Fade. Capítulo 7.
Fade. Capítulo 7.
La libreta. Página 7:
A veces nuestra gran debilidad es también nuestra mayor fortaleza.
--Sophie,
es sólo una noche.
Observo cómo Sophie mete todo el contenido de su bolsita de baño en una bolsa
mientras intento leer un libro.
--Esto es lo que ocupo para una noche.
Ella mete las latas en la bolsa y los cosméticos.
--¿Qué llevas tú, de cualquier manera?—Dice con recelo, mirando
la pequeña y semi vacía bolsa de lona en los pies de mi cama.
--Mi pijama, un cambio, mi cepillo de dientes. Lo necesario.
Frunce el ceño.
--¿No usas crema para peinar? Ni siquiera llevas un cepillo.
Dejo que ella empiece a hablar sobre las miles de manera que sabe que mi pelo
quedará más brillante y sedoso, mientras yo me giro a Cora, quién ve un
anime-dorama-cosa en su laptop. Le pregunto una vez más si quiere venir. Y una
vez más, ella sacude su cabeza en negación.
Es una de las cosas por la cual ella se
parece a mí; Está feliz con la soledad. No le importa. Sophie es otra cosa.
Ella no nos habla a menos que en verdad no tenga absolutamente nada qué hacer.
--¡Estoy lista!—Sophie chilla, cerrando el cierre de su bolso
rosa fosforescente.
Dejo el libro en mi cama y me levanto. Cinco minutos después estamos caminando
lado a lado hacia la habitación de Marina, que está casi al otro lado. Supongo
que tiene que ver con que son mayores que nosotras.
Ayer, no pensé que diría esto, pero
estoy feliz que Sophie venga conmigo.
Porque tengo un plan. Es el único. No tengo un plan B, así que tiene que
funcionar.
--¿Entonces An estaba saliendo con Alex?—Le pregunto.
Ella asiente distraída en su celular.
--Sí. Aunque pensándolo bien, no sé. Tal vez sólo se estaban enrollando.
Johanna no me quiso decir mucho de eso. Pero, quiero decir, qué patético. Regla
número uno: No te enrolles con el crush de tu BFF. ¿Es que ese chico estaba muy
bueno?
--Está—Digo, mirando su imagen en mi mente—De una manera
infernalmente peligrosa.
Sophie me mira.
--¿Ya lo has visto? Espera, ¿infernalmente peligrosa? ¿Y eso qué
significa?
Pero no tengo qué contestar, porque entonces ya estamos en la puerta de Marina.
Toco la puerta y segundos después Kate sale. Sonríe y nos deja pasar.
Aquí es cuando dejo que Sophie entre
primero y yo rápido deslizo la pequeña libreta y lápiz bajo una maceta enorme.
Impecable.
Media hora después, ellas están en
pijamas divirtiéndose y riéndose con
historias que cuentan (excepto An, que tiene los audífonos puestos y nos ignora
categóricamente). Yo me excuso para ir al baño, y al salir de la habitación con
mi pequeña pijama de short y top puesta, me agacho y disimuladamente tomo la
cámara de Sophie. La escondo en la maseta al lado de la puerta. Espero unos
segundos. Me vuelvo y la abro, asomando
la cabeza a la habitación.
--¿Sophie? Tu amiga pelirroja pasó por aquí. Dice que es urgente que la
encuentres en su habitación.
Sophie se vuelve hacia a mí.
--¿Rachel?
Asiento, recordando a la chica con ella el día anterior.
--Te recomiendo que te apures. Estaba hecha un mar de lágrimas. Estaba
teniendo una gran crisis.
Ella asiente y se levanta, aún mirándome. De hecho todas las miradas están
puestas en mí. A excepción de An. Qué se puede hacer.
--¿Y tú cuando saliste?—Pregunta Kate.
--Hace un momento. Voy al baño.
Sophie sale y yo cierro la puerta tras ella, dirigiéndome hacia el pasillo del
baño. Cuando veo que está fuera de vista, me deslizo hacia la maceta. Debajo
tomo el cuaderno y la pluma.
Mi letra es cursiva y delgada, así que
me toma un minuto hacer la frase con letra gorda y grande. Ha salido muy bien,
a decir verdad:
Sé
sobre Serena y Cassidy.
Tal
vez esto es estúpido. Tal vez este plan es estúpido, tal vez ni siquiera vean
el papel, tal vez lo hacen y de alguna manera saben que soy yo, tal vez se lo
tragan pero no dicen qué pasó con ellas dos y entonces no tendré nada.
Pero supongo que prefiero saltar y
caer a no haber saltado nunca.
Tal vez.
Mi respiración sale temblorosamente de entre mis labios y me levanto aún con la
nota en una mano, tomando la cámara de la maceta y agachándome frente a otra,
en la esquina del otro pasillo. La prendo y la acomodo entre las ramas,
apuntando a la puerta y ocultándolo a la vista para que nadie lo vea.
Aprecio el bonito diseño de la cama,
pensando en que mis padres con dificultad me permitían el celular.
Un dolor se instala en mi pecho y lo desecho para ponerme a hacer mi trabajo.
Es entonces cuando me acerco sigilosamente y dejo el papel frente a la puerta.
Y entonces de la nada golpeo la puerta con el pie causando un sonido de un
golpe sordo.
Me deslizo hacia el pasillo de la maceta con la cámara de Sophie y me escondo
detrás de la pared.
Y espero.
Al principio, nada.
