Fade. Capítulo 18.
Primero,
mis ojos llorosos se clavan en ella y las lágrimas caen una seguida de otra.
Entonces empieza algo a moverse dentro de mi pecho, y…
Me estoy riendo.
Mis hombros se empiezan a sacudir un poco en una risa pequeña y avanza hasta
que mi risa es histérica.
No me lo puedo creer. Ella está ahí. Ella está ahí mirándome tranquilamente,
recargada contra el granito de la isla, casi curiosa. Tan hermosa como siempre.
Sin embargo esto es diferente, porque me recuerda ese tipo de belleza fría y
cruel que vi en un principio en Alex. Veo… Veo el infierno.
Mi risa histérica se convierte lentamente en un llanto incontrolable. Me cubro
la boca con las manos en un intento de detenerlo.
--¿Isabel?—Logro articular, entre jadeos--¿Eres real?
--Claro que soy real, tonta. Duh.
Abro la boca para hablar pero entonces oigo el auto de David estacionándose en
la entrada. Isabel sonríe y pone un dedo en su boca, pidiéndome que guarde
silencio. Mete las bolsas de pastillas rápido en una bolsa deportiva y se
dirige a la puerta.
Me lanzo a tomarla del brazo antes de
que se desvanezca.
Ella abre la puerta, pero no logra salir.
--No te preocupes, cielo—Sonríe—Volverás a verme. Lo juro.
Está viva.
Isabel está viva.
Es cuando un flash viene a mi cabeza: Marina, An, Kate, Graham, Alex, mamá,
papá, David… Yo. Todos nosotros. Nosotros sufriendo por la muerte de Isabel.
Por lo que nos había causado.
Por lo que ella nos había hecho.
Lo que nos ha hecho pasar.
--Isabel—Murmuro sin aliento--¿Por qué?
Isabel me mira un minuto y me da un beso
en la frente. Entonces abre la boca para contestarme, pero la puerta delantera
se abre y yo volteo para comprobar que ni mi madre ni David vienen. Ella se
libera de mi agarre en mi momento de distracción y sale por la puerta,
caminando hacia atrás con agilidad, casi como si estuviera flotando.
--Porque podía.
Ella se desvanece en la oscuridad y siento que no puedo respirar. Me doblo en
el suelo y me pecho se aprieta, mis pulmones rechazando el aire, mi cabeza
dando vueltas.
Estoy muriendo.
--¿Cassidy?—Llama David--¡Cassidy, hemos llegado! ¿Estás
aquí?
Oigo decirle a mi madre que a lo mejor sigo afuera, pero aún sigo aquí.
Me levanto, temblorosa, y voy hacia las escaleras, enfrente de la puerta
principal, dónde ellos están parados.
David me mira y abre la boca. Mamá empieza a sonreír pero su expresión cambia
al ver la mía.
Puedo ver las interrogantes flotando en el aire: “¿Qué está mal?”
Estoy muriendo.
--Lo siento, no puedo—Susurro, y salgo disparada escaleras
arriba.
¿Cómo Isabel me ha hecho esto?
Tomo una bolsa azul que mi madre me regaló en mi cumpleaños quince y meto la
bolsa de pastillas y el CD.
David entra por la puerta.
--Cassidy, sé que es duro tener a tu madre de vuelta, pero…
--¡Cállate, tú no sabes nada!
Se queda pasmado y me arrepiento, pero no puedo explicárselo. No puedo explicar
lo que pasó a nadie.
O sí.
Salgo por la puerta y bajo las escaleras trotando, sin mirar a mi madre, porque
eso lo hace peor.
¿Cómo Isabel le ha hecho esto a ella?
Tomo el auto y tiro la bolsa en el asiento copiloto. Enciendo el motor y me
marcho directo a Ashford.
Estoy muriendo.
ﮪ
Camino rápido entre las personas, todas con vidas ocupadas y por lo tanto sin
ver a la pequeña niña destrozada que camina, casi corre, hacia el taller.
Es sólo que cuando lo encuentro, hay algunas personas ahí dentro. Y no veo a
Graham.
Voy a marcarle, pero no tengo mi celular, lo olvidé en casa.
Mierda, mierda, mierda.
Salgo del bosque para ver por el campus a ver si encuentro a Alex o Graham.
