lunes, 8 de septiembre de 2014

Broken Dolls. Capítulo 12.

X | Tumblr
Broken Dolls. Capítulo 12
                                                           


Ladeo la cabeza, aun mirando al techo.
--Te estoy diciendo que parece un corazón.
Lía frunce el ceño a mi lado.
--Un corazón deformado.
Sonrío, poniendo mis manos en la almohada, sobre mi cabeza.
--Tal vez, de un lado.
En el techo blanco hay una figura que parece un corazón. He estado viéndola desde que es mi habitación. Parece como si alguien hubiese hundido los dedos pulgares juntos, de modo que hay un pequeño hueco.
--Somos patéticasDeclara  LíaDeberíamos estar afuera, divirtiéndonos. ¡Estamos en Roma, por el amor de Dios!
Suspiro.
--¿Y tú crees que Gerard… Angelo nos deje ir solas? No le apetece salir. A él nunca le apetece salir.
 Lía se levanta un poco, lo suficiente como para mirarme, apoyando su peso en su codo y su codo en el colchón. Se mantiene en silencio unos momentos.
--Fallon.
Una vez más, el sonido del nombre me sorprende.
--¿Qué?
--¿Estás…?Suspira--¿Recuerdas que nada de esto es real? Nuestros nombres. Nuestra supuesta familia. Tu pelo. No es real. No te he visto quitarte esa peluca aunque hemos estado solas aquí en la casa por dos días.
 Me siento en colchón, mirándonos la una a la otra.
--¿Cómo me llamo, Fallon?
Dudo antes de decirlo.
--Holly.
Asiente y estira los brazos para quitar mi peluca.
--Creo que es mejor que quitemos esto por un rato. ¿No se supone que soy yo la que lo está perdiendo?
--Bueno, no fui yo la que atacó a Angelo ayer.
Suspira y asiente.
--Sí.
Demonios.
--No, yo lo siento. No debí haber sacado eso.
Sacude la cabeza.
--Siempre honestas, ¿Recuerdas?
Asiento.
--Siempre honestas.
 Después, bajamos las escaleras para ayudar a Angelo con la cena (O con lo que podamos, puesto que tiene los cuchillos bajo llave y no nos deja usarlos) pero cuando llegamos a la cocina, está sentado en la isla, hablando con una mujer.
--Hola, niñas. Ésta es su nueva terapeuta, barra, enfermera, barra, lo que necesiten.
  Ella es realmente pequeña. Parece tener unos treinta y algo, con pelo castaño claro corto hasta los hombros. Parece una muñeca.
Nos sonríe.
--Sé que soy pequeña, pero no crean que  no puedo con ninguna de las dos si las cosas se salen de control.
Holly y yo intercambiamos miradas.
--Entonces… eres la tíaDigo, porque no sé qué decir.
--Claro. Soy Charlotte.
Señalo a Holly y después a mí con el pulgar.
--Ella es Holly, y yo Fallon. Aunque afuera somos Lía y Zara.
Holly levanta la palma, en un hola raro.
--HollyLlama Angelo--¿Puedes ir a mostrarle su habitación?
Holly asiente y espera a Charlotte para subir por las escaleras. Yo me quedo sola con Angelo, y me siento en el lugar donde estaba antes ella.
--¿Ella sabe todo, cierto?
Asiente.
--Aunque ella va a conservar su nombre.
Asiento, y miro por la ventana de la cocina a la casa de los Sullivan, aunque solo puedo ver los árboles y la parte superior de su casa tipo mansión.
--¿Cómo conoces a los Sullivan si trabajaban para John? Si  no te molesta.
Mira a sus manos y luego a mi de regreso, asintiendo.
--Solía trabajar para John.
Eso me sorprende.
--¿Enserio?Pausa--¿Conociste a mis padres?
--Trabajamos juntos una vez, como científicos. Pero la CIA tiene muchos científicos, así que realmente no los volví a ver. Me acuerdo de ti, sin embargo.
Mis cejas se levantan en sorpresa y mi boca forma una O.
--¿Me conociste de pequeña?
--Sí. Creo que acababas de cumplir dos años. Recuerdo que fui a dejar algo urgente a la casa de tus padres, y en ese tiempo fue cuando descubriste cómo usar tus piernas, y viste la puerta abierta y saliste a correr por toda la calle. Un carro estaba cerca y tus padres se volvieron locos.
 Sonrío. Luego una idea se apodera de mi mente.
--¿Fui yo? ¿La razón por qué renunciaste?
