lunes, 3 de junio de 2013

Unspoken. Capítulo 7.


                                 Tumblr_mgfj3qfjya1qcmefvo1_400_large
Unspoken. Capítulo 7. "Las personas que solíamos ser".

--
Y entonces nos atraparonFinalizó Jason, con una sonrisa.
Me río mientras me meto el resto de la nieve a la boca.
--¿Cómo demonios terminaste desnudo en la piscina de tu escuela?
Se encoge de hombros y me lanza una sonrisa radiante.
--Por una apuesta con mi compañero de cuarto. Nunca me volvió a decir nada. Sin embargo creo que hay fotos. Alguien las debió subir a internet.
Rio.
--De acuerdo. Prometo nunca buscar tu nombre en Google… O a lo mejor sí.
Ensancho mi sonrisa y le doy un empujón juguetón con el hombro. El me lo devuelve. Y entonces yo estoy intentando empujarlo y él está intentando atraparme. Ríe en mi oreja cuando envuelve sus brazos en mi cintura y me levanta. Río más fuerte.
Él me deja ir, porque nunca ha intentado pasarse de listo conmigo, pero cuando vuelve a caminar hacia la feria que acaban de poner la semana anterior, yo salto y subo a su espalda, enredando mis piernas en su cintura.
--Esto y el sombrero vaquero es lo único que me faltabaDigo, poniendo mi cabeza en el hueco de su cuello y señalando mis botas.
Ríe.
--¿Qué comes? ¿Piedras?Se burla, mientras pone sus manos en mis piernas para asegurarse de que no me caiga y camina hacia la entrada.
--Para tu información, estoy dos kilos por debajo de mi peso idealMe burlo.
Hace un sonidito de burla con su garganta.
--¿Dónde está Meg?Pregunto.
--Tienes tanto tiempo conociéndola como para deducir que va a llegar tarde.
Es cierto. Meg es totalmente incapaz de llegar temprano a alguna parte.
--¿Esperamos o entramos?
--Entramos. Ella puede enviarme un mensaje cuando llegue, y quién sabe cuándo aparecerá esa mujer. No puedo creer que tenga veinte años. Sigue comportándose como de quinceDice Jason, riéndose.
Sonrío.
--Yo tomo los boletosLe digo, cuando llegamos a la pequeña caseta--¿Dónde los guardaste?
Carraspea, incómodo. Pero luego una sonrisa burlona se desliza en sus labios.
--En el bolsillo trasero de mis pantalones.
Eh.
--De acuerdo, entonces tómalos tú.
Él suelta mis piernas lentamente y yo me bajo de él. Cuando toma la cartera, saca dos de los tres boletos y se los entrega a la muchacha pelirroja. Escaneo entre la multitud para ver si encuentro a Meg, pero no son sus ojos los que veo sobre mí. Los de Meg son oscuros, como los míos, los de éste son azules increíblemente oscuros. Tan hermosos.
 Tyler está parado unos metros lejos de mí, luciendo como siempre… tomado de la mano de una chica alta, sumamente delgada y con pelo rubio y largo hasta la cintura con las puntas pintadas de rosa, con mucho maquillaje en su rostro. Es realmente muy bonita.
  Mi autoestima baja un poco. O bueno, un mucho.
Los ojos de Tyler se debían de mí hacia Jason, que agradece a la chica y voltea hacia mí. Rompo contacto visual con Tyler y le sonrío amablemente a Jason.
--¿Quieres volver a subir a mi espalda, vaquera?
Sonrío.
La verdad es que sí, pero ahora no me parece lo más adecuado. Así que sacudo la cabeza y sonrío mientras le digo:
--Tal vez en otra ocasión.
Su sonrisa se despinta unos segundos, y supongo que siente la mirada clavada en él, porque mira más allá de mí. Sigo su dirección, para ver a esa Charlotte intentando llamar la atención de Tyler. Al final él la mira, y le sonríe un poco, pero ella frunce el ceño y le dice algo.
--¿Lo conoces?Me pregunta Jason.
Suspiro.
--Pues síIntento cambiar el tema--¿A qué juego quieres ir primero?
Me mira con curiosidad y pone su brazo sobre mis hombros mientras caminamos hacia dentro. Gracias a Dios, lo deja ir.