Por favor. Alguno de los dos.
Por favor.
Miro a suelo y sostengo la bolsa casi como si mi vida dependiera de ello. Tengo
que mostrárselos… Tengo que…
--¿Isabel?
Entonces Kate, An y Marina aparecen en mi visión, enfrente de mí, con cara
preocupada.
Alguien cortó los frenos. ¿Cómo Isabel puede estar viva? ¿Cómo…?
¿Cómo les ha hecho esto a ellas? ¿A sus propias amigas?
--¿Está todo bien?—Pregunta Kate, con su usual voz serena.
Serena.
Si en verdad no tiene que ver con que estén cazando a quien se acerque a ellas
tres… Si Isabel está viva, y yo estoy viva… ¿Qué pasó con Serena?
Marina pasa los dedos por mi cara para ver si reacciono.
--¿Isabel?—Pregunta An con voz temblorosa--¿Alguien
intentó hacerte daño de nuevo?
Tengo que escapar de ellas.
--No.
Y doy la vuelta y me voy a paso rápido. Limpio mis lágrimas mientras me dirijo
hacia las habitaciones de los chicos, donde a lo mejor puedo encontrar a alguno
de los dos. En el camino, veo a las canchas de basket, dónde los encuentro
teniendo un partido, entre risas y golpes amistosos.
Me detengo y me imagino sus caras cuando
sepan.
¿Cómo Isabel les ha hecho esto a ellos?
¿Cómo es tan cruel como para aparecer ahora que ambos han avanzado, ahora que
han vuelto el uno al otro?
¿Cómo después de casi dos años?
Empiezo a retroceder para desaparecer
de ahí, dispuesta a guardármelo con tal de no arruinarlos. Con tal de no ver
esas miradas en sus rostros.
Pero entonces Alex desvía su mirada y me ve. Y su sonrisa se cae y suelta el
balón. Graham me ve también y su expresión no es mejor que la de Alex. Las
interrogantes están en sus rostros y sé que ahora en verdad no puedo mentirles.
Señalo el bosque detrás de mí con un
gesto de cabeza y voy hacia allá sin mirar atrás.
La voz de Isabel llena mi cabeza:
Porque pude.
Casi puedo verla sonreír de nuevo.
Me dejo caer en cuanto llego al bosque, un poco alejado del campus, pero lo
suficiente cerca para saber volver. Se supone que no debemos ir al bosque si no
es al taller de carpintería.
Porque pude.
Haría cualquier cosa para que se callara.
Porque pude.
¡Perra egoísta, cállate!
Cuando veo a Graham y a Alex llegar hacia mí confundidos y sorprendidos, me doy
cuenta de que lo he dicho en voz alta.
--¿Cassidy? ¿Qué ha pasado?—Me pregunta Alex, acercándose
lentamente, como si yo lo fuera a atacar si hace un movimiento brusco.
Aun temblando, tiro el contenido de la bolsa a la tierra, y la bolsa de
pastillas y la cajita con el CD hacen un sonido sordo al golpear. Tiro también
la bolsa y aprieto los puños casi frenéticamente.
Es cuando más o menos me doy cuenta de
que estoy teniendo un ataque nervioso. Lucho por aire.
Los chicos miran hacia las cosas y luego me miran a mí.
--Cassidy, ¿Qué pasó?
--La vi.
--¿La viste?—Pregunta Graham, levantando las pastillas—Cass,
siento que te hayas tenido que enfrentar a tu madre por nosotros. ¿Te
encuentras bien?
Niego con la cabeza.
--No, no lo entienden.
--Entonces explícanos—Pide Alex.
Yo los miro. Dios, los va a romper. Va a acabar con ellos.
--Lo siento tanto—Les susurro.
--¿Por qué, Cassidy?—Pregunta Graham un poco impaciente.
--¡Porque la vi! ¡La vi y está viva!
Ellos se quedan congelados. Alex es quién me pregunta primero:
--¿De qué hablas?
--Yo busqué las pastillas, cómo me pidieron. Chicos, había muchas bolsas
bajo las tablas del piso. Eran de Isabel. Y yo… Yo fui a ver a la señora
Roussemount.
La cara de Alex se endurece y Graham cruza los brazos, ambos listos para
echarme bronca, pero continúo hablando antes de que sigan.
