viernes, 14 de septiembre de 2012

Mine, capítulo 41.


Mine, capítulo 41. "Egoísta".

Entrelazo mis dedos y miro mis uñas. Juego con mis manos un poco más, hasta que el teléfono deja de sonar. Echo la mirada en el identificador, aunque no es necesario, yo ya sé quién es.
  "Papá".
Ni siquiera se molestó mi madre en cambiar el apodo cuando éste se marchó. Creyó que yo estaría mejor si fingíamos que las cosas seguían bien. Mamá, de otra manera, hubiera puesto su nombre. Por mí, también hubiera cambiado el mote. De papá no tiene nada.
  Y luego viene el mensaje de voz detrás de los pitidos.
"Sé que estás ahí. No puedes ignorarme por siempre. Soy tu padre".
Me cruzo de brazos y me recargo sobre el sofá.
Ajá, cómo no.
  Y luego marca de nuevo.
Y luego lo hace otra vez.
Una vez más.
Dos veces sin dejar mensaje de voz. El único que había no era nada que no había escuchado antes.
 Paso las manos por mi cara mientras me encorvo y pongo los codos en mis rodillas.
Miro el reloj. 4.54. Mamá llegaría pronto.
  No le he dicho nada. Ni una sóla palabra. Pero nada. ¿Qué se supone que le iba a decir? "¡Oye, mamá! ¿Adivina qué? Tengo un hermano mayor. Papá estuvo con alguien más antes de ti y nunca te lo dijo. Y luego nos botó a ambas para volver con la misma mujer y tener una hija. Es una pequeña niña que es muy mona y se llama Cariba. ¿Te sientes un poquito usada, mami? Yo también. Y reemplazada. ¡Pero que le vamos a hacer!".
 No,  no era una muy buena idea.
Esas cosas no se dicen. Esas cosas son más bien el tipo de asuntos que mantienes en secreto por el resto de tu vida y cuando finalmente alguien lo descubre tienes que pagar el precio; Los secretos son caros.
 Sin embargo cuando levanto mi cabeza, me doy cuenta de que no tiene que ser así. Nadie nunca se enterará. No saldrá de la boca de nadie, nunca. No le contaré a Luce, no lo mencionaré a Noel, ni a Sara, y obligaré a Lucas a callar.
 Y fingiré que nada nunca pasó.
Y todo va a estar bien.
 Me levanto del sofá y tomo la taza vacía de café verde que está en la mesita. Cuando estoy en medio de la sala y de la cocina, el telefono empieza a sonar. No me doy la vuelta. No es como si no supiera quién es.
Me pregunto cuando me va a dejar en paz. Sé que no será pronto, pero estoy cansada, y sólo quiero dormir cien años y que cuando despierte, todo esté solucionado.
 No tendría que pasar por nada de esto...
El pitido suena, y la voz de alguien surge. Pero no es la de papá. No esta vez.
--"Lena..."--Dice la voz--"...Soy Oliver"--Hace una pausa--"Necesito hablar contigo. Por favor, toma el teléfono, si estás allí. Por favor, toma el teléfono. Tenemos que discutir tantas cosas... Yo..."--Hace otra pausa--"Sé que estás enojada, y probablemente asustada. Y podemos hablar de esto... Sólo contesta el teléfono. Hay muchas cosas por discut...".
  Se corta.
Me doy la vuelta y miro el teléfono. Camino lentamente hacia él, y justo cuando me agacho para aplastar el botón para escuchar el mensaje de nuevo, el teléfono suena.
  Desconocido.
Pero me importa un carajo si es desconocido o no, no pienso contestar el teléfono. Así que me quedo de brazos cruzados y espero.
 Oliver suena de nuevo en mi contestadora.
--"Mira, sé que esto es horrible"--Dice, un poco desesperado--"Pero no se trata sobre ti, es acerca de Cariba. Por favor, levanta el teléfono".
 "¿Esto no se trata sobre ti?"
Eso es suficiente.
Levanto el teléfono, furiosa.
--¿Qué no se trata sobre mí?--Respondo, ardiendo--¡Por supuesto que se trata sobre mí, cabeza de chorlito! Todo este tiempo he estado preocupada por todo y he dejado que todo caiga sobre mí y he intentado no pensar que todo lo que pasa es mi culpa. Pero esta vez es algo que no puedo evitar, porque, ¿Adivina qué? He sido pateada. He sido pateada, botada, dejada y muchos sinónimos más. ¿Y sabes? No suelo ser tan egoísta, pero esta vez estoy pensando acerca de mí. Esto se trata acerca de mí. Así que no me vengas con que se trata de tu pequeña hermanita quién me ha reemplazado, porque he sido yo la pateada, no ella. Todo lo que está pasando y que es horrible, está sobre mí. ¡Esto se trata de mí!   ¡Así que no te atrevas a decir que no lo es, porque sí lo es! ¡Es acerca de mí!
