jueves, 5 de febrero de 2015

Broken Dolls. Capítulo 22. Final.

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Final.

Mis manos y uñas están llenas de tinta.  Sé que Atsuko me  va meter la bronca cuando las vea porque las pintó la noche anterior, pero de alguna manera lo que estoy haciendo es más importante, incluso cuando sé que no llegará a nada.
  Siempre seré el monstruo debajo de la cama de Macey.
La doctora dijo que este es mi último día en el hospital, finalmente. He tenido cerca de un mes aquí, no sólo por la bala sino por deshidratación y una costilla rota. Además, la operación para remover la bala me trajo una infección que amenazó con mi vida, el muy desgraciado. Pero estoy aquí al final.
 Cierro el sobre con saliva y escribo la dirección de mi antiguo hogar. A mi hermana falsa con mis padres falsos. Ya no tienen mi custodia, desde que ya tengo dieciocho. Diecinueve, la próxima semana. Y los Sullivan quieren adoptarme: Susie y Dexter vinieron a mi habitación el día después de que desperté y me preguntaron si quería ser parte de la familia. Aseguraron que siempre seré familia ahora, adoptada o no, pero querían hacerlo oficial. Y yo no pude responder. No porque no quiero ser parte de los Sullivan, parte de Nate, porque sí quiero. ¿Pero a qué se tienen que enfrentar? ¿A mí despertándome a las cinco de la mañana gritando por la muerte imaginaria de mi hermana menor? ¿Qué me desmaye cuando hundo la cabeza en la tina para callar los gritos de terror de Macey? ¿O los días y noches sin dormir, caminando alrededor como un zombie?
  Todavía estoy loca. A veces puedo verla en el espejo, mirándome de regreso, guiñándome un ojo. A veces puedo ver el cabello de Macey brillar con la luz del sol, o la sangre en mis manos, o a Holly sentada en el pie de mi cama. Y nuca puedo decir si es verdad hasta que ha terminado y la vida real me sacude.
  Así que fui incapaz de darles una respuesta. Me dijeron que estaba bien, que podía pensar sobre ello. Dijeron que sólo era papel. Pero no es papel para mí. Es importante. Y quiero ser digna de ello. De ellos.
  Y no supe cómo hasta que Lucy entró a mi habitación de hospital un día, cuando Maddie se disculpaba de nuevo, como lo había hecho tantas veces ya. Había dos hombres detrás de ella con miradas serias y me asustaron. Nate, quien estaba cerca, se dio cuenta y me sostuvo cuando intenté huir. Cuando logré calmarme Lucy me convenció de que no trataba de asustarme, pero que tenía una noticia que darme.
   Me dijo que soy rica.
Mis padres (mis verdaderos padres) no habían terminado la operación que una vez me prometieron, pero ellos habían logrado hacer tantas otras cosas las cuales patentaron. Y su testamento decía que todo iba hacia Nate y a mí. No podía dárnoslos mientras John siguiera vivo y no mientras no supiéramos la verdad, pero ahora lo hacemos, y podemos aceptarlo sin preguntas de dónde salió.
  Cuando sus hombres, que resultaron ser abogados, me enseñaron los papeles, supe qué tenía que hacer. Nate y Chris discutieron conmigo cuando les conté, y ambos intentaron hacerme cambiar de opinión, pero no lo haría. Supongo que no tuvieron más que tragárselo.
  Cuando salga de este hospital iré a una clínica-rehabilitación-cosa. Lauren habló con sus amigos doctores y la recomendaron, así que… iré. A los chicos no les gustó el hecho de que las primeras semanas no te dejan tener contacto con el mundo exterior. Y por primera vez, no me molesta, porque mi cerebro anhela apagarse más que nada. Sé que los extrañaré a todos como loca, pero también sé que esto es parte de merecerlos.
  Nate, de todas las personas, no se lo tomó muy bien. No podía entender por qué  me alejaría cuando tengo una familia aquí, cuando me acababa de encontrar. Intenté explicárselo, intenté decirle que no sólo tenía sólo que ser suficientemente buena para ellos, sino para mí. Le dije que por primera vez, necesitaba hacer esto sola.
  Porque lo hago.
Maddie vino llorando a mi habitación, preguntándome si no quería ser una Sullivan por ella. Le aseguré que no era eso, pero la pobre niña no dejaba de llorar. Incluso Luke, Rob y Thiago intentaron hacerme entrar en razón. No fue siempre así al principio con ellos; Me aceptaban en la familia porque Nate me quería, pero de otra manera no creo que me hubieran querido en su familia. Las cosas cambiaron en algún lugar en el mes que llevo aquí: Nos hemos vuelto un poco más cercanos, y siempre que actuamos como cómplices sé que es la manera en la que sería.
   Pero siento que nunca he querido nada más en este mundo que marcharme. O al menos, por un pequeño tiempo.
  Sé que estoy lista.
Intento calmar a mi nueva familia, diciendo que no será por siempre, pero… Quiero ir a la universidad. Empezó como un pequeño pensamiento que cruzó por mi mente en punto tres segundos, pero creció y desde entonces me encuentro a mí misma pensando sobre ello cada vez. Y si voy a la universidad, significa cuatro años viviendo en un campus, posiblemente lejos de los Sullivan. No he tenido el coraje de mirar a mi hermano a la cara y decírselo, pero se lo he mencionado a Susie y Dexter, y aunque estaban un poco apagados, aceptaron. Pero debido a Nate, dejaré pasar un tiempo antes de que eso pase.
   Me levanto y dejo la carta en la mesilla al otro lado del sofá que está enseguida de mi cama para no arrugarlo. Los chicos me hacen el favor de llevarlas a la oficina postal, a veces Luke (quien gracias a dios ha dejado de coquetear conmigo) o a veces Olivia. Todos han estado presentes todo este tiempo, y eso me hace sentirme infinitamente agradecida. Me hace reafirmar mi decisión.
   No soy estúpida. Mi hermana tiene la edad de Kiki, y sé que mis padres/tíos han estado ocultándole las cartas. Sé también que probablemente se han deshecho de ellas y que nunca las leerá. Pero también sé que llegará un día en el que sea lo suficientemente mayor para hacer preguntas sobre su hermana y ver las cartas llegando en el correo. Se preguntará dónde está el resto y me escribirá de vuelta.
  O al menos es lo que espero. Tomará años para saber si ha funcionado o no, si vale la pena, pero tomaré el riesgo. Lo tomaré todos los días.
  La puerta se abre y Liv asoma su cabeza.
--¿Lista, dormilona?Sonríe.
  He encontrado una amiga en ella en este tiempo. Al principio me sentía abrumada y emocionada de que quisiera estar conmigo, pero me he dado cuenta de que tal vez ella me necesitaba tanto a mí como yo a ella.
--Claro. Estoy lista para que el mundo se enfrente a esta belleza.
Liv se ríe, sentándose en la camilla junto a mí.
--¿Dónde está tu perro guardián, eh?
Rueda los ojos, pero puedo ver amor detrás de ello.
--Lo he convencido de que puedo entrar en una habitación sin ser dañada. Está asaltando la maquina vendedora.
 Reímos juntas hasta que Chris entra y besa mi frente.
--¿Conspirando?
--¡Siempre!
Sonríe una vez más y toma de mi mano, haciéndome bajar de la camilla.
--Es hora de irnos, Fall.
--¿Dónde está Nate?
Me he acostumbrado a sólo llamarlo Nate. Es quien es ahora, y Ethan ha quedado muy lejos. Él estaba asustado y sólo, pero Nate tiene una familia enorme que lo ama más que a nada, y… me tiene a  mí.
--Atacando la máquina afuera con Dan. Dexter y Susie están haciendo el papeleo afuera.
  Liv y Dan me ayudan a cargar las pocas cosas personales que tenía aquí, pero soy yo quien toma la carta y la estrujo contra mi pecho. Al salir del hospital con ella aún contra mí, respiro el aire fresco de la mañana notando algo diferente en él. Me parece que me limpia.
  Me parece que, quien sea que yo haya sido antes, termina aquí. Para siempre.


--Sthep Stronger.
(Aún falta un epilogo...:D )

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