--Vivian tenía video diarios. Ella tenía miles y yo encontré uno que
decía mi nombre, así que me lo llevé. ¡Ella dice que yo estaba ahí y que yo
sabía, pero juro que no lo recuerdo! ¡Tienen que creerme! ¡Yo no sabía nada!
Alex me toma por los hombros y me
acerca a él.
--Cassidy. ¿De qué estás hablando?
--Sí, Cassidy, ¿De qué estás
hablando?
Volteo hacia la voz y entonces veo a ese trío salir del bosque. An me mira con
furia, Marina con confusión y Kate con incredulidad.
Nos escucharon.
--An—Sonríe Alex—Eh, qué tal.
Es tan buen mentiroso pero ahora simplemente no sirve.
--Te seguimos—Me dice—Ahora dime qué mierdas está pasando.
--Isabel está un poco alterada, es todo—Suelta Graham—Está
confundida.
--Dijo Cassidy—Apunta Kate, mirándome fijamente.
Me quedo con la boca abierta.
--¡Te escuchamos!—Gruñe An.
Marina mira de ella a mí, sin una sola palabra en sus labios.
Este es el fin.
--Soy su hermana—Suspiro—Y su nombre no es Cassidy, el mío
lo es. Su nombre era Isabel. Es.
Todos se voltean bruscamente hacia mí. Pero Kate es la primera en hablar de una
manera en la que no la había oído antes: Miedo.
--¿A qué te refieres con “es”?
--¿Eres su hermana?—Chilla Marina.
Miro hacia Graham y Alex.
--Es lo que intenté decirles. Yo… ¡Ella está viva!
Juro que todos dejan de respirar por un momento.
Alex parece que le acaban de dar un golpe y se aleja de mí. Es Graham quien
trata conmigo:
--Cass, ¿Tomaste alguna de estas pastillas?
Niego frenéticamente.
--Tienes que creerme—Suplico—Por favor.
Él aparta la vista.
--Creo que has sufrido una conmoción.
--¡Ella está viva!
--¡No, no lo está!—Me grita--No lo está.
El dolor se abre en mi pecho. Volteo hacia las chicas, que está mirándome como
Alex lo hace: Como si yo fuera alguna clase de experimento desastroso.
Quiero suplicarles que me crean, quiero
decirles que no estoy loca, pero, pero…
No hay manera.
No hay…
--Bueno, te dije que me verías de nuevo, pero no imaginé que tan pronto.
En cuanto escuchamos esa voz, nos quedamos sin aliento. Yo en especial.
Isabel sale de entre las ramas y los árboles y sonríe de esa manera cínica y
fría.
--Es sólo que en verdad necesito la bolsa que tú tomaste—Su
mirada viaja hasta Graham, que sigue sosteniendo la bolsa, con boca abierta y
ojos incrédulos. Isabel se acerca hacia él y se la arrebata—Esa,
gracias. ¿Me extrañaste, corazón?
Nadie dice gran cosa, excepto por algunos jadeos y el sonido al aspirar aire.
--Oh, vamos chicos. ¿No están felices de verme?
Entonces ella fija sus ojos en Kate.
--Deberías hacerle caso; Isabel está viva.—Le dice—Supongo
que no todo salió de acuerdo al plan, ¿No es cierto?
La boca de Kate cae abierta mientras se pone pálida y deja caer su mochila al
suelo sin siquiera mirar.
No tengo ni idea de lo que está hablando.
Isabel se gira hacia mí.
--Oh, mi niña, siento que hayas tenido que venir hasta aquí por nada.
--¿Qué está pasando?—Sollozo.
Ella alza la mano y me acaricia la mejilla con los dedos, con ojos
repentinamente dulces.
--Es sólo el shock. Estarás bien.
--¿Dónde has estado?—Pregunto en un susurro.
--Bueno, primero, estaba trabajando en esto—Dice, moviendo las
pastillas y bajando su mano.
--¿Qué? ¿Tú?
Ella sonríe de lado.
--Claro. ¿De dónde creías que venían? Las encontraste en casa, ¿No?
--¡Pero no pensé que tú estuvieras viva!
Se encoje de hombros.
--Sí, bueno, supongo que nadie lo pensó. Soy buena. O no del todo.
