martes, 3 de septiembre de 2013

Fade. Capítulo 16.

Close your eyes.
Fade. Capítulo 16.
La libreta. Página 16: "Los chicos pueden ser tan tiernamente  condenadamente sobreprotectores".



Me agito en las mantas cuando escucho mi celular sonar, en alguna parte de la habitación. Lo ignoro, pensando que se irá, pero no lo hace.
Esa canción me gustaba cuando la puse de tono, ahora sólo quiero encontrar el celular y aventarlo contra la pared para que se calle.
Gruño bajito y me deslizo fuera de la cama para buscarlo.
Estoy tan dormida que no puedo abrir mis ojos y en lo único que puedo pensar es en volver a dormirme. Sería más fácil si Tash o Cora estuvieran aquí, ellas encontrarían el teléfono y me lo darían, gritándome que lo apague, claro. Pero me lo darían.
 Me levanto y entre abro los ojos para buscarlo, pero no lo veo por ninguna parte. Es entonces cuando lo veo tirado en el suelo, a un lado de la cama y me agacho para tomarlo. Me tiro en la cama y lo abro, mirando el identificador y la hora.
Graham. 8:40
Voy a matarlo.
--¿Graham?Pregunto con voz pastosa por el sueño.
--¿Estás dormida?
--Claro. Son las ocho de la mañana en un día sin clases, es como, ¡madrugada! ¿Qué esperabas?
La escuela tuvo un problema: Los maestros tuvieron una fiesta de cumpleaños en dónde se intoxicaron con la comida y por el día de hoy no hay clases. Es eso es lo que me dijo Tash cuando la vi, en verdad no me importa la razón, yo sólo quiero dormir.
--Casi son las nueve, floja.
Gruño.
Es entonces cuando me doy cuenta de que hay algo raro con mi voz en el teléfono. Suena como un eco.
--¿Me pusiste en alta voz?
--El niño aquí no quería correr el riesgo de que habláramos de algo súper importante en el teléfono y lo pusiéramos de lado. Chismoso.
  Escucho un golpe sordo y un Auch de parte de Graham.
--Buenos días, CassidyLe escucho decir a Alex.
--Oh. Hola.
--CassHabla de nuevo GrahamAlex y yo estábamos hablando, y pensamos que eso de la pastilla es muy extraño. Confío en ti, en serio, lo hago. Pero hay que tener en cuenta lo que Alex dice. Creo que tenemos que probarla para comprobar que no es simplemente una pastilla de dolor de cabeza o un dulce.
Frunzo el ceño.
--¿Quieren tomarla?
--Habla AlexPensamos que podrías traerlas al taller en una hora, ahora está lleno de nerds con sierras. Tú no quieres acercarte ahí.
--No son nerds, imbécilSe defiende Graham.
Alex bufa, pero puedo notar que están bromeando.
Bromeando.
Ellos.
La cosa más rara.
No comento nada de eso y me concentro en lo que me piden…
Las pastillas…
--¡Las pastillas!Grito.
Estoy ahora completamente despierta, fuera de la cama y tomando la maleta que rescataron del incendio, la que nunca vacié en el armario, dónde estaban las pastillas.
¿Ahí estaban verdad?
Recuerdo haberlas tomado una noche en la que no podía dormir noches antes del accidente. Recuerdo tomarlas y ver la botella a la luz de la luna que se filtraba por la ventana mientras escuchaba la respiración de mis amigas. No las tomé, sólo volví a ponerlas en su lugar… Creo.
Creo.
¿Dónde las dejé?
Me fijo en el celular, que emite susurros. O sea que del otro lado de la línea están gritándome. Lo tomo y lo pongo en alta voz.
--¡…Cassidy Blake, si no me respondes ahora mismo voy a ir a tu habitación y voy a tumbar la puerta…!Amenaza Graham.
--¡No tumbes la puerta!
Escucho sus respiraciones agitadas.
--¿Cassidy?Pregunta Alex--¿Qué pasó?
--Yo… Chicos… --Entonces recuerdo en dónde las dejé--¡Alex! Tú fuiste a rescatar las cosas de mi habitación, ¿Verdad?
--Eh, sí… ¿Por qué?
--El buró enseguida de la cama de en medio. ¿Se quemó? ¿Por completo? ¿Lograste rescatar algo?
--No. Es la cama que más daño sufrió… ¡Mierda! ¿Dónde estás? Sabes qué, vamos por ti. ¿Estás sola, verdad? Claro que estás sola. Sólo… mantente alejada de un posible incendio, ¿Vale?
“¿Mantente alejada de un posible incendio?”.
Pffff
Bueno, si lo pensamos bien, las posibilidades son de…
--¿Cassidy?
--Me voy a bañar y luego los encuentro en el taller, ¿De acuerdo?
Graham habla una última vez antes de que yo cuelgue el teléfono:
--Espera, las pastillas… Cassidy, ¿Tú…?
Me levanto rápido y me tropiezo con las mantas, buscando mi ropa.



