miércoles, 31 de julio de 2013

The Bet. Capítulo 38.



#180                                          #BPOV.
Estábamos Maïa, Vicky y yo en mi cuarto, con productos para el cabello, maquillaje y accesorios por todos lados.
Maïa se recogió el cabello, ya que su vestido no luciría si lo trajera suelto. Lo traía en un moño perfectamente peinado, sujeto con broches que traían pequeños diamantes de mentira.
Se maquilló los ojos tal y como lo había visto en una revista que traía todos los peinados y maquillajes de las estrellas cuando fueron los Oscar's. Pintó sus labios con labial rojo intenso y puso un poco de rubor en sus mejillas. Se miraba sencilla, pero elegante.
Vicky dejó su cabello suelto, se había hecho unas pequeñas ondas al final de su cabello que hacía que se viera realmente hermosa. Ahumó sus ojos que hacía que se vieran mas grandes, le puso una cantidad excesiva de mascara en sus mejillas y finalizó su maquillaje con los labios, pintándolos de color melón, para que su maquillaje no se viera tan exagerado. De verdad le había funcionado su maquillaje.
Mientras que yo, solo puse un poco de sombra café claro en mis párpados, delineé mis ojos suavemente y puse una delgada capa de mascara en mis pestañas. Puse rubor en mis pómulos y pinté mis labios de color rosa coral. Peiné mi cabello a un lado sin ningún chiste, ya que no tenía ganas de hacer mi cabello.
Cuando ya era hora de ponernos el vestido, Vicky corrió al baño, mientras Maïa y yo nos vestíamos sin ningún problema en mi habitación.
Tal y como lo había imaginado, Maïa se veía sensacional. Sus tacones eran de plataforma y tenían una cinta en el tobillo con los mismos detalles que tenía su vestido. Su único accesorio fue una pulsera plata.
Yo me puse mis tacones dorados con cintas en el empeine hasta el tobillo. También tenían una gran plataforma. Había comprado una pulsera de ésas que se ponen mas arriba del codo, de color dorada.  También había sido mi único accesorio, ya que el vestido eran muy lindo por si solo.
-Te miras como una jodida diosa romana, Brenda.- dijo Maïa.
Me reí.
-Tu no te quedas atrás.
Me miré en el espejo y de verdad me veía hermosa.
Vicky salió del baño vistiendo un hermoso vestido verde esmeralda sin mangas ni tirantes, con un profundo escote dejando ver parte sus enormes pechos, caía sobre sus caderas realzando su figura y en la derecha tenía una gran abertura dejando ver su pierna, muy al estilo Hollywood.
Tenía un collar corto que tenía una pequeña "V", una pulsera extremadamente delicada y unos tacones de color plata.
-¡Maldita seas, Victoria!- gritó Maïa emocionada.- Te ves como Scarlett Johansson.
Y tenía toda la razón, se miraba como toda una diva.
-Oh, si. Luego iré a audicionar para iron man o algo así.- comentó Vicky divertida.
Alguien golpeó la puerta de mi cuarto.
-¿Quién?-pregunté.
-Tu papá...Estoy lidiando con 3 muchachos con las hormonas a punto de explotar, por favor, apúrense.
Me reí. Papá era tan tierno, y a la vez celoso.
-Ya vamos papá.
Tomé mi minúsculo bolso en el que apenas cabía un labial y abrí la puerta.
Cuando las tres ya estábamos afuera del cuarto, papá nos miró con los ojos completamente abiertos.
-No irán al baile.- dijo papá
-¿Qué? - dijimos las tres al unísono.
-Se ven tan hermosas que dejarán abajo a todas las chicas del baile.
-Aw, papá. - dije.
-¿Tengo que darles alguna presentación cuando bajen o algo así?
-Ah, según yo no.- dijo Vicky.
-Menos mal, iré a abajo. - dijo
Bajó las escaleras corriendo dejándonos solas.
-¿Quién bajará primero? - dijo Maïa
-Yo.-exclamó de inmediato Vicky.
Tomó un extremo de su vestido y lo subió para poder caminar. Bajó las escaleras con cuidado.
Maïa fue detrás de ella y bajó.
Yo miré hacia abajo con miedo de caer y romperme un brazo. Ya me imaginaba el día de mi graduación, sentada en urgencias mientras me ponían un yeso.
Bajé un escalón y luego otro, y así continué hasta que llegué al pie de la escalera.
Andrew estaba mas guapo que de costumbre, con ése traje y ésa corbata de color negra.
Me miró con los ojos muy grandes y pude ver como tragaba.
Me ayudó a bajar el útlimo escalón.
-Te ves... Wow.- dijo.
-¿Qué te dije, Brenda? Lo dejaste sin palabras, al pobre.- dijo Vicky mientras le sonreía a Jake, que también iba de traje gris, con camisa azul y traía una corbata del mismo color que el traje.
Sonreí.
Tenía unas tremendas ganas de besarle, pero sabía que podía arruinar mi maquillaje, así que me contuve.
-Tengo algo para ti.- me susurró en el oído.
Sacó una pequeña cajita de su bolsillo.
Papá se le adelantó.
-Si piensas proponerle matrimonio, me opongo. - dijo alzando las cejas.
El negó con la cabeza sonriendo.
Me dio la cajita y la abrí.
Era un dije de un ave. La sostuve de cerca y miré que en una alita tenía "B&A", apenas se veía, pero era hermoso.
-Es precioso, Andrew, gracias - dije y lo besé castamente para no mancharle.
-No hay de que.
Como tenía en donde ponerlo, lo puse en la encimera, ya que cuando llegara lo pondría en mi pulsera de dijes.
-Es hora de irnos, tórtolos. - dijo Doyle.
Papá nos despidió en la puerta, y me dijo que le llamara si ocurría alguna cosa. Descarté ésa opción. Hoy sería la mejor noche de mi vida.

