miércoles, 20 de marzo de 2013

The Bet. Outtake: The woman of the winter schedule.


Él miraba a la bella joven vestida en un hermoso vestido blanco que caminaba hacia él con una gran sonrisa. Sus hermosos ojos azules brillaban de puro amor y felicidad.
Él muchacho se arregló su corbata de nervios, y cuando por fin le bella chica estuvo a su lado, él la tomó de la mano, apretándola suavemente.
-¿Estás nervioso? - preguntó Lilly.
-Claro que no, estoy algo emocionado. - respondió Max. - ¿Tu lo estás? - preguntó mirando los dulces ojos de su joven casi esposa.
-No, solo trato de recordar los votos...- bromeó.
Ambos sonrieron.
Lilly estaba consiente de que casarse a los 18 años no era lo mas inteligente que había, pero simplemente quería estar atada a Max para toda la vida. Lo amaba con cuerpo y alma, ella estaba segura que estaba preparada para esto.
En cambio Max tenía miedo. No por tener a Lilly  24/7, si no que no se sentía preparado psicologícamente, realmente quería seguir estudiando en la universidad y hacer las típicas cosas que un universitario hace. Pero ahora tendría que comprar casa, estudiar y buscar un buen trabajo. Pero aún así, amaba con todo su corazón a Lilly y sabía que esto funcionaría, ya que había estado funcionando desde los 14 años.
Había llegado la parte de los votos, en la que Max tenía que hablar.
No había preparado sus votos, ya que si se los memorizaba hubiera hecho un desastre.
Miró la sortija dorada en su mano, y le dio vueltas con un dedo, en gesto de nerviosismo.
-Desde el momento en el que miré tus preciosos ojos azules, supe que eras tú la indicada. Amo la forma en la que mueves tu cabello hacia atrás cuando éstas nerviosa, amo la forma en la que sonríes cuando algo te da ternura, amo el brillo de tus ojos cuando estás feliz, simplemente amo todo de ti, todos tus defectos, todas tus virtudes. Me comprometo a estar contigo en todos tus momentos felices, y todos tus momentos tristes, prometo serte fiel sobre todas las cosas, y prometo amarte y respetarte hasta el fin de mi existencia.
Los ojos de Lilly ya estaban inundados de lágrimas, ella intentó enjuagarlas, pero una lágrima salió. Max la atrapó en el comienzo de los pómulos. Los invitados exclamaron un pequeño "Aw"
Max tomó la mano de Lilly y puso la sortija en su dedo anular.
- La primera vez que me besaste, hubo esa conexión, ya sabes, las mariposas y esas cosas, y no lo sé, nunca llegué a pensar en que me casaría tan pronto contigo, por que sabía que nos casaríamos- se rió- pero no tan pronto, pero ahora que estoy parada enfrente de ti, me siento preparada para ésto. Te amo con toda mi alma, y nunca te dejaré ir.- lo miró por un segundo fijamente.- lo digo enserio. Me siento la mujer mas feliz del mundo, y la mas afortunada, también, al tenerte a ti... Lo sé por que puedo hablar contigo como amigos, pelear como enemigos, tontear como mejores amigos y amarnos como si no hubiera un mañana.
Mi voto estará contigo siempre. Cuando caigas te levantaré, cuando llores te confortaré, cuando rías compartiré contigo tu gozo. Todo lo que soy, y todo lo que tengo es tuyo, desde este momento, hasta la eternidad.
Lilly tomó la mano de Max y deslizó la sortija, quedando así, unidos para siempre.

1 año después. 
Esto claramente ya no estaba funcionando.
Eso era relamente visible, ya que todos los días había peleas, por cualquier cosa. No era agradable llegar a casa, cuando estaba Lilly esperando con una queja.
Max se sentía frustrado.
Trabajaba medio turno en McDonald's y estudiaba. Todo era demasiado estresante, ya que Lilly pretendía seguir viviendo como vivía con sus padres, con grandes lujos, cuando la realidad era que vivían en un pequeño estudio viviendo del sueldo de 100 dolares al mes.
-Si tanto odias vivir aquí, con lo poco que tenemos, te puedes ir yendo. - gritó Max.
Lilly estaba hecha un mar de lágrimas.
-¡Ese no es el problema!
-¿Cuál en entonces?
-No congeniamos, no puedo estar contigo, no te soporto. - murmuró deshecha
Max suspiró frustrado.
-¿Es por que soy pobre, verdad? Por que si es así, no durará mucho esta situación, terminaré mis estudios y tendré un trabajo mejor. Mírame, intento que esto funcione, hazlo tu también, por favor.
Lilly no sabía que pensar, estaba confundida.
Decidió dejar a lado los pensamientos negativos, y lo abrazó.
Max acarició el cabello rubio de Lilly suavemente, como él recordaba que a ella le gustaba.
-Te quiero.- se dijeron al mismo tiempo.
Pero ya no era un te amo, como lo fue en un principio.

