lunes, 10 de marzo de 2014

Taken. Capítulo 10.

murder city
Taken. Capítulo 10. "Hecha de fuego, hecha de luz". (El punto es que es brillante)


En la mañana, cuando me despierto y bajo las escaleras, los Carrington están desayunando en el comedor como cualquier otro domingo, en pijamas. Dan está dormido en el sillón porque Maggie no lo dejó conducir porque era muy noche. Ronca. Río mientras entro en la habitación y me uno.
--Hola, Bella DurmienteDice Marcus.
Aún me pongo roja cuando él dice estas cosas.
--Incluso yo me levanté antes que túDice Ally, mordiendo su pan tostado.
--No te hagas. No has dormido nada, pude escucharte mensajeando desde mi cuartoLe dice Nina, apuntándole con el dedo.
--Dormí como dos horas, ¿Okey? Eso es algo.
Maggie le riñe por su falta de sueño y Marcus le besa el cabello e intenta calmar las aguas. Los veo ahí y pienso en las palabras de Aisslin anoche. Acerca del amor y de la familia siendo cosas completamente diferentes.
 No los amo. Apenas los conozco. No estoy segura de quererlos siquiera. Pero los estimo y les agradezco por intentar hacerme sentir en casa. Y si yo pudiera elegir amar a alguien, los elegiría a ellos.
Y en ese momento, mientras la luz de la mañana se filtra por la ventana, me doy finalmente cuenta de que esto no es temporal. Siento finalmente que es verdad que me voy a quedar aquí un largo tiempo. Y tengo tiempo. Sin ningún tipo de presión. Tengo tiempo para siquiera considerar si los amo. Tiempo para conocer las partes de ellos que me gustarán o no, para sentir amor.
Está bien no amarlos hoy.
Está bien sólo ser su amiga.
Cruzo los brazos bajo mi barbilla, recargándome en la mesa mientras los observo interactuar.
Y me aferro al pensamiento que no ha dejado de dar vueltas en mi cabeza. Una cosa que Aisslin me dijo.
“No es algo que puedas tomar, tiene que ser dado”.
La vida no tiene que ser tan mala nunca más. No tiene que ser oscura, no tengo que esconder memorias detrás de una puerta.
Tengo dos cosas que no sabía o no podía ver que tenía antes: Tengo tiempo y tengo esperanza.
Miro hacia Dan, acostado sobre el sillón en pijamas de Marcus que le quedan algo grandes.
Ambos compartimos algo. Algo muy especial. Algo que cambió todo en nuestras vidas, algo que nos hizo vivir de un punto diferente, sin miedo ni amargura y dolor. Algo cálido y brillante que nace dentro de nosotros que nos permite seguir adelante.
  Tenemos esperanza en que las personas pueden ser buenas.
Creemos en ellos.




                                                                     
 