Había estado en el Millennium Park muchas veces, pero ahora estaba distinto. Había mesas por todas partes, una gran pista de baile en el centro. Un D.J en el escenario, luces cayendo del techo, lamparas solares por todos lados, flores y demás.
Se destilaba elegancia en cada lugar que veías.
En cuanto llegamos comenzamos a bailar, había música movida y moderna por lo que la pista de baile estaba llena.
Yo movía mis caderas y mis brazos como loca una canción muy pegajosa.
Un fotógrafo nos tomaba fotos cada vez que podía.
Entonces comenzó una linda canción lenta. Andrew me acercó a él y comenzamos a bailar en círculos.
Él con sus manos en mi cintura y yo con mis manos en su cuello, mirándonos a los ojos.
Andrew me besó en el momento que James Blunt me cantaba al oído que era hermosa.
Entonces escuché el "clic" y después el flash.
Nos dejamos de besar y vimos al fotógrafo correr.
-Cuando lo encuentre, pediré ésa foto.- me susurró Andrew al oído.
Me reí bajito.
Dejamos de bailar para ir a tomar algo.
-Iré al tocador, ahora vengo.- dije.
No me tarde ni 5 minutos para ponerme un poco de labial, cuando me encontré con Cale y Andrew hablando.
-Hoy se acaba el plazo. Dile que todo fue una apuesta.- decía Cale.- ¿Quieres los quinientos pavos, qué no?
-Lastimaré a Brenda.
Al escuchar mi nombre y lo de la apuesta recordé aquél día en el que Kayla llamó a Andrew y yo contesté.
-¿Quién habla? -dije con humor. 
-¿Brenda? Hola, soy Kayla. 
-¿Qué quieres? 
-Es que quería decirle a Andrew que ya se lo de la apuesta... 
Entrecerré los ojos. 
-¿Qué apuesta? 
-¿Qué no sabías?
-¿El qué?
-Andrew sale contigo solo por una apuesta. 
-No te creo ni la mas mínima palabra. 
-No me creas, solo te digo para advertirte. Adiós hermosa.- dijo y colgó. 
De ahí me había dicho que confiara en mí, y lo hice.
Ahora todo tenía sentido.
Me acerqué a ellos, tratando de contener las lágrimas.
-¿Eso es cierto, Andrew?
Cale nos miró y nos dejó solos.
Andrew solo miraba el piso.
-¿Eso es cierto, Andrew? - repetí con fuerza.
Me miró a los ojos y su respuesta fue suficiente para romperme el corazón.
-¿Así que yo solo fui un maldito juego, no? -dije con amargura, intentando no llorar.
-Brenda, perdón.
-No hay perdón que valga, Andrew.- dije conteniendo las lágrimas que amenazaban con caer..
No aguanté mas y le dí la espalda para irme. Caminé con paso lento y decidido intentando no romperme en pedazos delante de él, lo último que quería era aumentar su ego.
-Yo te amo de verdad.- dijo y fue lo último que oí de él.

-Lizzie




2 comentarios:

  1. OMG!
    Solo puedo decir eso... ( y eso que he escrito claro xD)

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  2. No entiendo muy bien lo que ha dicho lunnaris pero estoy con ella xd

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