Así que espero unos segundos más.
Dejo que mi respiración salga suavemente por mi boca mientras de despego me la
pared con decepción. En eso, oigo la puerta abrirse.
--¿Pero quién demonios está molestando en mitad de la noche, estúpidos
fenómenos?—Por supuesto esa es An.
Escucho algunos pasos, y luego silencio.
“Descubrieron la cámara”, me grito mentalmente con pánico, “¡Vieron la
cámara!”.
--Probablemente fue una broma de Alex—Comenta Kate.
--Estúpido subnormal—Sisea Marina por lo bajo.
--¡Si crees que esto es divertido, pedazo de mierda, verás cuánto me voy
a reír cuando patee tu inútil y patético trasero! ¡Eso sí va a ser divertido!—An
vocifera.
--An, despertarás a alguien—La voz de Kate resuena en mis oídos,
algo preocupada—Tranquilízate, ¿De acuerdo? Vamos adentro. Esto no vale
la pena.
Ella no dice nada.
--Está bien—Accede, un poco más calmada.
Todos necesitamos a alguien que nos
haga detenernos en nuestras vías y pensar. Supongo que para An, Kate interpreta
ese papel. Creo que estoy feliz de ello, porque me abruma la cantidad de malas
palabras que ella puede soltar. Y no me ayudaría el hecho de que despertara a
todo el mundo.
Oigo la puerta chirriar y pasos.
¿Qué? ¿No vieron el papel? ¿Qué no miran abajo?
Estoy furiosa por unos segundos, hasta que oigo la voz temblorosa de Marina:
--¿Chicas…?
--Vamos, Mar. Le daremos una golpiza a Álex mañana. Tenemos que dormir.
Y por cierto, creo que a esa chica le ha dado diarrea. Se fue hace como… muchos
minutos—An se burla.
--No le darás una paliza a nadie—Reprende Kate—Bien sabes
que él puede venirse en nuestra contra, finalmente. Y deja a Isabel en paz.
An bufa.
--Chicas…--Intenta de nuevo Marina.
--¿Qué?—Responden las dos, casi sincronizadamente.
--Miren.
Entonces, silencio.
Un silencio embriagador que se extiende por el aire, haciendo que me
impaciente.
Por favor, Marina, por favor.
Y entonces An rompe el silencio de la única manera en que sabe cómo hacerlo:
--Mierda. ¡Mierda, mierda!
--¿Qué…?—Kate comienza, pero luego se traga sus palabras.
--¿An? ¿Qué es esto?—Llora Marina, asustada.
--¿Qué crees que es, idiota? ¡Alguien lo sabe! ¡Alguien lo sabe y
estamos arruinadas!
Marina hace un ruidito ahogado con su garganta.
--An—Advierte Kate una vez más, sólo que esta vez no con
tranquilidad, sino con autoridad en su voz—Debe de ser Carter—Continúa—Debió
de colarse al instituto. Esta cosa nunca ha cumplido con las normas de
seguridad que deberían.
--No—An levanta la voz con ferocidad—No. Yo compré al
tipo. Me prometió que no haría una historia. Que me dejaría en paz. A todas
nosotras.
--Ese estúpido reportero—Se lamenta Marina--¡Llámale, An,
pídele una respuesta!
Entonces oigo la puerta abrirse y a alguien entrar al cuarto. An, supongo.
Pero ella sigue ahí. Lo compruebo cuando escucho su voz.
--Tal vez se lo dijo a otro reportero—Kate considera—A un
compañero.
--Por su bien espero que no.
Tenemos un trato.
--An…
--Ya lo sé. Pero su palabra es lo único que tengo.
Entonces alguien sale de la habitación. Marina.
--Aquí tengo tu celular, An. Voy a marcar.
Las teclas empiezan a sonar.
--¿Pero cómo saben lo de Serena, si apenas nosotras estamos conscientes?—Pregunta
Kate, con una nota de algo desagradable en la voz—Todos piensan que fue
un suicidio. Sólo un pequeño grupo de personas sabíamos que no lo era.
--No lo sé. Pero si ese alguien lo cuenta, Kate, empezarán a buscar.
Eventualmente, encontrarán. Será nuestro fin.
No podemos permitir que esta persona quién sea que sea esté involucrada.
--¿Qué hacemos, entonces?
--Espera. Hey, Mar, ¿Te contestó? Pásame el celular.
Después de unos segundos, la voz de An se eleva sobre el silencio.
--Carter. ¿Qué mierdas crees que haces? Hicimos un trato.
Hace una pausa.
--Ah. ¿Entonces no fuiste tú quién se coló en mi colegio para
amenazarnos?—Su voz destila sarcasmo.
Otra pausa.
--Si me entero de lo contrario, Carter, te irá mal. Recuerda quienes son
mis padres. Recuerda que te voy a hundir.
Ella cierra el teléfono en un movimiento rápido.
--Bueno, esto no tiene nada que ver con Carter, así que contestando a tu
pregunta, Kate, entonces tendremos que comprarlo también. Y como mi cuenta está
vacía, chicas, ahora les toca a ustedes manipular las cuentas de sus padres.
Alguien suspira profundo.
--¿Y cómo nos comunicaremos?—Pregunta Kate.
--Este sujeto nos hará llegar la manera.
--¿Cómo lo sabes?
--Porque obviamente algo quiere de nosotras—Responde con fastidio
en su voz.
