martes, 17 de enero de 2012

Mine, Capítulo 3.

Capítulo 3, "Hamburgesa gratis"

Estoy en mi habitación cubierta de pies a cabeza. Pero no puedo dormir. Parpadeo un par de veces y luego cierro los ojos. No, no puedo dormir.
Me quito la colcha de encima y me pongo de lado para mirar por la ventana. Entonces me pongo a pensar, y llega a mi mente antier, cuando fui al restaurante con Sara y vi a Chico Guapo. Ni siquiera sé porqué lo recuerdo. Pero lo estoy haciendo.
 La noche es oscura, son las once y yo... Me doy la vuelta de nuevo, pero dandole la espalda a la ventana. Cierro los ojos y recuerdo a Noel...
--¿Qué tú...?
Le sonrío abiertamente.
--¡Dios, dios, dios, Lena, gracias!
Parece que Noel está feliz. Pero no sólo eso. Él está feliz.

Su sonrisa me alegra a mi también.--¿Qué les pasa, perdedores?
Luce llega hacia nosotros con su mochila arrastrando por el suelo.
Noel sigue saltando.
--Ella... Ella... Ella...
Pero Noel no puede hablar.

--¿Qué le hiciste a mi hermano, Lena?
Luce me mira.
--Nada.

--¡Consiguió una audición para la banda!
Respiré hondo. Noel podía llegar a ser muy infantil a veces, lo comprobé cuando empezó a chillar. Pero era mi amigo y lo amaba así. ¿Qué se les puede hacer a los amigos?
--Eso es fabuloso--Sonríe Luce.
--No creo que sea tan fácil--Les digo, pero ni Noel ni Luce quitan su sonrisita--Verán, Laura es una arpía traicionera cuando quiere...
--Les digo, intentando no decir una mala palabra--Y si no llegas a tiempo...O simplemente la lengua se te traba... Puedes irte despidiendo de la recepción.
--
Eso, Lena. Ponlo más nervioso--Luce me da un codazo.