--En parte. Tú no has sido la primera a la que le han hecho esto y no vas a ser la última. Ese pensamiento fue el que me hizo salir. Y estaba preocupado por Holly, pero me dije a mí misma que Lucy la cuidaría, incluso aunque estaba metida en todo esto. De todos es la más humana.
--¿Cuándo decidiste la cosa del secuestro?
--Después, cuando me enteré de que ella estaba enferma y John la había enviado lejos. Ese bastardo.
Asiento, y vuelvo a mirar a la casa de los Sullivan.
--¿Y ellos? ¿Por qué salieron?
Él sigue mi mirada.
--No fue por ti, si eso es lo que me estás preguntando.  Ellos querían una familia grande. Ellos aceptan el hecho de que tengas un hijo, pero cuando empiezas a tener más familia… es un riesgo.
 Asiento.
--¿Ella no puede tener hijos? ¿Por qué todos son adoptados?
Me doy cuenta de repente que es una pregunta muy personal, y no estoy esperando que me responda, pero lo hace. Me pregunto si es por esa regla de honestidad que tenemos.
--No es que no pueda tener hijos. Es sólo que su trabajo en la CIA la afectó.
--¿Cuál era su trabajo?
Ahora estoy siendo metiche, pero no me importa.
--Digamos que pudiste haberte cruzado en  su camino, si no tuvieras a tus tíos. Ella se encargaba de los niños. Era como un tipo de Servicios Sociales. Cuando uno de los niños de la CIA quedaba huérfano o en peligro, ella les ponía una identidad, con el trabajo de Dexter, claro, porque ese es su trabajo. De hecho así de conocieron… Cómo decía, les ponía una nueva identidad y se aseguraba de que alguna familia los adoptaran, familias relativamente normales. O bien, se encargaba de los niños que se quedaban huérfanos o en peligro por culpa de la CIA.
 <Digamos que tú no tuvieras a tus tíos cuando tus padres murieron. Entonces estarías bajo la custodia temporal de Susie hasta que ella te reacomodara en otra familia. Cuando le pregunté por qué no tenía hijos propios me dijo que había muchos niños allá afuera que necesitaban padres, y por eso quería adoptar a tantos como pudiera. Y lo hizo.>
--Ellos… Sus hijos, ¿Ellos son unos de esos niños que mencionaste?
Niega.
--No, no creo que me lo mencionara. Además, esos niños siempre están bajo el ojo de la CIA, y ella ya no tiene nada que ver con ellos.
--¿Yo estuve bajo el ojo de la CIA?
--Todo el tiempo. Sabían que estabas en St. Gallen, y sabían que estabas enferma, pero no contaron con tomarte a ti en vez de a Holly.
 En ese momento, como si la hubieran convocado, Holly baja las escaleras riendo con la nueva tía/enfermera/terapeuta/algo. Bueno, al menos no se han asesinado las unas a las otras.
--Tío Angelo, ¿Cuándo podemos ir a ver a los Sullivan? Muero de aburrimiento aquí.
Mira a Charlotte y suspira.
--Charlotte y yo acordamos que mientras menos los vean, mejor.
La sonrisa de Holly cae, y yo no me siento mejor.
--Pero…
--No significa que no puedan verlosSe apresura CharlotteSimplemente preferimos que sean unas cuantas horas al día.
Holly resopla.
--Bueno, entonces es mejor que pongas el internet cuanto antes.
Río.
--¿Mañana podremos verlos?Insisto.
Angelo asiente.
--Cuando vea que han ordenado su habitación, sí. Claro.
Holly y yo nos miramos y resoplamos. Angelo nos llevó a las tiendas de Roma a comprar todo tipo de cosas para nuestras habitaciones y ropa, pero realmente no vimos mucho de la cuidad. Es como si él tuviera mucho miedo por nosotras, y supongo que es verdad. Hasta yo tengo miedo por  nosotras, pero el aislamiento nos está volviendo locas. ¿No se supone que los humanos somos por naturaleza seres sociales y eso?
  Holly me toma del brazo de mala gana y subimos las escaleras para así tener una oportunidad de hacer contacto con el mundo exterior. De repente, me imagino a los demás adolescentes de mi edad, quienes limpian su habitación para obtener Ipod’s  o para ir a fiestas o viajes. Me parece gracioso por un segundo que nosotras lo hacemos para pasar una hora fuera de la soledad.




