¡Ridley!
El grito histérico de mi madre interrumpe lo que iba a decir y ella sale corriendo entre la multitud de personas con la cara enrojecida y una mueca de dolor. Ella llega hacia mí y me abraza, casi derribándome hacia atrás.
--¿Estás bien, cielo?Pregunta, en verdad sin darme oportunidad de responderNo te preocupes, todo va a estar bien.
 En ese momento un policía interrumpe cortando la escena antes de que pueda cortarla yo.
--Disculpe, tenemos qué hacer algunas preguntas.
  Qué mierda. Quiero decir, ¿Estoy a punto de morir y me hacen preguntas en vez de traerme unos jodidos chocolates? ¿Enserio?
  No es hasta que tengo todas las miradas en mí y una que otra sonrisa intentando esconder que me doy cuenta de que he dicho esto en voz alta.
 Mi madre es la única que me mira severa.
--Oh, vamos, mamá. Dame un respiro.
--Te compraré unos chocolates cuando nos libremos de estoMe susurra Harry, que se ha deslizado a mi lado.
 Me quedo hipnotizada por el movimiento de sus labios.
Ah, y porque me va a comprar unos chocolates.
--Señorita SuttonInsiste el policía--¿Qué recuerda del accidente?
“Accidente”. Eso no fue un accidente. Eso fue un tipo loco que me ha querido matar. Ha sido el padre de mi mejor amiga. Oh, mierda.
--¿Dónde está Kimera?
--¿Se refiere a la otra joven?
--Sí, ella.
--Estaba muy alterada. Se la llevaron al hospital hace unos diez minutos.



                                                                         



--¿Charlie? Te amo. Pero deja de fastidiarme.
Mi hermano suspira detrás de mí mientras caminamos por el pasillo. Luego me grita que no corra, porque sigo muy débil. No le hago mucho caso.
--Eres tan complicada, eres tan irracionalSe queja.
--¿Qué querías? Así son las hermanas menores. Te hubieras ido con Harry y mamá a casa. No tienes que cuidar de míAntes de darle tiempo para responder me paro frente a la recepcionistaKimberley Rose Miller. La ingresaron hace veinte minutos.
  La recepcionista busca en la computadora y mi hermano se queja.
--¿Qué no tengo qué cuidar de ti? Ridley, estuvieron a punto de matarte.
 Si quiebra su voz en la última parte, lo que me hace detenerme y pensar en sus sentimientos. En lo que debió haber pasado.
  Me giro hacia él.
--Lo siento, Charlie. Pero estoy bien. Estoy intacta. ¿Lo ves? No hay nada de qué preocuparse.
  Él me mira fijamente, con la boca entreabierta y con aire asustado y perturbado.
Y luego me abraza.
Nos quedamos así hasta que la recepcionista del hospital se aclara la garganta.
--¿Son familiares?
--No. Pero justo ahora soy lo único que tiene.
--Lo siento, pero no puedo…
--¿Eres esa chica Ridley?
La voz se eleva a mis espaldas.
Cuando me giro de pie hay una señora joven, de treinta y pocos, con cabello castaño y corto hasta los hombros. Me mira fijamente.
 Dudo.
Ella extiende la mano y dice:
--Soy psicóloga. Trabajo con la policía.
--Soy Ridley.
Ella asiente.
--Ven conmigo.
Como soy menor de edad, mi hermano insiste en acompañarme, así que no le digo nada. La policía/psicóloga parece no tener problema con ello.
--La madre de la paciente fue asesinada y el padre está detenido. Le preguntamos antes de ingresarla si tenía familiares, pero no podía contestar. Preguntaba por ti. Lo siento; No he podido ver los detalles del caso puesto que me he ocupado de Miller; ¿Eres tú la segunda chica implicada?
  Asiento.
--Tiene sentido. ¿Cuál es tu relación con la víctima?
“Victima”. Aunque sé que es verdad… ¡Están hablando de mi mejor amiga! ¿Por qué no usan palabras más suaves como La Muchacha? Carajo, esto de los sentimientos se les da peor que a mí.
--Es mi mejor amiga.
Asiente.
--¿Tiene ella familiares?
--No realmenteResponde alguien por mí. Es un joven policía, un poco mayor que mi hermano. 
 Él hace un asentimiento con la cabeza para saludarnos a mí y mi hermano y luego le entrega una carpeta a la psicóloga.
--Su padre era hijo único, y la única hermana de su madre murió años antes. Tienen primos lejanos, pero ninguno de ellos tienen la capacidad para ocuparse de unas adolescentes. Miller tiene una hermana, que está en la universidad, y pronto cumplirá la mayoría de edad. El mes próximo, de hecho.
   Vaya. Mentes Criminales y todo.
La psicóloga sigue hablando con él, y yo me giro hacia mi hermano:
--Tú estás en estas cosas de la ley. ¿A qué se refiere cuando dice que no están en condiciones?
--Drogas, violaciones, ya sabes; delitos graves…incapacidades, ésos tipos de problemas.
Asiento.
--¿Qué me dices de la hermana?Pregunta ella al policía.
--Enviamos a agentes la buscarla a la UCLA, pero al parecer están teniendo problemas.
Me aclaro la garganta.
--Eh… Sí, bueno… Ella no está en la UCLAMe miran interrogantes---Su madre la envió a un internado, Thorne. Está al otro lado de la cuidad.
  A mi hermano le cruza el reconocimiento y asiente.
--La chica.
Asiento.
--Entonces llámalos y avísalesLe dice la psicóloga al policía.
Y aunque vayan a avisarles, aunque encuentren a Victoria, las cosas aquí no van a mejorar, me doy cuenta.
   Ya no hay nadie, ni nada que quede por hacer, que pueda salvar a Kimera.