Resulta que yo estaba de vacaciones en el Caribe cuando mi laboratorio me llama
y me dice que las pastillas tienen un fallo y que tengo que arreglarlo.
Imagínate. Pero todas las pastillas las había vendido ya y no tenía nada para
usar de base, así que fui por las de Vivian. Pero tú estabas ahí. Lo siento por
el casi disparo, cielo.
Abro la boca, incrédula.
--¿Tú intentaste matarme?
--¡Dios, no! Me tenían amenazada. Si salía con las pastillas e intentaba
huir, me dispararían. Pero tú estabas parada en la puerta y cuando te vi salí
corriendo a la dirección contraria y dispararon. Qué bueno que tienen una mala
puntería, porque no me dio ni a ti ni a mí, sino a ese vidrio. De cualquier
manera, ya venía siendo hora de que la madre de Vivian remodelara esa casa.
¿Qué hacías ahí, por cierto?
Veo a Alex sosteniendo a Graham por el
codo, porque completamente parece que se va a caer. Marina se da la vuelta y
vomita. An se arrodilla a su lado y retira el pelo de su cara, sin dejar de
mirar a Isabel como si fuera un fantasma, de la misma manera en que Alex y Kate
lo hacen.
Me tardo unos segundos en elegir mis palabras, sintiendo el dolor
convirtiéndose en furia en mi interior:
--Tú estabas en el Caribe.
--Sí.
--Y nos dejaste creer que estabas muerta.
--Ajá.
--A todos.
--Exacto.
¿Quién es esta persona frente a mí?
--¿Por qué?—Susurro--¿Por qué?
Ella me mira de esa manera, ladeando la cabeza ya entrecerrando los ojos, como
si fuera un insecto particularmente curioso.
No me contesta, y sé que no lo hará, pero yo no puedo detenerme.
--¿Cómo has hecho esto?—Pregunto bajo mi aliento.
Es una pregunta retórica.
No estoy esperando que me conteste. No estoy esperando una explicación.
Pero esto es lo que Isabel es ahora; Tal vez lo que siempre fue: Impredecible.
Desconocida. Una perra egoísta.
Y cuando las comisuras de sus labios se
levantan para curvarse en una cruel y fría sonrisa, sé que no quiero saber.
Sé que no quiero escucharlo.
--Es de hecho bastante simple—Se encoje de hombros—Yo
mentí; Tú creíste.
Siento como si alguien me hubiera dado
una patada en el estómago. No puedo respirar.
Quiero que se detenga.
Quiero que retroceda hacia atrás en el tiempo y borre las palabras que acaban
de salir de sus labios. No sólo eso; Quiero que vaya más atrás hacia el
principio y lo borre. Todas las cosas que dijo, toda la basura que hizo. Quiero
que vaya al día en que todo comenzó.
Quisiera ir yo misma hacia ese día en aquella fiesta cuando pensaron que era
una buena idea ir a emborracharse a las vías de tren. Quisiera ir y borrarlo.
Quisiera llevar a Isabel y obligarla a borrarlo.
No puedo lograr ninguna de éstas cosas.
Me pregunto si, si de alguna manera hubiera una oportunidad, Isabel
retrocedería y se dijera a sí misma lo que sabe ahora. Si se hubiera dicho a sí
misma en lo que iba a terminar. Me pregunto si la Isabel de quince años hubiera
retrocedido. Me pregunto si ella hubiera sido esta perra manipuladora y egoísta
aunque el accidente en las vías no hubiera pasado. Si existía esta chispa
malvada desde el comienzo.
Creo que no quiero saber. Si alguna vez
hubiera alguna manera en la que Isabel pudiera volver atrás, no quiero saber lo
que ella hubiera elegido. No quiero pensar que hay una oportunidad en que las
cosas pudieran salir bien y que hay una posibilidad de que mi hermana aun así
hubiera escogido quién hoy es, aún sabiendo todo el daño que ella causaría a
todas aquellas personas que la amaron.
Mis padres, las chicas, Alex, Graham, David. Yo.
Creo que no quiero saber.
Me odio por pensar esto de mi hermana, pero… Pero es cierto.
Y es que tú no quieres pensar en las cosas malas de las personas que amas. Tú
no quieres saber que es un manipulador egoísta.
