Fade. Capítulo 11.
Fade. Capítulo 11.
La libreta. Página 11.
A veces las personas hacen las cosas que hacen por razones especiales. Razones específicas Engañan, mienten, utilizan .A veces, no quieres saber. Hay veces que es mejor vivir en la ignorancia. A veces no necesitas saber. Pero otras veces, sí lo haces. Es todo lo que necesitas.
Cuando el hielo que me sostiene en mi lugar se
descongela, retrocedo unos pasos hacia atrás, aún con la vista clavada en
Graham, que no me deja de mirar tampoco.
Alza las manos a la altura de su cara y
avanza, lo que atomáticamente me hace retroceder más.
--Cassidy, puedo explicártelo.
¿Pero qué…? Él sabe. ¿Cómo él sabe?
Tiende su mano hacia mí.
--Ven aquí. No te voy a hacer daño.
Lo ignoro.
--¿Cómo sabes? ¿Qué sabes?
Suspira y deja caer su mano. Avanza. Retrocedo.
--¿Enserio creíste que nadie iba a darse cuenta? ¿Qué nadie iba a saber
la verdad? Aunque tengo que decir que no te pareces mucho a ella. Si no
hubieras llegado aquí utilizando su nombre, no hubiera sospechado.
--¿Me reconociste por el nombre?
--Isabel hizo una descripción de ti. Me habló de ti. Cuando apareciste
utilizando su nombre, bueno… Uní puntos. De cualquier manera, tienes el mismo
color marrón que uno de los ojos de Isabel.
Ríe, como si esperase que yo lo hiciera
también.
Retrocedo más.
--¿La conocías?
Una sombra cruza su rostro.
--Claro que la conocía.
Entonces las palabras de Alex me
golpean: “No salgas con él. Él es diferente”.
Graham lo sabía y me engañó. Mintió. Fingió. Hizo todas esas cosas que yo tenía
que hacer. Nunca planeé recibirlas. No de alguien a quien consideraba un amigo.
Esto me hace enojar.
--¿Cómo la conocías?
Estoy sin amigos de nuevo. Me siento traicionada.
Graham avanza un par de pasos más hacia
mí.
--¡No te acerques!
Tengo que admitir que también me siento un poco asustada. No me gusta la sombra
en sus ojos.
Él sigue.
Tomo un pedazo pequeño de madera y se lo aviento, pero él logra esquivarlo.
--¡Tranquilízate! ¡No voy a hacerte daño!
--¡Pues no eres muy convincente! ¡Aléjate!
Graham finalmente deja de caminar y me mira.
--No podemos mantener una conversación si tú sigues caminando, Cassidy.
Ignoro eso y retrocedo un poco más. Pero esta es la desventaja de caminar sin
ver nada: Caes.
Me sacudo un poco, intentando recuperar mi equilibrio, pero Graham corre hacia
mí y me rodea con sus brazos para que no azote contra el suelo.
Me retuerzo.
--¡Déjame!
--¡Cassidy, soy un amigo!
Pero sigo retorciéndome. Al final Graham me pone en el suelo y se queda parado
viéndome.
--¿Podemos ahora tener una conversación normal?—Gruñe.
Me quedo ahí quieta, mirándolo.
--Si retrocedes dos pasos.
Suspira y lo hace.
--¿Ya?
Asiento.
--Yo conocía a tu hermana. Claro que la conocía. Era mi novia.
Abro la boca ligeramente.
--¿Qué? Pero si ella estaba saliendo con Alex.
--No, no lo estaba. Sólo dejamos que las personas creyeran eso.
--No entiendo.
--Alex e Isabel tenían una relación, es cierto. Pero no de ése tipo.
Eran amigos—Exhala--¿Sabes quién soy yo? ¿Quiénes son mis padres?
¿Por qué todo el mundo me anda viniendo con
ésas preguntas?
--No.
--Mi padre compite por la presidencia con el padre de An.
--¿Qué tiene eso qué ver?
--Mi padre… Él es… obsesivo. Pensó que Isabel no era adecuada para mí…,
haría lo que fuera para sacarla de la foto. Para alejarnos de los periódicos.
No quería que estuviera con ella y yo… Isabel vino hacia mí un día y me dijo
que lo tenía solucionado. Alex sería su novio públicamente. Ella estaría
conmigo. Mi padre no se enteraría.
--¿Y tú accediste?