Un día, Max estando en la Universidad tratando de buscar a Lilly, se encontró con una bella chica de cabello castaño y ojos cafés. Era extremadamente linda, aún con sus lentes intelectuales.
Ella traía una carga excesiva de libros en sus manos, por lo que decidió ayudarla. Lilly podía esperar, total, ella traía las llaves de casa.
-¿Te ayudo? - le preguntó con cierta coquetería en su voz.
Ella lo miró y se ruborizó.
-Ahhh, si. - dijo y le dio unos cuantos libros.
-¿Cómo te llamas? - preguntó, después de caminar varios metros.
-Janice Adams, ¿tú?
-Max... Max Loughty
-Mucho gusto Max. - sonrió.
Agarró sus lentes y los guardó en su bolsillo, dejando ver mejor sus espléndidos ojos.
-¿Dónde estudias, que llevas tantos libros?
-Literatura.- dijo como si fuera obvio.
-Oh, que bien... Yo estudio arquitectura... ¿Por qué no te había visto por aquí antes?
-En primer lugar, me la llevo en la biblioteca. Y yo siempre paso por aquí, el campus es inmenso, así que nunca coincidimos. - sonrió.- Pero ahora que te he conocido, bueno, pasaré mas por aquí rogando verte.
-Creo que deberíamos quedar algún día, ¿no?, ya sabes ir a tomar un café o algo así.
-Oh, claro. Solo dime cuando
Max repasó mentalmente los horarios de Lilly tratando de que ella no sospechara nada.
-Que dices de el viernes próximo a las 9 en el bar del campus?
-Me parece estupendo, nos vemos, entonces. - tomó los libros de mis manos y caminó hacia la biblioteca.
Volteó a verme y sonrió dulcemente, susurró un adiós. Max, que la veía sacudió su mano e hizo lo mismo.
Cuando regresó a casa, encontró a Lilly preparando algo que olía delicioso.
La abrazó por la cintura y le dio un beso en la mejilla.
-Huele delicioso.
Ella rió dulcemente.
-Hola. - saludó.- ¿Cómo te fue hoy?
-Bien, muy bien. ¿Y a ti?
-Se podría decir que bien... - suspiró y siguió picando verdura.
Max fue a su cuarto y tomó su uniforme de color rojo y amarillo, para ir a trabajar después de comer.
Él se sentía algo mal por haber quedado con una chica, cuando el ya estaba casado, pero simplemente estaba cansado de todo esto, solo quería despejarse.

