After Jude. Capítulo 4.
Cuando abro mis ojos, la señora Perkins está sentada
en la mesa, con los panecillos que no comí anoche en el centro y una taza de
algo.
--No te he oído llorar desde un largo tiempo—Me dice--¿Qué
tal si te sientas aquí y hablas conmigo? Hay una taza de chocolate caliente
esperando por ti en la cocina.
Me levanto, aún con los ojos nublados y con mis miembros flojos. Voy a la cocina y encuentro mi taza con chocolate. No es exactamente mi taza. Era de la señora Perkins, pero siempre que estaba aquí pegada a Jude y nos daba té o algo, yo siempre pedía esa taza, simplemente porque me gustaba el diseño. Ni siquiera era especial. Era una taza normal naranja con unas líneas horizontales verdes, como en forma de tornado. No era especial, pero era mi taza.
Es mi taza.
Cuando vuelvo, ella está esperando.
--¿Entonces qué ocurre?
--Jude. Eso ocurre.
Suspira.
--Oh, cariño. Pensé que habías podido obtener un cierre hace mucho
tiempo.
--Pensé que lo había tenido. Pero estaba equivocada—Suspiro—Siento
por haberte molestado por la noche. ¿Se oía mucho?
--Cariño, no tienes que disculparte conmigo.
Llevo mi taza a los labios y trago. El sabor dulce corre por mi garganta y me ponte toda cálida en el interior.
--Entonces, estoy en esta clase de Escritura Creativa obligatoria. Y es
un asco. Tenemos que abrir nuestros corazones y vomitarlos todos en una hoja de
papel. Es un asco—Repito. Luego hago una pausa—Pero también es
liberador. Y nuestro trabajo final es escribir acerca del dolor. El tipo de
dolor que te hace doblarte, y estoy citando al profesor Morgan.
--Y elegiste a Jude.
Miro la ventana detrás de mí, hacia la luz del sol filtrándose por la ligera cortina blanca.
--¿Cómo no iba a elegir a Jude? Jude es en todo lo que pienso. Como sea,
anoche estaba intentando escribir, y bueno, terminó así.
Suspira, asintiendo hacia mi historia.
--Fui a verlo ayer—Me dice.
Sorpresa, sorpresa.
--Lo sé.
La señora Perkins aún sigue viviendo por ese hijo de perra. Ese hijo de perra a quien quiero y extraño.
--Ya no voy como antes, Mackenzie. Le dije que lo amaba, pero que tenía
una vida y que tenía que continuar. Ese fue mi cierre. Tal vez tú puedas hacer
lo mismo. ¿Qué te parece que vayamos esta tarde a verlo?
Tengo mis dudas, pero luego asiento.
ﮪ
Me levanto, aún con los ojos nublados y con mis miembros flojos. Voy a la cocina y encuentro mi taza con chocolate. No es exactamente mi taza. Era de la señora Perkins, pero siempre que estaba aquí pegada a Jude y nos daba té o algo, yo siempre pedía esa taza, simplemente porque me gustaba el diseño. Ni siquiera era especial. Era una taza normal naranja con unas líneas horizontales verdes, como en forma de tornado. No era especial, pero era mi taza.
Es mi taza.
Cuando vuelvo, ella está esperando.
Suspira.
Llevo mi taza a los labios y trago. El sabor dulce corre por mi garganta y me ponte toda cálida en el interior.
Miro la ventana detrás de mí, hacia la luz del sol filtrándose por la ligera cortina blanca.
Suspira, asintiendo hacia mi historia.
Sorpresa, sorpresa.
La señora Perkins aún sigue viviendo por ese hijo de perra. Ese hijo de perra a quien quiero y extraño.
Tengo mis dudas, pero luego asiento.
ﮪ
Mis pies caminan sobre maldita nieve. Por todo el lugar. Tengo que llevar mi bufanda gruesa si no quiero tener mi cuello congelado.
Maldición, hace frío.
La señora Perkins sostiene mi brazo hasta que ya estamos ahí.
Veo las palabras escritas en la roca, sobre su fecha de nacimiento.
Jude Matthew Perkins
Hijo, amigo, compañero
Que Dios te tenga en su gloria
La primera vez que vi la última frase, pensé que si Jude estuviera vivo, le daría un infarto. Ahora me gusta pensar que es el karma.
Eso es lo que le pasa por suicidarse.
-Sthep Stronger.
Porque tiene que ser una historia triste?!?!? D:
ResponderEliminarAhora seguro que en algunas partes me haras llorar y eso...
Te odio :'(
PD: mentira no creo que pudiera odiarte xd
Cositaaa!! xD
EliminarCreo que ya era tiempo de una historia triste...
Ya sé, entiendo el sentimiento :D