                                                                  
 




Abro los ojos y mi vista se clava en mi nuevo escritorio de madera. Me pregunto qué va a pasar con él y con todas mis cosas una vez que nos mudemos.
 Ruedo en la cama, en la oscuridad de mi cuarto. Cuando mi vista se adapta a la poca iluminación, veo el corazón en el techo.
  Realmente estoy aburrida aquí dentro.
Me levanto y voy al baño que comparto con Holly, donde mi peluca está sobre la cabeza del maniquí. Me miro al espejo.
  Ella me sonríe. Pero me doy cuenta de que hay algo mal: Ella tiene el pelo corto y rubio, y cuando veo mi cabello, cae hasta mi espalda en hondas rojas.
--Ser Zara es mejor, sabes.
--Cállate.
--Estoy diciendo solamente lo que tú piensas.
--Eso no es cierto.
--Cariño, soy tu subconsciente. Soy la parte oscura de ti, la parte que quieres ocultar del mundo, pero que eres de cualquier manera. Nunca te vas a poder deshacer de mí. Mientras tú estés aquí, yo estoy aquí. Trágatelo.
 Hago algo que nunca había hecho antes: Le paro el dedo. Tal vez es infantil, pero pregúntame si ha entendido el mensaje.
Se encoje de hombros y desaparece, dejándome a mí a la vista. Me veo bastante molesta, la verdad. Me cruzo de brazos, mirando la peluca, y por alguna razón me hago una cola y me la pongo.
 Me quedo mirando al espejo por unos momentos, a mi propio rostro. Es entonces cuando parpadeo y mi ropa está llena de sangre. Cierro los ojos y me alejo del baño a la estancia. De ahí miro a la casa de los Sullivan por la ventana. Puedo ver sobre los árboles, y veo un poco de su piscina… y luego veo movimiento. En una de las esquinas está alguien nadando, y alguien salta después. No sé por qué me quedo ahí mirando, pero lo hago. El foco de su patio trasero se prende y veo a algunos de los hermanos saliendo en traje de baño.  Después de unos minutos, alguno de ellos alza la mirada y me ve. Creo que es Thiago. Levanta los brazos y me hace señales para que lo vea, y luego hace un movimiento con el brazo, invitándome a unirme.
Me quedo quieta, hasta que el resto sigue haciendo las mismas señas, y es cuando me muevo entro al cuarto de Holly. Ahora que Charlotte está aquí, ha decidido que ya no nos va a poner llave en las puertas. Yo no estoy muy segura de eso.
--HollyLa sacudoNo te vas a poner toda demente, ¿Verdad?
Abre los ojos, interrumpiendo su respiración tranquila.
--Tienes suerte de que no esta noche. ¿Qué quieres?
--Adivina. Los Sullivan están despiertos y en la piscina, y creo que quieren que vayamos.
Le explico lo de la ventana y ella se levanta para verlo. Estamos hombro contra hombro mirando hacia afuera cuando vemos que dos personas abren la puertecilla en la barda que no abre de nuestro lado y cruzar hacia nuestra casa. Son Thiago y Atsuko, mirando hacia arriba a nosotras.
--¡Ey, chicas! ¿Por qué se tardan tanto?Thiago hace algo parecido a gritar en susurros.
--¿Por qué no están dormidos como todos los demás?Pregunta Holly.
Atsuko se encoje de hombros.
--Nate tiene insomnio. No dormirá por un tiempo y luego colapsará por tres días enteros en la cama. Estamos en la piscina, ¿Vienen?
Holly y yo nos miramos y les decimos que sí. Luego bajamos en silencio, a paso de tortuga. Abrimos la puerta trasera y rodeamos la casa para ir con ellos, y caminamos juntos hacia la puertecilla y a través de los árboles.
  Casi espero que Angelo salga de su habitación y nos mire de esa manera reprobatoria, sacudiendo su cabeza. Pero no lo hace, así que avanzamos, y mientras más cerca estamos de la piscina, más risas escuchamos.