Media hora después, estoy sentada en mi cama con las piernas cruzadas y hablando por celular con Jay, quién me dice que la palabra de la semana es “Simultaneo”. Él no está muy seguro en donde usar esa palabra así que hace pausas mientras habla, pensando en donde meter la palabra.
--Ni siquiera sé por qué tienes palabras por semana.
--A los chicos les gusta el cerebro, no sólo el cuerpo, ¿Sabías?
Ruedo los ojos.
--Eres bastante inteligente sin decir cosas como vástago o simultaneo. ¿Por qué estamos hablando de esto? Dejemos de hablar de esto. Tengo algo que contarteLe digo de un tirón.
--Dispara, nena.
--He dejado que me toquen.
Se queda en silencio del otro lado de la línea por un momento.
--¿Quiénes?
--Bueno, Nina y Ally, y Dan… y el amigo de mi amiga Aisslin. Su nombre es Nate.
--¡Me alegro por ti! ¿Pero por qué el cambio?
Me encojo de hombros, mirando hacia la ventana.
--Simplemente me he dado cuenta de cuan solitaria he sido, todos estos años. Es triste.
--Es lo que te he estado diciendo, Liv.
Me encojo de hombros.
--Supongo que simplemente no podía verlo. Yo…
Alguien toca a mi puerta. Es Dan, vestido con la pijama y entrecerrando los ojos por la luz del sol. Está todo despeinado y aún se ve guapo. Es tan injusto.
--Sé que no me conoceDice élPero si es Lauren dile que dije hola.
Sonrío hacia él.
--No es Lauren. Es Jay.
Levanta las cejas y se deja caer en mi cama.
--¿Quién es Jay?
Señalo hacia la foto en mi mesita de noche. Somos Jay y yo juntos en navidad, usando sweaters  a juego, color rojo con venaditos. En la foto yo tengo las orejas de reno y él la nariz roja. Estoy sonriendo a la cámara mientras él se inclina a darme un beso en la mejilla.
Dan frunce el ceño.
--¿Es tu novio?
Río.
--No.
Jay habla en la otra línea.
--¿Quién es ese?
--DanLe contesto.
--¿Dan, el chico no lo dices enserio, Dan? ¿Ese Dan?
--Sí. Deja de llamarlo así.
Dan levanta la ceja frente a mí.
--Dile que digo holaJay me diceY ni creas que no estoy enojado contigo por no enviarme ninguna foto de su trasero. ¿Qué clase de amiga eres?
Ruedo los ojos y me dirijo a Dan.
--Él dice hola.
Dan extiende la mano y me quita el celular. Luego se acuesta sobre la cama con el celular en la oreja y empieza a hablar fluidamente con Jay. Como si se conocieran de toda la vida.
Entonces empiezan a hablar de mí.
--¿Cuál es su color favorito?
--¿Y a ti qué te importa saber eso?Le digo, intentando quitarme el teléfono, pero rueda lejos de mí.
--Tú eres más cerrada que una lata de LecheraMe dice. Luego se despide de Jay y me pasa el teléfonoSomos tu familia y no sabemos ni qué sabor de helado te gusta.
--Bueno, literalmente tú no eres un Carrington.
--Tú sabes a lo que me refiero.
Me quedo mirándolo un momento.
--Me gusta la fresa.
Sonríe.
--Eso está mejor.
--Sabes, esto no tiene sentido. No tienen que saber todo de mí para ser mis amigos.
--Tal vez no todo, pero si algunas cosas. De eso es lo que se trata la amistad, Livie: De dar pequeñas partes de ti a diferentes personas. ¿Es que Jay no sabe nada de ti? ----Es diferente. Confío en Jay más que nada, como confío en Lauren. Ellos saben todo. Son mi familia. Pero mis amigos…
--Nosotros también tenemos que saber algo de ti. Quién eres. Con todas tus faltas y tus virtudes. Así es como aprendemos a querer a las personas.
 Lo miro un instante y seguido tomo una almohada. Le pego en el estómago y él ríe.
--¿Por qué tienes que tener razón? ¡Lo odio!
Ríe y me quita la almohada.
Entonces mira mi rostro una vez más y su sonrisa desaparece poco a poco.
--¿Qué? ¿Qué va mal?
--En verdad hay algo que siempre he querido preguntarte. Algo que todos se han preguntado, de hecho. Sólo tengo miedo de que te asustes y te alejes si te pregunto.
Me quedo sentada en a lado.
--Puedes preguntarme. Prometo que no me alejaré. Aunque a lo mejor no puedo darte la respuesta que quieres, tampoco.
Mira mi rostro y frunce los labios. Debatiéndose entre preguntármelo o no.
Se sienta en la cama y quedamos frente a frente.
--¿Te tocaron?
Ladeo la cabeza.
--Claro que sí. Es lo que tortura significa.
Sacude la cabeza.
--No. No me refería a eso. Quiero decir… sexualmente.
--Oh.
Espera mi respuesta. Descruzo las piernas porque están empezando a entumirse.
--No. No lo hicieronDigoSupongo que no era lo suficientemente bonita.
Mi intento de broma no hace efecto.
Dan deja caer sus hombros y exhala, como si hubiera estado sosteniendo su respiración.
--DiosDiceEsto nos ha estado matando durante el mes que llevas aquí. Tienes que decirle a tus padres, Liv. Se están volviendo locos, pero no quieren asustarte. Tienes que contarles.
No había pensado en esta posibilidad antes.
Asiento.
--Yo… les diré.
Dan pasa las manos por su cara y luego me mira.
--¿Quieres ir al cine o algo?
--Lo siento. Pero quedé de ir con Aisslin hace un rato. Van a tener una comida familiar y me invitó.
Levanta una ceja.
--Tess no estará.
--Eso ahora tiene más sentido.
Se levanta y camina hacia la puerta.
--¿Vienes?
Levanto el celular.
--Voy a llamar a Lauren. Bajo en unos minutos.
Asiente y se va. Marco a Lauren, escuchando los timbrazos cuando él se vuelve y dice, recargándose en  el marco de la puerta:
--Y me alegro por ti. Porque ya no estás sola. Por cierto, nos queda una fiesta más.
--Oh, vas a odiar la abstinencia.



                                                             




