martes, 5 de febrero de 2013

The Bet. Capítulo 13


#68                                                                                                   #VPOV
Por lo que había escuchado de Doyle y los otros lerdos de por ahí, Andrew y la chiquilla ésa llevaban saliendo 1 mes.
Que triste historia... Brenda enamorada del idiota mentiroso, y el idiota mentiroso enamorado de la zorra piernas largas.
Me reí mientras me ponía delineador.

Llegué a la escuela con un plan en mente, se supone que debes hacer por lo menos algo bueno en el día... Pues si que lo iba a hacer. A mi beneficio, claro.
Busqué a la persona con la mirada, y me encontré con Kayla -la zorra piernas largas- y supuse que ella sabría en donde estaba.
-Oye Zorra. - dije cuando me estaba acercando a ella.
La miré de arriba a abajo mirando su putiatuendo al que le hacían llamar uniforme de porristas.
Ella bajó un poco la falda de su uniforme y puso los ojos en blanco.
-Tu no te quedas atrás. ¿Qué quieres?
-Y tu Romeo?
Agarró un mechón de su cabello y jugó con él.
-No sé, con eso de que anda con la rara ésa ya ni hablo con él.
Me dí la vuelta teatralmente y levanté las manos al cielo.
-Oh, Romeo, Romeo. ¿Dónde estás que no te veo? - dije mientras caminaba por el pasillo.
Muchos rieron.
Bajé las manos y seguí buscándolo hasta que lo miré.
Tenía unas Ray ban puestas, ésas que le quedaban jodidamente bien. Y mucho más si le agregabas ésa sonrisa torcida que tenía en estos momentos. Parecía el típico tipo duro y más con ésa pose despreocupada al lado de los casilleros.
¿Por qué no estará con Brenda?
Sonreí pensando en que era perfecta la ocasión.
Caminé hacia él despreocupadamente...
Cuando me miró hizo una mueca de disgusto.
Miré mi atuendo:
Una blusa negra muy transparente, un chaleco de mezclilla y unos pantalones demasiado cortos ya muy viejos que no dejaban nada a la imaginación.
-¿Qué, no te gusta mi atuendo? - le pregunté haciendo un puchero.
El puso los ojos en blanco y borró su sonrisa que tanto me gustaba.
Alcé una mano y pasé un dedo por pecho.
El tomo mi mano y la quitó de ahí.
Ah, si... Claro ¿no?, se quiere hacer el fiel.
Me aburrí de tanto juego y fui al grano.
Me puse de puntitas y lo besé como si no hubiera un mañana. Ahí él no hizo nada para apartarme, pero no me tomó del cuello o de la cintura, ni nada. Solo me devolvió, pero no con toda la intensidad con la cuál yo lo había empezado.
-Pero bueno, muy linda escena, uh.- dijo una voz femenina.
Me quité de encima a Andrew con un fingido asco, y miré a Brenda y le sonreí.
Ella estaba apunto de ponerse a llorar ahí mismo, lo sabía. Pero también sabía que no lo haría con público.
El plan había funcionado mejor de lo que había pensado.
Decidí que que era hora de ir a fumarme un cigarrillo.

