martes, 29 de enero de 2013

The Bet. Capítulo 12.


#57                                                                                             #APOV
Doyle escupió las palomitas al oír lo que le había dicho.
-Oye hermano, ¿no crees que es demasiado pronto?
-Por supuesto que no, hace unos días cuando la besé, noté que estaba enamorada de mí... Creo que lo estoy haciendo bien.
Tomó la palomita que hacía un momento había escupido y se la llevó a la boca.
-Como sea...¿Qué tal si salimos hoy en la noche?
Tomé un puñado de los dulces sabor cajeta y me los llevé a la boca.
-¿A dónde? - dije con la boca llena.
En eso, llegó Vicky con una blusa negra con botones, una falda de tubo roja y una especie de delantal en el hombro... Se miraba agotada y nos miró con furia.
No nos habló ni nada, solo subió a su piso y cerró la puerta con rabia.
-Y a esta que le pasa? - pregunté.
Como yo siempre estaba en casa de Doyle, significaba que miraba a Vicky todos los días... La trataba igual que a mis amigos.
-Ni idea, está loca.... Ya bajará.
Ignoramos a Vicky y nos pusimos a jugar un videojuego que consistía en matar a zombies mientras tomabas sus extraños utensilios para matarte.
15 minutos después, Vicky bajó y se puso en frente de la televisión.
Yo puse los ojos en blanco y Doyle le tiró un cojín.
Cuando ella se cruzó de brazos noté que traía unos pantalones cortos demasiados desgastados y una blusa negra de mangas largas, que le llegaba al ombligo y decía con letras mayúsculas blancas "FUCK YOU".
-De que andes en tus malditos días, no es nuestra jodida culpa, Victoria.
Cuando Doyle le dijo éso yo acababa de tomar soda y estuve a punto de ahogarme.
Vicky se ruborizó levemente pero eso no la hizo cambiar de postura.
-¿SABES CUAL SI ES SU CULPA? ¡NO FUISTE POR MÍ AL TRABAJO!- Gritó con rabia.
Doyle y yo nos miramos.
-Ok, se nos olvidó...¿Pero cuál es el problema?
Vicky no se relajó y se enrabió mucho mas de lo que estaba.
-¿El problema? No tenía ni 2 jodidos pavos! ¿Y sabes qué pasó?
Doyle sacudió la cabeza dando la negativa.
-El taxista me manoseo, con en fin de que fuera gratis el viaje.
Me encogí de hombros.
-Quien fuera taxista,para aprovechar la situación. - dije burlándome.
Sonó mi teléfono y rápido contesté para evitar que Vicky se me echara encima.
-Hola?
-Oye, umm..
-¿Brenda?
-Ehh, si.
-¿Qué pasa?
-Hay, no lo sé... Estoy confundida y no hemos hablado desde lo que pasó en el estacionamiento hace días y... Me siento estúpida diciéndote ésto. Ni siquiera sé por que llamé.
Me levanté del sillón y fui a la cocina para hablar con mas tranquilidad.
Me apoyé en la la estufa y la escuché respirar lentamente.
Como no dije nada ella suspiró.
-No puedo decirte nada por teléfono, me siento incómodo.- me reí para aligerar la situación-. ¿Quieres ir esta noche a cenar?
-¿Sería una cita? - preguntó divertida.
Ya extrañaba a la Brenda bromista y no a la insegura.
-Bueno, si te incomoda ir en plan de salientes, entonces no es una cita, pero si no te incomoda, pues... Ya sabes, es una cita.
Ella se rió levemente
-¿Salientes? Wow, pensé que me dirías éso en persona, pero ya que lo confiesas por aquí pues... Está bien, lo tomaré como una cita...
-Entonces es la primera cita, o cuenta la vez en la que fuimos al cine?
-No, la del cine claramente no fue una cita...
Sonreí
-Pero, ¿ir a cenar? ¿No se te hace algo aburrido?- dijo
Me encogí de hombros, aún sabiendo que ella no me vería.
-¿Entonces que planeas?
-No lo sé, sorprendeme.
-Está bien, ya se me ocurrirá algo... Paso por ti a las 8:00?
-¿Puedes ir por mí a la pizzería?
-Oh, claro. Nos vemos.
Y colgó.

#57                                                                                        #BPOV
Maïa había insistido en que llevara algún vestido para la ocasión, pero no me sentiría cómoda, sabía que no era mi estilo, así que saqué por primera vez mi maleta debajo de la cama de Maïa y revisé las pocas prendas que traía y las esparcí por la cama.
Me decidí por una musculosa verde musgo, una blazer de un tono mas abajo que la musculosa y complementé todo con un collar en forma de cupcake color dorado.
Me puse un pantalón negro y unos cómodos converse amarillos que me llegaban a los tobillos.
Me recogí el cabello en una cola de caballo alta y me puse un moño verde musgo.
-¿Quieres que te deje en la pizzería? - dijo Maïa cuando le hacía zapping a la tv.
-Por favor.
Tomé mi mochila y me la colgué en el hombro.