La ignorancia es bendición, ¿No es cierto?
--Oh, vamos, no pongas ese rostro de cachorrito mojado. Tú ya sabías de
las pastillas.
Entonces siento como la vista de Alex y Graham se clava en mí.
--Eso es lo que Vivian dice.
Señalo en el piso a la cajita del CD.
--Oh, claro. Sus video diarios.
--¿Isabel?—Finalmente articula Graham.
Ella mira sobre su hombro y le sonríe.
--Hola, amor.
Graham tiene la peor expresión en el rostro. Quiero golpearla.
--¡Eres una perra!—Grita An, con lágrimas en los ojos.
Isabel frunce el ceño.
--Oh, vamos. Tú sabes que me amas.
Marina empieza a llorar fuerte y An deja de fulminar a Isabel para abrazar a
Marina.
Isabel se gira de nuevo a mí.
--Vivian dijo que me diste una, aquella vez que me encontraron. ¿Una
qué? ¿Por qué no puedo recordar?
Ella vuelve a agitar la bolsa.
--Te di una de estas preciosuras. Por eso no recuerdas.
Agito la cabeza con incredulidad.
--No entiendo.
Suspira, como si yo ya debiera saber.
--Eres mi hermana, lo cual significa que eres inteligente. No como yo,
pero lo suficiente. Esa noche tú estabas dormida en el sillón. Te quedaste
estudiando para ese examen importante y no subiste a tu habitación. Cosa que yo
no sabía. Así que cuando me deslicé fuera de la casa a mitad de la noche tú te
despertaste y te ocultaste en el auto conmigo. Me engañaste.
Sonríe, como si estuviera orgullosa de mí.
Me siento enferma.
--¿Qué noche, Isabel? Tú nunca volviste a casa.
--Claro que lo hice. Un domingo. ¿Quieres dejarme terminar? Juro que
después entenderás. Dios. Siempre fuiste tan impaciente—Ella resopla y
continúa—Entonces te escondiste en el auto y yo no me di cuenta. Cuando
menos los pensaba, tú estabas ahí, en medio del montón de personas, toda
asustada y barreando. Vivian y yo te encontramos y sabía que tú le dirías a mis
padres así que te di una de estas. En verdad no tienen nombre, pero yo las
llamo VIC. Por Vivian, por mí, y por Cam.
--¿Qué tienen que ver ellas?
--Las hice gracias a nosotras. Son diseñadas específicamente para
olvidar las últimas 24 horas de tu vida. Te di una y olvidaste por completo.
Olvidaste que yo fui a casa a visitar y el resto de esa noche. Tal vez por eso
te sentiste un poco desorientada la mañana siguiente.
Fue hace tiempo. No recuerdo.
--¿Por qué tú harías pastillas para olvidar? ¿Y por qué Vivian estaba
comprando?
Su mirada se oscurece.
--¿Sabes lo que hubiera dado para olvidar lo que pasó aquella noche?
Intenté que el periodo de horas fuera más largo, pero no pude. Era demasiado
tarde para mí y para Vivian olvidar esa primera noche, pero no lo era para
alguien más. ¿Sabes lo que las personas pagarían por olvidar, Cassidy?—Su
tono es amenazante--¿Sabes acaso? Vivian sabía eso pero ella simplemente
quería olvidar cada día. Su madre pensaba que ella estaba bien, que iba a la
escuela y hacía tareas pero lo que en verdad hacía era quedarse en la cama
mientras su cerebro se limpiaba.
Me quedo con la boca abierta.
--¿Son para olvidar?
--Sí.
--¡Pero yo tomé una recientemente, y lo único que hice fue recordar…! –Oh,
demonios—Recordar aquella noche. ¿Fue aquella noche, cierto?
Ella asiente.
--Ese fue el fallo. Las medicinas toman años en el proceso y años
experimentando. Yo lo hice todo en seis meses, porque soy más brillante de lo
que todos ustedes sabían. La primera vez que la tomabas, olvidabas. Pero al
tomar una segunda vez reacciona diferente: Hace lo contrario. Lo que recordaste
fue lo que olvidaste. Pero si vuelves a tomarlo una tercera vez olvidarás de
nuevo.
Las lágrimas corren salvajes por mi rostro mientras intento cerrar mi boca.
