miércoles, 29 de mayo de 2013

The Bet. Capítulo 32


#140                                                     #APOV.
Se cerraron las puertas del ascensor y lo único que pude hacer fue gritarle a éste para que se abriera, obviamente no se abrió.
Estaba realmente cabreado, con ella, con Joe, con el mundo.
Fui a las escaleras de servicio y corrí hacia la planta dos, a la velocidad de la luz.
Me encontré con el papá de Brenda enfrente de la expendedora.
-Hola señor Loughty. - saludé agitado debido a que había subido las escaleras corriendo.
-Hola Andrew. A propósito, ¿tienes algo que ver con el enojo de Brenda? Salió del elevador echando chispas.
Me encogí de hombros.
El Sr. Loughty se apretó el punte de la nariz, frustrado. Señaló el pasillo, ordenándome que fuera a arreglar las cosas.
Caminé por el pasillo bastante iluminado y me encontré con Brenda con la cabeza entre las rodillas, en el piso.
Me senté enseguida de ella.
Me recordó el día en el que ella estaba llorando, cuando hice la fiesta y ella me habló de su papá.
-¿Qué quieres, Andrew? - dijo sin levantar la cabeza.
En realidad no sabía que quería, había venido tras ella sin pensar, dejando que mis pies tomaran el mando.
-No lo sé. - suspiré.
Ella gruñó y levantó la cabeza, violenta.
-¿Cómo que no lo sabes? Maldita sea, Andrew. Me haz hecho una maldita escena allá abajo, me dijiste que te estaba engañando con Joe. Y ahora vienes y no dices nada. ¿No crees que me debes una disculpa?
Entrecerré los ojos y apreté mis puños de rabia.
-¿Una disculpa? ¿Por qué? Dije lo que vi, y éso es claramente un engaño. No me voy a disculpar.
-Retráctate. -dijo un frialdad.
-No lo haré. - dije simplemente, con el mismo tono frío que ella había usado.
Ella se paró y se puso enfrente de mí poniendo sus manos en su cintura, echando humo por las orejas.
-Eres un imbécil, te odio, Andrew.
Me paré y la miré. No podía creer que me hubiera dicho que me odiaba, sus palabras habían estado llenas de rabia.
-¡Dí que me odias, otra vez!
-¡No!- gritó.
-¿Por qué? -también grité.
-¡Por que no puedo mentir dos veces! - gritó pero en las dos últimas palabras se quebró como un vaso de vidrio que dejas caer al suelo, ella estaba de nuevo en el piso, con su cabeza en sus rodillas, sus hombros se movían de abajo a arriba y escuchaba sus sollozos.
Oh, ¿qué había hecho? Era un idiota, mas que un idiota, la había herido. Maldito orgullo de mierda.
Me senté enseguida de ella y puse mi cabeza en su espalda.
Comencé a hacer los acordes de Here Comes The Sun con mi boca.
-Here comes the sun, here comes the sun, and i say it's all right. - comencé a cantar.
Era estúpido, si, pero era algo que se me había ocurrido. Además, sabía que cantar su canción favorita podría ayudar.
-Little darling, it's been a long c... 
-Cállate. - murmuró
- A long cold lonely winter, little da... 
Levantó su cabeza y me tapó la boca.
-Cállate, si sigues cantando ésa canción la terminaré odiando por el resto de mi existencia.
-Brenda, perdón.
-Dijiste que no lo harías.
Me sentí estúpido por un momento.
-Lo hice, pero no lo dije de verdad.
Nos quedamos callados por un momento, mirando la pared.
-Me duele que desconfíes de mí. Después de las veces que te he dicho que te amo...Te elegí a ti, ¿recuerdas? Nunca te engañaría, no soy ése tipo de persona.
Se me removió el estómago, de verdad que había sido un imbécil, me había dejado llevar por los celos.
¿Por qué no podía hacer una maldita cosa bien?
