Mine, capítulo 25. "Intácto"
Sara se voltea hacia mí en la oscuridad.
Volteo los ojos.
Alzo la linterna para que ella pueda pasar el pasador de cabello por la avertura y así abrir la puerta de la habitación de Laura.
Ella deja de forcejear con el pasador y me mira.
Asiento.
Paso la lengua por mi labios y sonrío.
Ella vuelve a poner el pasador en la cerradura.
Deja de forcejear con la cerradura.
Sacude la cabeza, confundida.
Ladeo la cabeza.
Sonrío.
Sonríe y sacude la cabeza forzándo el pasador.
Ella se vuelve para mirarme, o mejor dicho, para pulverisarme con la mirada, y yo le doy la linterna para quitarle el broche.
Ella no dice nada, pero tiene los labio apretados.
Sara suelta una carcajada burlona cuando no puedo abrir la puerta con su pasador. Después de cinco minutos, en un arranque de enojo, golpeo la puerta. Pongo la mano en la perilla para poyarme y me levanto, pero me sorprendo cuando la perilla se resvala en mis manos.
La miro fijamente. Pongo una mano encima. La hago girar.
Y abre.
Miro a Sara.
Ella sacude la cabeza.
Me muevo por el escritorio. Está ordenado, como es de esperar de Laura. De hecho todo su cuarto está tan horriblemente ordenado que me dan ganas de... no sé, saltar en la cama o desordenar un poco su armario y dejar la puerta abierta, algo así. Me da cosa verlo todo tan limpio.
Por supuesto que mi cuarto nunca ha lucido así.
Ella se encoge de hombros.
Agita la cabeza.
Sonríe.
Mi celular suena con un timbrazo antes de que Sara pueda decir nada, y atiendo a mi celular antes que a Sara. Tengo un ligera idea acerca de quién es el mensaje.
Pero estoy equivocada.
Es de Lucas:
"Hola, ¿Ocupada?"
Un calor inexplicable crece dentro de mí y de alguna manera las comisuras de mis labios se levantan hacia arriba.
Y respondo mientras Sara suelta algo como "Es una mentirosa, tal vez ni siquiera está embarazada".
"No exactamente. Estoy en "Plan imposible" con Sara".
Un minuto después, pone:
"¿?"
Tecleo de nuevo la letras y me siento en la cama.
Un almohadazo me derriba y caigo sobre los cogines.
Ella deja la almohada de nuevo por ahí y niega con la cabeza.
Ruedo los ojos.
Envío el mensaje:
"Nada. ¿Qué cuentas?"
Cuando me quedo ahí acostada y pongo el celular en mi vientre y miro al techo, Sara deja de buscar y se pone enseguida de mí.
Ruedo los ojos... ¿En verdad se me nota?
Siento mi mejillas ardiendo.
Ella abre mucho los ojos.
Me levanto como un rayo y me miro en el espejo de cuerpo completo de Laura.
Sara está riendo. Muy alto.
Sacudo la cabeza.
Niego mientras la cara de Lucas aparece en mi rostro y algo en mi estómago se remueve. Algo dentro de mi pecho estalla y me hace querer sonreír de por vida. Es tan fuerte que me hace querer saltar a todos lados.
Pero no sé qué es.
Que cosa tan más extraña.
Y me da escalofríos una emoción así. Da miedo. Pero me gusta.
Me gusta mucho.
Palpo mi celular, esperándo a que me llegue el mensaje de Lucas. ¿Porqué no me llega? ¿Olvidó su celular? ¿Que estará pasándo por su mente en estos momentos?
Entonces siento un alivio en mi pecho cuando el celular empieza a sonar y a vibrar que casi duele.
"¿Tienes libre esta tarde, por las cinco?"
Esa misma emoción se retuerce en mi estómago y me hace querer saltar en la cama de Laura.
"Sí, claro. ¿Qué tienes planeado?"
Río cuando veo que el siguiente mensaje hay una carita sonriente:
" :) Genial. Estaba planeando hacer algo por tí, ya sabes, por haberme ayudado. Prometo que será divertido".
Saco algunas carcajadas.
"Más vale :)".
Se encoge de hombros al mismo tiempo cuando el mensaje me llega.
Ella se vuelve a encoger de hombros y yo desvío la vista para mirar mi celular.
"¿Te recojo en tu casa, verdad?".
"No estoy ahí. Me pasé el sábado entero con Sara. Eso significa que me ha vuelto loca"
"¿Más de lo qué ya estás? :)"
"Sorprendentemente", contesto.
"De acuerdo, te veré dentro de dos horas, pues".
Dejo el teléfono de nuevo en mi vientre y sonrío sin pensármelo dos veces.
Ella sacude su cabeza.
Ruedo los ojos. Es mi actividad favorita, a parte de molestar a las personas, claro.
Ella levanta una ceja rubia con burla.
Le lanzo un almohada desde el otro lado de la habitación y ella ríe, pero todo eso termina como en un segundo, cuando escuchámos el sonido de carro en la entrada.
Lo tomo muy fuerte y salgo pitando de la habitación a velocidad luz, mientras Sara me empuja y deja todo como si nunca hubiera pasado nada. Todo permaneciendo aparentemente intácto.
Pero algo dentro de mí no ha quedado intácto en absoluto, al contrario: Estalla contra mi pecho y me hace sonreír, y por un segundo, soy muy feliz en el interior.
--Sthep Stronger.
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