                                                                        




--¿Entonces viste a Tyler ayer?Me pregunta Meg, mientras dobla la ropa de su cama y la guarda en el cajón de la cómoda.
Doy vueltas en la silla giratoria de su escritorio mientras frunzo el ceño.
--Y también a su novia.
Ella asiente.
--Charlotte es muy agradable.
Me detengo en mi silla.
--¿La conoces?
Vuelve a asentir.
--Las vacaciones del año pasado tuve un empleo en una florería, y ella era otra empleada. Es muy dulce.
Cuando no digo nada, ella se gira y me mira.
--¿Qué quieres que te diga, Terra? ¿Qué es un monstruo que se come niños por las noches?
Vuelvo a girar en la silla.
--Sería muy bonito oír eso.
Meg suspira.
--Está con Tyler ahora. Sé que no quiere oír esto, pero nunca te he mentido y no voy a empezar ahora: Ella es encantadora y no creo que Tyler vaya a romper con ella. Él está con ella ahora, Terra. Ha avanzado. Y tú, tú estás metiéndote con Jason. Déjalo ir.
--Yo no estoy con Jason.
--Lucen como algo más que sólo amigos. Igual que Charlotte y Tyler. Ya no hay nada que una a ustedes dos.
Nos quedamos en silencio. No se oye más que el chillido de la silla giratoria al moverse y los cajones abrirse y cerrarse.
--No te he contado algo.
Meg me mira.
--¿Qué cosa?
--Tyler fue a mi casa la semana pasada. Y hablamos.
Deja la ropa y se sienta en la cama, expectante.
--Y él me dijo que me amaba. Pero que no podía estar conmigo.
Meg abre sutilmente la boca.
--¿Te dijo que te amaba?
Asiento.
--Pero ya sabes; Soy una tormenta. Soy un maldito tren.
Ella abre la boca un poco más.
--Te enteraste de la canciónNi siquiera es una pregunta, es una afirmación.
--El primer día que fui al Bluebird café. Me encontré con Tyler en el escenario. Y Jake estaba ahí. Claro que sí.
Vuelvo a girar en la silla de mala gana.
--¿Hablaste con Jake?
Asiento.
--¿Qué le dijiste?
Me encojo de hombros.
--Se supone que somos adultos, Meg. Lo saludé y empezamos a hablar. De cualquier manera el rencor que sentí por él años atrás se desvaneció en cuanto conocí a Tyler. Fue todo muy tranquilo.
 Ella asiente.
Me paro y me paseo de un lado a otro por la habitación.
--Lo entiendo. ¿Sabes? Entiendo que Tyler ya no quiera estar conmigo. Yo en verdad lo arruiné. Pero él me ama, Meg. Él  me ama y yo lo amo. ¡Pero nada! Eso es en lo que estamos.
  No me contesta, sólo sonríe.
--Dios mío santo, Meg, deja se sonreír de esa manera. ¿Qué piensas?
--Que sólo tienes que darle un empujoncito a las cosas.
--¿A qué te refieres?
--Cuando dos personas se aman todo es posibleRecita ella.
Una oleada de calor recorre mi cuerpo.
--Meg, esto no es una película ni estúpido libro de Gracie. Esto es la vida real. Dónde las personas lo arruinan y ya no hay vuelta atrás.
  Sé que estoy siendo muy dura con Meg, pero no puedo evitarlo. Cierro los ojos y me disculpo.
--Está bienCanta MegPero sigo pensando lo mismo.
Suspiro, frustrada.
--Meg… ¿Qué está pasando por tu pequeña y rosada mente?
--Hay que empujar los límites.
--¿Empujar los quién?
Dobla los ojos.
--Si él te ama, va a volver. Sólo hay que presionar… Jason siempre ha sido muy guapo y muy genial, tú sabes.
Abro mi boca y la cierro de nuevo.
--No. No. Meg, no tenemos quince años. Se supone que somos adultas.
Ella se encoje de hombros.
--He dicho que no.