-Pero, ¿sabes? Por mas que me lastimes, siempre estaré ahí, queriéndote mas cada día, por que soy masoquista, por que en verdad te quiero. - continuó diciendo, aún mirando la pared.
-Brenda, perdóname por favor. - dije con el corazón en la mano.
Ella me miró, sus ojos estaban vidriosos y rojos.
Merecía la muerte por verla así, por que era mi culpa, yo había causado toda ésta estúpida pelea, era mi culpa que ella haya derramado lágrimas.
-Sabes que lo haré.- dijo sin más, y me abrazó.
Yo la abracé como si mi vida dependiera de ello, y pude sentir como ella volvía a llorar, ya que mi camisa se sentía húmeda, en mi hombro, además podía sentir su respiración entre cortada en mi cuello.
-No llores, cariño. - le dije dulzura mientras le acariciaba su espalda.
Respiró hondo y rompió nuestro abrazo.
Se limpió las lágrimas con rudeza y me miró.
-No se que haría sin ti, imbécil.- sonrió.- Prométeme que confiarás en mí.
Puse una mano en mi corazón y con la otra mano levanté solamente el meñique prometiendo con la garrita, Brenda entrelazó su dedo con el mío y la promesa quedó sellada.
Tomé su rostro con mis manos y le dí un beso en los labios, dulce pero mostrando que la había extrañado.
Ella pasó sus manos por mi cuello y enroscó sus dedos en el pelo de mi nuca, regresándose el beso con mas pasión. Bajé una mano hasta su cintura y la apreté a mi.
-Oh, me alegra que se hayan alegrado y todo éso, pero es un hospital. - dijo el papá de Brenda. - Y Andrew, deja de meterle mano a mi hija, que esto no es un hotel.
Nos dejamos de besar y Brenda se ruborizó violentamente.
-¡Papá! - gritó avergonzada.
El resto de la tarde pasó sin incidentes, salimos a dar un paseo a el parque que estaba enfrente del hospital y comimos un helado de pistache y miramos a unos pequeños volar una cometa.
Después volvimos a el hospital y le compré a Brenda una ensalada de frutas y nos sentamos en el piso a comerla en silencio.
Cuando ya era hora que tomara el tren que me llevaba a Chicago, me despedí como todo un caballero, tomando la mano de Brenda y besándola mientras ella me miraba como si yo fuera un loco. El Sr. Loughty puso los ojos en blanco y se dio la vuelta yéndose lejos.
-Tenía que ser un caballero delante de él.
Brenda puso los ojos en blanco.
-Cállate y dame un beso.- dijo mientras se acercaba a mi y me daba un beso lento.
Se lo regresé con pesar ya que no quería dejarla.
-Tienes que regresar, te extraño.- dije cuando nos separamos.
-Mañana, te lo prometo.- dijo sonriendo.
-En ése caso, nos vemos mañana, te quiero. - dije.
-Te quiero más.
Sonreí, la dejaría ganar solo por hoy.
Le tomé una mejilla como gesto de adiós, y me dí media vuelta.
Sentí un golpe en mi trasero.
Me reí y volteé, miré que Brenda me sonreía y sostenía sus manos juntas delante de sus piernas inocentemente.
Negué con la cabeza y caminé hacia la salida.

-Lizz.


2 comentarios:

  1. jajaja
    Eso Brenda metele mano mientras puedas...
    Lizz (te puedo llamar asi??) no me vayas a hacer como Sthep con Unspoken eh?? Nada de parejitas separadas con la mierda de la apuesta (perdon por mi vocabulario, estoy un poco alterada...) Así que Andrew haz las cosas bien por una vez y cuentale antes de que se entere ella sola!! (que seguramente será lo que pasará...)

    Besos!

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    Respuestas
    1. ¡Claro que me puedes llamar Lizz!
      Bueno, bueno, no puedo asegurar nada, mi querida lectora, ya veremos mas adelante.
      Besos de miel,
      LizzieG.

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