--Hay que tener un plan B—Dice Marina—Si ésta persona
decide contar la verdad sobre la muerte de Serena… ¿Qué haremos?
--Si alguien se entera que sabemos algo, tan siquiera la más mínima cosa
acerca de Serena, no tendremos un plan B. Así de simple. Estaremos arruinadas—An
responde—Así que hay que rezar. Y averiguar los números de ésas cuentas.
Dios, menos mal que nuestros padres tienen dinero.
--¿Qué tal si no quiere dinero?—Pregunta Marina.
--¿Qué más podría querer?—An le responde, escéptica.
Es ahí cuando yo salgo de mi escondite y sonrío.
--La verdad—Respondo.
El aire se vuelve frío y ellas dejan de respirar, inmovilizadas en sus lugares
por unos momentos. Yo aprecio su agonía en silencio: La manera en que Marina se
abraza a sí misma, cómo Kate está recargada contra la pared con cansancio y
como An aprieta su celular en una mano.
Varias emociones cruzan por sus ojos
hasta terminar en el vacío. En la confusión.
--No quiero dinero—Continúo suavemente—No quiero nada más.
Quiero saber la verdad. Es todo.
El fuego de An quema el hielo alrededor y me apunta con un dedo, diciendo:
--¡Tú, pequeña perra! ¡Yo sabía! ¡Sabía que no ibas a traer nada bueno!
Parpadeo ante el insulto, pero no retrocedo.
Kate y Marina reaccionan, finalmente.
--¿Tú has hecho esto?—Pregunta Kate con incredulidad--¿Por
qué?
Marina se ve extrañamente confundida. Siento un poco de lástima por ella.
--¿En el baño, ayer? Yo estaba ahí. No me gusta saber que hablan de mí a
mis espaldas.
--Nadie va a creerte—Dice An, con veneno en su boca—Si tú
dices algo sobre lo que has oído a alguien, ellos no van a creerte. No tienes
nada en nosotras. Así que mueve tu pequeño y huesudo culo de vuelta hacia tu
habitación y mantente alejada de mis chicas, ¿Entiendes?
Parpadeo de nuevo y frunzo el ceño.
Qué mala.
--Sé que nadie va a creerme—Respondo—Ellos ni siquiera
saben que existo. Pero es diferente si lo oyen salir de sus bocas.
An deja salir una risa ácida.
--¿Y crees que nosotras vamos a hablar?
Me encojo de hombros.
--Yo lo han hecho, de cualquier manera.
--¿A qué te refieres?—Finalmente habla Marina, con voz
temblorosa.
--Las tengo.
Camino hacia la maseta y saco la pequeña cámara rosada de su escondite. Ellas
miran con incredulidad el artefacto cuando yo le pongo pausa y sonrío.
--Perra—Murmura An.
--No puedes hablar sobre nada de esto, Isabel—Marina me mira a
los ojos—Estaríamos arruinadas. Por favor.
Bajo la cámara y las miro.
--Yo no diré nada a nadie… Claro, siempre y cuando me digan la verdad.
Acerca de Serena y Cassidy, sobre Alex, sobre qué tengo que ver en ello. Estoy
harta de que las personas jueguen a mis espaldas. Que oculten cosas. Necesito
saber.
--Pequeña mocosa, voy a destruirte, tú hija de…--An comienza,
pero se detiene cuando Kate pone una mano en su brazo.
Kate habla:
--Sólo la verdad.
Asiento.
--Es fácil. Sólo quiero la verdad.
Marina ríe agriamente y dice:
--La verdad no tiene nada de fácil, Isabel. La verdad no te libera. No
en este caso. Escúchame, tú no quieres meterte en esto. Tú no quieres saber.
Más de lo que alguna vez ella podría
saber.
--Creo que es mi decisión.
--Una vez que lo hagas—Amenaza Kate—No hay un camino de
regreso.
--Compartiré el secreto con ustedes.
--Te mataré antes de que sepas qué está pasando—Sisea An.
La miro a los ojos y veo la furia en ellos. Kate aprieta su agarre.
--Si contamos, entonces te largarás, ¿De acuerdo? No hablarás con nadie.
No conmigo, ni con An, ni con Marina. Y definitivamente no con Álex.
Me pregunto qué tanto tiene que ver Álex en este asunto, pero supongo que estoy
a punto de saberlo.
--Sabes que no lo hará—Escupe An—Sabes que quedará
atrapada en esto con nosotras. Tú lo sabes.
--Lo sé.
--¿Entonces?
--No tenemos otra opción—Se gira hacia mí--¿Cómo sabemos
que cuando te lo hayamos dicho no publicarás ese video?
--Tienen mi palabra.
--Y una mierda—An ataca de nuevo.
--No es suficiente—Kate intenta—Quiero la cinta.
Marina se acerca a An y a Kate, aún con los brazos alrededor de sí misma.
Entonces, a pesar de los insultos y el mal humor, An la toma del brazo y la
acerca a ella, mirándola con una chispa protectora.
Es ahí cuando me doy cuenta de a lo se
refería Marina cuando la conocí: An está a cargo, porque ella es la más
protectora de las tres. A pesar de toda la palabrería, el punto débil de An,
son ellas.
Haría cualquier cosa para protegerlas.
--No.
An levanta las cejas.
--¿No?
An abre la boca pero Kate la corta y habla:
--No podemos depender de tu palabra.
