Broken Dolls. Capítulo 8.
Al día siguiente, espero frente a los
lavabos cepillando mi pelo lentamente mientras veo a las chicas salir con el
pelo húmedo de las duchas, algunas con toallas alrededor de su cuerpo, otras ya
cambiadas. Palmeo las pastillas que me dieron la familia de Holly antes.
Aparecieron hoy a mi lado, en mi cama. Me perturba pensar que uno de ellos
entró cuando estaba dormida, pero al menos tengo las pastillas.
Espero paciente, hasta que mi pelo queda sin ningún posible nudo y tengo bajarlo. Miro hacia las cortinas blancas y espero a ver salir a una pelirroja bajita. Pero no la veo salir de la habitación; la veo entrar.
Me muevo a toda prisa hasta que la tengo agarrada del brazo. Holly mira de mí a su brazo y a mí de nuevo.
--¿Fallon? Vuelve a donde te encontraron.
--Es dónde estoy. Y estoy luchando para salir de aquí.
Sus cejas se levantan en sorpresa.
--¿Entonces eres una pequeña maniaca también? Chica, hay maneras de
escaparse de este lugar. No los necesitas a ellos.
Holly arranca su brazo de mi agarre de un jalón.
--Escaparme no es exactamente lo que busco.
Holly entrecierra sus ojos marrones y ladea la cabeza. El movimiento me recuerda a un búho.
--Fallon, ¿Qué te ofrecieron? Sabes que vas a salir perdiendo, ¿Verdad?
No son de fiar.
Muñeca rota.
--¿Sabes que estás hablando de tu padre y tus tíos? Chris incluso
está en esto.
Suspira.
--Él sabe, sabes.
--¿Sabe qué?
--Él sabe y no te lo dijo. No sabes nada sobre ti misma. Chris siempre
ha estado de su lado.
Alcanzo su brazo de nuevo y aprieto fuerte, atrayéndola muy cerca hacia mí para que vea que no estoy de paciente.
--¿Qué sabes tú de mí?
--¿Qué no sé yo de ti?
--Se me está acabando la paciencia. ¿Quién es Ethan? ¿Qué le hicieron a
mis padres? Holly, ¿Qué me hicieron a mí?
Cierra los ojos unos segundos, con aspecto de estar muy cansada, y cuando los abre, hay una chispa de algo muy doloroso.
--¿Segura que quieres saber? La ignorancia es bendición. Ellos siguen
diciendo eso, ¿No? No he estado allá afuera desde hace algún tiempo.
La desesperación me golpea cuando me doy cuenta de que no me lo va a decir tan fácil.
--Esto es todo. Voy a enviarte con tu padre.
Ahora es ella quien me agarra a mí, y tengo que decir que su agarre duele alrededor de mi muñeca.
--Sé que ellos te dijeron que me secuestraron, Fallon. Pero no fue así.
--¿Qué?
--No quiero ser encontrada.
Me quedo quieta unos momentos, porque estoy tan confundida que no sé qué decirle o hacer.
--Pero… ¿Por qué?
--¿No me has estado oyendo? ¡Somos peones en su tablero! ¿Por qué
quisiera yo que mi propia familia jugara con mi mente?
--Somos muñecas rotas—Susurro.
--Bueno, sí has estado escuchando.
--Necesito que me cuentes todo lo que sabes, Holly. No sólo sobre mí,
sobre ellos. Yo… Dios, ¿En qué me he metido?
Holly niega con la cabeza.
--Ahora que me has encontrado, tengo que desaparecer de nuevo, porque
significa que ellos me han encontrado. Tengo que irme ahora y me estás
reteniendo.
--¿A dónde vas a ir? ¿Con quién?
--¿Por qué te lo diría, si estás con ellos?
--No les diría porque ahora no confío.
Sonríe.
--Bienvenida a mi mundo. Lo siento, Fallon. Realmente tengo que irme ya.
Arruinaste mis cinco minutos de ducha.