--Si era lo único que podía tomar de ella, lo tomaría—Hace una
pausa—Vamos, párate. No te voy a hacer nada.
Extiende su mano y la tomo
cuidadosamente. Me separo al instante y retrocedo. Quedamos como a un metro de
distancia, frente a frente.
--¿Entonces Alex nunca se metió con Isabel?
Sacude la cabeza.
--Alex no es un bastardo como dicen los rumores, Cassidy. Coqueto,
arrogante, sí. Es un imbécil—Ríe, pero luego hace una mueca—Pero
no es malo. Tenía buenas intenciones.
--¿Por qué se odian?
--Él piensa que yo le pude hacer algo a Isabel. Para que ella… se
convirtiera en… lo que era.
--¿Y lo hiciste? ¿La cambiaste?
Retrocede un paso, como si le hubiera dado un puñetazo.
--¡Dios, no! ¡No! ¡Yo no…!—Hace una pausa—No fui yo.
--¿Fue Alex, entonces? ¿Crees que él influenció a Isabel de alguna
manera?
Sacude la cabeza, luciendo… ¿Triste?
--Nadie influyó a Isabel de ninguna manera.
--¿A qué te refieres?
--Fue ella. Ella se convirtió a sí misma.
--¿A qué te refieres?—Repito, pero ésta vez gritando.
--Cassidy, ella se hizo eso a sí misma.
Tomo un pedazo de madera de la mesa y se lo arrojo, pero mi puntería falla por
mucho. No creo en verdad que quisiera hacerle daño. Creo que sólo quiero
golpear algo.
--¡Es mentira! ¡Isabel nunca fue manipuladora, ni…! ¡Ella no era la
zorra que me dijeron que era!
--No coincido nunca con las chicas, pero ésta vez sí.
--¡No! ¡Ella no era así! ¡Ella era tímida y solitaria! ¡Fue cuando se
metió con Alex cuando cambió! ¡Porque él le hizo algo! ¡O mejor dicho, tú! ¿Qué
le hiciste, Graham? ¡Dime la verdad!
--¡No fue nadie, Cassidy! ¿Quieres…? ¿Quieres dejar de aventarme cosas
por el amor de Dios!
No me había dado cuenta de que tenía más madera en mis manos. Bueno, quizá,
después de todo, si quería hacerle daño.
--¡Eres un mentiroso traicionero! ¡Yo pensé que querías ser mi amigo!
--¡Todavía lo quiero, Cassidy! ¡Deja de aventarme madera!
Graham se agacha, esquivando otro pedazo.
--¿Quieres ser mi amigo? ¿Estás bromeando? ¡Yo nunca…!
Entonces Graham está ahí y me sostiene de las muñecas, fuerte. Lucho con él,
provocando solamente que terminemos en el suelo, conmigo dándole patadas y él
intentando mantenerme quieta arriba de mí.
--¡Sal de mí!—Ordeno.
--¡Deja de aventarme cosas! ¡Ahora respira!
Dejo mi cabeza caer sobre el piso y lo miro a los ojos con furia, mientras mi
ritmo cardiaco va disminuyendo. Siento su respiración sobre mí.
--Bueno, Isabel nunca mencionó que fueras una luchadora.
Frunzo el ceño.
--Tú no sabes nada de mí.
--Lo suficiente que un chico sabe sobre la hermanita de su novia.
Esto me hace retroceder: Apago el fuego de la furia un poco y abro paso a la
curiosidad.
--¿Qué te dijo ella de mí?
--Solías esconderte para escucharla cuando ella tocaba la guitarra. Ella
siempre te descubría, pero nunca te dijo nada. Cuando tú cumpliste cinco, ella
abrió todos tus regalos y se comió tu pastel. Solías querer que tus padres te
dejaran salir con ella y sus amigas, Vivan y Cam. No te dejaban todo el tiempo.
Ustedes dos solían despertarse a las seis de la mañana para ver las
repeticiones de Buffy La Caza vampiros los fines de semana. Tenías diez cuando
tuviste la idea de meterte en el equipo de futbol de tu parque y llegaste a casa llorando porque te habían
golpeado con la pelota. Isabel se llevó un susto de muerte y llamó a tus
padres, a la ambulancia y sin querer a la policía. Aunque no tuviste la culpa,
las castigaron a las dos. ¿Quieres que continúe?
No recordaba nada de esto. Ahora lo
hago. Y quisiera decirle que no es verdad, que no sabe nada de mí. Pero son
verdad. Ésas cosas pasaron. No podía recordar.
--Recuerdo—Murmuro—Antes del accidente.
Él mira mis ojos y afloja su agarre en mis muñecas, pero no se aparta.
--Antes del accidente—Coindice.
Levanto la vista a sus ojos.
--¿Ella te contó…?
--Claro que me contó, Cassidy. No había secretos entre nosotros. Yo la
amaba.
Sus palabras apagan mi rabia. Le creo.
En ese momento…, en ése segundo en el que él me mira a los ojos, veo la verdad
tan clara como el cristal. Así que creo.
Yo le creo.
Y creo que él sabe, porque suelta mis muñecas finalmente, y se sienta a mi
lado, liberando mi cuerpo. Me siento también y me vuelvo hacia él.
--Entonces entiendes. Entiendes lo que le pasó. ¿Crees que ella se
convertiría en lo que ellas me dijeron?
--No. Pero…
--¿Pero qué?—Exijo--¿Qué, Graham? Explícame.
Sacude la cabeza, apartando su mirada de la mía y situándola en el suelo.
--No sé qué cambió, ¿De acuerdo? Ella no era así cuando la conocí, es
cierto. Pero yo no hice nada. Y sé que Alex tampoco.
--¿Cómo estás tan seguro?
--Era su mejor amigo. La amaba. Por es cuando ya no la reconoció me echó
la culpa a mí.
Suspiro, creyéndole.
Maldición.
--¿Por qué no me dijiste nada cuando supiste quién era yo?
--Cuando supe que eras tú te acababa de conocer, y ahí estaban las
chicas, quienes dieron señales de conocerte. Yo nunca supe qué pasó con Isabel,
Cassidy, pero si algo sabía es que pasaba mucho tiempo con ésas chicas. Ellas
tenían sus propios secretos, sus propias sombras. Si yo intentaba infiltrarme
en ellas, no me hubiera salido con la
mía. Nunca. Les agrado. Se preocupan por mí, incluso. Ellas me conocen. Yo
nunca podría hacerlo, pero tú sí. Cuando la descripción de Isabel encajó
contigo y luego tú te presentaste con su nombre, supe. Supe que no era
coincidencia. Estabas aquí por tu hermana. Sabía que querías meterte en su
vida. Sabía cuando vi que te habías hecho su amiga. No te dije nada, porque
esperaba que tú hicieras el trabajo sucio. Siento eso. Pero tú eras mi última
oportunidad.
Parpadeo.
--Aguarda. ¿Entonces lo que me estás diciendo es que fuiste agradable
conmigo porque querías información?
Por un momento, se ve avergonzado.
--Lo siento.
Hablo antes de pensar.
--Me siento tan traicionada.
Él exhala fuerte y pone una mano en mi
brazo.
--Cassidy, yo…
Sé que quería saber la verdad, pero creo que no quería saber esto. Creo que era mejor antes.
--Está bien. ¿Sabes por qué Isabel usó mi nombre y se pintó el pelo? Esa
pregunta está volviéndome loca.
Se encoje de hombros.
--Dijo que era más fácil.
--¿Qué cosa?
--Fingir ser tú.
Entorno mis ojos hacia él.
--¿Qué?
--Tú no eres la hermana que vio a su mejor amiga morir, después de todo.
Es lo que Isabel quería.
Sacudo la cabeza, apartando mis ojos de él.
--Todo esto hubiera sido más fácil para mí si tú hubieras hablado desde
el principio.
--Ya te dije, yo…
--No vas a encontrar nada en ellas—Le interrumpo—Son inocentes.
Ellas están tan desesperadas en hacer a Alex confesar sobre su amiga que no veo
una posibilidad. Y tienes razón; Ellas se preocupan por ti. Se consideran tus
amigas, por lo que he visto. No arruines eso y déjalas en paz con esto.
Hace una mueca.
--Pero, ¿Cómo puedes estar segura…?
Vuelvo a interrumpirle:
--¿No es para lo que me querías? ¿Para que investigara? Adivina, ya lo
hice. Limpias.
Exhala aire.
--Supongo que ahora no tengo nada—Murmura.
De mala gana, admito:
--Pues ahora sabemos que no fueron las chicas, ni Alex, y al parecer no
tú. Sólo deja a Isabel. ¿Qué más queda para descubrir?
Duda, pero me mira a los ojos y dice:
--No me trago que haya sido un accidente.
--¿Qué?
--¿Te dijeron sobre el accidente?
Asiento.
--Dijeron que los osos en el bosque pudieron habérsela comido.
--Lo sé. Estupideces.
--Graham, en el bosque suele haber osos.
--He pasado la mitad de mi tiempo aquí y sólo he visto un oso en una
ocasión.
De repente quiero darle un puñetazo.
--¿Qué insinúas, Graham? ¿Qué fue asesinada?
No me responde, así que saco su respuesta del silencio.
--Eso es estúpido, Graham. ¿Por qué razón en el mundo alguien querría
matar a una chica de diecisiete años?
--Tenía dieciséis cuando la conocí—Murmura.
Lo ignoro.
--Fue un accidente de auto, Graham, estas cosas pasan. Ellas estaban
bebidas. El hecho de que fueran ellas quienes se encontraron ahí, no significa
que… ¿Sabes qué? Ni siquiera sé por qué estoy hablando de esto contigo. Eres
sólo un muchacho traumatizado…
Me detengo al ver su expresión.
Suspiro.
--Lo siento, Graham. Supongo que yo también soy un una niña traumatizada.
Perdí a mi hermana.
Hay unos segundos de silencio.
--La extraño tanto—Susurra.
Quisiera decirle que yo también, pero… Pero…
Pero, ¿Quién era Isabel para mí? No la conocí bien. Y aun así… Aun así estoy
aquí.
Así que guardo silencio.
--Lo siento, Cassidy.
--No le dirás a nadie, ¿Verdad? Mi nombre.
--Claro que no.
Nos quedamos en silencio unos momentos más.
--Déjalo ser, Graham. Isabel tuvo un accidente. Nadie tuvo la culpa—Me
levanto y sacudo el polvo de mi vestido.
--No quería que pensaras que estoy loco.
--No pienso que estés loco. Sólo…
--¿Qué?
--Creo que Isabel nos dañó más de lo que nos benefició. ¿No lo ves? Me utilizaste y engañaste para conseguir información. ¿El Graham antes de Isabel haría eso? No.
--No me conoces. No lo sabes.
--Lo sé. Porque Isabel me ha hecho ser alguien que no era también.
Se queda callado por un minuto, sopesando mis palabras.
--Aún la amo.
--Lo sé. Y yo… Lo siento.
Silencio.
--Tengo que irme.
Cuando estoy caminando fuera del garaje, escucho su voz a mi espalda.
--Todavía me gustaría ser tu amigo, si te parece.
Sonrío, sintiendo compasión por él.
--Claro. ¿Qué tal si me acompañas a mi habitación mientras me cuentas de
la Isabel que tú conocías?
Sonríe y camina hacia mí. Me ofrece su brazo y yo me vuelvo hacia él para
decirle:
--Siento haberte aventado la
madera.
Bufa.
--Una vez tu hermana en una discusión me aventó su celular a la cabeza.
--Estás bromeando, ¿Verdad?
Ríe, negando con la cabeza mientras nos alejamos.
--Sthep Stronger.
Hola!!
ResponderEliminarSoy Laura del blog:
http://lapinturaenmissmanos.blogspot.com.es/
E visto tu blog y no he dudado en hacerme seguidora!!
Tu blog es muy bello!!
Soy tu seguidora numero 80 >.< jupiiii
jeje Besos
-Laura-
pd: esto es una novela? de que trata? haber si me puedo enterar y leo un poco :$
Hola, Laura.
EliminarMuchas gracias! Esperamos que te guste el contenido. Lo apreciamos mucho.
Sí, es una de mis novelas. Fade es acerca de una chica que busca en el pasado de su hermana muerta para descubrir quién era, ya que realmente no mantenían una relación. Descubre cosas sobre su hermana y sobre su vida que no está segura de querer saber.
En la pestaña arriba que dice Fade puedes encontrar otra explicación sobre ella, sobre qué quiero contar.
Un besaso!
Jajaja me encantaria tirarle madera yo tambien ;)
ResponderEliminarJajaja ;)
ResponderEliminarXd por cierto me encanta la cancion, haber si algun dia me enseñas como suena :)
EliminarLa canción en la que me basé para escribir mis propias letras es Paper Doll, de John Mayer. :) Suena así
Eliminar¡Besitos!