                                                                             




Cuando llego ahí, ellos ya están dentro del taller, esperándome. Me miran cuando llego ahí.
--BuenoComienzo, llevando las manos a mi collarLas cosas van así: Las pastillas se perdieron en el incendio y solo queda una en existencia. Esta. ¿Están seguros de que es una buena idea?
 Ambos me miran.
--¿Qué?Pregunta Alex.
--¿Y las de Vivian?
--Junto con las de  Isabel. Ardieron.
Ambos miran la pastilla en mi mano.
--Yo lo hagoDice Graham.
--No, hombre, está bien. Yo lo hago. Ustedes dos tomen notas. Pero si empiezo a ver elefantes rosas y a decir cosas raras, pónganme una cinta en la boca. No quieren escuchar lo que pueda salir.
Graham niega.
--Lo hago yo. No quiero tener que lidiar con tus asuntos pervertidos.
Ellos se ponen en una discusión de quién lo hace y parece que no tienen planes de detenerse.
--Chicos, yo lo hagoMe ofrezco.
Se detienen de repente y me miran. Sus bocas se coordinan en un desagradablemente perfecto:
--No.
--Oh, vamos, chicos. ¿Qué me puede pasar?
--No lo sabemos, no queremos averiguarloDice Alex.
--Concuerdo con el chico aquí. No hay manera de que te dejemos hacer esto.
--Están siendo simplemente sobreprotectores. No hay ninguna diferencia entre si lo hago yo o ustedes.
Me miran una última vez y se ponen a discutir de nuevo, ignorándome olímpicamente. Me rindo y me siento en una mecedora nueva realmente bonita, de madera oscura tallada con unas flores muy precisas. Es perfecta.
Me quedo ahí cinco minutos esperando a que decidan cuando digo, “Qué demonios”. Deslizo la pastilla por mi boca y trago en seco. Toso un poco, pero logro pasarla.
Ellos me miran.
--¿Qué hiciste?Se acerca Alex con cara de terror.
--¿Por qué has hecho eso? ¡Te hemos dicho que no! ¿Es que no escuchas nada de lo que te dicen? Niña terca e imprudente. ¿Qué tal si tiene daños colaterales? ¿Qué tal si, no sé, pierdes tu vista o un brazo?Sigue Graham.
--¡Estaban diciendo que probablemente sea un dulce!
--¡Es lo que estábamos esperando! ¡Eres tan… Eres…! ¡Ni siquiera puedo encontrar las palabras! Gruñe Alex.
Murmuro unas palabras anti sonantes por lo bajo y me recargo en el respaldo de la mecedora.
--BienFarfulla Alex en bajoLa pastilla te hará efecto en diez segundos… O sea, ya. Quédate ahí.
Alex se sienta en una mesa y Graham que queda a su lado, recargado contra ella con sus brazos cruzados, algo que se le está haciendo costumbre.
--No siento nadaInformo.
--No tardaráAsegura Alex.
Balanceo mis pies como una niña pequeña y espero cerca de cinco minuto para decir con decepción:
--Supongo que mi teoría de Vivian e Isabel metiéndose en algo no estaba bien. Tienes razón, Alex. A lo mejor es un dulce.
--¿Te supo dulce cuando te lo metiste a la boca?Pregunta Graham.
--No me supo a nadaFrunzo el ceñoChicos, creo que esto fue una pérdida de tiempo. ¿Qué tal si damos este día por acabado y nos vamos? Cora y yo íbamos a intentar persuadir a Tash para ver Bones desde la primera temporada y yo…
  Un dolor agudo nace en mi cabeza y me hace estremecer.