El reloj marcaban las 7:50 y yo ya estaba desesperada. El cliente me miró mal para luego seguir revisando el menú.
-¿Ya sabe lo que va a pedir? - dije por cuarta vez.
-Dame una pizza de M&M's y una gaseosa de fresa.
Anoté en el pequeño cuadernito y asentí.
-¿Algo más? - pregunté con amabilidad regalandole una de mis mas falsas sonrisas.
La puerta de la pizzeria sonaba cada vez que alguien entraba, así que cuando sonó la puerta, no dudé en voltear, y sentí que mi corazón se salía de mi pecho.
Andrew traía una chaqueta de cuero color negra, debajo de ésta traía una camiseta roja. Sus pantalones eran de mezclilla y le quedaban perfectamente.
Él me miró y yo sonreí tontamente
-Es todo, señorita.
Regresé la mirada al cliente y le dije que pronto le traerían su pedido.
Fui a la cocina , dejé el pedido, me quité el delantal negro y recogí mi mochila.
-Hasta mañana- dijo el cocinero.
Corrí hacia Andrew y le sonreí.
-¿Lista?
-Yeap.
Me abrió la puerta, y salí.
-Te ves hermosa.
Puse los ojos en blanco.
-No quieras quedar bien, Andrew.
Se puso enfrente de mí y me miró.
-No seas tan cerrada. Eres hermosa y se acabó ésta conversación.-Dijo para después regalarme una de ésas sonrisas torcidas que tanto amaba.
Me ruboricé y bajé la mirada disimuladamente.
Me tomó la mano y me llevó a su carro y me abrió la puerta del copiloto.
Cuando los 2 ya estuvimos dentro del carro, lo prendió y se puso en marcha.
Después de 10 minutos, me desesperé y lo miré.
-¿Me vas a secuestrar? - pregunté divertida.
El se rió y bajó un poco el volumen de su iPod.
 -Puede ser...
-No, enserio.. A donde vamos?
-Es sorpresa, te lo he dicho como 5 veces.... Ten un poco de paciencia.
Puse los ojos en blanco y asentí.
Andrew subió el volumen y se puso a cantar Use somebody de Kings of Leon.
Me reí, y también empecé a cantarla.
Cuando se acabó la canción acabamos riéndonos y no me percaté que Andrew había apagado el carro y hasta lo había estacionado.
Habia muchos colores y había un fuerte olor a palomitas de maíz.
¡OH POR DIOS! ¡ME HABÍA TRAÍDO A UNA FERIA!
Bajamos del carro y caminamos hacia la feria, donde había muchos pequeños corriendo con globos en forma de espadas. Me dió ternura.
Pasamos por un puesto que decía "Tira y gana".
Miré los premios, y me fascinó un panda gigante que estaba allí.
-Lo voy a ganar para tí.- dijo Andrew con cierto tono coqueto en la voz y pidió 3 tiros.
Tiró 1 y nada.
Tiró el segundo y falló por una milésima.
-¡Rayos!
Tomó el tercer y último tiro, se concentró y tiró.
Falló.
-¡PERO QUE DEMONIOS!
Yo me reí
Andrew pidió 3 tiros más, pero los tres los volvió a fallar.
-Hey, Andrew. Date por vencido...
-Pero yo quiero ganarlo.
Sonó como un pequeño en medio de una rabieta
Pagó 3 tiros más.
Yo puse los ojos en blanco y fui a por un helado.
Compré uno de fresa y limón, me resultó al principio algo asqueroso, pero extrañamente sabía rico.
Cuando llegué de nuevo junto a Andrew, miré que había fallado.
-¿Podemos ir a otro lugar, Andrew? - dije
 Andrew suspiró y asintió mirando feo al encargado del puesto.
Miré la montaña rusa, que se miraba asquerosamente terrible, y conduje a Andrew hacia allá.
-Oh por Dios, Brenda.
-¿Qué? Será divertido.
Entramos al carrito y nos amarraron para que estuviéramos seguros.
La montaña rusa, daba vueltas y nos dejaba de cabeza, miré a Andrew y el sonrió con nerviosismo.
Empezó a subir el carrito, y sentí el aire en mi cabello,
Andrew me abrazó con dulzura, y sentí la adrenalina corriendo por mis venas.
Llegamos a la cima y miré que todo lo que había abajo parecían homriguitas.
-No me gusta nada de esto. - confesó Andrew.
-Wow, pensé que eras un hombre que se respetaba... Ya sabes, mariscal de...- el carrito bajó violentamente y sentí que el corazón se me salía por la boca.
Andrew me apretó, yo levanté las manos y grité a todo pulmón.
Andrew se rió escandalosamente y empezó a gritar ¡WOOOOAH!
Cuando por fin paró el carrito, sentí que el alma me volvió al cuerpo.
Bajamos, y Andrew me propuso ir a comer algo.
Fuimos a un pequeño bar llamado "Snorkle House: la casa de los filetes asados"
-Brenda, pide la especialidad de la casa para mí. En un segundo regreso.
Me encogí de hombros.
-Está bien.
Me senté en una mesa rupestre y miré el menú.
Miré la especialidad de la casa que era:
Filete Snorkle : termino medio con pasas, chile y salsa de arándanos encima. 
Le hice cara fea, pero decidí pedirlo también.
No supe que bebida pedir para Andrew, así que pedí para los 2 un té de frambuesa.
Esperé una media hora, y me desesperé.
Llegaron nuestros platos y me crucé de brazos mirando la puerta.
De repente un panda gigante se posó delante de mis ojos.
Volteé hacia atrás y Andrew me sonrió tiernamente.
Me levanté de la silla, brinqué hacia él y lo besé, mientras lo abrazaba con mis manos en su cuello.
Me dieron ganas de llorar de tanta ternura que me causaba pensar en que gastó no se cuanto en tiros para ganarme el panda.
-No sabes lo mucho que te quiero, Brenda.
La sinceridad de sus palabras hicieron que mi corazón se parara por un segundo de felicidad.
El resto de la noche no las pasamos abrazados en la rueda de la fortuna, viendo las estrellas.
Abracé a mi panda y acurruqué mi cabeza en el pecho de Andrew.
Esta noche había sido fantástica. La mejor de mi vida.

                                                                                                                 ~LizzieG

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