--Me drogaste—Lloro—Tú me drogaste.
--Lo siento, cielo, pero si te dejaba ibas a arruinar todo para mí. No
podía dejar que hicieras eso.
--¿Y por qué desapareciste?—Grito--¿Y a que te refieres
cuando dices “la primera noche”? ¿Por qué demonios nos has hecho esto?
--Bueno, eso es la segunda parte que quería discutir.
Entonces ella se gira hacia las chicas, que siguen observándola incrédulas y
dolidas.
--Hey, An. ¿Sabías que tu niña Kate cortó los frenos aquella noche?
¿Qué demonios?
Miro a Kate, de hecho todos lo hacen, y ella se pone aún más pálida.
--Y, Alex, querido, ¿Sabías que ella fue quién mató a tu preciada ex
novia?
Todos dejamos de respirar.
--¿Qué?—Alex se atraganta.
--¡Mientes!—Grita Marina, finalmente.
Graham se apoya en un árbol y se deja caer, con los ojos hinchados.
--¿Por qué ella haría eso?—Pregunto, desafiándola, moviéndome
para ponerme de lado de Kate, pero Isabel me lo impide poniéndome un brazo al
frente.
--Porque A) Serena era su media hermana secreta que su padre amaba más
que a Kate y a su madre juntas, y porque B) Kate perdió sus medicinas—Ella
entorna los ojos hacia Kate—Supongo que debió doler que Serena no sólo
había tomado a tu familia, sino también a tus mejores amigas, ¿Verdad?—Sonríe—No
me pregunto dónde quedaron esas pastillas para controlar tu bipolaridad. Te
pones violenta, ¿No es así?
La cara de Kate se deforma.
--¡Tú me hiciste hacerlo! ¡Tú robaste mis pastillas! ¡Eres una perra!
Isabel ladea la cabeza.
--Oh, vamos. Tú querías matarla desde hace que te enteraste de que tu
padre no podía mantener sus manos para sí mismo. Te hice un favor. Igual que a
tu madre. Sería una total vergüenza en los medios si se enteraban de que había
otra niña no legítima, ¿No es cierto? Quité esa carga para las dos. Te lo puse
fácil.
Entonces es Graham quién está
sosteniendo a un furioso Alex por los brazos. No estoy segura de a dónde quiere
llegar, si por Kate o por Isabel.
--Tú siempre la odiaste—Isabel sisea hacia una muy molesta Kate—Ella
tomó todo lo que era tuyo. Destruyó el matrimonio de tus padres, tomo a tu
padre y a tus amigas. No digas que nunca hice nada por ti. Tú sabes que lo
disfrutaste.
Kate empieza a llorar de rabia.
--Y lo que tú me diste a cambio fueron unos frenos cortados—Sigue
Isabel--¡Cuando tú te enteraste de que yo sabía que habías sido tú, tú
intentaste matarme!
Entonces oigo a An sorber su nariz,
completamente destrozada en el suelo junto con Marina. Kate se cubre las orejas
y niega con la cabeza, como una niña pequeña.
--Supongo que ella no fue la única. Tú intentaste matarme—Le
digo.
--¡Te he dicho que no he sido yo! ¡Tú sólo estabas ahí cuando lo de la
bala!
--¡Intentaron hacerlo otras veces! ¡Intentaron ahogarme y luego
intentaron quemarme mientras dormía!
--¡Pero no fui yo, fue el laboratorio! ¿Con qué crees que me tenían
amenazada? El día del disparo ellos no sabían sobre ti, pero cuando llegué y
les dije que no dispararan, tuve que decirles que eras mi hermana y que no
quería que te tocaran. Mi error. Te utilizaron para hacerme trabajar, para
hacerme arreglar los fallos. Hasta ahora no me va tan bien, y recordé que dejé
bolsas debajo del piso del sótano. Podía vender algunas y así irme a Hawai para
poder escapar. Y te iba a preguntar si querías venir conmigo.
Me quedo mirándola, boquiabierta.
Y ella espera mi respuesta.
--Oh podemos ir a otra parte—Ofrece—Podemos ir a París. Tú
siempre quisiste ir a París. ¿Qué tal escocia? También solía gustarte. Italia
tiene la mejor comida, también. Podemos elegir eso. Si vienes conmigo. Ahora.