--No puedo dejarte ir. Tienes que contarme.
Entrecierra los ojos y mira hacia la salida, luego de nuevo a mí.
--Podría decirte, si vienes conmigo.
Mis cejas se levantan.
--¿Huir? ¿A dónde?
--Tengo otro tío, por parte de mi madre. Angelo. Digamos que preferiría
sacarse los ojos antes de verse con mi padre. Los odia a todos. Es él quien ha
estado moviéndome de lugar y quien inventó la cosa del secuestro. Estoy bajo su
cuidado.
Y, por asombroso que parezca, empiezo a considerarlo. Seriamente.
Si yo voy con ella ahora, sabría la verdad sobre mis padres y sobre mí, pero perdería mi operación. Mi operación que probablemente no funcione. Pero si lo que dice Holly es verdad, entonces nunca me darían tal cosa como una operación. Tal vez ni siquiera existe. Tal vez sólo están jugando conmigo.
Me pregunto qué es más importante: Saber qué pasó con mis padres (y por qué nunca supe nada de eso) y lo que me pasó a mí, o mi operación de prácticamente 0.02 por ciento de probabilidades de que funcione.
Miro a Holly de nuevo.
--Él no estaría de acuerdo con eso.
--Claro que sí. Tú fuiste la razón por la cual él me ofreció quedarme
con él, Fallon. Por lo que hicieron. Ellos sabían lo que iba a pasar si lo
hacían, lo que te iba a pasar a ti, pero lo hicieron de cualquier manera. Y tú
eras tan pequeña. Angelo no quería que creciera con personas así, y yo no
quería tampoco.
Y ahí es cuando decido.
--Holly, será mejor que hables en el camino.
Sonríe.
--No va a haber tiempo de hablar. Porque vamos a correr.
Holly me conduce hacia la salida y caminamos separadas en los pasillos para que nadie se de cuenta de que tramamos algo. ¿Por qué ver a dos dementes juntas? No muy buena idea. De pronto ella toma mi mano y me conduce a un pasillo. Doblamos ese pasillo y encontramos una puerta sin seguro. Holly la abre y me empuja dentro suavemente. La verdad es que nunca había estado por esta parte de St. Gallen; Me daba miedo que un caníbal me comiera.
Es una habitación vacía.
--¿Qué?—Le pregunta.
No me contesta, pero va hacia un rincón y arranca la alfombra rosa.
--¿Qué haces?
--Ven a ayudarme en vez de hacer tantas preguntas. Sé que estás llenas
de ellas, pero no ahora.
Suspiro y voy a ayudarle a arrancar la alfombra, lo cual no es fácil, pero dos minutos después, hemos quitado un pedazo a jalones y debajo hay… hay una puertecilla.
--Pasadizos—Me dice Holly—Angelo me informó de estos
pasadizos. Dijo que han estado aquí desde hace años.
--¿Cómo él posiblemente podría saber de esto?
--Él sabe muchas cosas. Mejor no saber cómo.
Holly abre la escotilla y miramos las escaleras que desaparecen en la oscuridad.
--Bueno, tú primero—Le digo.
Suspira y se mete, bajando lentamente. Después, entro yo, y al final, cierro la escotilla de madera.
Lo siento, Chris. Sé que confiaste en mí.
--¿Holly?—Susurro en la oscuridad cuando toco el suelo.
--Estoy aquí.
--¿Tienes una lámpara?
--¿Tengo pinta de tener una lámpara?
--Graciosa.
--Tendremos que ir a ciegas. ¿Dónde estás?
Ella encuentra mi brazo a ciegas y me aferro a ella. Caminamos pegadas a la pared, y puedo oír sus uñas sobre las paredes, arrastrándolas.
--¿Sabes que tanta distancia es?—Le pregunto.
--No.
Caminamos por lo que parece una hora o así, hasta que de repente hace mucho frío y empezamos a oír algo. Agua cayendo. ¿Lluvia?
Holly se detiene frente a mí de golpe.