--Ah... No te preocupes, estoy segura que lo harás bien.
Y Noel no se controla y nos abraza a ambas, levantándonos
unos centimetros del suelo. 
   Suspiro. Al menos Noel estaba feliz cuando le di la noticia... Pero los siguientes días, hasta ahora, ha pasado practicando con su banda, y de pronto está muy nervioso. Se ha pintado con pluma roja en la mano izquierda unas notas de música que aún no puede aprenderse del todo.
Está loco.  He intentado tranquilizarlo, pero parece que no dan muy buenos resultados.
Suspiro de nuevo y miro hacia mi techo, boca arriba. Cierro mis ojos... Y puedo ver algunos recuerdos...
Son imagenes. Algunas voces en mi cabeza...
--¡Deberías tener más cuidado con tu persona!--Grita él.
Me remuevo. Aprieto más los ojos.
--¿Pero qué estás pensando, niña?--Reprocha.
Puedo verlo, mis ojos están cerrados, pero puedo verlo. Está pasando dentro de mi cabeza...
Está conduciendo... Tiene la barba de algunos días que se niega a cortar... Tiene algunas canas... Tiene unos pómulos muy marcados y una mirada dura. Está mirando al frente. Pero luego se vuelve hacia mí...
--...Si yo fuera tú me daría verguenza--Sigue.
Me remuevo más.
Recuerdo que estoy llorando... Recuerdo gritos...
Y entonces mi cuerpo se mueve porque empiezo a temblar.
Y no solo estoy temblando...
Estoy llorando.
 No me doy cuenta en el instante en el cual me quedo dormida, pero cuando vuelvo a abrir los ojos... Es de día. Mi telefono suena. Es una cancioncita que amo.
Es la alarma.
De repente considero muy seriamente tirarlo por la ventana. Pero no lo hago.
Me levanto y me voy directamente hacia le espejo en mi habitación de cuerpo completo, acerco una silla y me siento enfrente mientras saco la bolsa de maquillaje. Tengo unas ojeras del tamaño del mundo. Se nota que he estado llorando.
Y no hay casi nada que el maquillaje no pueda resolver.
Casi.
Paso la esponja con maquillaje líquido por mi rostro y lo esparso por aquí y por allá. Sin embargo no puedo evitar pensar en él.
Tampoco es como si fuera la primera vez que me quedo llorando en medio de la noche por su maldita culpa. Por su estúpido recuerdo.
Paso la mano por mi frente y respiro hondo. Tengo que respirar sólo una vez má para estar lista para este nuevo día...
 O dos.
Me levanto poco después y me quito la pijama rápido, después el estúpido uniforme de esa estúpida escuela de paga.
Que uniforme tan más feo. Me meto la falda azul de cuadros y luego me meto la blusa lisa y me fajo. Me pongo las calcetas y los malditos zapatos.
 Hace un año juré que cuando me graduara lo quemaría.
Y lo pienso hacer.
 Bajo rápido con mi mochila al hombro.
--Hola--Saludo a mamá.
Ella me sonríe a modo de saludo. Me la encuentro subiendo las escaleras envuelta en una toalla, con el pelo mojado, y le da el mismo color rubio oscuro que tiene Laura.
--¿Tarde?--Le pregunto.
--Sí. Mi despertador no sonó. Fue el tuyo quién me despertó. ¿Dormiste con la puerta abierta?
Sí, de hecho lo hice.
 El resto del día pasa tranquilo, hasta, por supuesto, la hora de salida. Pero esta vez Sara no venía sola. Venía acompañada. Laura.
Cerré los ojos dos segundos antes de ir hacia su carro rojo y saludar.
--Hola--Me devuelven el saludo.
--Entonces, ¿A dónde vamos?
--A comprar tu vestido, Lenita--Me dice Laura.
Te juro que casi me atraganto con mi propia saliva cuando me llamó de esa manera.
--No me llames así--Digo, firme.
Sara me mira por el retrovisor y sonríe.
--¿Qué cuentan Luce y Noel?
 Lo bueno de Sara es que es comprensiva y le puedo contar mis cosas.
--Oh, muy bien. Ambo están emocionados por la audición de la banda...--Miro a Laura--Gracias, Laura.
Ella sonríe.
--Pues a tí te gustan, Lena, ¿Cómo no iba a darles una oportunidad?
Entrecierro los ojos.
Arpía rubia.
Que maldita.
 Pasamos la tarde buscando un maldito vestido para mí.
--¿Qué tal rosa?--Se dice a sí misma Laura.
Quiero gritarle que no.
Pero es su boda.
Soy su muñeca.
Me balanceo de un lado a otro preguntandome qué estaría haciendo Luce... ¿Peleando con su hermano? Sí, probablemente. Me digo a mi misma por un segundo que yo también quiero un hermano o hermana con qué pelear. Pero entonces recuerdo a Sara.
Ah, sí, ya lo estoy haciendo.