Entonces ellos están de repente ahí en cuclillas enfrente de la mecedora, mientras yo sostengo mi cabeza en mis manos.
--¿Estás bien, Cassidy? ¿Cassidy?Repiten, una  y otra vez.
Casi no los oigo; El pinchazo de dolor palpita en mi cerebro y siento mis manos y piernas entumidas. Entonces mi vista se empieza a nublar y mi cabeza empieza a pesar. Estoy durmiéndome. O desmayándome. El punto es que voy a estar fuera por un tiempo.
  Aún los escucho, solo que no puedo abrir mi ojos… Hasta que sus palabras se van deslizando lentamente fuera de mi mente.
Eso no es lo peor de todo. Ni de cerca.
Nop.
Lo peor es cuando en vez de oír sus voces y sentir sus manos en las mías o en mi mejilla, sosteniéndome, queriendo que vuelva, escucho otras voces.
No de Graham o Alex. No de un lugar real.
Aunque así es como se siente. Lo juro. Puedo escuchar nuevas voces, sólo que no puedo distinguir lo que dicen, puedo oler el olor a cigarro impregnando la ropa de alguien. Quizá es de la persona dueña de las manos que siento acariciando mi cara. De la persona que tiene mi cabeza apoyada en su regazo y me canta. Las palabras suenan ahogadas y retorcidas así que no puedo entender.
La escena, a pesar de que no puedo ver nada, me resulta tan familiar. Pero no me termina de llegar hasta que esa persona deja de acariciar mi rostro y me da un beso en la frente.
   Un jodido beso en la frente como en mi jodido sueño.
El pánico crece en mí y siento mis lloriqueos en mi garganta, pero no puedo oírlos. Sigo en el trance.
Esa persona toma mi cabeza en sus manos y se aparta, dejándome en el suelo. Unos segundos después, unas manos más grandes me toman sin delicadeza y me levanta.
 Se siente tan real.
Se siente como un recuerdo.
Mis sollozos crecen en mi pecho. Quiero que esa persona que me carga deje de hacerlo, quiero que deje de tocarme, quiero que aparte sus manos de mí. ¿Qué va a hacerme?
Chillo, pero nada cambia. Hasta unos segundos después, cuando siento que sus manos se desintegran, cuando siento cómo se desvanecen de mi piel. Los murmullos se han detenido, el olor de cigarro ha cesado.
  Sin embargo no ha terminado.
Ésta vez puedo oír las voces un poco más claras, pero de nuevo no puedo abrir mis ojos y no puedo moverme. Creo que estoy dormida, o desmayada. Distingo palabras. Las pongo juntas.
--Ella… Tus padres… en el sillón?
--Responde alguien más, y por otro momento, no puedo escuchar nada ni sentir nada más que la pesadez del sueño--…a sospechar nada… Tienes que mantener la boca cerrada acerca de esta noche…
--…recuerda?
--…lo hará?
Hay otro silencio.
--Me ocuparé de ello.
Entonces escucho a alguien más hablar, sólo que suena más lejos y no puedo distinguir palabras. Siento sus manos de nuevo, y sé que me retuerzo. Siento a mi cerebro diciéndole a mi cuerpo que lo haga. Sé que ha sido así, pero, cuando esa persona me toma de nuevo en sus brazos y me carga, yo estoy quieta. Estoy desvaneciéndome lentamente.
  Es como la escena de una película. Sólo que sin visión. Y todo demasiado real.
Y es como…
Chillo de nuevo.
Es un jodido recuerdo. No es una alucinación. No es una escena. Estoy…
 Estoy recordando.