                                                                            
 



Y dije que no. No a causar celos a Tyler. Qué estúpido pensar eso, él ya no es un niño. No funcionaría.
Pero aunque dije que no a ello, no le dije que no a Jason. No es que yo quisiera tener alguna relación amorosa con él. Al menos, no ahora. Pero simplemente estar con él es… Divertido y relajante. Él es esas dos cosas. Y es más. Es lo que necesito. Pero eso es mentira; Es lo que quiero.
  Así que cuando me despierto esta mañana por el sonido de una llamada entrando en mi teléfono y veo que es Jason, sonrío.
--Feliz cumpleañosDice.
Puedo imaginarlo sonriéndome al otro lado de la línea.
--¡Eh, gracias! No sabía que sabíasDigo, con voz pastosa por el sueño.
--Me lo comentó Meg esta mañana. Lo siento. ¿Te desperté?
--Un poquitoAdmitoPero no importa. Ya es tarde, de cualquier manera, tenía qué despertar.
--Sí, tienes que hacerlo.
Algo en su voz me hizo preguntar:
--¿Por qué?
--Tal vez la razón por la que Meg no te ha llamado aún es porque está alistándose para ir a tu casa ahora mismo. No le digas que te dije, porque me matará, pero te hizo un pastel. Quiero decir, uno enorme.
Sonrío.
--Oh. Tan linda como siempre. ¿Vendrás?
Hace una pausa al otro lado de la línea.
--¿Quieres que vaya? Quiero decir, vas a estar con Meg y tu familia, y no sé si encajo bien ahí.
--Eso es una de las mayores estupideces que he oído. Saca tu trasero de la silla y ven con Meg a casa.
--Estoy paradoDice, riendo.
También rio.
--Tú entiendes el concepto. Anda,  los estaré esperando. Voy a ducharme, adiós.
Corto la llamada y avanzo en la oscuridad hasta mi baño. Cuando bajo las escaleras bañada y cambiada, Gracia me abraza en cuanto me ve.
--¡Feliz cumpleaños!
Le despeino el cabello y le beso la frente, agradeciéndole.
--¡Gracie, te lo advierto, no quiero que toques ningún libro en el cumpleaños de tu hermana! ¿Me entendiste?
Mamá cruza la cocina sin verme y toma el libro que Gracie había dejado en la mesa.
--¡Pero me faltan unas hojas, mamá! ¡Quiero saber cómo se llama el hijo de Annie y Finnick!
--¿Finnick?Mamá pregunta, extrañada. Luego me mira y sonríe--¡Feliz cumpleaños, cielo!
Emma baja las escaleras junto con papá, con su perfecta falda plisada, blusa color pastel,  y tacones de doce centímetros. Me sonríen y se unen al abrazo felicitándome.
--TomaLe dice mamá a Emma, dándole el libro azul con un enorme pájaro en el medioEscóndelo.
Emma lo toma y mira la portada. Cuando mi madre se gira a comprobar lo que sea que tiene el horno, Gracie pega un salto, grita y arrebata el libro de las manos de Emma. Luego sale corriendo escaleras arriba como si estuviera en un episodio de The Walking Dead, aún gritando.
  Emma se queda ahí parada. Después de un segundo, nos miramos y estallamos en risas.
Pero entonces papá llega con una mueca en la boca de dónde sea que ha venido.
--Meg y un chico llegaron. ¿Quién es él?
Emma me mira.
--Es un amigoAclaro, mientras cruzo la puerta para ir a la entrada.
--¿Cómo se llama?
No le contesto, ya que ya estoy ahí parada enfrente de él. Meg me abraza y me muestra el enorme pastel. Mamá lo toma y lleva a la cocina, indicándoles que la sigan. Jason me mira y me sonríe amablemente. Pero eso no es cierto. Su sonrisa es como… torcida. Pícara. Me abraza y me besa la mejilla.
  Papá gruñe.
Y yo río.
Todo parece tan… normal. Tan correcto.



                                                                             