Niego, no pidiéndomelo creer.
Yo no la extraño. No la quiero. Lo
irónico es que me hubiera ido con ella, ¿Sabes? Hace unos meses, hace casi dos
años, cuando ella se fue a Ashford y yo me quedaba sola, anhelando que viniera
por mí, que fuéramos las mejores amigas de nuevo. Dios, yo me hubiera echado en
sus brazos llorando y me hubiera ido sin siquiera maleta.
Con aquella Isabel. Con la hermana mayor
dulce y astuta que yo solía conocer. La extraño a ella. La quiero a ella.
No a esta. No con este monstruo frío y manipulador.
--No.
--Oh, vamos, Cassie. ¡No hay nada que te retenga aquí! Papá está en
algún bar de Vancouver sin saber qué día es siquiera y mamá está loca. Estas
tres nunca fueron realmente tus amigas, y de cualquier forma, haremos a donde
vayamos. Sé que tienes una cosa por Alex, pero no te preocupes, en Europa los
chicos son lindos.
¿Cómo puede decir esto? ¿Cómo puede
mencionar así a mamá y a papá, y estar bien con eso? ¿Cómo puede sonreír
mientras habla acerca de todas esas personas a quienes destruyó?
¿Cómo puede pedirme eso?
--Me dejaste sola—Le reprocho mientras lloro incontrolablemente—Me
dejaste a mí sola a arreglar las piezas rotas de nuestra familia. Tú estabas
allá afuera sabiendo todo esto y me dejaste. ¡Tú me abandonaste! ¡Tú nos rompiste!
¡Tú me rompiste! ¡No, no me toques! ¡No me toques, maldita sea! Pensé que me
amabas. Pensé…
Me ahogo en mi propio llanto. Y ella me mira, como si en verdad lo lamentara,
pero cuando veo sus ojos, veo que sólo es una fachada.
Es una máscara.
--Mataste a Serena—La acuso--¿Y qué hay de Vivian?
Frunce el ceño.
--¡Oye, yo no maté a Serena! ¿Qué no has estado escuchando? Fue Kate. ¡Y
luego ella intentó matarme! ¿Es que nadie cuenta eso? Es tan injusto—Refunfuña
como una niña pequeña—Y yo no maté a Vivian. Fue por ella sola. Yo había
dejado de hacer pastillas porque me fui al Caribe y alguien de mi laboratorio
la mató porque ella fue la última en comprarme pastillas. Sólo que ella las
había escondido bien. Muy inteligente de su parte. ¿Qué? ¿Por qué me miras así?
--Mataste a Vivian también.
Cruza los brazos enojada.
--¿Por qué te empeñas en hacerme parecer culpable? Ella las compró. Fue
su culpa.
--¡Tú la metiste en ello! ¡A tu mejor amiga!
--Corrección: Ex mejor amiga.
Aprieto la mandíbula.
--Oh, vamos, iba a terminar muriendo de tanto cortarse las venas. ¡Igual
que tú, Katie! ¿Sigues haciendo eso? He oído que está de moda.
Estoy a punto de levantar mi puño y
golpearla porque odio lo que ha dicho más que cualquier otra cosa de lo que ha
dicho antes, pero… Pero Kate se me adelanta. Ella la derriba y pone sus manos
alrededor de su cuello.
Todos gritan. Se quedan sin aire. No saben qué hacer. Quieren salvar a Isabel.
Luego recuerdan que la perra no se lo merece.
Observamos.
Isabel lucha con ella, pero Kate tiene más ventaja por estar encima de ella y
rodear su cuello con sus manos, apretando fuerte. La va a matar. Sé que la va a
matar y yo no quiero verlo. Quiero cerrar mis ojos y no dejar que se quede por
siempre grabado en mi mente, pero simplemente no puedo despegar mis ojos de la
escena.
No puedo.
--¡Fue tu culpa!—Chilla Kate—Si no fuera por ti ella
estaría viva. Si no fuera por ti…
Kate se detiene.
--Tú me hiciste un favor—Termina—Un horrible favor.
Kate cierra sus ojos mientras las lágrimas corren. Suelta lentamente a Isabel.
--¿Tenías que poner tus manos en mi garganta para darte cuenta? Siempre
fuiste tan rara.