  Cuelgo el teléfono en cuanto termino de hablar, y las lágrimas de furia resbalan de mis ojos.
¿Cómo se atreve, el muy desgraciado?
Me quedo ahí cerca de dos minutos, y luego el teléfono suena de nuevo.
"Desconocido".
Checo el número abajo. Debe ser Oliver. Así que no contesto.
 Salta a la contestadora.
Primero oigo a Oliver tomar un suspiro, como si estuviera armándose de valor para hacer algo específicamente difícil, complicado o cansado.
--"Escucha. No quise decir eso. Lo siento, ¿De acuerdo? Lo siento. Se trata sobre ti, tienes razón, pero también es acerca de mi hermana"--Hace una pausa--"Levanta el teléfono, Lena. Habla conmigo. Podemos arreglarlo. Sé que podemos... Por favor. Sé que es horrible, he estado en tu lugar antes. Sé que estás ahí. Habla conmigo"
 Pero no me muevo.
Dudo seriamente acerca de levantar el teléfono e intentar hablar con él.... Pero no sé qué decir. No sé... Lo único que quiero es lamentarme en silencio el resto de mis vidas fingiendo que nada de esto nunca pasó.
 Punto.
Cuando suena el pitido de la contestadora que marca el final, me levanto dispuesta a ir a mi habitación y enredarme entre las sábanas por el resto de la eternidad, cuando el teléfono suena de nuevo.
 Espero a la contestadora de nuevo.
--"Mira, no quiero estar detrás de ti, pero es importante. Es importante para mí, para Cariba, y sé que es importante para ti. Necesitamos hablar, urgentemente. Enserio. Por favor... Si quieres hablar conmigo en algún momento, marca a este número. No importa si son las dos de la mañana, ¿De acuerdo? Pero por favor...--Se queda callado un rato. Suspira--No puedo hacer esto sin ti"
 Se le oye cansado. Y de pronto yo también estoy cansada.
Me arrastro hacia el suelo y levanto la mano para levantar el teléfono. Antes de saber que voy a hacer, me pongo el audicular en la oreja.
  Me quedo callada, oyendo su respiración. Oyendo la mía.
--¿Lena?
Me toma un momento contestar: 
--Estoy aquí.
Se queda callado por unos momentos.
--Si quisieras escucharme...
--Bueno, por eso he levantado el teléfono, ¿No es así?  Dime, ¿Qué no puedes hacer sin mi? Quiero terminar con esto. Estoy cansada.
 Suspira.
--También estoy cansado. Pero ninguno de los dos podemos terminar con esto.
--¿Ah, sí? ¿Y porqué?
--Porque somos hermanos.
 Su honestidad me hace dar un respingo y me aturde.
No digo nada por un momento, así que él dice:
--Igual que eres la hermana de Cariba. Su hermana mayor.
Sacudo la cabeza.
--No. Las cosas no son así. No significo nada para ella, ni para tí. Ninguno de los tres quiso esto. Y tú lo sabes.
--Lena... No sabes ni la mitad.
--¿A qué te refieres? ¿Y cómo es que estás tan calmado y senzato? ¡Acabas de descubrir que tienes una media hermana! ¡Tú deberías odiarme! ¡Deberías odiarme a muerte!
--No es así. Lena, yo...
--Tú. ¿Tú qué?
--Yo ya sabía de tí.
Pasan dos segundos. Tres. Cuatro. Cinco. Seis.
Pero se sienten una eternidad.
--¿Que tú...?
--¿Qué te parece si nos vemos en alguna parte?


--¿Pero porqué no?--Reclama Luce.
--Tengo algo qué hacer--Contesto, acomodandome el teléfono en la oreja y metiéndome las botas.
--¿Y que es más importante que acompañar a tu mejor amiga a una aburridisima cena familiar? Salvarías mi vida. ¿Sabes lo importante que es para mí?
--Luce, no. Y es algo muy importante.
--¿Y qué es?
--Como insistes.
--¡Enserio! ¿Qué es?
--Tengo... que arreglar cuentas con alguien.
Se queda en silencio por un momento.
--¿Te refieres a matar a alguien?
Ruedo los ojos.