                                                                  





Pasa un tiempo horriblemente largo sintiendo cosas, oliendo cosas, escuchando cosas.
Cosas que sé que no son reales. O lo fueron, hace mucho tiempo. Es sólo que no puedo recordarlo. No puedo recordar ese día, no puedo recordar con quién estaba, qué tenía puesto, a dónde fui, por qué estaban tocándome, de qué estaban hablando.
  No puedo.
Sin embargo, sé que están ahí, y mientras más pasa el tiempo, más me voy convenciendo que son cosas que realmente pasaron.
 Tal vez Vivian e Isabel en verdad se metieron en algo con esto. No sé qué es esta pastilla, y no sé cómo ellas podrían meterse en algo por esto. Pero sé que es algo.
Algo que no está bien.
  Lentamente todas las palabras se desvanecen y las manos abandonan mi piel. Siento otras cosas mientras la niebla en mi mente se disipa, cosas que esta vez sé que son reales. Sé que estoy volviendo.
Siento como alguien me acuna en sus brazos y mi cabeza cae en su cuello mientras maldigo mentalmente a Isabel.
La odio tanto.
Por hacer todas las cosas que me ha hecho…
..Por hacer que yo haya hecho todas esas cosas a mí misma.
La odio porque yo lo hice.
La odio.
--¿Cassidy?La voz de Alex suena clara arriba de mí.
Abro los ojos y miro hacia atrás para verlo mirándome, apretando sus brazos alrededor de mí. Miro hacia mi mano, que ha sido apretada por Graham, sentado en el suelo a nuestro lado luciendo totalmente aliviado.
 Alex también deja sacar un suspiro de alivio.
--Te odio tantoSe queja con un suspiro, escondiendo la cara en mi cabello, aún apretándome fuerte contra él.
No supone un problema para mí. Me gusta que me sostenga así.
Sonrío un poco.
--Okey.
Graham se levanta y pasa nerviosamente los dedos por su cabello.
--Tú… Eres… ¿Sabes el susto que nos acabas de dar? ¿Sabes que pensé que ibas a morir? ¡Pensé que era el fin! ¡Pensé…! ¡Pensamos…!
Él cierra los ojos fuerte y se cruza de brazos, caminando hacia atrás y hacia adelante.
--Lo siento, chicos.
Graham me envía una mirada sucia y entonces Alex afloja los brazos sobre mí, dejándome ir. Me separo a regañadientes.
Graham deja de descargar su odio en miradas y me da la mano para ayudarme a levantarme. Sus brazos me rodean en un abrazo apretado después.
--¿Qué te ha pasado? ¿Te duele algo? No parabas de gritar.
Niego.
--No… Yo…
Ellos dos me miran, esperando.
--Escuché voces. Yo…
--¿Alucinaste?Pregunta Alex, y luego se dirige hacia a GrahamEntonces ella estaba en lo correcto.
--Pero eso no explica el dolor.
--Bueno, tal vez pudo ser alguna sustancia que atacara sus nervios y…
--¡Chicos!Los detengo, ya que están completamente ignorándomeChicos, no sentí ningún dolor. Y no tuve alucinaciones.
 Sus ojos muestran las interrogantes. Veo más atrás de ellos, sin mirar nada en especial.
--Fue un recuerdo. Estaba recordando. Lo sé. Y yo… Todo estaba tan claro, chicos. Todo era tan real. Estaba ahí y podía oler y sentir todo… Pero las voces… Yo estaba inconsciente y no lograba mantenerme despierta, pero podía escucharlas hablar. Eran dos personas y…
  Y creo haberlas reconocido, pero no sé.
No puedo recordar.
Es como un rompecabezas en mi mente, y me falta solo una pieza que no puedo encontrar…
--¿Un recuerdo?Ellos hacen eco de mis palabras.
Empiezan hablar de cómo eso es imposible en la medicación, en cómo sólo una persona puede recordar por medio del hipnotismo. Ellos simplemente empiezan a hablar: Las palabras se deslizan de sus labios y las interrogantes se quedan colgando en aire, totalmente ignorando el hecho de que necesito que se callen porque casi obtengo la última pieza del rompecabezas.
Esa voz…  “Yo me ocuparé de ello”.
Yo la conozco.
--IsabelDigo en voz alta.
Ellos se detienen en seco y me miran.
--¿Isabel?Pregunta Alex.
Casi me da miedo mirarlos a los ojos mientras las palabras salen de mi boca:
--Era ella. Ella estaba en mi recuerdoMe encojo de hombros un poco frustradaPero no puedo recordarlo.





                                                                   





Después de explicarle a los chicos, finalmente me dejan ir a mi habitación y yo arrastro los pies, cansada.
En esto mi celular suena.
--¿Hola?Respondo después de ver el identificador: David.
--Hola, cariño.
Él está empezando a hacer esas cosas y yo he decidido simplemente no pelear más con él. Sólo lo dejo. Que se feliz.
--Hola, tío David. ¿Qué pasa?
--Humm… ¿Todavía vienes a casa el fin de semana?
Frunzo el ceño, caminando por el campus.
--Claro. Nunca he dicho otra cosa. ¿Por qué?
--Yo… Pensé que podrías quedarte con alguna amiga el fin de semana.
Me detengo en seco.
--¿Por qué?
Suspira del otro lado de la línea y hace una pausa antes de responderme.
--Tengo algo que decirte.
--Bien. Dímelo.
--Tu madre ha vuelto a casa.



                                                                 




Cuando vuelvo a la habitación, lo único en lo que pienso en cuanto abro la puerta es en quitarme los zapatos y no saber nada más por hoy. Al final obtengo lo que quiero, excepto que no de la manera en la que me imaginaba, porque cuando llego ahí, Tash y Cora están en mi cama con comida chatarra y puedo ver claramente que en el ordenador hay un episodio de Pretty Little Liars.
Cora me mira y sonríe, haciendo mi día:
--Ya sabemos quién es A.


--Sthep Stronger.

2 comentarios:

  1. Yo tambien quiero saber quien es -A!!! A no ser q te refieras a Ezra, eso me mato...

    Y lo que ha recordado, a lo mejor te parece estupida mi pregunta pero... ¿ella estaba en el accidente?

    Y, ¿las pastillas que eran para Cassidy? Y tambien ¿¡¿Porqué Graham y Alex son tan condenadamente monos?!?!

    Beshitos <3

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  2. Me refiero a Ezra xD
    Nop, tú pregunta no es estúpida, pero no puedo decirte porque eso ya viene en los próximos caps. Tampoco puedo decir nada sobre las pastillas. Y con lo último... Porque estoy sola y yo quisiera tenerlos a los dos xD
    Besitos :)

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