--¿Hicieron una fiesta sin nosotras?Pregunta Holly, sonriendo y sentándose en una de las sillas playeras de rayas azules y blancas.
Nate sonríe. Él y Luke están en la piscina, y Atsuko no tarda en unírseles. Thiago, sin embargo, se queda cerca de Holly.
Ruedo los ojos.
--Tal vez si salieran a tomar aire fresco de vez en cuando las invitaríamos—Contesta Nate, con su pelo rojizo-rubio oscurecido por el agua goteando sobre su pecho desnudo.
Holly resopla.
--Papá nos ha hecho acomodar toda la casa. Sacar cosas de cajas por dos días no es divertido.
  Es una mentira de nada, la última parte, pero de alguna manera siento que incluso ésta mentira pequeña es un peso sobre mis hombros. Se me ocurre que eventualmente voy a colectar tantas mentiras que perderé el ritmo y me vendré abajo.
--¿Cómo le fue a Maddie?Pregunto mientras me siento en la orilla y enrollo los pantalones de mis pijamas para meter los pies.
--Vendió cada uno de ellosSonríe Luke, y puedo ver el orgullo en su rostro. Mi corazón se llena de ternuraEs grandiosa.
 Nate asiente, con la misma sonrisa. Miro hacia Holly para ver si ella también lo puede  ver. La encuentro mirándome, dejándome a entender que ella también lo ha visto, y que también le derrite el corazón. ¿Por qué no tenemos hermanos mayores como esos?
 Thiago intenta convencer a Holly que se meta a la piscina con ellos, y Luke se une. Nate es quien intenta convencerme a mí, pero niego.
--Me gustaría volver a mi cama seca, gracias.
Sonríe, tomando mi pie estirado y usándolo para impulsarse hacia enfrente, hacia mí. Mira hacia arriba, a mis ojos.
--Tú… ¿Has estado bien?
Cierro los ojos por un segundo. Debí suponer que me iba a preguntar algo así.
--No te preocupes por mí.
--Pero lo hago. Zara, cuando te vi… Tú me asustaste. Como, en verdad me asustaste.
Las palabras se escapan de mi boca antes de que pueda detenerlas, y flotan en el aire entre nosotros:
--Eres adorable.
Frunce el ceño y no tengo más que reírme de su expresión.
--¿Adorable? No soy adorable. Tú no utilizas esas palabras para definir a un chico, Zara. Varonil. Malote. Sexy. Ahora ésas son palabras para describirme.
   Estiro mi mano y pellizco su mejilla. Se pone rojita.
--No. Eres adorable.
  Su boca se abre y forma una O. Toma mis manos de repente y antes de que pueda pensar en qué preguntarle para saber qué está haciendo, me jala al interior y caigo hasta el fondo.
--¿Qué decías de adorable?
Me trago un gritito indignado. Me mira y sonríe, y se pone a hacer un pequeño baile de victoria acuático, lo cual sale completamente lindo.
--La verdad es que ahora pareces un poco nerd, con ese bailecito lindo.
Golpea las manos sobre el agua, haciendo que todo me salpique, y se la regreso. Jugamos un rato así, sonriendo y riendo.
--Te reto una carreraLe digo, animada. No he estado en el agua de esta manera en un tiempo.
  Me sonríe, y tal vez siente lástima de mí porque tuve que dejar natación, pero no me quejo porque dice que sí. Me zambullo en el agua y nado hasta el otro lado. Mis pies cooperan, pero no estoy segura de cuán rápida soy. Realmente ha pasado un tiempo para mí.
 Estiro la mano para tocar la pared de la piscina, pero toco piel. Me paro y tallo mis ojos antes de abrirlos, y veo a Luke sonriéndome malvadamente. De repente me abraza muy fuerte, apenas dejándome respirar y moverme.
--¡Vamos, Nate! ¡Tú puedes!
--¡Trampa, trampa!Chillo--¡Esto  no se  vale!
--En el amor y la guerra todo se valeMe contesta.
Intento zafarme, pero él tiene un agarre fuerte. Nate toca el borde y hace su bailecito  de victoria de nuevo.
--¡Ustedes son tan malos!
Sentados en el borde, Thiago y Holly se ríen de mí.