                                                               
 

--Kimera.
Me inclino hacia enfrente, sobre Kimera, observando muy bien su rostro.
Está entubada y drogada.
Ella abre los ojos, pero realmente no me ve; Su mirada me traspasa y luego vuelve a cerrar los ojos. Sin embargo, yo sé que ella sabe que estoy aquí; Al igual que yo, Kimera nunca ha sido de besos y abrazos. Sin embargo, todos tenemos un punto donde necesitamos a alguien para que esté ahí apoyándonos. Cuando eso pasaba, Kimera en vez de abrazarme y llorar, ella ponía las yemas de sus dedos sobre las mías, justo como lo hace ahora que ha encontrado mi mano enseguida de la suya.
  Suspira, y luego se es arrastrada hacia abajo por el sueño y la inconsciencia.
Cierra los ojos.
Y alguien toca la puerta.
--RidleyUna voz femenina perturbada y con cierto deje de desesperación llena la habitación.
  Victoria abre la puerta detrás de mí y me mira. Mira a Kimera, entubada y drogada, y me mira a mí, preocupada y hecha un desmadre.
Ella camina en la habitación y se sienta en la silla enseguida de mí.
--¿Tienen familiares, Victoria?
La policía ha dejado claro que no. Sin embargo, yo no me hago la idea; ¿Acabarán en un orfanato las dos de ser así?
--No.
Mierda.
--Pero estoy a punto de cumplir la mayoría de edadContinúa ellaY entonces, me haré cargo de las dos.
Suspiro, aliviada.
--¿Hasta entonces?
--Hasta entonces… Supongo que el gobierno se hará cargo de nosotras dos.
O sea, un orfanato.
 La vida puede ser una perra.



                                                                  
 


Realmente no recuerdo mucho del resto de esa noche. Recuerdo a mí llegar a casa con Charlie. Recuerdo a mamá gritando preocupada. Algo sobre Harry, pero no sé qué. El leve recuerdo de mi madre hablando con Jordan para una cita para mañana. A mi madre, ayudándome a vestirme  para meterme a dormir, a pesar de que yo ya estaba del todo dormida. Dormida, cansada y hecha un desmadre. Recuerdo a mi hermano gesticulando palabras preocupadas antes de que mamá se metiera a mi cama a dormir conmigo.
   Y cuando despierto esta mañana, veo a mi hermano tendido sobre el suelo de la habitación, con su cobija y su almohada. Realmente no debería sorprenderme tanto.
  De alguna manera, lo estoy.
Me levanto silenciosamente de la cama, descalza, y salgo de la habitación, sin despertarlos. Cuando bajo a tomar algo de desayuno, veo mis cosas en la sala. Tomo mi bolsa y me pregunto si ahí dejé el celular o lo he perdido. No, ahí está; Y tengo una llamada perdida.
  Josselyn.
Veo la hora: 9:37. Debe de estar despierta. Así que me siento en uno de los sillones y marco a Josselyn de vuelta.
--Hey. Me llamaste anocheDigo cuando responde.
Oigo su respiración unos momentos antes de que me conteste.
--Yo… ¿Estás bien?
--Uh, ¿Te enteraste?
Me levanto del sillón y me paseo por la casa, sintiendo el frío suelo bajo mis pies.
--Todo el mundo se enteró. ¿Estás bien?
Me paro frente a un espejo en la sala y me miro de pies a cabeza. Mi mamá ha hecho un gran trabajo quitándome todo el maquillaje, sin embargo no ha podido quitar los moretes en mi cuello, unos cuantos rasguños.
--Estoy bien.
Bueno, ahora entiendo más o menos porqué se han vuelto locos.
La escucho tomar aire al otro lado de la línea, aliviada.
--Bueno… Gracias por llamar.
--Sí…--RespondeOye… Humm… He estado pensando, mucho…
--¿Sobre qué?
--Sobre… nosotras. Una segunda oportunidad. Eso.
Parece que está avergonzada de decirlo en voz alta, pero para mí es un alivio que haya tenido el valor de decirlo. Significa un peso sobre mis hombros menos.
--Sí. Claro.
Estoy casi segura de que ahora ella se está preguntando si es sarcasmo, así que continúo:
--Entonces, ¿Quieres salir a alguna parte o algo algún día?
Exhala al otro lado de la línea.
--Sí. ¿Tienes algo qué hacer hoy?
--Uh, no realmente. Pero no creo que mi hermano y  mi madre me dejen salir de casa por ahora. Se volvieron un poco locos con lo que pasó. Incluso los dos durmieron en mi habitación.
 Ella saca una risita.
--Sí, escuché que tu madre había vueltoDiceBueno, no puedes salir, pero… ¿Puedo yo ir allí? ¿Ya has desayunado?
--¿Vas a hacerme el desayuno? Claro, totalmente puedes venirLe digo con burla.
Resopla al otro lado de la línea.


