miércoles, 19 de junio de 2013

The Bet. Capítulo 36.


#178                                                       #BPOV. 
Maïa y Victoria habían ido a casa temprano, alegando que en dos días era la graduación y el baile y que todavía no teníamos nada.
A regañadientes me subí a la parte trasera del carro de Maïa, con el poco dinero que tenia ahorrado adentro de mi bolso.
Estacionó el carro en Michigan Avenue y rápido me negué a bajarme, ninguna de las tiendas que había aquí era económica, todo era Dior, Gucci, Channel, Louis Vuitton y más de ésas tiendas caras en las cuales no podría comprarme ni un calcetín.
-Vamos no seas ridícula. - dijo Vicky poniendo los ojos en blanco.
Suspiré y me bajé del carro.
-No tenemos dinero suficiente, entiendan. - dije por milésima vez cuando Maïa se paró a mirar el aparador de Dior.- Hay que ir a otro lado, como a Forever 21 o a Target... Quizá Walmart.
Maïa bufó.
-Te golpearía si no fueras mi mejor amiga. No puedes ir con un vestido de Walmart, nena. Además, nos graduamos de la preparatoria, éso pasa solo una vez. Imagínate tener uno de ésos vestidos, imagina lo suaves que deben ser, no sé tú, pero yo gastaré todo mi fondo universitario para un vestido de ésos.
Casi escupo mi bebida.
-No lo dices en serio, ¿verdad?
Ella sonrió radiante.
-Iré a la UCLA*, nena. Tengo beca completa, no creo que necesite todo éste dinero.
Abrí los ojos de infinita sorpresa.
-¿Cuándo pensabas decirme? ¿Cuándo te llegó la aceptación?
-Te iba a decir hoy, en la comida. Y me llegó ayer, precisamente.
Chillé de emoción y la abracé.
-¡Felicidades!
De verdad estaba muy feliz por ella, Maïa siempre había querido irse de la ciudad del viento a California, quería conseguir uno de ésos bronceados perfectos.
-¿Ya llegó tu carta de Standford?
Mi humor se desvaneció, se arrastró por el piso hasta llegar a las cañerías e irse al drenaje.
-No.- admití.
-Ya llegará, ya verás.
Sonreí, de verdad esperaba que me aceptaran, siempre había sido mi sueño.
-Hey lerdas, quiero deslumbrar al idiota de mi novio, así que entremos a ésta jodida tienda y ya.- dijo mientras empujaba la puerta de Dior y entraba.
Sin mas remedio, entré detrás de Maïa que chillaba emocionada, entrando como a un nuevo mundo lleno de elegancia y ésas cosas. Olía delicioso, un olor que jamás había olido, pero que seguramente quedaría grabado en mi memoria; era como la combinación de rosas con dulce y un poco de rocío, era simplemente un olor inexplicable.
Me senté en uno de los chaise longue blancos que estaban enfrentes de los probadores y esperé a Vicky y a Maïa a que se probaran los vestidos que habían tomado en cuanto habían entrado. Maïa a los 10 minutos chilló dentro del probador.
-Sal que quiero verte.- dije aburrida, comprobando así que lo que mas odiaba eran las compras.
Abrió la puerta del probador dejando ver un hermoso vestido negro strapple, abajo de él, mas arriba de la cintura tenía un hermoso cinto de color plata con detalles brillosos, después de ahí la falda caía pomposamente sobre sus caderas y sus largas piernas como decenas de pétalos en una rosa volteada al piso.
Ella se dio la vuelta y pude notar que la falda era negra, pero transparente, dejando ver que lo de arriba venía junto a unos pantalones cortos hacían un overol.  En sí, se miraba sexy pero discreto, conservando su elegancia. Era perfecto.
-Wow Maïa, si fuera hombre ya te hubiera querido tocar el trasero.- dije bromeando.
Me miró sobre el hombro con deseo y levantó el trasero.
-Tócamelo, baby.
Me reí con fuerza.
-No estoy en contra del lesbianismo, pero no gracias, que éso lo haga Doyle en su debido día.
Ella se paró bien y se miró el vestido.
-De verdad me gusta, ¿me veo bien? ¿se me ven los pechos caídos?
Negué con la cabeza.
-Te ves como una diosa, Maïa.
Suspiró aliviada y sonrió radiante, llena de felicidad.
-Me llevaré este, es el indicado, entonces.
Se metió de nuevo al vestidor.
-Vicky, ¿no te moriste allá adentro?-dije.
-Nop, solo no se que vestido elegir.
-Sal y te daré mi opinión.
-No lo haré, quiero que cuando me vean con el vestido yo esté maquillada y peinada..
Suspiré.
-Bien, entonces solo sigue a tu corazón y ésas cosas.
Vicky gruñó y no dijo nada más.
Media hora después, Maïa y Vicky ya tenían sus vestidos Haute Couture**,comprados nada mas y nada menos que en Dior.
-Oh vamos, tienes que conseguir vestido. Pero no dejaré que vayas a Forever 21.
Bufé.
-Tengo apenas docientos dolares, no me alcanza para nada de aquí. ¿Cuánto costó tu vestido? - miré su expresión.- Ajá, a éso me refiero.
Vicky caminó a mi lado, mientras Maïa rechistaba atrás.
Me detuve en una vidriera a ver un hermoso vestido blanco que cubría solo un hombro, abajo de los pechos tenía una hermosa cinta dorada y en lo demás caía como cascada, tenía corte romano y era precioso.
-Whoa, es hermoso.- dijo Maïa cuando nos alcanzó.
Había encontrado "El" vestido, lo anhelaba.
Mi ánimo cayó de nuevo cuando vi que tienda era. Carolina Herrera, como no.
-Olvídenlo, esto es carísimo.
-Te me callas, a la mierda. Te comprarás ése vestido y punto. - dijo Maïa enojada mientras me empujaba a la tienda.
Cuando entramos, ella pidió el vestido en mi talla y cuando se lo dieron, me lo dio para que me lo probara.
Me lo puse y parecía que todo hubiera hecho "puf", el vestido era suave mas suave que una pluma.
Después de que me admiré, me lo quité y me puse la ropa que traía.
Salí.
-Es el vestido.
Vicky y Maïa chillaron emocionadas.
Fui a la caja y cuando pasaron la etiqueta casi me muero.
Era cinco veces mas de lo que traía.
Casi me ponía a llorar enfrente de todos.
Vicky y Maïa no quisieron tomar mi dinero y pagaron, con su dinero, lograron parar el vestido.
Pusieron el vestido en una bolsa con una percha y después en una caja, con el símbolo de "CH" enfrente con letras negras.
 Ya afuera les intenté dar por lo menos el dinero que traía, pero ambas se negaron.
-Con éso compra los zapatos y accesorios. - dijo Vicky.
-Pero..
-¡Te pegaré, Brenda, enserio! Cuando decimos no, es no. - me gritó Maïa, frustrada.
Levanté las manos en señal de paz, dejando mi vestido en la banca.
-Está bien, nomas no me pegues.
Ambas sonrieron.
Y así seguimos nuestro día de compras.
Ya con todo listo, decidimos dar por finalizado el día, cenando en Taco Bell.
No podía esperar el gran día, quería volver a usar el vestido. Si tan solo pudiera dormir con él puesto.

-Lizzie

*Univerisidad de California en Los Ángeles.
**Alta costura

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