Isabel se va levantando cuando Kate vuelve por ella.
--¡Está muerta!
Creo que Isabel en verdad se da cuenta de que esta vez no va a dejarla ir, como
el resto, así que lucha. Lucha en verdad. Alex se acerca y me jala hacia él,
con sus manos temblando, y también jala el brazo de Graham, quién tiene una
expresión horriblemente vacía. Sin vida. Fría.
Odio lo que le ha hecho a Graham. A todos nosotros.
Espero que los golpes de Kate le duelan.
Isabel logra quitársela de encima y va
por la mochila que Kate dejó caer cuando vio a Isabel.
--Veamos si aún sigues en esto. Espero que sí.
Isabel vacía la mochila mientras Kate va de nuevo por ella. Alex jala a Marina
y a An hacia nuestro lado, alejándolas de la pelea.
Hay una pequeña navaja de papelería en
el suelo, junto con otras cosas de Kate.
--¡Entonces sigues siendo la niña emo!—Canturrea Isabel, y eso
hace que se gane otro puñetazo.
Terminan en el suelo de nuevo, peleando ahora por quién tiene el cutter en vez
de por quién golpea a quién. Porque saben que quien lo obtenga va a dañar a la
otra.
--¡Dámelo!—Chilla Kate.
--¡No!
Entonces Marina hace lo más estúpido: Se acerca a ellas y les grita que se
detengan. An intenta ir por ella, pero Alex la sostiene, porque sé que tiene
miedo. Entonces veo la mirada de Isabel. Ella sonríe y golpea a Kate con el
pie, y ella se queda en el suelo sin respiración. Isabel se levanta dispuesta a
atacar, pero no a Kate. Porque a pesar de que quiere herirla, sabe qué la va a
lastimar más. Ella sabe exactamente cómo lastimarnos a todos nosotros.
Y es como en cámara lenta: Isabel
mirando a Marina con el cutter en mano, dando unos pasos, sonriendo.
Alex está demasiado ocupado con An y Graham como para sostenerme, así que
avanzo hacia mi hermana para detenerla. No sé cómo. No sé. Sé que va a matarla
cuando yo llegue ahí, pero no puedo quedarme ahí mientras An grita
frenéticamente. Alex grita mi nombre, lo que hace que Isabel voltee a mí. Gano
tiempo. Avanzo, pero me tropiezo con el contenido de la bolsa de Kate, a unos
pasos de Isabel y me golpeo duro contra el suelo. Isabel gruñe y levanta el
cutter para clavárselo a una muy asustada Marina.
Es el fin.
Es realmente el fin.
Entonces veo que he movido un cuaderno, y debajo de este hay otro cutter.
Pasa rápido: Lo tomo y voy hacia mi hermana mientras la punta de esta entra en
la piel de Marina. Entonces se lo clavo en la espalda.
Y entonces el mundo se detiene mientras
mi hermana mayor se traga su sorpresa y cae contra mí, con su cabeza en mi
pecho.
Me mira. La miro de vuelta. Nuestros ojos se llenan de lágrimas. Murmuro una
disculpa. Le digo que la amo. Que siempre lo haré, a pesar de lo que ha hecho.
Vuelvo a disculparme.
Ella llora y acaricia mi rostro con una mano mientras se retuerce de dolor. La
sangre moja rápidamente mi vestido azul de verano floreado.
--También te amo--Susurra.
Es el fin. Esto es realmente todo.
Miro cómo en sus ojos verdes y marrones se extingue la luz y chillo. Y cuando
levanto la cabeza, ellos están ahí mirándome. Sintiendo lástima por mí.
Sólo puedo pensar en la sangre.
Su sangre, espesa y ligera al mismo tiempo. Roja, reluciente, caliente. En mis
manos. En mis brazos. En mis piernas y mis rodillas. En el suelo. En todas
partes. Sangre. Extendiéndose, derramándose. Mi piel la traga, la absorbe.
Y mi hermana, tendida ahí, sin nada de
esto corriendo su cuerpo ahora. Inerte. Tan vacía. Justo como comenzó.
Y yo. Yo estoy ahí. Estoy muriendo.
Ha terminado.
Ambas estamos terminadas.
-Sthep Stronger.