Mine, capítulo 20. "Algo que no cuadra".
Suspiro muy hondo.
Doblo las rodillas bajo la mesa y muevo el espagueti hacia un lado del plato.
En mi habitación, llorando, viendo cartas, sintiéndo pena por mi misma.
Cómo la odio.
Sara entra al comedor con los vasos de agua, con su pelo usual suelto y su ropa de profesional.
Y me lo reprocharía por el resto de la eternidad si puediera.
Estoy muy dispuesta a contestarle, y me levanto de la silla, pero Sara pone una mano en mi hombro y me empuja hasta volver a sentarme. Todo en cuestión de tres segundos.
Pero justo en ese momento llega Alan, seguido de José y sus hermanos. Sí, con Jessie con su adorable vestido morado por detrás. También vienen una señora de unos cuarenta años de cabello rubio, y un señor de la misma edad de cabello castaño. Sé que son sus padres porque Jessie le toma de la mano a el señor. Pienso en esa niña del parque. Esa niña de pelo oscuro y diminuta. La niña por la cuál me sentí despreciada.
Por alguna razón no puedo mirar más a Jessie.
Miro mi plato y mezclo el Puré de Papas con el espageti.
Las personas empiezan a saludar, pero yo no me paro para saludar a nadie, si no que permití que ellos vinieran hacia mí. Me pregunto porqué Kris nos invitó a comer. ¿Hay algún cumpleaños que olvidé?
A ver, estamos en en los últimos de septiembre... Sara cumple en julio, mi mamá en abril...
Recorro todos los cumpleaños en mi mente. No, nada.
¿Pero porqué estamos aquí?
Mamá cruza la puerta de entrada con las cosas que nececitaba para hacer la otra comida... ¿Dos platillos? ¿Porqué?
En verdad, ¿qué me perdí?
Lucas se aproxima a mi lado para saludarme con un beso en la mejilla. Me mira unos segundos después de alejarse de mi. Siento un cosquilleo en la mejilla en cuanto se aleja. Tengo ese impulso de tocarme en dónde me plantó el beso, pero no permitiré que me viera hacerlo, como si significara algo para mí, ¡Bah!
Unos diez segundos que me hacen sentir culpable por todas las cosas que dije.
Culpable por ser tan estúpida.
¿Cómo es que pude confiar en él? ¿Cómo es que exploté de ese modo?
Sonríe y después se sienta en la mesa, delante de mí, a un lado de mi madre. Sara se sienta a lado de mí y le tomo del brazo.
Ella me mira fijamente unos segundos y luego se traga de un jalón el vino de la copa de alguien más.
Algo va mal. Terriblemente mal.
Ella raramente bebe cerveza, nunca hay cerveza en cada desde la vez de la exploción de la cabeza de Luce. Entonces... ¿Vino? ¿En verdad?
Algo ha ido terriblemente mal.
Miro a mamá. Ella tiene una conversación con Lucas, sonríen.
Todos sonríen.
Soy la única que no tiene una conversación. Incluso Sara está hablando con Alan, medio ebria, pero está hablándo con él.
En algún momento Lucas me mira. No necesita palabras, sus ojos me lo dicen: ¿Qué sucede contigo?
Sus ojos son seguros. Cálidos. La calidez necesaria para hacerme hablar. Para sentirme a salvo.
No puedo.
Desvío la vista.
Hay un momento en el que creo que es suficiente de sentir lástima por mí misma, así que abro mi bocota.
Laura sonríe.
Hay algo que no cuadra.
Sara toma otra copa, pero Alan se la arrebata. Ella forcejea con él un rato.
Sara se recarga en su hombro.
Todos intercambian algunas risitas. Sara bufa.
Yo agito la cabeza.
Sonrío.
Mamá me mira.
Me llevo la limonada a la boca. Pero Lucas sonríe.
Y no estoy segura de cómo reaccionar a eso, porque es como un "Siempre lo haces".
Sara interviene:
Sacudo la cabeza.
El que dice eso es Lucas. ¡Vaya, alguien con cerebro!
Por supuesto que tiene algo que decir, ella siempre tiene algo qué decir.
Se para.
Pero hay algo malo...
Sara toma otra copa.
Algo que no cuadra...
Entonces antiguas conversaciones vienen a mi cabeza.
Ay, Dios mío santo. Es lo primero que pienso.
Sara vacía la copa en su garganta.
¡Yo lo sabía!
--Sthep Stronger.
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