                                                                
 



Nos arrastramos silenciosamente y Holly se mete al baño. Yo me quito mi ropa y me quedo en mini-shorts rosas y un brasier deportivo blanco debajo de una pequeña blusa de tirantes amarilla. Dejo la ropa mojada en el cesto en la esquina, sabiendo que va a oler mal eventualmente. Me quito la peluca mojada, que se ha quedado en su lugar, pero que se pega en mi cara.
 Muevo mis pies para meterme en la cama, pero cuando me doy vuelta, estoy en la planta baja, frente al teléfono de la casa.
   Suena.
Miro el teléfono fijo color rojo.
  Suena de nuevo.
  Y luego lo hace una tercera vez, posiblemente más furiosamente que las primeras dos veces.
Levanto mi mano y descuelgo. Lentamente, lo pongo en mi oreja. Y contesto.
--¿Sí?
Los gritos de Macey me contestan, gritos aterrorizados de aquella noche. Lágrimas calientes corren por mi rostro y tengo la impresión de que van a quemarme. Mi mano tiembla.
Entonces los gritos cesan, pero tras esa pausa, alguien más habla.
--¿Fallon?
Es mi voz. Soy yo.
No contesto.
--No pudiste salvarla de tu locura. No pudiste salvarla. No pudiste salvarla, no pudiste salvarla, no pudiste salvarla.
Me arrodillo enfrente del teléfono, con mi mano aun temblando en el teléfono.
--Pero Zara puedeSusurraZara es mejor para Macey que Fallon. Fallon es débil cuando Zara es fuerte. Zara puede hacerlo diferente. Zara puede protegerla.
--¡No existe!Le grito al teléfono--¡No existe, no es real! ¡Y no soy ella! ¡Realmente nunca he sido ella!
 Mi nombre es Fallon Grace Hastings. Mi nombre es Fallon Grace Hastings. Mi nombre es Fallon Grace Hastings.
Mi nombre es Fallon Grace Hastings. Mi nombre es Fallon Grace Hastings. Mi nombre es Fallon Grace Hastings Mi nombre es Fallon Grace Hastings. Mi nombre es Fallon Grace Hastings. Mi nombre es Fallon Grace Hastings. Mi nombre es Fallon Grace Hastings. Mi nombre es Fallon Grace Hastings. Mi nombre es Fallon Grace Hastings. Mi nombre es Fallon Grace Hastings. Mi nombre es Fallon Grace Hastings. Mi nombre es Fallon Grace Hastings.
 Alguien toca mi hombro. La voz de Charlotte y Angelo llena mis oídos.
--Fallon. Fallon, mírame.
Levanto mis ojos, que parecen demasiado pesados. Los ojos grises de Charlotte me miran de regreso.
--Fallon. ¿Sabes desde cuando has estado aquí abajo?
Miro hacia la ventana, y no es el hecho de que es de repente de día lo que me sorprende, sino que en todas las paredes, ventanas y espejos hay una sola cosa escrita en tinta roja, en lo que claramente es mi caligrafía.
Mi nombre es Fallon Grace Hastings.
Miro abajo, a mis manos. El aire se atora en mi garganta cuando veo el marcador en el suelo y mis manos manchadas de rojo.
 Lágrimas de pronto llenan mis ojos.
--No te preocupes, FallonDice Angelo, intentando hacerme sentir mejorTodo va a estar bien.
Holly baja de las escaleras rápido, y me mira. Nos mira. Mira las paredes y después al desastre que soy.
--Oh, mierda. He visto a algunos de los Sullivan venir hasta acá. Parecen traer el desayuno.
Baja el resto de las escaleras y se arrodilla frente a mí, y toma mis manos entre las suyas. Me inclino, poniendo mi frente en su pecho, en la base de su garganta. Y lloro.
--Yo me ocupoHay urgencia en la voz de AngeloPero chicas, necesito que suban arri…
Está a medio camino de la puerta cuando se abre y entra un Nate con algunos trastes de comida  amontonados unos sobre otros que lucen pesados.
--¡Menos mal que la puerta estaba abierta! Estos trastes…
Se congela al ver nuestra escena. Luego mira la letra roja en las paredes.
Es entonces cuando Dexter y Susie entran.
--¡Nate, te he dicho que no entres a las casas sin tocar…!
Ambos se detienen un poco detrás de su hijo, con la misma expresión. Nate me mira a los ojos y a mis manos rojas, y veo algo en su expresión. Una chispa en sus ojos.
Conocimiento.
Los trastes caen y se hacen añicos en sus pies. Salto ante el sonido, igual que Holly.
Charlotte abre la boca para hacer control de daños, igual que Angelo, pero no tiene la oportunidad.
  Susie hace un sonido de asfixiarse, entonces me tiene agarrada de los antebrazos y parada frente a ella. Me sacude.
--¿Eres tú? ¿Tu nombre es Fallon Grace Hastings? ¿Eres tú?Grita.
--¡Susan!Le grita Angelo a la vez, sosteniendo su brazo. Como si fuera una advertencia para que me dejase sola. Pero ella no puede dejar de mirarme a los ojos.
 Luego mira a su hijo, que tiene lágrimas sin derramar en sus ojos. Y a su esposo, quien luce tan confundido como el resto.
--¿Eres tú?Insiste.
Y asiento.
Nate se aproxima hacia mí, luciendo más serio de lo que alguna vez he visto. Y entonces me tiene es sus brazos, como si fuera la última vez que me fuera a ver.
O como si fuese la  primera.
--¿Fallon?
Mi boca no funciona, así que busco en sus ojos, cualquier cosa.
--Nate. ¿Qué está pasando? ¿Por qué me miras así?
--No me recuerdas.
Sacudo la cabeza.
--No. Yo no…
Sonríe, pero se ve tan triste. Sus brazos se aprietan a mi alrededor.
--No. Eras tan pequeña. Pero alguna vez me conociste como EthanLa primera lágrima se asomaSolías pensar que colgué la maldita luna.




-Sthep Stronger.

1 comentario:

  1. QUE?!?!
    Pero Ethan era su hermano que supuestamente estaba muerto no?
    Porque siempre me haces esto ;-; yo que ya imaginaba una bonita historian de amor u.u

    Besitos ^-^

    ResponderEliminar