Bajo las escaleras y Dan ya se ha ido. Marcus tuvo una emergencia en el trabajo y tuvo que irse por unas horas, y no sé dónde están las chicas.
Mis hermanas.
Sabe tan extraño en mi boca aún.
 Maggie está ahí, con un delantal de cuadros rojos sobre su lindo vestido veraniego verde, haciendo pastelitos.
Siempre hornea algo. Hoy, son bollitos con chispas de chocolate y arándanos.
--¿Quieres ayuda?
Con el tiempo he dejado de ser tan formal, pero aun así es raro.
Muy bien, el ochenta por ciento de las cosas aún sigue siendo de lo más raro.
Ella alza la cabeza y sonríe, dejando de batir lo que sea que esté batiendo. Supongo que es la masa. La ayuda ha sido en parte por educación, pero por otra parte también ha sido porque estoy realmente intentando.
--Oh, claro, cariño. ¿Has cocinado antes?Me sonríe.
Voy a lavarme las manos en el fregadero y niego.
No sé la primera cosa de hornear.
--No, la verdad. No postres, pero soy bastante buena con comidas en general.
--¿Te enseñó Lauren?
Me río.
--No creo que Lauren pueda hervir agua correctamente. Es un desastre, pero tengo que decir que intentó muy duro.
--¿Qué tan difícil puede ser cocinar?
--No me refiero exactamente cocinar. Me refiero a que intentó ser el adulto cuando yo llegué. Intentó muy duro ser lo suficientemente buena y responsable para mí.
Sus cejas se arrugan con preocupación.
--¿No lo era?
--Oh, no. Lauren fue el perfecto adulto para mí. Me mandaba a dormir temprano y no me dejaba usar mucho maquillaje, o nada, de hecho. Se aseguraba de que hiciera mis tareas e iba a todas las reuniones escolares. Besaba mi cabeza cada noche antes de irme a dormir y se aseguraba de que no me quedase dormida hasta tarde. Pero era un desastre para cocinar y siempre olvidaba sacar la ropa de la lavadoraSuspiraDios, me pregunto cómo lo estará haciendo sin mí.
 Cuando lo miro, noto un destello de nostalgia y tristeza. Tal vez porque acabo de mencionar todas las cosas que no pudo hacer.
Estúpida. Estúpida.
Pero aquí está la cosa: Puedo repararlo.
No puedo reparar mi pasado. No puedo quitar el hecho de que he sido amenazada, asustada y dañada. No puedo recuperar las cosas que me perdí cuando estuve perdida en algún lugar allá afuera. No puedo repararlo para mí. Pero sí puedo hacerlo para ella. Y quiero hacerlo, porque puedo. Porque desearía que si alguien tuviera la oportunidad de cambiarlo para mí, que lo hiciera. Porque puede.
  Puedo hacer que sea menos doloroso.
Así que le ofrezco una sonrisa. Las comisuras de sus labios se levantan lentamente y hay un fuego en sus ojos que había notado antes, pero ahora es intenso y alumbra fuerte.
Amor.
Como el que veo en los ojos de Lauren cuando me mira.
Es tan brillante y tan ardiente que me golpea y me pone toda cálida en mi interior, pero de igual forma me congela en mi lugar, retándome a moverme.
 Nunca he tenido a tantas personas amándome, y eso es abrumador. No sé qué hacer con ello. Me hace querer llorar y reír histéricamente al mismo tiempo.
Ella sigue mirándome, y antes de que yo pueda realmente pensar en ello, doy tres pasos rápidos y me dejo caer contra su cuerpo, recargando mi cabeza sobre su pecho. Da un salto primero. Luego se queda congelada. Finalmente, envuelve sus brazos sobre mí y realmente empieza a reír y a llorar al mismo tiempo.
Río y lloro con ella.
Aprieta fuerte y no me deja ir.
Entonces escuchamos un ruido. Volteamos a la puerta y Marcus está mirando con la boca entreabierta. Ha dejado caer el maletín.
Maggie estira el brazo y en unos pasos está ahí, abrazándonos. Al cabo de unos momentos siento que mi piel empieza a picar y mi corazón se acelera, pero al demonio. Este es mi momento.
Después.
Sí, después.
--Ay. ¿Y qué hay de nosotras?
Volteamos para ver a Nina con lágrimas en los ojos y a Ally balanceándose de un lado a otro con una sonrisa perezosa.
Terminamos en un abrazo familiar y mi piel quema y pica más que nunca.
Hoy mis miedos e inseguridades pueden irse al infierno y mandarme una postal por lo que a mi respecta, esos pequeños bastardos que han arruinado mi vida.
Pienso en cómo me escondía. Antes de los Carrington. Pensaba que era una vida tranquila y a salvo, pero ahora me doy cuenta de que simplemente me estaba ocultando del mundo exterior. Ocultándome en una perfecta cajita de cristal.
  No estoy segura de querer volver, aunque estoy tan asustada.
 Siento que la ira va llenando mis venas lentamente, porque, ¿ sabes qué?
A la mierda.
He pasado por secuestro y tortura, y he sobrevivido; Tengo una vida relativamente normal con una cabeza relativamente tranquila. Pasé por el infierno descalza de ida y vuelta, y me quemé y sufrí, y aún sigo aquí.
Soy una luchadora.
Soy fuerte y al demonio. Estoy hecha de luz y no voy a dejar que me apague con su oscuridad. Soy fuego; Ardiendo y quemando, completamente furiosa y salvaje. Llena de esperanza. Soy malditamente Katniss Everdeen.
 ¿Mis miedos e inseguridades? Les estoy mentalmente parando el dedo. Ya he tenido suficiente dejando que tomen parte de mi vida. Esto es todo.
  Se acabó.
Se pueden ir al carajo y que nunca vuelvan.



-Sthep Stronger.

1 comentario: