Reckless. Capítulo 16. "Reparando los daños".
Cuando me levanto esta mañana y me preparo para el comienzo de una nueva semana, siento ese antiguo y familiar estado de náuseas. Me pasa a veces, cuando las cosas no salen bien. Algunas veces, cuando es demasiado fuerte, me da la sensación de estarme ahogando. Es ese sentimiento que me hace querer vomitar que sólo se quitará hasta que arregle las cosas.
Eso significa Kimera.
Pero eso también significa Josselyn.
Junto con Charlie.
¿Y mamá? No, ella es las náuseas que prefiero mantener. No me interesa arreglar las cosas con ella.
Hoy, primero está Charlie en mi lista. Así que me meto las medias de encaje negro medio dormida y luego el blusón blanco que es tan corto que podría hacerse pasar por blusa pero que prefiero como vestido, todo media dormida y en un tiempo record de tres minutos. A veces soy así de genial.
Aunque la mitad del tiempo soy generalmente un desastre.
Bajo las escaleras mientras preparo en mi mente la cortante conversación que voy a tener con Deborah cuando la encuentre en la cocina intentando hacer el desayuno a mi hermano y a mí, pero no es a ella a quién encuentro en la cocina. Es Charlie.
Él me echa una mirada y deja el sándwich a medio hacer sobre el plato.
Frunzo el ceño y me miro.
Regresa a su sándwich y yo me quedo ahí parada.
No me muevo.
Deja el cuchillo con el que está poniendo la mayonesa y aspira.
Dudo, pero al final me siento en la única silla que está en la isla, y él se para del otro lado, enfrente de mí.
Y entonces, lo sé.
Charlie agacha la cabeza y suspira. Me inclino hacia él.
Se encoje de hombros.
Niego con la cabeza.
Ahora me mira fijamente, un poco enojado y un poco frustrado. Una combinación de ambas. Y yo me rindo.
Nos quedamos callados un momento, y luego él suspira y rodea la isla para jalarme suavemente y abrazarme.
Me quedo en silencio unos momentos, con la cara enterrada en su pecho.
Levanto la cabeza y lo miro.
Sonríe.
Me despego y le miro la cara directamente.
No puedo ni siquiera sentirme aliviada al saber que él no se quiere deshacer de mí, porque…
Aspira aire y asiente.
Parece como si lo invocaran, porque Harry aparece en la entrada con su moto. Y espera.
Charlie frunce el ceño.
Niego y señalo a Harry con su moto.
Asiento y subo por las escaleras para ponerme un vestido más largo rápido. Cuando voy bajando me pregunto dónde está Deborah. Así que abro la puerta de su cuarto, y la encuentro dormida. No es eso, sin embargo, lo que me llama la atención.
Ella está volviendo a pintar, como cuando estaba aquí. Pinta cuadros. Y en uno de ellos, recargado en la pared, estoy yo. Con mi cabello alborotado y mi maquillaje en exceso.
Soy yo. Estoy sonriendo.
¡Soy tan guapa, carajo!
Sonrío arrogantemente mientras bajo las escaleras y tomo el café de Harry.
ﻫ
Pensé, que primero iba a ir por Kimera, pero es a Josselyn a quién encuentro primero. Sin Sunny.
Josselyn está comprobando su maquillaje en el pequeño espejo colgado en la puerta de su casillero, y cuando lo gira un poco a la derecha, me ve. Se da la vuelta y me mira.
Josselyn se queda parada ahí, mirándome.
Algunas personas en el pasillo se paran disimuladamente o detienen la conversación, preparándose para el espectáculo que ellos esperan que haya.
Josselyn opta por sonreír y ser amable, como si de repente no nos odiáramos.
Quiero gritarle que deje de fingir.
Su expresión fría vuelve.
Entrecierro los ojos.
Entrecierra los ojos.
Pero el recuerdo de esa noche la inunda. Aparta la vista.
No me mira. Lo único que hace es jugar nerviosamente con su cabello rojo-rubio.
Y hay una pausa incómoda.
Ella no aparta el brazo, sólo me mira haciéndolo.
Y no dice nada.
Al final guardo la pluma en una de mis botas y me encojo de hombros.
Antes de darme la vuelta, ella dice:
Lo sabe. Incluso cuando estábamos pegadas ella ya conocía de memoria mi manera de disculparme. Nada de lamentos, ni sollozos. Soy del tipo que hace cosas.
Trago saliva.
Ella asiente, después de una pequeña pausa. Así que me acerco torpemente y la rodeo en un abrazo. Ella tarda, pero al final lo hace de vuelta.
Estoy un tanto conmocionada por eso, tanto como la multitud en el pasillo mirándonos. Tanto como Sunny ahí parada.
Y como Kimera, quién está parada contemplando todo el espectáculo a medio cruzar del siguiente pasillo. Y cuando me ve mirándola, se da la vuelta y cruza el pasillo, desapareciendo de mi vista.
Y sé que esto va a ser un poco más difícil para mí.
ﻫ
He descuidado mi relación pública con Harry un poco. Ya casi no nos ven juntos, y es porque ahora estoy prácticamente detrás de Kimera.