--¿Qué pasa?
--Escalones. Mira arriba.
Hay luz filtrándose desde arriba, un poco más enfrente, por lo que supongo que es otra puertecilla. Holly avanza a tientas y sube las escaleras, conmigo tropezando detrás. Empuja y entonces…
Lluvia. Estamos empapadas por una lluvia torrencial. ¿Cómo se supone que íbamos a saber que estaba lloviendo cuando no hay ninguna clase de ventana ahí dentro?
Holly sale y me da la mano para ayudarme a salir. No veo nada, pero parece que ella sí porque toma mi brazo de nuevo y me obliga a correr. Estoy a punto de preguntarle, pero entonces veo el carro negro estacionado, el cual abre las puertas. Para cuando estoy dentro, estoy temblando. Me siento como si me hubiera zambullido en una piscina en pleno noviembre.
--¿Estás bien?
Un hombre mayor con pelo gris se asoma hacia atrás desde el asiento delantero, mirando a Holly.
--Bien—Ella respira entrecortadamente, y estira una mano hacia
debajo del asiento, sacando unas mantas.
--¿Quién es tu amiga?
--Tío Angelo, te presento a la mismísima Fallon Hasting. Fallon, éste es
mi tío Angelo.
Sorpresa cruza por los ojos de Angelo mientras sostiene mi mirada. Intento sonreír, pero por alguna razón termino encogiéndome de hombros.
--Hola—Murmuro.
--Tenemos que irnos ya, tío Angelo—Dice Holly.
Angelo asiente y enciende el motor, y empieza a conducir rápido en esta tormenta. Casi le grito que tenga cuidado, pero me lo trago cuando él le lanza un bote naranja de pastillas a Holly.
--Aquí tienes, pequeña.
Holly suspira con alivio.
--Dios, gracias.
Abre la tapa de plástico y saca dos pastillas blancas y alargadas. Se detiene cuando me ve mirándola.
--¿Qué?
--¿De dónde las sacaste?
--¿Por qué luces tan perturbada al respecto?
Palmeo mis bolsillos hasta que siento el bote naranja de pastillas blancas y alargadas. Las muestro.
--Mierda—Oigo a Angelo susurrar—No sólo son unos
bastardos, sino unos ladrones también.
--Me dijeron que eran mis medicinas usuales, pero mejoradas. Ahora, no
estoy tan segura.
--No lo estés. ¿Saben qué son?—Dice Holly, sosteniendo los dos
tubos de pastillas con una mano, agitándolos en el aire.
--Duh. No. Por eso te estoy preguntando, genio.
--No te pases de lista, Hastings.
Sí, no soy muy sociable.
Oh, bueno.
--Angelo es científico. Él lo inventó, hace mucho tiempo. Sirve para
dementes como nosotras—Me dice, entregándome el mío—No te
emociones, no cura ni quita momentáneamente la psicosis, pero lo hace… no tan
peor.
--¿Y eso qué significa?
Angelo me contesta esta vez:
--La medicina afecta a una parte de tu cerebro que… En términos prácticos,
hace que las alucinaciones no se sientan tan reales. Así podrías tener una
oportunidad de darte cuenta de que no es real.
--A veces me doy cuenta de que no es real—Le digo—Mi
doctora y yo practicamos. Aunque sólo funciona cuando no tengo miedo, o siento
ninguna emoción fuerte. Es la única manera en la que tengo posibilidades de
darme cuenta.
--Entonces, niña—Dice Angelo mientras conduce—eres muy
afortunada. Sin embargo con esas pastillas aunque tengas una emoción fuerte
puedes darte cuenta de que hay algo que no cuadra. Algo que no está bien. No es
perfecta, sin embargo. Puede causar mucho sueño, comezón y algunas veces
fiebre. Tal vez más, ¿Quién sabe? Sólo se probaron en veinte personas.
Recuerdo la vez en que empecé a discutir conmigo misma en el espejo y cuando me dijo todas esas cosas horribles, y aun así pude darme cuenta de que ella no podía ser real. Incluso a través del miedo y la rabia.
Mierda, en verdad funciona.
--¿Entonces me estás dando droga experimental?
--Yo no te lo di. Ellos lo hicieron. ¿Sabes por qué?
--John la envió a buscarme—Le contesta Holly—Para eso se
los dio. Para que le ayudaran a encontrarme.
--¿Después de lo que le hicieron? Ese hombre tiene bolas.
Frunzo el ceño.
--Muy bien, ustedes siguen hablando de eso y yo ya me cansé. ¿Qué
carajos me hicieron?
Hay un momento de silencio en donde Angelo cambia miradas con Holly por el espejo retrovisor.
--Bueno, principalmente, hija, te mataron—Dice Angelo.
--No me jodas.
--Como por dos segundos, pero te revivieron los paramédicos. Detalles,
detalles—Murmura Holly, doblando las piernas debajo de ella—El
punto es que te mataron. Tenías tres años.
--¿Eso es todo? ¿Me mataron cuando tenía tres años? ¿Quién es Ethan?
¿Qué les pasó a mis padres?
--Ya quisieras que fuera todo. ¿No tienes café o algo, tío Angelo? Esto
va a ser largo—Hace una pausa—Bueno, y whiskey para ella. Lo va a
necesitar.
Angelo sacude la cabeza.
--Lo siento, pequeña.
--Bueno, Fallon, tendrás que aguantarte con… aire. También mataron a tu
familia, a los tres. Sólo que ellos sí que se quedaron bien muertos.
Sacudo la cabeza.
--No. ¿Qué? No. Ellos tres están vivos, Holly. Y yo también. Mamá, papá,
Macey y yo.
Niega.
--Me refiero a los reales.
Espero paciente, hasta que mi pelo queda sin ningún posible nudo y tengo bajarlo. Miro hacia las cortinas blancas y espero a ver salir a una pelirroja bajita. Pero no la veo salir de la habitación; la veo entrar.
Me muevo a toda prisa hasta que la tengo agarrada del brazo. Holly mira de mí a su brazo y a mí de nuevo.
Sus cejas se levantan en sorpresa.
Holly arranca su brazo de mi agarre de un jalón.
Holly entrecierra sus ojos marrones y ladea la cabeza. El movimiento me recuerda a un búho.
Muñeca rota.
Suspira.
Alcanzo su brazo de nuevo y aprieto fuerte, atrayéndola muy cerca hacia mí para que vea que no estoy de paciente.
Cierra los ojos unos segundos, con aspecto de estar muy cansada, y cuando los abre, hay una chispa de algo muy doloroso.
La desesperación me golpea cuando me doy cuenta de que no me lo va a decir tan fácil.
Ahora es ella quien me agarra a mí, y tengo que decir que su agarre duele alrededor de mi muñeca.
Me quedo quieta unos momentos, porque estoy tan confundida que no sé qué decirle o hacer.
Holly niega con la cabeza.
Sonríe.
Entrecierra los ojos y mira hacia la salida, luego de nuevo a mí.
Mis cejas se levantan.
Y, por asombroso que parezca, empiezo a considerarlo. Seriamente.
Si yo voy con ella ahora, sabría la verdad sobre mis padres y sobre mí, pero perdería mi operación. Mi operación que probablemente no funcione. Pero si lo que dice Holly es verdad, entonces nunca me darían tal cosa como una operación. Tal vez ni siquiera existe. Tal vez sólo están jugando conmigo.
Me pregunto qué es más importante: Saber qué pasó con mis padres (y por qué nunca supe nada de eso) y lo que me pasó a mí, o mi operación de prácticamente 0.02 por ciento de probabilidades de que funcione.
Miro a Holly de nuevo.
Y ahí es cuando decido.
Sonríe.