La verdad es que no estuve mucho en casa. Meg y Jason me llevaron al cine y a pasear por la ciudad. Pero luego, en algún momento, Meg dijo que tenía que hacer “cosas”, y nos dijo que no nos detuviéramos por su culpa. Pero yo sé lo que la niña estaba planeando. Sé que tales “Cosas”, no existían. Podría estrangularla sino me estuviera divirtiendo tanto con Jason. Al final del día, cuando sabíamos que se hacía tarde y que yo pronto tendría que volver a casa, nos sentamos en una heladería y pasamos horas ahí platicando.
Es muy curioso cómo nunca se nos acababa la conversación. Todo sale muy fluido. Él podía hablar y hablar y yo podría escuchar y escuchar. Y viceversa. Parece interesado en mi vida, y yo en la suya. Todas las preguntas han sido más triviales que nada… hasta que suelta las siguientes palabras:
--¿Qué hay sobre ése chico Tyler?
--¿Qué?
¿Cómo sabía su nombre?
--Le conté a Meg el otro día acerca de la feria, y se sorprendió cuando lo mencioné. Mencionó su nombre. No sé, parecía importanteRíeDeberías haber visto su cara… Y deberías ver la tuya ahora mismo.
 Es cuando me doy cuenta de que tengo la boca abierta, así que a cierro.
--¿Le cuentas a Meg todo?
--¿Estás intentando cambiar el tema?
--No.
Más o menos.
Se encoje de hombros.
--Meg es más una amiga que mi prima, así que sí.
Sonrío.
--Qué dulce.
--Tu turno.
--Uh… Fue mi novio en la escuela. Hace mucho tiempo.
--Me lo imaginaba. La forma en que te miraba y todo eso.
--¿A qué te refieres?
--Estaba celoso.
--Él tiene novia.
--¿Y eso qué? Estaba celoso.
Lo miro a los ojos y él se encoje de hombros, mientras juega con la pulsera negra de cuero que tiene en el brazo derecho. Siempre está haciendo eso.
Me llevo la nieve a la boca y me encojo de hombros también.
--No importa, de cualquier manera.
Parece que me va a preguntar algo, pero no lo hace. Así que aprovecho para sacar algo de su vida personal.
--¿Y tú? ¿Tienes novia?
Ríe.
--¿Por qué? ¿Celosa?
Ruedo los ojos.
--Oh, vamos. Cálmate.
--No tengoDice, al finalTenía, pero ya no.
Hago una mueca que sé que lo hará reír, y cuando lo hace, sonrío un poco más.
--Supongo que somos unos imbéciles para el amorMurmuro.
Él sonríe y levanta su nieve hacia la mía.
--Amén.


                                                                                  