El día siguiente a la cosa con Josselyn, ella no me habló. Y el siguiente día no fue a la escuela y no me devolvió los mensajes.
Y ahora, me rindo.
¿Cómo puedo razonar con un ser tan complicado?
Oigo que alguien toca la puerta, así que con un suspiro le pongo Mute al televisor y me levanto a ver quién es. Abro muy bien los ojos al ver por la ventana de cristal de la puerta.
Kimera es un ser tan extraño y tan complicado como lo soy yo, si soy honesta. Ella, al igual que yo, no va a suplicar y tampoco va a llorar. Lo que Kimera Miller va a hacer es aparecerse una noche en tu casa con bolsas de frituras y comida chatarra que ella te criticó por comer porque “Saben muy mal” y una bolsa de BlockBuster en la otra mano.
Y se quedará en tu puerta esperando a que la dejes pasar, y así las cosas van a estar bien.
Esta es la disculpa de Kimera.
Así que abro la puerta y me aparto para que entre.
Ella sonríe un poco.
Le sonrío de vuelta y cierro la puerta a mi espalda.
Media hora después, cuando estamos viendo una comedia romántica en el televisor, me giro hacia ella.
Kimera se encoge de hombros.
Asiento.
Sé que no puedo presionar más.
Ella intenta fingir que no le importa, pero yo sé la verdad. Así que me obligo a levantar la barbilla y preguntarle:
Ella bufa.
Me quedo impresionada y un tanto atónita.
Parpadeo varias veces.
Ruedo los ojos.
Ella frunce el ceño.
Suspiro.
Trago saliva.
Kimera escupe las frituras que se había metido a la boca.
Kimera se echa hacia atrás.
Por su tono de voz… No creo que esté pensando en mí cuando lo dice. Está pensando en ella. En su hermana.
Sólo espero que algún día me lo diga. Lo que sea que sea. Por ahora, esperaré.
Es lo único que tengo.
Me encojo de hombros intentando parecer despreocupada y me meto comida chatarra en la boca. Sólo espero que Charlie lo solucione. Pronto.
Minutos después, la conversación se ha desviado a otro punto.
Me giro de repente hacia Kimera mientras algo atraviesa mi pecho.
Kimera rueda los ojos.
Frunzo el ceño.
Kimera levanta las manos.
Kimera mete la mano en la bolsa tranquilamente mientras habla.
Aprieto mi mandíbula.
Kimera alza la mirada hacia mí y seguido saca una carcajada limpia.
Ella se ríe.
Le lanzo la almohadilla del sillón.
Atrapa la almohada y su sonrisa se ensancha.
Le saco la lengua.
Ella se acomoda de nuevo a mi lado y dobla las piernas, metiendo la mano en la bolsa de papitas. Y antes de que pueda hacer algo al respecto, las palabras salen de mi boca.
Primero Kimera junta las cejas. Luego me mira con curiosidad. Luego una mezcla de horror y diversión cruza por su cara.
Entrecierro los ojos.
Ella sonríe de lado.
Para mostrar la última parte ella separa unas pulgadas el dedo índice y el pulgar.
Me recuesto en el mullido sofá y suspiro al techo.
Una sombra cruza la cara de Kimera, pero se desvanece tan pronto como aparece.
Frunzo el ceño.
Ella alza una ceja y me mira, divertida.
Ella pone su cara de niña enfurruñada.
La con el rabillo del ojo.
Ella se ríe.
Alza la cabeza, expectante y sorprendida.
Giro la cabeza para mirarla, mientras ella espera mi respuesta comiéndose la bolsa de papitas.
Kimera abre la boca de par en par.
Levanta una ceja, de nuevo. Es tan característico de ella.
Después de pensarlo, le digo:
Ella agita la cabeza y se chupa los dedos. Yo me estiro, tomo la bolsa y empiezo a meter la mano dentro.
Pienso unos segundos antes de decir:
Me tardo más esta vez.
Ella asiente.
Levanto una ceja, burlona.
Se encoge de hombros.
Y por primera vez, no hay nada que pueda decirle a la pequeña y loca que es mi mejor amiga. Y ella lo sabe.
Ella sonríe, arrogante.
Cuando mi mejor amiga pone una almohada en mi regazo y se acuesta, agacho la mirada para mirarla a los ojos, y le pregunto:
Y ella no me contesta.
Tal vez, en el interior, no soy la única que tiene nauseas por las cosas que nunca resolvió. Tal vez no soy la única que se siente ahogándose.
-Sthep Stronger.
cual será el secretillo ( o secretazo, todo puede ser) de Kimera?
ResponderEliminarLo descubriremos en el próximo capitulo!! (o en el siguiente, o en siguiente del siguiente, etc.)
XD Te he dicho alguna vez que amo a Harry??
Espero que no la deje por Sunny sino me voy a enfadar de verdad con él y dejará de gustarme tanto el niño que sobrevivió al innombrable...
Besos!
Jaja :) En el capítulo 19 :)
EliminarCreo que sí me lo habías dicho :) Y ya veremos qué pasa!
¡Besos!