 Entonces empiezo a cantar una cancioncita que me encanta silenciosamente...
"¿Don`t you wanna stay here a little while...?"
--Mira este, Lena.
Voy hacia donde está Laura. Es la cosa más corta que he visto en toda mi vida.
--No creo--Le digo.
Ella suspira y lo deja de nuevo.
"We can make forever feel this way... ¿Don`t you wanna stay...?"
Sara me llama.
--¡Lena, Lena! ¡Mira este, Lena! Lo amarás.
Me acerco a Sara. Es bonito, es blanco y largo. Es sencillo. Tiene brillos debajo del busto.
Y es perfecto.
Pero eso no es lo mejor:
Con este vestido terminamos.
O casi.
 Laura da unos pequeños saltitos aquí y allá.
--¡Bien!
--¿Y ahora?--Les pregunto.
--A comer--Responde Laura--¿Quieren ir a comer al mismo sitio que fuimos la última vez? Dios, su ensalada estaba deliciosa, ¿Sabes? Nunca había provado la salsa que tenía de lado, pero estaba tan rica que te juro...
Decidí no escucharla nunca más.
 Cuando entramos paseo mi mirada hacia los meseros para asegurarme de que él está ahí.
Quiero agradecerle.
Pero no lo veo.
Suspiro y me siento.
 Al rato llega un tipo moreno con ojos azules tipo hielo que pregunta:
--¿Qué van a pedir?
Laura se emciona al pedir su ensalda.
Ensalada.
Yo no como esas porquerías.
Y justo cuando pedí una hamburgesa Laura me lanza una mirada y luego dice:
--¿Qué piensas engordar? ¡No vas a caber en el vestido!
Levanto una ceja.
El tipo se queda ahí parado, esperando.
Sara suspira y mira su reloj.
--Laura, tengo el mismo peso y la misma talla de hace dos años.
Ella parpadea.
--Las cosas pueden cambiar en cualquier momento, Lena.
Me cruzo de brasos y ella me pide una ensalada y un vaso de agua.
Como la odio.
Miro por la ventana. Pasamos dos horas ahí hasta que decido mandar un mensaje a Luce. En este mes he estado haciendolo seguido cuando cosas como estas pasan. Y Luce siempre está dispuesta a hablar conmigo por medio de mensajes. Les digo a aquellas dos que siguen hablando sobre una sesión de foto de novia y me voy hacia otra mesa.
 "¿Qué ella hizo qué cosa?".
Eso dice el mensaje de Luce. Me pongo a teclear.
"Ya te lo dije. Me pidió una maldita ensalada porque iba a enogordar. Ella es muy delgada, ¿Cuales son las posibilidades de que sea anoréxica?".
 Se lo envío. Tarda unos minutos en responder. En esos minutos llega una camarera pelirroja y me pregunta que voy a pedir. Estoy a punto de decirle algo como "Nada, gracias, ya comí, vengo de la otra mesa de ahí", pero entonces veo mi oportunidad.
--Una Coca-cola.
Ella lo anota y se va.
Mi telefono vibra.
" Humm... No lo sé. Se supone que es tú prima. Tú la ves seguido. ¿Cuanto crees que pese? 50 kilos? Dame su estatura y su peso, yo voy a investigar en Google."
Como si yo supiera su peso. Y su estaura.
Y se lo respondo.
"¿Entonces cómo quieres que te ayude, niña?". Esa es su respuesta.
Entonces oigo un sonido.
De repente en mi mesa hay un plato con una hamburgesa y papa. Te juro que mi boca llega hasta el suelo.
Alguien ríe. Levanto la vista. Chico Guapo se sienta frente a mí y une sus manos.
--Me dijeron que morías por una.
Me sonríe.
Le sonrío.
--¿Cómo supiste? ¿Eres adivino?
El agita la cabeza.
--No. Toby me comentó acerca de "Una loca que no deja que una niña coma una hamburgesa". Me quería reír así que heché un vistaso.
 Mis cejas se unen.
--¿Quién es Toby?
--Creo que él atendió a tus hermanas...
--Son primas.
El sonríe.
--Pensé que sería una niña de once... Pero aparecite tú.
Cruzo los brazos.
--Y supongo que te moriste de la risa.
El me mira a los ojos. Algo dentro de mí se remueve un poco. Parpadeo, rompiendo la conexión.
--Sí, de hecho sí. No sabes cuanto me reí.
Lo miro fijamente.
Maldito.
Me doy cuenta de que lo estoy insultando y no sé su nombre.
Extiendo una mano.
--Lena.
El me mira antes de estrecharla.
--Lucas.
Retiro la mano. Su tacto se siente cálido.
--Come--Dice él, señalando la hamburgesa.
Tomo el plato.
--¿No te regañarán por mi culpa, verdad?
El niega.
Mi telefono vibra.
No quiero contestar.
Dejo que suene una vez más.
--¿Vas a contestar?
Lo miro y frunso el seño. Señalo la hamburgesa.
--¿Quieres?
El niega de nuevo.
--No. Son mensajes. Y me dan una flojera tremenda contestarlos.
Probablemente son todos de Luce, regañandome por no contestar.
No, gracias
Lucas sonríe.