La chica ha muerto. Jamie se ha ido y Landon está solito. Así que cuando cierro el libro me llevo los Kleenex a la cara y seco mis lágrimas. En algún momento entre mi miseria escucho golpecitos en mi ventana.
¿Qué demonios? Son las doce.
Río mientras me imagino a Jason ahí abajo, por alguna razón. Pero él no está. No son sus ojos castaños los que me miran desde abajo. Estos son azules mar.
Qué. Demonios.
Él me mira y yo me alejo de la ventana para deslizarme sin hacer sonido hacia la puerta delantera, con cuidado de no pisar el peldaño suelto de las escaleras, porque si no seguramente Emma se despertará. Y no quiero que vea al chico ahí parado en medio de la fría y oscura noche. Tendría que explicar por qué está aquí… Cosa que es una muy buena cuestión.
Abro la puerta lentamente y me deslizo como una sombra hacia el otro lado, cerrándola silenciosamente.
--¿Tyler?Susurro, mientras camino hacia el otro lado de la casa hacia la ventana de mi habitación--¡Tyler!
--¿Estuviste llorando?
Un infarto. Casi me da un infarto cuando me doy cuenta de que el viento me habló. Pero no es el viento. Es sólo un veinteañero escondido entre las sombras de la noche.
--Dios. Me asustaste… Estaba leyendo. ¿Qué pasa?
Avanza unos pasos hacia a mí, dejándose bañar por la luz de la luna.
--No lo sé. Dímelo tú.
--¿Qué? ¿Decirte qué? Eres tú quién se apareció en mi puerta.
O en mi ventana.
Pero viene a ser lo mismo.
Tyler hace una mueca.
--Hay algo que no me deja dormir.
--¿Qué cosa?
--… Tú…--Hace una pausa y mira más allá de mí, luciendo un poco perdidoYo… El otro día… Tú estabas en la feria…
Entonces recuerdo las palabras de Jason: “Está celoso”. Oh, vamos. No puede ser.
--Ajá. ¿Qué pasa con ello?
Hace una pausa considerablemente larga antes de continuar.
--¿Quién era ese?Dice, mientras el veneno empieza a deslizarse en sus palabrasEse niñato que te subió a su espalda.
Tiene que ser una broma.
Abro la boca para cerrarla de nuevo. El proceso se repite varias veces, así que él, cansado de esperar, agrega:
--¿Es tu novio?
Vuelvo a mí.
--¿Y? ¿Cuál es el problema? Si bien no recuerdo tú estabas con esa Charlotte.
Su cara se vuelve pálida.
--Eso… Es diferente.
--¿En qué sentido?Le recriminoNo te entiendo, Tyler. Me dijiste que me amabas pero que no ibas a estar conmigo. Que se acabó. ¿Qué estás haciendo ahora, entonces?
Pasa sus manos por su nuca.
Antes esos pequeños detalles me encandilaban, pero ahora necesito retroceder varios pasos antes de que le de una patada en el espinilla.
--Sé lo que dije, Terra. Pero yo… No quiero que salgas con él.
--Muy bien. Yo no quiero que salgas con Charlotte.
Entrecierra los ojos.
--Ella es mi novia.
--¿Pero qué planeas, Tyler? ¿Tenernos a las dos al mismo tiempo? ¿Quieres que…?
Entonces, sus labios están sobre los míos.
Sólo que ésta vez, hay algo diferente. Saben diferente. Se sienten diferentes. Ya no son dulces, ni suaves. Es desesperado y… y… y hay algo en ello que realmente no está bien.
Pero cuando intento separarme y abro la boca para replicar, nuestras lenguas están bailando. Me hace detenerme. Me hace viajar tiempo atrás dónde las cosas… Donde las cosas eran diferentes.
  Las cosas eran muy diferentes.
No me doy cuenta de que hemos retrocedido hasta que mi espalda choca contra su camioneta vieja y oxidada. Y de pronto, siento más peso sobre mi piel… son manos. Manos jalando el elástico de mis pantalones de pijama, manos deslizándose por mi camisa recorriendo mi estómago para llegar más arriba.
 Realmente no está bien.
Lo empujo con un suave empujón hacia atrás, hasta que sus manos están fuera de mi cuerpo y él me mira con una chispa abrazadora en sus ojos. Pero me hace querer correr.
--¿Qué planeabas?Susurro--¿Montárnosla en tu camioneta para que luego volvieras con tu novia, y fingir que nada de esto pasó?
   No estoy esperando honestamente que lo acepte.
Porque es Tyler. Tyler nunca haría algo así.
Y las palabras nunca salen de su boca. Sin embargo no es su boca lo que me susurra la verdad, son sus tan ya familiares ojos.
--Es lo que planeabasAfirmo, en un susurro apenas audible.
Pero por el flechazo de culpa que pasa por su rostro, entiendo que lo escuchó perfectamente.
--¿Planeabas usarme y luego tirarme, Tyler?
Y yo sé la respuesta.
Pero Tyler… ¡No! Tyler… Él nunca haría algo así.
Necesito oír las palabras salir de sus labios.
--No, Terra, yo…
Pero no puede continuar porque su voz se corta.
Fueron tres palabras, nueve letras, dos comas. Fue así como un entendimiento vino hacia mí, golpeándome y tirándome, como si yo fuera una muñeca de trapo.
Las personas cambian.