Llegó el viernes por la noche, Max ya estaba vestido casualemente sentado en una silla enfrente de la barra.. Ya había pedido una cerveza, con la ayuda de un amigo que trabajaba ahí.
Janice llegó puntual, vistiendo un bonito vestido color verde con un saco, ya que afuera hacía mucho frío, ya que era pleno invierno.
-Hola. - saludó Max
-Hola, Max.
-¿Quieres algo de tomar?- preguntó.
-Una piña colada, por favor.
La noche transcurrió sin más, hablando sobre sus vidas, sus gustos y temas al azar.
Janice no era de Chicago, si no de New Jersey, pero había tenido que mudarse por que esta había sido la universidad que había podido pagar, le contó que la habían escogido en Darthmouth y Harvard, pero eran carísimas, y no podía pagarlas, ni aunque tuviera beca. Su color favorito era el rojo, le gustaban las obras de Jane Austen, no tenía novio y solo quería una relación que no fuera tan formal, si no liberal.
Después de mas de 6 copas/cervezas de los dos, terminaron en la casa de Janice, enrollándose.
Ésa había sido la primera vez que había engañado a Lilly.
Ahora el "prometo serte fiel sobre todas las cosas", ya no valía. La había traicionado lindo y bonito.
Max había estado saliendo con Janice durante 2 años, hasta que ella encontró a Ruben, con quien al poco tiempo se casó.
Ni Lilly, ni Janice se enteraron de la existencia de la otra, hasta que Lilly contestó el teléfono de Max, y vio que era Janice, ahí fue cuando Lilly comenzó a sospechar.
Un mes después de la boda de Janice y Ruben, Janice y Max se volvieron a ver, terminando en un hotel de mala muerte, alegando que esta sería la última vez.
Un día, al comienzo de la Primavera, Lilly llegó nerviosa y muy rara.
-Dime de una vez que pasa, carajo. - dijo Max desesperado.
Lilly tragó gordo.
-Estoy embrazada.
Ésas dos palabras hicieron eco en la mente de Max, por un momento no supo reaccionar, pero después de dio cuenta que tendría a una personita igual a él, se emocionó y cargó a Lilly llenándola de besos.
Ella lo alejó.
-Sé lo que tienes con Janice. - dijo con los ojos húmedos. - Quiero tener a éste bebé yo sola. Quiero el divorcio, Max.
Él la miró en shock.
Ella prosiguió.
-Estoy consiente que esto ya era un asco de relación, pero yo hacía lo posible por mejorar todo esto.- ella se limpió las lágrimas. - Ahora veo que los votos en nuestra boda, o por lo menos los tuyos, eran solo palabras vacías, me traicionaste. No puedo seguir viviendo así.
-Pero, podemos hacerlo por el bebé, ahora está una personita ahí dentro de ti. Quiero que crezca con sus 2 papás a su lado, por favor, hay que hacerlo. Y te pido disculpas, se que lo que hice fue algo inmoral, algo estúpido, me siento mal por ello.
Max limpió las lágrimas que comenzaban a caer sobre su rostro.
-Lo haré. Solo por el bebé. - dijo Lilly después de un largo rato.
Él la intentó besar, pero Lilly lo apartó.
-No puedo, Max. - se excusó.
-Lo entiendo.
Ahora las cosas estaban cayendo. Lentamente.
 2 semanas después, le llegó un mensaje de Lilly, diciéndole que lo quería ver en una cafetería en 10 minutos.
Cuando los 2 estaban sentados uno frente al otro, Janice suspiró.
-Estoy embarazada.
Las entrañas de Max se hicieron pequeñísimas, sentía una gran presión en el pecho. Esto no podía ser posible.
-¿Estás segura que es mío? - preguntó nervioso.
-Según mi ginecólogo dice que ésa cosa que está en mi vientre, tiene 4 malditos meses ahí. Me dí cuenta hace un mes, hice cuentas, y hace 4 meses no estaba casada con Ruben, y sí, tuvimos algo. Así que, felicidades eres papá.
-¿Te vas a separar de Ruben? - le preguntó con nerviosismo.
-Claro que no, lo amo con toda mi alma. Solo te digo que tienes una hija conmigo, pero tu apellido no estará en su nombre. Ruben no se tiene que enterar, es un buen hombre.
-¿Me estás diciendo que tengo una hija que legalmente no será mía?
-Exacto. Creí que necesitabas saber. Ah, y mañana me voy de aquí con Ruben.
-Diablos... ¿A dónde te vas? ¿Me dejarás sin ver a ésa criatura?
-A New York y, será mejor que te mantengas alejado, éste bebé no puede saber que eres su padre. - se paró y dejó un billete en la mesa.- Hasta luego, Max.
Iba a ser papá de 2 bebés, un bebé que estaría con él y otro que ni siquiera iba a saber de él.
Esto era tan jodidamente feo. Feo como una rana atropellada. O quizás todavía mas feo.
Janice, que había sido tierna y dulce al principio, ahora me ha quitado a un pequeño bebé de mi lado... Eso es cruel y egoísta.