#68                                                                                                        #BPOV.
Hacía un mes que salía con Andrew, salía con mi potencial enemigo del cual estaba profundamente enamorada. Pienso que cuando se ama a alguien, no miras sus defectos, si no que buscas y buscas cualidades, lo que te hace amarlo mas y más.
Maïa todavía seguía en contra de la relación, ya que decía que no podía creer que yo, la chica que tenía a Andrew encabezando la lista negra, tuviera un relación con él... Pero del odio al amor hay solo una minúscula linea.... Y yo la crucé.
Este último mes me había empezado a cambiar bien, no para satisfacer a Andrew, si no que me sentía bien conmigo misma vistiéndome de otra manera a la cuál estaba acostumbrada.
Me puse una musculosa de color crema, pero tenía unas lineas en horizontal de con un patrón de color durazno, turquesa, negro. Como hacía algo de frío me puse un suéter azul marino muy delgado, unos pantalones cortos de mezclilla con un cinto café de cuero trenzado y unas botas cafés del estilo rockero.
Llegué a la escuela feliz como una lombriz, con mi cabeza moviéndose de un lado al otro, buscando a Andrew.
Acomodé bien mi mochila y me dirigí al pasillo que da al gimnasio  cuando dí la vuelta a ese pasillo lo primero que veo es a la tipa de cabello aguamarina besando a mi novio-no novio con mucha pasión. Sentí que mis ojos se humedecían.
Me acerqué a ellos y puse la peor cara de decepción.
Odiaba estar presente viendo como Andrew le metía la lengua hasta la garganta, pero mi instinto me decía que tenía que hacer algo.
 -Pero bueno, muy linda escena, uh- dije con todas las fuerzas que me quedaban intentando no romperme a llorar en ese momento.
Vicky lo empujó con asco y a mi me sonrió antes de irse; Andrew me miró con ésa mirada que te dicen "Lo siento, de verdad, no fue mi intención" y yo lo miré con ése tipo de "Vete al diablo".
Sacudí la cabeza mostrando lo decepcionada que estaba y huí como la cobarde que era.
Cuando llegué a los baños del sótano, saqué el teléfono y llamé a Maïa rogándole a todos los santos para que no estuviera en clase.
-¿Qué pasó, Brends? - contestó al primer pitido.
Ahí fue cuando estallé y no pude controlar mis lágrimas, sollozos y mocos.
-¿A QUIEN MATO BRENDA? - Gritó preocupada.
-Pu-puedes ve-venir, porfavor?
-Dónde estás?
Tomé un pedazo de papel y limpié mi cara.
-En el baño del sótano- dije mas calmada, pero aún así las lágrimas no dejaban de caer.
-Voy para allá, quédate en donde estás. - y colgó.
A una velocidad supersónica, Maïa ya estaba en el baño conmigo.
Me abrazó con ternura.
-¿Qué pasó, nena?
Le conté lo que había visto, como pude luchando contra los sollozos y el nudo en la garganta.
A Maïa se le endureció la mandíbula en señal que estaba MUY PERO MUY cabreada.
-¡PERO QUE HIJO DE PUTA!- Susurró pareciendo que lo había gritado. Se acercó a mí y limpió una lágrima que estaba cayendo sobre mi mejilla. Se calmó y se sentó a mi lado. - No vale llorar por él. ¿Está bien?
Puse los ojos en blanco.
-Ajá, la que lloró todo un mes por que el que le gustaba tenía novia. - dije
-Tenía 13 años.- se defendió.
Sonreí.
-¿Ves lo linda que te miras cuando sonríes? Por un minuto que pasas triste, así llorando por un idiota, pierdes un minuto de felicidad. No dejes que arruine tu día, ¿sí?
-Lo dices tan fácil...
-Por que lo es.
-¡CLARO QUE NO LO ES!- grité.
Ella suspiró y frotó su hombro. En eso sonó mi teléfono.
-Dámelo- exigió Maïa.
Se lo dí y miró el numero enojándose mas.
Contestó poniéndolo en altavoz.
-Brenda, no es lo que viste en reali...
-Eres un hijo de puta. -dijo Maïa cortándolo.
Era tan extraño que Maïa dijera palabras de tal magnitud, que hasta a mí me daba miedo.
-Maïa pasame a Brenda, porfavor.
-Por supuesto que no.
Me dolía escuchar su voz.
Tomé mi mochila, limpié como pude mis lágrimas y salí del baño.
-Nos vemos en casa- le dije.
Maïa asintió, todavía discutiendo con Andrew.

Llegué a casa de Maïa con un fuerte dolor de pecho... Y no por que me hubieran roto el corazón en mil pedazos (pero también era una razón), si no que me persiguió un perro mountroso desde la parada de autobús  hasta la casa de Maïa.
¿Tan mala suerte tenía?
Me acosté en la cama y miré al Panda que Andrew me había regalado.
Me recordó tantas cosas ése panda, así que lo tomé y lo abracé... Quedándome dormida mientras que lloraba con mis brazos alrededor de él.

                                                                                                                     ~LizzieG.


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