No me refiero a que Tyler sea una mala persona. Porque sé que en el fondo no lo es. Nunca lo ha sido. Sin embargo sus prioridades han cambiado. Ya no es aquél adolescente que conocí. Él es un adulto.
  Él es la sombra de alguien de quién alguna vez hace mucho tiempo me enamoré perdidamente.
Y yo.
Yo he cambiado. Ya no soy la misma. No soy una mala persona. No lo he sido nunca. He tomado malas decisiones, he ido por muchos caminos incorrectos. He pagado por ello. Pero también he aprendido. Ya no soy aquella adolescente que él conoció. He crecido.
  Yo soy la sombra de alguien a quien alguna vez hace mucho tiempo él se enamoró.
Somos ésas manchas de acuarela que una vez hicieron sentido, cuando la imagen era nítida. Pero ahora está borroso, y la pintura se ha caído, deslizándose hacia abajo, dejando una mancha que ya no se puede quitar.
 Éstas son las cosas que no quiero que se queden sin decir.
--TylerComienzoCreo que es mejor que te marches.
--Terra, no. Yo… yo no quise…
--Lo sé.
Mi voz calmada hace que él voltee con los ojos como platos y me mire directamente.
--¿Lo sabes?
Asiento, pero él agita su cabeza.
--No, no sabes. Lo siento, Terra. Yo… yo amo a Charlotte. Y te respeto. Yo no debería…
--También sé eso. ¿Tyler? Dijiste que me amabas, ¿Verdad?
Asiente, avergonzado.
--Sabes que en el interior eso no es cierto, ¿Verdad?
Se queda callado unos instantes.
--Yo creo que…
--Si tú me amaras hubieras terminado con Charlotte desde el mismo momento en que salí del porche de tu casa ese día. Cuando te dije que te amaba. Tú no deberías estar parado aquí disculpándote por todas las cosas que acabamos de hacer y decir. Tú hubieras recordado que hasta hace unas horas, era mi cumpleaños.
  Tyler abre los ojos.
--Terra, lo siento…
--Deja de disculparte, TylerTomo aire--¿No puedes verlo? He cambiado. Hemos cambiado. Tú crees amar a la yo de hace casi dos años, pero ya no soy ella. Tyler, tú ya no eres él tampoco.
Se queda en silencio, mirándome.
--Pero conoces a CharlotteContinúoTe enamoraste de ella por quién es, porque la conoces… Y está bien. No tengo palabras para explicarte…--Hago una pausaPero tal vez sí; Aquí no hay espacio para mí, Tyler. Y no tengo espacio para ti tampoco.
Y cuando las palabras salen de mi boca, me alivio al saber que son completamente reales. No duelen.
En verdad nunca han dolido.
  Finalmente, parece que él captura todas las palabras que suelto y las procesa en su mente, porque dice:
--Si no nos hubiéramos separado tiempo atrás… ¿Seguiríamos hoy juntos, o el tiempo nos jalaría en direcciones contrarias?
 Nos observamos.
Y murmuro:
--Si yo hubiera hablado tiempo atrás, si hubiésemos seguido juntos, estoy bastante segura de que me hubiera enamorado otra vez de ti cada día. Y a lo mejor tú de míMe encojo de hombrosNunca lo sabremos.
  Tyler me atraviesa con su mirada, perdido. Pero luego regresa en sí y me sonríe. Una sonrisa floja y carente de alegría. Una sonrisa de entendimiento.
--Supongo que no importaron, a lo último.
Le miro con una interrogante en mis ojos.
--Las cosas no dichasDiceNo importa si las dices ahora. Nada va a cambiar. Ya no sirven. Hubieran tenido validez hace un año y medio, pero…
No completa la frase, porque no puede encontrarlas. Pero yo las tengo claras en mi mente, atoradas en mi garganta: “ Ahora son sólo palabras huecas.”
   Dejo que las palabras se queden atoradas dentro de mí.
Él me sonríe y me da un beso de despedida en la mejilla.
Y se mezcla entre las sombras hasta que la oscuridad lo traga por completo. Pero cuando me doy vuelta hacia casa, pensando en todas las cosas que acaban de pasar, todas las maneras en que será mi futuro de ahora en adelante, sin Tyler… Mi noche no es oscura y fría. Al contrario. Las estrellas brillan en el cielo.




--Sthep Stronger.
Mañana subiré el último :)
Besitos.

4 comentarios:

  1. ahsakhajahsk
    Pero yo quería a Tyler!!!!!! T.T
    Aunque no me importaría tener a Jason ;) Me recuerda un poco al de Pll y yo amo a Jason DiLaurentis...

    Besos!

    PD: En Sinsajo dicen el nombre del bebe de Finnick??

    PD2: Tambien amo a Finnick!!! Es mio ¬¬

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Humm...¿A ese Jason? Creo que Jason Dilaurentis es una caja de secretos, como su hermana. Pero este Jason es más abierto y gracioso. :)

      No, no dicen el nombre. Gracie se va a llevar una decepción :/
      No, Lectora! Es mío! xD

      Jaja! Saludos.

      Eliminar
    2. jajaja No me refería así!!
      Me refiero a que cuando leo Jason pienso en el de Pll

      :3

      Eliminar
    3. Ah! :)
      ¿Sabes de esa película Pitch Perfect? (La amo) Me imagino al tipo, al coprotagonista... Lo amo <3
      (Es Mio, Lizz, lo siento) :)

      Eliminar