El día del parto de Lilly fue un asco, un terror, había sido el infierno.
Ése 27 de mayo había sido de locos.
Lilly me había gritado, golpeado y maltratado, todo mientras trataba de dar a luz.
Los doctores estaban desesperados, ya que sus gritos se escuchaban por todo el hospital, alertando a los demás pacientes.
-¡Sáquenme a esta bebé de aquí! - gritó a todo pulmón.
Y así estuvo.
Después de 19 horas de gritos y golpes, dio a luz a una pequeña y hermosa niña, llamada Brenda.
Él la cargó, y sintió extraño cuando comenzó a moverse. Max empezó a observar que tenía los ojos de su madre, era rubia como ella. Brenda era igual a su mamá.
Max la abrazó demasiado fuerte, ya que no pudo contener la ternura, y comenzó a llorar. El sonrió, y se la entregó a Lilly, que la pedía a gritos.
Cuando se sentó afuera del cuarto, pensó en como estaría su otro bebé, por que ya debía de haber nacido, Janice tenía 2 meses mas que Lilly, por lo que ése bebé ya debía estar grande.
Un año después, exactamente un 14 de marzo, Janice llamó.
-Hola. Tuve una linda niña llamada Victoria, hace un año... Hoy cumpleaños. Te mandaré una foto de ella cada año, comenzando con la de ahora. Espero que estés bien. Adiós. - colgó.
Apenas había podido hablar con ella, o mas bien, no habló con ella. Pero le daba la satisfacción de saber sobre la niña. Victoria... Max se preguntaba como sería, si se parecería mas a ella o a él.
A los pocos días, le llegó una carta, con una foto de la niña en ella.
Sus ojos eran verdes, tal y como los de él, se sentía feliz ya que por lo menos había algo de él en ella.
En sí, Victoria era igual a Janice, a excepción de su nariz y sus grandes ojos.
Comparó a Victoria con Brenda y miró un cierto parecido en la expresión de los ojos.
Ahora, cada año recibía una foto de Victoria, cada vez mas grande, hasta que cumplió los 7 años.
Ya no hubo mas fotos. Poco mas tarde, Lilly se enteró de Victoria, y terminó gritándolo, haciendo que Brenda se extrañara y preguntara por ésa Victoria. Lilly le enseñó la última foto que había recibido, y yo sintiéndome un asco, empaqué mis cosas y me fui sin decir nada.
No se había quitado de la cabeza la carita de Brenda al verlo empacar furioso, ella preguntaba una y otra vez que quería ir con él, hasta había llorado al verlo irse en su carro.
De ahí en adelante, llamaba a Brenda todos los meses, siempre, sin excepciones, hasta que lo dejó de hacer, ¿por qué? él ya había encontrado un nuevo trabajo y consumía mucho de su tiempo.
Un día, el se enteró que Lilly había abandonado a Brenda, para irse a hacer una vida nueva, Max tampoco hizo nada, supo que ella se quedaba con una Nana y lo dejó por la paz, hasta que Lilly regresó.
No había sabido mucho de ellas dos, pero no quería acercarse a ellas, ya que se sentía estúpido por haberse ido así.
Cuando Max viajó a New York, logró encontrar la casa de Janice, pero no miró a Victoria, si no de lejos y ella ni siquiera lo había captado, ya que traía auriculares y veía la tv.
Janice dijo que no tenía caso que le siguiera mandando fotos, ya que era tonto, y además Victoria se había vuelto rebelde, y no dejaba tomarse fotos.
Ése día, regresó a California, cabizbajo.
Ahora su vida se había convertido en una total mierda.

Había ido a Chicago, por primera vez desde hacía 10 años.
Lilly había abandonado a Brenda otra vez, pero ella ya se había hecho mas fuerte. Ya no requería a sus padres.
Un día, fue por Brenda a la escuela, intentando sorprenderla, pero la sorpresa fue suya, cuando escuchó unos chicos que había una pelea de chicas, protagonizada por Brenda y otra chica, cuando llegué ahí, la miré que le gritaba a una chica pelo azul, y la otra chica le gritaba cosas todavía mas feas.
Cuando miró a la cara a la chica pelo azul, miró en ellos mis ojos y mi nariz. Tenía la misma chispa que Janice, y si no hubiera sido por el cabello azul, hubiera sido igual a ella.
Estaba seguro que era Victoria, su Victoria.
Hasta que lo confirmó. Un chico dijo que apostaba por Vicky Canterbury, y ahí fue donde todo cuadró, ya que Ruben se apellidaba así.
Les gritó que pararan, ya que no era posible que sus 2 bebés estuvieran peleándose a muerte.
Perdió la paciencia.
-No es posible que 2 hermanas se estén pelando! - gritó.

20 minutos después, las tenía a las 2 sentadas en una mesa de la cafetería de Costco, mientras les contaba toda la historia.
-Liz. 

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