Holly me conduce hacia la salida y caminamos separadas en los pasillos para que nadie se de cuenta de que tramamos algo. ¿Por qué ver a dos dementes juntas? No muy buena idea. De pronto ella toma mi mano y me conduce a un pasillo. Doblamos ese pasillo y encontramos una puerta sin seguro. Holly la abre y me empuja dentro suavemente. La verdad es que nunca había estado por esta parte de St. Gallen; Me daba miedo que un caníbal me comiera.
Es una habitación vacía.
No me contesta, pero va hacia un rincón y arranca la alfombra rosa.
Suspiro y voy a ayudarle a arrancar la alfombra, lo cual no es fácil, pero dos minutos después, hemos quitado un pedazo a jalones y debajo hay… hay una puertecilla.
Holly abre la escotilla y miramos las escaleras que desaparecen en la oscuridad.
Suspira y se mete, bajando lentamente. Después, entro yo, y al final, cierro la escotilla de madera.
Lo siento, Chris. Sé que confiaste en mí.
Ella encuentra mi brazo a ciegas y me aferro a ella. Caminamos pegadas a la pared, y puedo oír sus uñas sobre las paredes, arrastrándolas.
Caminamos por lo que parece una hora o así, hasta que de repente hace mucho frío y empezamos a oír algo. Agua cayendo. ¿Lluvia?
Holly se detiene frente a mí de golpe.
Hay luz filtrándose desde arriba, un poco más enfrente, por lo que supongo que es otra puertecilla. Holly avanza a tientas y sube las escaleras, conmigo tropezando detrás. Empuja y entonces…
Lluvia. Estamos empapadas por una lluvia torrencial. ¿Cómo se supone que íbamos a saber que estaba lloviendo cuando no hay ninguna clase de ventana ahí dentro?
Holly sale y me da la mano para ayudarme a salir. No veo nada, pero parece que ella sí porque toma mi brazo de nuevo y me obliga a correr. Estoy a punto de preguntarle, pero entonces veo el carro negro estacionado, el cual abre las puertas. Para cuando estoy dentro, estoy temblando. Me siento como si me hubiera zambullido en una piscina en pleno noviembre.
Un hombre mayor con pelo gris se asoma hacia atrás desde el asiento delantero, mirando a Holly.
Sorpresa cruza por los ojos de Angelo mientras sostiene mi mirada. Intento sonreír, pero por alguna razón termino encogiéndome de hombros.
Angelo asiente y enciende el motor, y empieza a conducir rápido en esta tormenta. Casi le grito que tenga cuidado, pero me lo trago cuando él le lanza un bote naranja de pastillas a Holly.
Holly suspira con alivio.
Abre la tapa de plástico y saca dos pastillas blancas y alargadas. Se detiene cuando me ve mirándola.
Palmeo mis bolsillos hasta que siento el bote naranja de pastillas blancas y alargadas. Las muestro.
Sí, no soy muy sociable.
Oh, bueno.
Angelo me contesta esta vez:
Recuerdo la vez en que empecé a discutir conmigo misma en el espejo y cuando me dijo todas esas cosas horribles, y aun así pude darme cuenta de que ella no podía ser real. Incluso a través del miedo y la rabia.
Mierda, en verdad funciona.
Frunzo el ceño.
Hay un momento de silencio en donde Angelo cambia miradas con Holly por el espejo retrovisor.
Angelo sacude la cabeza.
Sacudo la cabeza.
Niega.
-Sthep Stronger.
¿Ya entraron a la escuela? Entré hoy. Necesito más vacaciones para mis vacaciones.
¿Ya entraron a la escuela? Entré hoy. Necesito más vacaciones para mis vacaciones.
QUE?!?!? uff realmente me estaba empezando a gustar Chris :(
ResponderEliminarPd: Tambien ves teen wolf? realmente estoy enganchada a esa cosa xd
Si! AMO a Stiles! Y quiero que Lydia deje de ser tan perra y se ponga con él!
EliminarRealmente no se si matarte o fangirlear contigo jajaja
EliminarStiles es mi pequeño amorcito ^-^