--Pero es lo único que tienen. Por otro lado, si ustedes deciden que no
van a hablar… bueno, me pregunto qué pasará con todas ustedes. Qué desastres
causaría la verdad. Cómo cambiaría su vida su ésta cinta terminara en la
policía.
La mirada de An vuela a la mía con
verdadero odio.
--No tengo nada contra ustedes. Sólo quiero la verdad. Entonces dejaré
sus vidas como estaban antes.
Hay un momento de silencio.
--Dios—Marina susurra, pegada a An—Me recuerda tanto a
Cassidy. La misma chispa manipuladora en sus ojos.
¿Isabel, manipuladora? ¡Siguiente chiste! No pueden hablar enserio. ¿Isabel?
¡Vamos!
--¿Entonces?—Presiono.
Kate mira a An, porque sé que ella tiene la última palabra, al final.
--Espero que cumplas tu palabra, chica.
Es ahí cuando me doy cuenta de que he ganado.
--¿Quién empieza?—Sonrío.
Ellas se miran entre sí, y luego a mí.
--¿Por dónde quieres empezar?—Pregunta Kate, paciente.
Creo que, en otras circunstancias, podríamos llegar a ser amigas.
--Desde el principio.
Hay otra pausa, y entonces Marina habla, deslizándose por la pared hasta quedar
sentada en el suelo. Kate sigue su acción, así que yo también lo hago, enfrente
de ellas, pero An sigue parada, mirándome con desconfianza.
--Éramos más antes—Comienza Marina—El año pasado. Había
dos más. Cassidy y Serena. Éramos amigas. Un día… Un día, la encontraron en su
habitación muerta. A Serena. La policía pensó que fue un suicidio, pero
nosotras sabíamos mejor. Ella no se había quitado la vida.
--¿Cómo lo sabes?
--Ella huía de algo—An dice, recargándose en la pared y cruzando
sus brazos sobre su pecho—Temía de algo. Pero nunca supimos qué era.
Nunca nos contó. Además, ella nunca se habría hecho eso a sí misma. Ella tenía
sueños. Iba a ser pintora. Ella quería ir a ese estúpido museo enorme en
Francia. Quería hacer tantas cosas. Y ella no era de ese tipo de personas que
se rendían.
--Por eso supimos que ella simplemente no se había suicidado—Kate
añade—Alguien más había hecho eso. Pero no lo sabemos. Nadie sabe.
Sacudo la cabeza, con incredulidad.
--¿La policía simplemente la dio por suicida?
Marina asiente.
--Imagino que fue un gran choque para Ahsford.
Kate niega con la cabeza.
--No, ellos nunca se enteraron.
--¿Cómo?
--Los únicos que sabían de la muerte fue la policía, la directora, las
dos chicas compañeras de cuarto y sus padres. La directora no quería perturbar
a la escuela por una niña deprimida que acabó con su vida, así que no lo hizo.
Hizo que los padres fingieran que habían transferido a Serena a otra parte, a
otra cuidad, a una escuela. Se las arregló de alguna manera para que no saliera
en los medios. Por eso probablemente tú nunca escuchaste nada de eso. Y las dos
chicas también fueron transferidas. Pero eso fue cosa de los padres, más que la
directora. A ella le gusta la discreción.
--¿Qué pasó con Cassidy?—Presiono.
Marina sacude la cabeza.
--Por alguna razón ella era muy sensible cuando se trataba de muerte,
¿Sabes? Serena era su amiga, y entonces estaba muerta.
Lo entiendo. Vivian y Cam acaparan
todos mis pensamientos.
Oh, Isabel, lo siento.
--Le afectó—Mucho, continúo Marina—Así que empezó a salir
con Alex.
--Esperen, esperen. Retrocedan un poco. Ustedes estaban diciendo que si
se enteraban sobre Serena iba a afectarles. ¿Cómo podría hacerlo si no saben
quién pudo haberla matado?
An sacude la cabeza.
--Niña ingenua, ¿No lo entiendes, verdad? Si alguien llegara a saber que
sospechamos de un asesinato, la prensa se irá sobre nosotras, intentarán
culparnos, porque somos las únicas involucradas. Sus amigas. Si nosotras
salimos afectadas por esto, afectará directamente a nuestros padres.
Levanto las cejas.
--¿Sus padres?
--Sabes que estamos en Ashford por una razón, ¿Verdad?—Marina
dice.
--Porque… es una escuela para ricos. Y supongo que ustedes son ricas—Digo
con voz titubeante.
Kate niega.
--Lo es. Pero no es por eso que estamos aquí. Nosotras estamos
matriculadas en Ashford por la seguridad, Isabel. ¿Sabes quiénes son nuestros
padres?
--…No.
--Por ejemplo, el padre de An es Nicholas Brown—Continúa Kate,
haciendo una pausa para que yo reconozca el nombre.
Pero no lo hago.
Tal vez sea un actor o cantante, pero yo no tengo manera de saberlo. He estado
enterrada en la vida de Isabel por tanto tiempo que he estado perdida.
--¿Qué tú no ves las noticias, no lees los periódicos? Tus padres al
menos debieron hablar sobre ello alguna vez.
Niego.
--Lo siento. No me suena.
--Está en campaña para la presidencia—Me informa An, sin darle
tantas vueltas como Kate—Y mi mamá fue senadora, se acaba de retirar.
--Oh. ¿Qué hay sobre ustedes dos?
--Mis padres son senadores—Kate sonríe.
--Mi hermana mayor es actriz—Termina Marina—El año pasado
ella ganó un premio. De esos importantes, no recuerdo el nombre. Mis padres me
ingresaron a Ashford porque mis compañeros de escuela me acosaban. Pensaron que
estaría mejor con personas relacionadas conmigo.
An vuelve su cara hacia la mía.
--Y luego están las personas como tú. Pequeñas niñas cerebro de clase media con beca que tienen el
sueño de convertirse en alguien importante. Física, escritora, doctora. ¿No es
eso por lo que estás aquí?
No sabe ni siquiera una cosa acerca de
mí. Sin embargo, yo… No quiero decirles aún sobre Isabel y yo.
No le contesto.
--Por esto no podemos dejar que la prensa acceda a nosotras—Explica
Marina—Sería un desastre para nuestra familia. Allie no necesita problemas con la prensa otra vez.
El año pasado tuvo un asunto con ellos y no necesita que una noticia
escandalosa sobre un asesinato en el que su hermanita está involucrada. Si
ellos se dan cuenta de lo que sabemos sobre Serena… o lo que pensamos que
sabemos… No habrá un camino de regreso. An esquivó la bala tiempo atrás, cuando
un miembro de la policía pensó que tal vez nosotras escondíamos algo. Pero como
siempre, se las arregló—Sonríe.
An no nos mira a ninguna de nosotras.
-- Y todavía no hemos hablado del hecho de que el tipo que pudo haber
asesinado a Serena vendrá tras nosotras si se entera que sabemos—Continúa.
--Eso no lo sabemos—Se apresura a decir Kate, empujada a mantener
la calma.
--Sabes que es probable. Hay personas en el mundo que harían lo que
fuera por mantener sus pequeños sucios secretos—An discrepa.
--Como tú—Remarco en algún momento de estupidez—Estás
contándome todo esto porque quieres mantenerlas a salvo.
An me dirige una mirada enviada
directamente desde el infierno y luego la aparta de mí.
Ups.
--Entonces, ustedes están aquí por la seguridad. ¿No se han dado cuenta
que es un asco?
--No por ese tipo de seguridad—Marina me explica—Estamos
aquí por Cassandra Terrance, la directora. Ella es la seguridad.
--No lo entiendo.
--Sabemos que la seguridad de la escuela es bastante normal. Pero
estamos aquí porque Cassandra es una mujer dura, aunque no lo parece. Si la
prensa o algún otro idiota intentan meterse con alguno de nosotros, ella los
patea. Con ella, cualquier famoso estaría más seguro que cualquier miembro
presidencial. Es lo que nuestros padres quieren para nosotras.
Asiento.
--Entiendo.
--Ya era hora—An gruñe bajito.
Kate suspira.
--Cassidy se acercó a Alex—Les recuerdo, intentando avanzar--¿Qué
pasó después? ¿Por qué Alex es tan importante?
La mirada de Marina se endurece.
--Ése imbécil.
--¿Qué hay con él?
--No lo sabemos. Ese es el problema—An dice con tono frustrante.
--¿Eh? --Muy bien. Ahora sí estoy confundida--¿Están
odiando tanto a alguien por nada?
Kate sacude la cabeza.
--An no se está expresando bien. Cuando conociste a Alex, ¿Qué pensaste?
Pienso sobre la pregunta.
--Que no me gustaba.
Marina frunce el ceño hacia mí.
--¿Enserio? Cuando yo lo vi la primera vez pensé que quería follármelo.
Rasco mi brazo, incómoda. Kate le da un codazo y An entrecierra los ojos en su
dirección de manera desafiante.
--Los siento—Murmura.
Me encojo de hombros.
--Más bien pensé… No sé. Es que él me miraba de aquella manera, era
como… Cuando lo vi a los ojos, vi todo lo que pasaría si yo me mantenía cerca
de él. No me gustó lo que vi. Vi que iba a romperme—Me encojo de hombros
de nuevo—Supongo que tal vez estoy exagerando. Es sólo que no me
había encontrado nunca con uno de ésos chicos.
An deja de mirar a la nada y se vuelve hacia mí.
--Es que no estás exagerando. Agradécele a tus instintos, porque ese día
te salvaron el culo.
Aún no estoy del todo cómoda con su
lenguaje, pero no hago ninguna mueca ni menciono ni una sola palabra al
respecto.
An prosigue:
--Si te has dado cuenta, el niño coquetea con todas. Todo el tiempo. Ha
logrado enganchar a dos de las nuestras. Serena y Cassidy. Y no sé si tu
pequeña mente lo ha notado, pero ellas no están aquí. Ellas están muertas.
Por un segundo, hay una pequeña pausa
que llena los espacios en blanco.
--¿Ustedes creen que él las mató?
Mi boca casi perfora el suelo.
--No así. No tenemos nada seguro—Dice An, de nuevo sin verme a la
cara, como si fuera demasiado genial para eso—Pero definitivamente algo
cambió en ellas dos cuando Alex comenzó a meterse en su ropa interior. Algo les
hizo. Es lo que sabemos. Pero lo frustrante es que no sabemos qué es. Él es un
misterio andante. Uno muy caliente, claro. Pero aun así un problema.
--¿Cambiar en qué maneras?
Es Kate quién me contesta:
--Es complicado. Y fue diferente cada vez. Primero él comenzó con
Serena. Ella solía ser alegre, dibujaba todo el tiempo…
--Dios, ese olor a pintura me tenía loca—Murmura An entre dientes,
interrumpiendo a Kate.
Kate prosigue tras dedicarle una mirada.
--… y sonreía a todo el mundo. Era como una niña. Pero cuando empezó a
salir con Alex, se volvió más… apagada. Era más precavida; Siempre miraba
detrás de su hombro, cómo si alguien la estuviera siguiendo. Como si temiera de
algo. Ella solía visitar a su familia todos los fines de semana, pero entonces
dejó de hacerlo. Se acurrucaba en su cama y no salía de ahí en horas. Solía
escabullirse a mitad de la noche al baño para llorar. Se empezó a alejar de
nosotras… Ella… No estaba en sí.
Carraspeo, e incluso cuando sé que lo
que voy a decir a continuación traerá la furia no sólo de An sino de las otras
dos, igualmente (por alguna razón) viaja por mi garganta y se desliza por mis
labios:
--¿No han considerado que tal vez tuvo un ataque de depresión y se
suicidó?
Y como esperaba, ellas me clavaron miradas que si fueran dagas ahora mismo yo
estuviera en el piso muriendo desangrada.
Auch.
An se apresura en expresar su opinión:
--¿Por qué no cierras la boca? Tú no la conociste. Y nunca lo harás. De
hecho después de ésta noche tú no vas a conocer a ninguna de nosotras, puedes
apostarlo. Vete haciendo la idea.
Marina, que está sentada a su lado, mira
hacia arriba y pone una mano en su pie, como diciéndole que no pierda los
estribos. Ella mira hacia abajo, hacia sus ojos y el estrés que adornaba su
rostro se reduce a nada.
--Lo siento—Murmuro—Era una observación.
Kate sacude la cabeza, como intentando despejar su mente.
--Créeme: Ella nunca se haría eso a sí misma ni a nosotras. Serena nos
amaba lo suficiente como para hacerlo.
Asiento.
--Está bien, lo siento. ¿Puedo hacer otra pregunta?
--¿Hay alguna manera de detenerte?—El sarcasmo de An ataca de
nuevo.
Me hubiera sentido mal hace unos meses si alguien me tratara a sí. Me
preguntaría constantemente porqué. Sin embargo, tengo la respuesta. Y no soy
igual a hace unos meses. Entiendo perfectamente porqué ella es como es: Yo soy
la chica que pone en peligro no sólo su vida, sino las de sus mejores amigas.
Personas a las cuales ella se ha esforzado tanto por proteger.
--Y la pregunta es para ti, de hecho.
Ella me mira, finalmente.
--¿Qué quieres?
--Sophie me dijo que tú saliste también con Alex.
An resopla.
--Sophie es una perra, igual que su hermana.
--¿Qué pasó?
--Johanna era amiga mía, el año pasado. Pero eso fue en los tiempos de
la muerte de Serena—Toma aire—Yo… Como te dije antes, cuando ella
murió estaba saliendo con Alex. Y estaba, y estoy, convencida de que él le hizo
algo. Pensé que era la razón por la cual estaba muerta… Pensé que Alex era el
culpable. Ya sé, deja de mirarme así. Sé que no puedo culpar a alguien sin
evidencias, que es grave. Los sé. Pero él… Dios. Pensé honestamente que era el
culpable. Así que me acerqué a él para ver si podía sacarle algo. Quería
ganarme su confianza. Si tenía que follar con él para conseguirlo, qué
demonios. ¿Qué importa? Me iré al infierno de cualquier manera—Kate le
reprende dándole un pequeño golpe en la pierna con la mano—Pero él supo
mejor. Él me conocía. Él me conoce. Sabe que no me rindo ante sus encantos de
niño guapo. Cuando me atrapó, se lo dije. Claro, lo negó todo y me dijo que
estaba loca. El muy imbécil dijo que comprendía mi dolor y mi necesidad de
culpar a alguien, y dijo que podíamos seguir siendo amigos—Frunce el
ceño—Pero yo y él nunca fuimos ni amigos; Cada vez que lo veo me dan
ganas de arrancarme los ojos de la cara, cada vez que intenta coquetear
conmigo, incluso cuando sé que no quiere nada de mí… me siento enferma. ..
Hace una pausa.
--Johanna pensó en verdad que estaba saliendo con él, y ella quería
follárselo, como todas las chicas de la escuela. Pero seas tan ingenua como
para creer que yo quería algo con ése imbécil. Sólo quería información.
Asiento, teniendo las cosas en claro
ahora. Quiero decir, imaginarme a An sonriendo a alguien, siendo cariñosa… No,
ni siquiera puedo hacerlo.
Me giro hacia Marina, sabiendo que ella va a ser más amable conmigo.
--¿Y tú?
--Intenté hacer lo mismo que An. Buscar información, pero ésta vez sobre
Cassidy. Él y yo nunca nos llevamos mal, pero cuando comencé a acercarme se
convirtió en un completo idiota. Descubrió mi plan, gracias al anterior intento
de An, y me pateó fuera. Está más bueno que el pan, es cierto, pero su cerebro
no le ayuda. Ni su boca. Bueno…
Kate le corta antes de que pueda agregar algo más sobre el cuerpo de Alex.
--¿Algo más que quieras saber?
Sonrío.
--A penas empiezo.
An gruñe y farfulla seguido. Intento no mirarla.
--Eres una pequeña niña chismosa, esto no te incumbe, novata.
--Bueno, a tu padre supongo que tampoco le incumbe lo que haces en la
escuela, pero de cualquier manera le parecerá entretenido, ¿No es así?
An me mira un segundo y luego aprieta
la mandíbula, atrapada. Ella mira abajo hacia Marina y susurra:
--Tienes razón. Igual de perra.
Frunzo el ceño y las miro.
--¿Qué?
--Nada—Murmura An.
--Díganme.
Ella suspira pero no abre la boca, dejando a Marina con esto.
--Cassidy. En cierta manera, te pareces un poco a ella.
La alarma en mi cabeza empieza a sonar.
Dios. Dios. Dios dios dios dios dios dios. ¿Se han dado cuenta? ¿Relacionaron
los hechos? ¿Al fin unieron los puntos? ¿Saben de mí?
Me preparo para el comentario: “Eres su hermana”, pero nunca llega. Lo que sale
de la boca de Marina es algo que es muy diferente:
--Es por Cassidy. Por momentos te pareces a ella, por sus cambios de
actitud.
Me siento tan aliviada que quiero reír y llorar al mismo tiempo, pero en vez de
eso ladeo la cabeza en un gesto de curiosidad.
--Tendrás que ser más específica.
--Bueno—Se mete Kate—Es a lo que iba: Cuando llegó,
Cassidy era diferente… Ella… No sé. Era muy tímida. Era muy… Un poco como tú,
sólo que no usaba moños ni colores pasteles. De hecho, ella era… Parecía un
poco perdida.
--Y solitaria—Empieza Marina—Por eso ofrecí mi amistad.
--Y ya hemos visto como te funciona eso—Ronronea An con malicia.
Marina cierra los ojos fuerte, con culpabilidad.
Kate mira a An con una y abre la boca para reprenderle cuando An suspira.
--Lo siento, estoy tensa.
¿An disculpándose? ¿Por sí misma? Vaya. Cosa inesperada.
Marina abre los ojos y asiente en silencio, sin mirarla.
Kate suspira y me mira, continuando con la historia:
--Es aquí cuando entra Alex. Él empezó salir con ella y entonces…--Kate
se queda pensativa escogiendo las apalabras en su mente.
An contesta por ella.
--La señorita solitaria y seria ya no era ni tan seria ni tan solitaria—Ríe
amargamente—Se convirtió en alguien diferente. No como Serena. Ella no
tenía miedo, no estaba huyendo. Al contrario: Era una perra manipuladora.
¿Isabel? ¡Ella no era así!
Las palabras casi salen de mi boca, pero consigo atragantarme con ellas.
--¿Cómo?
Marina se encoje de hombros.
--Una fiestera, maliciosa y…
--Una perra—Interrumpe An.
--An, si sigues haciendo eso voy a patear tu trasero—Advierte
Kate.
Al principio pienso que An se va a burlar de ella por lo que acaba de decir,
que la iba a desafiar, pero no hace nada de eso. Ella se cruza de brazos como
una niña enfurruñada.
--Cassidy no respetaba límites—Prosigue Marina—Ella hacía
lo que quería, cuando quería. Intentó manipularnos. Y como tú, pasó de ser
inocente a alguien más. Alguien que yo no sabía que estaba ahí.
Me mira significantemente, como si yo
la hubiera decepcionado, pero yo sólo me encojo de hombros.
Después de todo, supongo que Isabel y yo compartíamos más que los genes.
-¿Están seguras?—Insisto.
--A ver, ¿Quién la conocía? ¿Tú o nosotras?—Responde An.
Y aunque soy su hermana, ella tiene razón.
No tengo ni una idea de quién es Isabel. No más.
--Supongo que tienes razón. ¿En verdad creen que Alex pudo haberles
hecho algo para que cambiaran? ¿Qué pudo asesinarlas?
Todas miran a An, y ella sacude la
cabeza.
--No lo sé, ¿De acuerdo? Nadie sabe nada de la muerte de Serena. Y
obviamente Alex no mató a Cassidy.
Sé eso, pero se supone que no, así que
la pregunta sale natural de mis labios:
--¿Cómo murió Cassidy?
--Nosotras estábamos en carretera, un fin de semana hace unos meses. Íbamos
al bosque—An dice, mirando por una ventana—A una fiesta en el
lago. Vivir a las afueras de la cuidad tiene sus ventajas cuando se trata de estas
cosas… Era mi auto, pero yo no venía manejando, estaba dormida en el asiento
copiloto. Recuerdo que alguien gritó y entonces el auto se estrelló. Recuerdo
la sangre y el dolor. Creo que me dormí o me desmayé después de eso. Cuando
abrí los ojos, Kate y Marina estaban inconscientes en el asiento trasero y
Cassidy no estaba. La policía cree que salió volando, pero no encontraron nunca
el cuerpo.
Sus palabras se quedan grabadas en mi
mente.
Yo ya sabía qué había pasado con Isabel. Sabía que había chocado con otras
chicas. Pero no sabía que no habían encontrado el cuerpo.
Mi mente me lleva atrás, cuando yo una vez le pregunté a mamá si Isabel tenía
el pelo rubio cuando la encontraron. Y ella me dio la espalda y me ordenó que
subiera a mi habitación, sin darme una respuesta.
Si no la encontraron… ¿Entonces qué
rayos enterraron?
--Lo sé—Dice Marina, mirándome—Fue horrible. La búsqueda duró
unos días, pero aquí hay osos y las probabilidades apuntaban a que un oso pudo habérsela
comido al menos una hora después del accidente. No había probabilidades de
encontrarla.
Esa información no me tranquiliza.
No sé si mis padres no me dijeron obre sesto para protegerme, o si no lo
hicieron porque ellos nunca hablan de Isabel.
Suspiro fuerte.
--¿Qué hay acerca del reportero?
An me contesta:
--¿Carter?—Suspira—Cuando pasó lo de Serena él de alguna
manera consiguió meterse al colegio y hacer algunas preguntas. Terrance le
pateó el culo, claro, pero supo suficiente como para querer preguntarnos cosas.
Nos dejó en paz hasta que Cassidy murió. Él cree que tenemos algo que ver con
la muerte de ambas. Sería una gran historia para él sin duda. Pero el hombre no
tiene consciencia, así que simplemente le pagué más de lo que la historia le
ofrecería para que se quede callado. Lo tenemos cubierto.
--Pero aún así no han resuelto nada—Comento. No es una pregunta,
es un hecho.
An me mira desafiante y farfulla:
--Qué inteligente eres.
--Si pudiéramos descubrir qué pasa con Alex—Aventura Marina—Si
alguien pudiera ganarse su confianza lo suficiente como para sacarle algo de
información…
--Yo lo haré—Interrumpo.
Kate y Marina me miran fijamente, pero An farfulla:
--No. ¡No! El trato es que nosotras te decíamos la verdad y tú volvías a
tu patética y solitaria vida. Sin ninguna de nosotras, y no te quiero cerca de
Alex, ¿Me entendiste? Quiero que te mantengas fuera de esto.
--An—Advierte Kate, casi en un susurro.
--¿Crees que después de saber esto puedo mantenerme alejada? ¿Fingir que
nada pasó?
Ella se inclina hacia el frente y me apunta con un dedo.
--No, pero te advertimos. Lo hicimos. Te dijimos que no querías saber.
La verdad no te iba a liberar. Ahora atente a ello.
Ella se voltea a ella, furiosa:
--¡No, Kate! ¡No trates de defenderla! ¡Ella va a arruinar nuestras
vidas, ella nos está poniendo en peligro; Todo lo que somos, todo por lo que
trabajamos, todo lo que nuestros padres trabajaron para estar donde están! ¡Así
que no trates de defenderla!
Kate se para de repente y dice en un
susurro.
--Creo que hay alguien aquí.
Esto hace que An se quede quieta.
--¿Qué?
--En el pasillo a la izquierda, creo que vi una sombra—Vuelve a
susurrar.
An mira hacia el pasillo contrario en donde dejé la cámara mientras Marina y yo
nos levantamos.
Es más o menos cuando recuerdo y el nombre sale de mis labios:
--Sophie.
Entonces algo en la oscuridad hecha a correr.
An sale disparada detrás de ella junto con las demás, así que yo les sigo. Casi
no puedo ver en la oscuridad, y son pasillos que no conozco, pero sigo a Marina
de cerca. Corremos detrás de An por unos segundos, pero ellas son más rápidas y
hay un momento en que no sé en qué pasillo giraron. Tardo algunos segundos viéndolos.
Es ahí cuando escucho un golpe seco proveniente de uno de los pasillos.
Cuando las encuentro, miro directamente
al suelo, donde ellas están mirando.
Sophie está en el piso, inconsciente. No hay sangre ni ningún signo de
heridas, pero aún así me perturbo.
--¡La mataron!
An me tapa la boca.
--¡Shhh! Carajo. No la matamos. Es un golpe para dejar inconsciente a
alguien. Es todo. Va a despertar.
Cuando ve que no tengo intenciones de salir corriendo a delatarlas, me deja.
--¿Cómo hicieron eso?
An se encoje de hombros, viendo el cuerpo de Sophie.
--Mi padre está en selecciones a la presidencia. El quería que
aprendiera a defenderme, por si acaso. Aprendí muy bien.
--¿Qué vamos a hacer?—Pregunta Kate, inclinándose al cuerpo de
Sophie.
An suspira.
--Primero, vamos a mantener la calma, ¿Entendido?
Asentimos y ella me mira.
--Tú, mañana, cuando yo me haya hecho cargo de esto, no vas a decir
nada. Ni una palabra. ¿Me oíste?
Asiento.
--No podemos dejarla ir ahora—Advierte Kate, mirándome.
An asiente con irritación.
--Lo sé, carajo.
Marina me mira.
--Te lo dije. Te dije que tú no querías meterte en esto. Ahora eres una
de nosotras.
Cuando dice eso, me fijo en las expresiones de An y de Kate para verificar que
no estén de acuerdo con ella. Pero no dicen ni una palabra.
--¿Enserio?
--Sí—An dice—Necesitamos de tu ayuda en esto, ya que estás
implicada. No, no me veas así. ¿Entiendes? Tú después de esta noche no te
relacionarás con nosotras. Sigo firme en eso. No quiero tener que cuidarte ni
de Carter ni de Alex, ni de ninguna cosa que puede pasar cuando Sophie
despierte. Vendrás a nosotras cuando yo lo diga.
Trago saliva y asiento.
--¿Qué quieres que haga?—Pregunto, refiriéndome a Sophie.
Ella suspira.
--Espera. Antes tengo que hacer unas llamadas.
Cuando la miro, puedo ver como esto está acabando con ella. Pero entonces mira
a las chicas y se repone. Es cuando me asombra cómo esa debilidad puede ser su
mayor fortaleza.
--Sthep Stronger.
Aún con un capítulo. Estoy atrasada :/
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