                                                                            
 


Tengo la misma ropa de ayer, pero realmente no me apetece ir escaleras arriba y despertar a alguien. Se merecen horas de sueño. O al menos hasta que Josselyn esté por venir, por ahora, me voy a sentar afuera de la casa, en las escaleras de la entrada.
    Realmente es cómodo; La brisa sobre mi rostro, el viento soplando mi cabello, pero no lo suficientemente frío como para hacerme entrar en casa.
  Y pienso.
Pienso, acerca de todas las que hice, todas las cosas que pasaron. En mamá, Josselyn, Kimera, Max, Harry. En los lazos que tengo con cada uno de ellos. Los que tengo que cortar, los que tengo que conservar, y los que por lo menos tengo que intentar.
   Y en las cosas que me han hecho crecer como persona.
--Ridley.
No he notado cuando el chico se para frente a mí, no lo he visto venir. Sin embargo en cuanto escucho su voz algo dentro de mí tamborilea. Y cuando enfoco mi vista en él, tengo ganas de pararme de un salto y tocar su cabello y su cara,  sentir sus brazos alrededor de mí, sus labios.
   Pero realmente no sé cómo estamos. No sé cómo se maneja lo de tomarse tiempo en esto de las relaciones. Así que simplemente le sonrío amablemente.
Él se sienta a mi lado y me mira.
--¿Cómo dormiste?Me pregunta.
Asiento.
--Bien. ¿Y tú?
--No lo he hecho. O al menos no mucho. Estoy bastante seguro de que alcancé a dormir una hora anoche.
Levanto una ceja.
--¿Qué? ¿Por qué?
--Estaba preocupado. Anoche tu madre me arrastró a casa y tú te fuiste. No sabía cómo estabas.
--Eso es muy dulce.
No me responde. Harry levanta su mano y con los dedos roza la parte de mi cuello donde hay unos pequeños moretes que desaparecerán con el tiempo.
--¿Te asustaste mucho?Hace una pausaLo siento, es una pregunta estúpida. Claro que te sentiste asustada.
Le sonrío amablemente.
--No realmente. Estaba más preocupada por Kimera.
--¿Cómo está ella?
--Ella está… No lo séAdmito con un suspiroNo lo sé.
Él pone una mano en mi hombro y luego baja por mi brazo hacia mi mano, y entrelaza nuestros dedos. Luego me jala suavemente contra él. Y me besa.
--Pensé que querías tiempo.
--Yo sólo estaba siendo estúpido. No puedo pasar mucho tiempo lejos de ti. Ridley, lo siento.
Dejo esc
apar lentamente el aire encerrado en mis pulmones.
--Ambos la habíamos arruinado, Harry. No hay nada de qué disculparse.
Y empezamos a hablar. Acerca de todas las cosas que pasaron y todas las cosas que pueden pasar. Todas aquellas horribles, como el asunto de Kimera, y todas las buenas, como nosotros dos. Él me da apoyo, me dice que siempre que quiera me tendrá y que todo va a estar bien. Besa mi rostro. Y susurra versos bonitos en mi oído.
Y le susurro:
--¿Harry? Creo que te quiero…, Te quiero, Harry.
Me susurra de vuelta:
--Yo también te quiero, Ridley.
   Y por ahora, es todo lo que necesito.


--Sthep Stronger.