--Escucha, si tuviera que matar a alguien, te llevaría conmigo. Y puramente para echarte la culpa si me atrapan.
Lanza una carcajada y después de unos minutos, cuando abro la puerta del auto, ella cuelga. Sentada frente al volante miro hacia la ventana de la habitación de mi madre, dónde ahora duerme plácidamente.
  Sólo espero volver antes de que despierte, para no tener que darle explicaciones.
Quiero decir, no pude librarme de esto, de ninguna manera. Nadie pudo mantenerme al margen de lo que pasaba, no había ninguna burbuja que me protegiera de la verdad como protegía a Cariba. Ninguna pared de cristal que me mantuviera protegida. Y yo quiero proteger a mamá. Ella no tiene que saberlo. La heriría. Y ya ha sido lo suficientemente herida. Si no puedo librarme yo de esto, libraría a mamá.
 Se lo merece.
Meto la llave en el contacto, y me marcho.


Miro mis botas mientras camino por el parque, metiendo mis manos en los bolsillos para protegerme del viento invernal  de mediados octubre. Estoy a punto de detenerme para llamar a Oliver y preguntarle dónde demonios está, porque definitivamente no está dónde me citó, pero lo miro más adelante, empujando a una niña en un columpio.
  Empujando a Cariba en el columpio.
Me quedo ahí, parada, preguntándome qué demonios.
¿Cómo es que la ha traído? ¿Es que no sabe cuán difícil es para mi mirarlo si quiera a él a la cara? ¿Cómo trae a Cariba?
  Después de verlos a los dos sonreír a bromear, actuar de la manera en la que yo debí formar parte, decido que mejor me marcho, pero antes de siquiera dar la vuelta escucho mi nombre en la distancia.
--¡Lena!
Miro a Oliver, quién corre hacia mí, y luego miro detrás de él. Cariba está parada a unos pasos del columpio y me está mirando con unos ojos... Como si se estuviera muriendo.
 Aparto la vista de ella para mirar a Oliver pararse frente a mí. Doy un paso hacia atrás, para poner distancias. Él lo nota, y pone cara cansada. Como si todo esto fuera muy estresante. No de manera fastidiosa, si no de manera cansada. Como si ya no supiera que hacer.
--Hola--Murmuro.
--Me alegro que hayas venido. Pensé que no lo harías.
--Sí, yo también pensé eso, al principio. Pero de alguna manera me levanté y me puse los zapatos.
Me encojo de hombros, intentando parecer aburrida.
Miro por encima de su hombro, hacia Cariba.
--¿Porqué la has traído?
--Lo siento. No había nadie que pudiera cuidar de ella. Mi novia Scarlet lo habría hecho, pero hemos tenido algunas dificultades últimamente...
 Se encoge de hombros, como si no importara. Pero mi mente da un click, y me doy cuenta de que sí que importa.
--Espera, ¿te peleaste con tu novia por... mi culpa? Ya sabes, esa vez... en el café.
Se encoje de hombros, negándose a responderme.
 Se me revuelve el estómago, saber que intenté coquetear con mi medio hermano para vengarme de Lucas.
Dios, qué mal.
¡Si yo sólo lo hubiera sabido!
--Yo... Lo siento.
--No te preocupes.
Me paso una mano por mi cara y me siento en una banca pintada de negro.
--¿Entonces me vas a explicar?
Se acomoda junto a mí, y mira a Cariba mientras dice:
--No sé como empezar. Ni como explicarte.
Lo miro.
--Puedes empezar desde el primer día en que supiste de mí. Puedes empezar en como reaccionaste tú al saberlo, en qué estabas pensando.
 Él me mira.
--Lena, yo... Mis pensamientos no eran cordiales.
Miro al suelo, y luego hacia Cariba, a la distancia, mirándonos desde su columpio.
--No me importa. Quiero que me lo cuentes. Me lo debes.
--¿Qué te lo debo?
--Sí; Yo estaba preparada para hacer como si esto nunca antes hubiera pasado cuando tu me llamaste. Y luego todo se fue al carajo.
 Él suspira, pero no dice nada acerca de eso. Me mira y luego se pone a pensar un poco.
--Supe de ti... meses después de que él nos dejara. Una amiga de mis padres, Rose, fue a casa una noche, cuando yo tenía nueve años. Mamá pensó que yo estaba dormido, pero no era así. Estaba sentado en las escaleras, escuchando. Rose le dijo que tenía que ser honesta, que se odiaría se por vida si guardara el secreto para ella. Le dijo a mamá que había coincidido con Patrick en una fiesta y que había presentado a su   novia embarazada--Se detiene. Pienso que el nombre de papá en su boca suena extraño, por alguna razón. Tal vez es porque yo nunca lo llamé por su nombre. Para mí era siempre papá.--Fueron tiempos horribles. Para nosotros dos. Mamá cayó en depresión, y yo estaba furioso con el mundo entero--Hace una pequeña pausa--Y deseé que algo verdaderamente malo te pasara. Y por eso lo siento.
 Me encojo de hombros.
--No te preocupes. Lo entiendo, en verdad que sí. Pensé algo así con respecto a Cariba al principio.
Me da una mala cara, y mira a Cariba a lo lejos.
--Yo no podría soportar que algo le pasara.
--Sí, no puedes evitar amar a los hermanos menores, ¿no?
Agita la cabeza.
--No es sólo eso. Tú no la conoces. Ella es... Ella tiene una forma de hacerte sonreír. Es como un sol. Es la niña más dulce y probablemente la más madura de su edad que existe. Ella... Es Cariba.
Suspiro.
--Tienes razón, no la conozco.
Sonríe débilmente.
--Sólo con pasar una semana con ella puedes sufrir mucho si ves que un problema borra su pequeña sonrisa.
--No creo que yo pueda pasar una semana con ella. O ella conmigo--Murmuro, mirándola a la distancia. Antes de que pueda contestar, me giro para mirarlo y pregunto--: Tú me dijiste por teléfono que ya sabías de mí, desde hace tiempo. ¿Cómo es que hemos estado hablando todo este tiempo, e incluso dejaste que coqueteara contigo esa vez en el bar en que yo estaba muerta del coraje cuando tú sabías quién era yo? No es justo. Yo no lo sabía.
  Sacude la cabeza.
--No lo entiendes. Yo sabía que había alguien más por ahí, una media hermana que yo nunca conocería--Levanta una ceja y me mira burlón--O casi... Pero yo nunca supe tu nombre... No quería saber nada acerca de ti. Era más fácil pensar que nunca había pasado.
 Suspiro.
--Pues bueno, ahí nos parecemos mucho.
Sonríe, débilmente.
--La primera vez que me dijiste tu nombre, yo no tenía idea que eras tú. Yo no tenía ni la más mínima idea de nada. Quiero decir, conozco a personas todos los días, y no podía permitirme pensar en cada chica de unos 16 años como mi posible media hermana. Yo no sabía que eras tú. Lo supe ayer, cuando Cariba te ayudó con esas cajas; La forma en que Patrick te miró. La forma en que le miraste. Y cómo se trataron... Todo parecía encajar perfectamente. Él y yo tuvimos una conversación después. Y no hizo más que confirmarlo. ¿Sabes que me dijo? "Ahora conoces a tu hermana. Deberías invitarla a tomar un helado. Ustedes tres deberían pasar un tiempo juntos".
  Saco una risita, pero no hay nada de divertido ahí.
Estoy herida.
Estoy enojada.
Y ahorita bien podría enviar al carajo todo y ponerme a llorar en el suelo.
Pero no lo haré. No, no lo haré.
--Hay personas que no deberían tener hijos--Digo, mirando hacia los columpios. Es de lo más extraño cuando compruebo que Cariba sigue ahí parada, mirándome. Y es como si esperara algo de mí.
--Lo sé. Lena, escucha; Hay una razón por la cuál te he pedido que...
Pero lo corto antes de terminar:
--¿Porqué tu hermana sigue mirándome así?
Él se detiene y mira a Cariba. Ella ni siquiera intenta fingir que no nos está mirando directamente.
Voltea hacia a mí.
--¿Cómo?
--Así.... Como... Como, si estuviera esperando algo de mí.
Suspira y mira sus manos congeladas por el frío. Cruzo mi pierna sobre la otra.
--Es que lo está.
Lo miro, confusa.
--Es más o menos de lo que quería hablarte.
Lo sigo mirando confusa.
--Es que ella... Lena, en cambio de mí, ella sí que sabía de ti. Sólo que no te conocía.
Agito la cabeza mientras intento procesarlo.
--A ver, ¿Qué?
--Patrick le había hablado de ti. Lo ha hecho todo el tiempo. Ella sabe que tiene una media hermana desde hace unos dos años. ¿Recuerdas cuando estabamos ahí, ayer? Ella dijo tu nombre, porque te reconoció.
--Oye, oye oye, espera. ¿Dices que tu hermana sabía mi nombre, pero tú no? ¿Cómo es eso? ¿Qué nunca le preguntaste que sentía sobre esto, insensible? ¿O es que nunca hablaron de mi?
  Agita la cabeza.
--Sí hablábamos de ti. O bueno, ella lo hacía. Y lo sigue haciendo, todo el tiempo.
--¿Y si hablaban de mí porque...?
--¿Porqué no sabía tu nombre? Ella nunca se ha referido a ti por tu nombre. Lo escuchó una vez, pero siempre se ha referido a ti como "Mi hermana mayor".
 Me tallo la cara con las manos.
--¿Porqué? ¿No me odia, o algo?
Se ríe, como si hubiera dicho un chiste muy bueno.
--¿Ella? ¿Odiarte? Buena suerte con eso.
--No lo comprendo.
Suspira, mientras su sonrisa se va desvaneciendo.
--Se siente emocionada de tener una hermana mayor. Lena, era de lo que quería hablar contigo; Ella te necesita.
--¿Cariba?
--Sí.
--¿Me necesita?
--Sí.
--Más vale que te expliques.
Se toma un tiempo antes de decirme:
--Ella ha pasado por momentos duros,  y sólo es una niña. Tiene nueve años. Ella... --Intenta sonreír-- Nuestra madre murió hace años. Cáncer; Trágico. Y... Escucha, ella lloró mucho, mucho tiempo. Entonces él por alguna razón decidió contarle acerca de una media hermana... Y dejó de llorar, poco a poco--Se cruza de brazos, como si no quisiera tener esta conversación--Ella tiene esperanza ahora, es lo que la ha levantado. Eres tú. Ella tiene esta idea de que la amarás como yo la amo a ella. Creo que piensa que todos los hermanos mayores aman a los menores así.
  Lo miro y parpadeo.
--A ver, ¿Tú hermana quiere que yo...?
--Quiere que seas su hermana mayor.
Me paso una mano por el cabello y no digo nada, así que él dice:
--Ella está buscando desesperadamente amor, Lena.
--¿Y tú me llamaste para...?
Parpadea. Se queda callado.
--Genial--Farfullo--Genial. O sea que no es que quieras hablar conmigo, es que quieres que yo me pegue como una lapa a tu hermana.
--Es tu hermana también--Rezonga.
--¡No, no lo es! ¡La acabo de conocer! Yo... --Suspiro, cansada--Escucha, Oliver. Ese no es el problema. El problema es que yo no sé cómo ser una hermana mayor. Yo nunca he tenido hermanos. Y ella... No sé, ella espera mucho de mí, y yo no sé...
--No sabes si vas a poder amarla--Termina por mí.
Me cruzo de brazos.
--Mira, sé que es importante para ti. Sé que quieres lo mejor para ella, ya lo tengo claro. Pero no me puedo meter en esto. Creo que sólo necesito avanzar con mi vida. Me marcho.
 Me levanto, pero antes de que de un paso, él me llama.
--Avanzar no significa olvidar. No significa abandonar.
--Lo siento, Oliver. Tengo que irme.
--¡Mira! ¡Sé que estás cansada y herida y que te sientes rechazada!--Dice, mientras me levanto y me toma del brazo--Yo lo sé. Me sentí igual, ¿Recuerdas? Pero tú podrías intentarlo, ahora que sabes que ella existe. Si te marchas para siempre, le harás a ella lo que él te hizo a tí. Lo que nos hizo a ambos. La habrás rechazado. La habrás pateado lejos. Y ella no va a poder soportarlo. Ella depende de tí.
  Me quedo mirándolo un rato.
--Eres su hermana mayor--Murmura--Lucha por ella... Es tu deber. No puedes simplemente enterarte de que tienes una hermana menor que se está aferrando a ti para estar bien, y simplemente marcharte. Es egoísta.
Me cruzo de brazos.
--¿Mi deber? ¿Egoísta? Bien, Oliver. Respóndeme algo.
El asiente con la cabeza.
--¿Tu sabías de mi desde que tenías nueve no?
Vuelve a asentir.
Aspiro antes de decirle:
--¿Entonces porqué no luchaste tú por mí? Era tu deber como hermano mayor. No puedes simplemente enterarte de que tienes una hermana menor que tendría que conocerte, y simplemente marcharte. Es egoísta.
  Se queda mirandome, y como no dice nada, murmuro.
--Lo supuse.
 Y me doy la vuelta para huir.

--Sthep Stronger.
Siento, siento, no haber puesto el cap cuando debía, pero me quedé sin Internet y empecé a colapsar. Dejé incluso de hacer mis planes malvados para dominar al mundo. :/

No hay comentarios:

Publicar un comentario