Me siento cómoda, es extraño.
--¿No te van a regañar por mi culpa, verdad?--Pregunto de nuevo.
--Ya salí.
Ladeo la cabeza.
--¿Cómo sabes quién es Tiruma?
--Yiruma--Me corrige, sonriendo.
Está apoyado en la mesa con un toque de desenfado.
--Quién sea--Le digo.
Pensé que Luce se volvería loca si lo viera.
--Bueno...--El se pasa la mano por el pelo.--Yo... Bueno, no importa.
--¿Porqué lo hiciste?
--¿El qué?
--Decirme quién era ese tipo.
El respira.
-.Uff... No me malinterpretes, pero conocí a chicas como ellas antes...--Me mira para comprobar mi reacción--y a veces pueden llegar a ser un tantito crueles cuando alguien no sabe la respuesta. Son algo...
Me mira, dudando.
Decido ayudarlo.
--Crueles... Superficiales...  Perfeccionistas... ¿Qué más?
Él sonríe.
--Entonces no te llevas muy bien con tu prima, ¿Eh?
Mastico más papa. Estoy a punto de responder, pero no lo hago: Acabo de conocerlo. Nadie habla de cosas privadas con alguien que acaba de conocer.
Entonces decido sólo sonreír ligeramente mientras mastico.
Pero yo también tengo curiosidad.
--¿Cuantos años tienes?
--Casi 18, en unos meses.
Levanto una ceja. Asiento después.
--Y... ¿Llevas mucho trabajando aquí?
--Naahh, trabajo medio tiempo limpiando y sirviendo mesas.
Asiento.
Hago la siguiente pregunta.
--¿Porqué has decidido aguantarme en vez de marcharte a casa y disfrutar?
Mi pregunta lo toma desprevenido.
--De hecho, sólo quería que comieras una hamburgesa a que te resintiera con "La loca".
Demaciado tarde.
No lo digo. Pero sonrío.
--Que bueno que lo hiciste... Quería agradecerte. Salvaste la audición de un amigo.
Parece que quiere preguntarme algo, pero no lo hace. Después sí me pregunta algo, pero no estoy segura si era lo que quería preguntarme antes.
--¿Quieres ir a pasear? Digamos que no tengo muchas ganas de llegar a casa. Mi familia está loca. Más mi hermana.
Sonrío.
--¿Enserio? ¡Mi familia también!
Lucas saca una carcajada.
--Y más con la boda de mi hermano mayor.
--¿Ella no te agrada?
--El asunto es que... Bueno, ¿vienes, o no?
Hago una mueca.
--Lo siento. No. Vengo con mis primas y se va a volver locas si me voy. Además, no salgo con desconocidos.
Sólo quiero tomarle el pelo y le sonrío.
Me sonríe de vuelta.
--Pero si ya nos conocimos--Dice Lucas--Te dije mi nombre, ¿No?
Niego.
--Lo siento.
Busco entre mi bolsa y le tiendo un billete. Se queda quieto.
--¿Qué es eso?
--Dinero.
--¿Porqué?
--La hamburgesa, tonto.
Lucas sacude la cabeza.
--No, quédatelo. Aquí la comida me la dan gratis... Cuando trabajo, claro.
Mi mano cae en la mesa.
--Tal vez en otra ocación--Le digo.
El sonríe.
--Dame tu número de celular, ¿Quieres?
--Bueno, niño Yiruma.
Él sólo sonríe y me pasa su celular. Pongo mi número en su telefono y le doy le mío para que lo ponga.
Entonces esucho mi nombre.
--¡Lena!
Es Laura. Sara está detrás de ella, con la bolsa en la mano, viendome. Viendonos. Tiene una sonrisa triunfadora en su rostro. 
Me doy cuenta que lo que hemos echo todo este tiempo es como coquetear . O algo así.  El me entrega mi teléfono y sonríe.
--Supongo que adiós.
Asiento, muy quieta, sin sonrisas.
--Adiós.
Me levanto y tomo mis cosas para darle la vuelta y desaparecer por aquella puerta. Cuando salimos por la puerta me doy cuenta que no pagué la Coca-cola. Pero entonces Laura dice:
--¡Y ni creas que no me enteré de la Coca-cola que te tomaste!
--¿Cómo lo supiste?
--La cuenta, niña. La cuenta.
Sonrío para mí misma.
Sara me mira con una expresión divertida en su rostro.
--Entonces.... --Dice--¿Tuviste un buen tiempo con el chico guapo?
--Se llama Lucas.
Ella alza una ceja.
Dios.
--Lucas, ¿eh?
--Cállate.
Llegamos al auto y lo miro subiendo a un auto azul, con la pintura gastado, hablando un poco distraído con el chico moreno que nos atendió. Él me mira por un momento y sonríe antes de subir.
 Me subo al asiento trasero e ignoro a Sara decir cosas.
Miro mi celular.
He estado coqueteando.
Dios.
¿Qué sucede conmigo?
Miro el celular de nuevo.
"Lucas (Del restaurante) ". Eso es lo qué él puso.
Quiero golpearme.
Entonces empiezo a recordar y a oír las voces de nuevo en mi cabeza. Gritando, discutiendo.
Recuerdo a mis padres...
Y borro el número de Lucas de mis contactos.

--Sthep Stronger.

3 comentarios: